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♡12.

Los días pasaban y Jihyo cada vez se sentía peor, había dejado de ir a la universidad para no encontrarse con Chaeyoung y es que el rechazo de aquella le dolía tanto que su loba simplemente estaba deprimida y ella también. Nayeon no sabía qué hacer, se sentía muy mal por su amiga, Momo trataba de consolarla soltando sus feromonas pero eso definitivamente no ayudaba a la pelirroja.

Mina había intentado hablar con Chae respecto a Jihyo pero siempre evitaba el tema o decía las mismas palabras; "no quiero saber de ella". Un rechazo directo al corazón de la omega.

—Sus padres se la llevaron, está muy mal. —Nayeon le había contado sobre el estado de Jihyo.

Y es que los padres de la pelirroja se habían aparecido y notaron lo decaída que estaba su hija, les contaron lo que había pasado y decidieron llevársela para tratar de romper ese lazo que había creado con la humana. Al principio sus padres se enojaron mucho pero no podían hacer algo al respecto cuando el lazo era fuerte entre su hija y Chaeyoung. Pensaban que estando lejos, se pondría mejor o eso esperaban.

—¿Irás a visitarla? —Mina le preguntó comiendo un poco de su desayuno.

—Sí, ¿me acompañas? Momo estará ocupada y no quiero ir sola. —Abultó sus labios ganándose un beso de la pelinegra.

—Bien, iré contigo. Hablaré de nuevo con Chae, la conozco, sé que extraña a Jihyo pero no lo admite. —Suspiró fuerte y sintió cómo Nayeon la abrazaba.

—Debo aprovechar estos días contigo, cuando inicie mi celo, no estaremos juntas. —Se pegó al cuerpo de la japonesa.

—Bueno pero te mandaré mensajes, ahora que Jeongyeon decidió desaparecer, ya no tendrás problema para usarlo.

Nayeon asintió repetidas veces con una sonrisa, entonces escucharon que la puerta del techo se abría, dejando ver a una bajita pelinegra.

—Hey, Chae. —Saludó Mina.

Aquella miró a la "parejita" y se sentó frente a ellas, su semblante era triste y eso podían notarlo.

—Nay, ¿Jihyo está bien? No ha venido y me preocupa... —Murmuró y las otras dos se miraron entre sí.

—No, no lo está. Tu rechazo le duele y su loba está muy deprimida. —Respondió Nayeon con una pequeña mueca en sus labios.

—Chae, te conozco y sé que la quieres. —Esta vez fue Mina la que habló.

Chaeyoung miró a las dos y bajó su cabeza soltando algunas lágrimas.

—Tengo miedo y no de ella. —Rápido aclaró—. Investigué sobre ustedes y yo no tengo nada qué ofrecerle, yo no puedo marcarla, tampoco soy alta y fuerte como una alfa, ¿y si quiere hijos? Yo no puedo darle eso. —Sorbió por su nariz—. Por eso prefiero que se aleje.

Nayeon se sintió mal por aquella humana que no dudó en abrazarla.

—No es necesario nada de eso, ni la marca, ni tener hijos, estamos en otros tiempos. Pueden adoptar si así lo desean, estoy segura que Jihyo te diría lo mismo porque te ama. No necesitas ser una alfa, eso a ella no le importó sino no se hubiese enamorado de ti. —Sonrió mientras palmaba la espalda de aquella.

La bajita volvió a mirar a su mejor amiga, quién asentía con una sonrisa y luego a Nayeon que le transmitía calma y seguridad.

—Yo...pero..¿y si sus padres no me aceptan?

—Lo harán, no pueden separar a su hija de alguien con quién creó un fuerte lazo. Si lo hacen, puede ser peor para ella. —Explicó Nayeon y Chaeyoung asintió.

—Hoy iremos a verla, sus padres se la llevaron a casa, ¿vienes? —Invitó la pelinegra y aquella aceptó de inmediato.

Después de clases, las tres emprendieron el viaje a la casa de los padres de Jihyo, Mina había pedido permiso en su trabajo sólo para ese día, así que lo aprovecharía al máximo. Nayeon conocía perfectamente el camino, así que ella fue quién guió a la humanas.

No tardaron mucho tiempo en llegar y la rubia rápidamente fue a tocar la puerta. De inmediato fueron recibidas por una pareja algo joven, la mujer miró a Nayeon y sonrió.

—Nayeon, hija. —La nombrada abrazó a la mujer y después al hombre.

—Qué bueno tenerte aquí, princesa. —Dijo él para luego mirar a las otras dos—. ¿Amigas tuyas?

—Sí, ella es Mina y Chaeyoung. —Presentó con su gran sonrisa

La pareja al escuchar ese nombre, se miraron y el hombre frunció el ceño.

—Ella no puede entrar. —Se dirigió a Chaeyoung.

—Pero señor Park, tiene que ver a Jihyo, sino ella... —No terminó sus palabras pero dio a entender lo que ellos ya sabían.

—Déjala, seguro nuestra hija se sentirá mejor. —La mujer habló y aquél terminó aceptando.

—Bien pero sólo un momento, después tenemos que hablar.

El hombre sentenció y las dejó pasar. Le indicaron a Chaeyoung la habitación de Jihyo y no tuvieron que decirle dos veces, pidió permiso y salió corriendo a verla, mientras tanto, Mina estaba en la sala con el señor Park que la miraba serio, esperaban por las omegas que preparaban algo de almorzar.

—Así que...¿también eres humana? —Preguntó sin quitarle la mirada.

Mina estaba muy nerviosa y tragó fuerte.

—S-Sí, señor. —Fue lo único que alcanzó a responder.

—¿Quieres a Nayeon? —Oh no, la entrevista había comenzado—. Porque ella es como mi hija y si tú le haces algo, yo....

—Tú no harás nada. —Interrumpió la señora Park—. Deja de intimidar a nuestras invitadas.

El hombre soltó un gruñido pero sin imponer miedo a las omegas. La mujer puso algunas botanas en la mesa de centro mientras se sentaba a lado de su esposo, Nayeon también fue a sentarse a lado de Mina.

—Mina. —Llamó la señora Park—. ¿Eres completamente humana?

—Sí, yo...yo no tengo nada de un lobo y eso. —Respondió apenada.

La pareja se miró un momento y asintió.

—Cuando Jihyo se sienta mejor, hablaremos con ustedes cuatro, ¿está bien? Mientras, coman algo. —Les señaló lo que había en la mesa y aquellas asintieron.

Chaeyoung llegó hasta la puerta de aquella habitación, tocó varias veces pero no recibió respuesta, entonces tomó el atrevimiento de abrir lentamente. Se encontró con la pelirroja durmiendo y despacio se acercó a ella. Pudo ver que aún había lágrimas en sus mejillas así que las limpió con su pulgar.

—Perdóname, Jihyo. —Murmuró y aquella comenzó a despertarse.

Cuando Jihyo abrió sus ojos, se encontró con los contrarios, se exaltó un momento pero al darse cuenta de quién se trataba, no pudo evitar llorar de nuevo. Chaeyoung sin pensarlo la abrazó y la pelirroja la atrajo a su cuerpo, haciendo que aquella quedara acostada sobre cuerpo y de nuevo pudo oler ese aroma que tanto le gustaba y la calmaba.

—Te extrañé mucho, tonta. —Comentó Jihyo entre lágrimas.

—Lo sé, perdóname por ser una estúpida cobarde. No me alejaré de ti ni dejaré que tú lo hagas porque yo...yo te amo, Jihyo. —Confesó con una pequeña sonrisa.

Se miraron por unos segundos antes de juntar sus labios en un pequeño beso y abrazarse de nuevo.

—Mi loba y yo también te amamos.

—Y si alguna vez quieres hijos, podemos adoptar, ¿si?—Se separó un poco para mirar a la omega.

—Eso no me importa, yo sólo quiero estar contigo, Chae. —Con una de sus manos acarició la mejilla contraria y volvieron a besarse, un beso lleno de amor.

Al poco rato bajaron hasta la sala donde estaban sus otras dos amigas.

—Bueno, al parecer ya todo se arregló. —La señora Park miraba con una gran sonrisa a su hija y a la humana.

Nayeon y Mina voltearon a donde sus amigas y éstas se sentaron a su lado.

—Papá, mamá, yo sé que ustedes querían que yo me casara con un alfa pero...—Miró a Chaeyoung y tomó su mano—... la amo a ella, espero puedan entenderlo.

La rubia miraba con orgullo a su amiga mientras que Mina estaba sorprendida, no por su amiga, sino por cómo Jihyo enfrentaba a sus padres.

—Lo sabemos, cariño. Y sé que tienen muchas dudas. —La mujer miró a su esposo y este asintió—. Por eso creo que llegó momento de hablarles de algo. Entiendo la conexión que existe entre ustedes cuatro, lo sé porque yo también soy humana. —Confesó sin más.

Las cuatro jóvenes abrieron la boca sorprendidas.

—¿Mamá? ¿Cómo es eso posible? —Jihyo casi se desmayaba de la impresión.

—Bueno, cuando conocí a tu padre, no sabía que era un alfa, todo era nuevo para mí pero desde que lo vi la primera vez, sentí una conexión con él. —Explicó con calma.

—Yo igual, cuando vi a tu madre, se convirtió en mi razón de existir. —Le sonrió a su esposa.

—Y hay una razón para ello. Ustedes se imprimieron a las humanas.

—Había escuchado sobre la imprimación pero no sabía que podía existir con humanos. —Nayeon habló y Mina la miró con total confusión.

—¿Qué significa eso? —Preguntó Chaeyoung.

—Cuando los lobos se imprimen a una persona u otro cambia forma, significa que encontraron a su alma gemela, que va más allá del predestinado. Es una conexión espirtual pero mucho más fuerte, la persona a la que imprimen, se convierte en su todo y su razón de existir, sintiendo un amor incondicional. No va a existir otra cosa más importante que no sea la impronta.

—Pero...¿eso ya está decidido o cómo pasa? —Jihyo preguntó esta vez.

—Es un mecanismo involuntario por el cual nosotros encontramos a nuestra alma gemela, el amor de nuestra vida. —Ahora fue el señor Park que explicó—. Ustedes al conocer a su alma gemela, se imprimieron sin darse cuenta. Me pasó lo mismo con tu madre, ya no quise a nadie más que no fuera ella, en mí nació una enorme necesidad de complacerla en todo y sobre todo protegerla.

Nayeon miró a Mina con una sonrisa y recargó su cabeza en su hombro. Jihyo tan sólo se abrazó del brazo de Chaeyoung, todo bajo la mirada de los adultos que sólo sonrieron.

—Ustedes nacieron para estar juntas, estaban destinadas a encontrarse porque son la alma gemela de la otra. —La mujer estaba enternecida al ver a las jóvenes.

—¿Entonces es por eso que sólo yo puedo oler el aroma de Mina y Jihyo el de Chaeyoung? —Esa era una gran duda para ella.

La pareja de nuevo se miró unos segundos.

—Bueno, sobre eso, creo que tenemos una explicación. Mina y Chaeyoung son humanas pero debieron tener antepasados lobos, por eso perciben su aroma pero sólo las almas gemelas pueden hacerlo. Mi abuelo era lobo y se casó con una humana, de esa unión nació mi padre pero como humano y él se casó con otra humana, por eso yo soy humana pero con sangre de lobo, por eso tu padre percibe mi aroma pero sólo él puede hacerlo. —Explicó encontrando sentido a todo.

Mina y Chaeyoung se miraron, ¿cómo que tenían antepasados lobos? Mina ni sabía de la existencia de sus familiares, abuelos, etc y Chaeyoung, bueno, tenía poco contacto con todos ellos.

—¿Están diciendo que tenemos sangre de lobos? Pfff. —La pelinegra se recargó en el sofá tratando de procesar toda esa información.

—Sí, de lo contrario ellas no pudieran percibir ningún aroma de ustedes. —Aquél respondió.

—¿Por qué nosotras no podemos olerlas a ellas? —Chae por fin decidió preguntar de nuevo.

—Porque conforme sus familiares fueron cruzándose con humanos, ustedes perdieron muchos de los sentidos desarrollados que los lobos tienen como el olfato, el escucha y la visión, así como perder el contacto por completo con sus lobos internos, convirtiéndose en sólo humanas. —La señora Park terminó de hablar y las miró.

La japonesa miraba a un punto del techo sin saber qué decir o hacer. Nayeon se giró un poco para verla y puso una de sus manos sobre la pierna de aquella.

—Minari, ¿qué piensas? —Estaba preocupada por su pelinegra.

Mina salió de su trace y miró a la rubia.

—Es que ya no sé ni lo que soy, jamás me imaginé que mi vida cambiaría así, enterarme que tengo sangre de lobo y lo peor, tengo antepasados licántropos. Mi vida era tan aburrida hasta que llegaste tú. —Sonrió y se reincorporó ganándose un abrazo de Nayeon.

—Bien, ahora que ya saben todo, espero puedan llevar una buena vida juntas y sin secretos. —La mujer les sonrió con cariño.

—Me alegra que hayas encontrado a tu alma gemela, Jihyo. —El padre de ésta se levantó y se acercó a ella—. Lo único que me importa es que seas feliz.

Jihyo se levantó sólo para abrazar a su padre y este Invitó a Chaeyoung a unirse al abrazo.

—Bienvenidas a la familia. —Dijeron los dos mayores.

Después de aquella visita y larga conversación donde se aclararon muchísimas cosas, las cuatro regresaron a la casa donde actualmente vivían. El ambiente entre ellas había cambiado aunque las humanas aún debían investigar sobre su familia y esos secretos jamás dichos.

Al llegar a la casa, se encontraron con Momo que estaba comiendo una pizza, las saludó con la mano y las omegas decidieron contarle absolutamente todo. Mientras tanto, Mina y Chaeyoung regresaron a sus respectivas casas, en el camino, ninguna habló hasta que la más bajita decidió romper el silencio.

—Qué loco todo. Hace dos meses nuestra vida era miserable y aburrida, tú eras una antisocial, ermitaña y amargada. —Mina la miró seria—. Ahora descubrimos que tenemos sangre de lobos y nuestras parejas son lobos. Parece un sueño.

—Mucho que procesar. Necesito saber sobre mis familiares. —Dijo la japonesa soltando un suspiro.

—Igual yo, le preguntaré a mamá.

Llegaron hasta la casa de Chaeyoung y se despidieron.

—Nos vemos mañana, Chae.

—Adiós, Mitato. —Le sonrió para luego palmar uno de sus brazos.

Su amiga entró a su casa y ahora le tocaba a ella regresar a su departamento. Cruzó por el bosque pero pudo sentir como algo la miraba, no quiso voltear pero le dio miedo, así que apresuró el paso para llegar más rápido a su lugar seguro.

Dentro del bosque, por supuesto que alguien la observaba y estaba encontrando el momento perfecto para atacar y desaparecer a esa humana.

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