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♡10.


—¿Nayeon? —Como pudo se acercó a ella y retiró los cabellos de su cara.

Nayeon estaba desnuda y a pesar de no saber lo que había pasado, Mina quitó su suéter y envolvió a aquella con este. Su mente estaba en blanco, no sabía qué hacer pero tomó entre sus brazos a la rubia para llevarla a su departamento. La escuchó llorar, estaba lastimada. Caminó como pudo, sus piernas temblaban pero su instinto protector podía más.

Tan pronto llegó a su departamento, puso a Nayeon sobre su cama, la cubrió con las sábanas y llamó a su mejor amiga.

—Chaeyoung. —Habló una vez aquella contestó—. Necesito que vengas, es urgente y trae a Sana, por favor.

Mina estaba en la entrada de su habitación, veía a Nayeon temblar, por lo que le puso más sábanas encima. Tocaron la puerta de su departamento y rápido fue abrir, ahí estaba Chaeyoung y su hermana.

—Pasen, está en la habitación. —Le indicó a Sana y ésta asintió yendo hasta allá.

La razón del por qué la había llamado, es porque Sana sabía primeros auxilios y podía curar a Nayeon.

—¿Qué les pasó? ¿Por qué Nayeon está así? —Chaeyoung no entendía.

—No me creerás si te digo. —Mina temblaba y su amiga se dio cuenta, así que tomó sus manos.

—Dime porque de verdad te veo muy mal.

—Espero no haber interrumpido tu cita con Jihyo. —Se disculpó apenada.

—Justo acababa de llevarla a casa cuando me llamaste. Ahora cuéntame.

Ambas amigas se sentaron en la sala y Mina comenzó a contar todo, su voz temblaba al recordar todo. La cara de Chaeyoung cambiaba constantemente, de sorpresa, consternación, preocupación y cierto miedo. No podía creer todo lo que Mina le contaba.

—¿Un lobo? Espera. —Se acomodó mejor en el sofá—. ¿Me estás diciendo que ese lobo se convirtió en Nayeon? ¿Qué?

—Lo vi, Chae, con mis propios ojos. En frente de mí se transformó. —Llevó sus manos a su cara.

—¿Cómo es eso posible?

—Es una híbrida, específicamente una omega. —Sana salió de la habitación y las dos amigas la miraron confundida.

—¿Una qué? —Preguntó Chaeyoung—. ¿Tú sabías de esto?

—Sabía que existían, aunque creí que se habían extinguido pero al parecer no. —La mayor de las dos se sentó frente a ellas—. Nayeon es una omega.

—¿Cómo sabes que es un lobo? —Mina preguntó.

—Los colmillos que me mostraba mientras la curaba me hicieron darme cuenta.

—¿No será vampiro? —Chaeyoung se ganó un almohadazo de su hermana.

—No, tonta, a parte gruñía y lloraba como un cachorrito. —Miró a Mina un momento—. Preguntaba por ti.

—No...no sé si pueda verla. —Bajó su mirada.

—Ella te protegió, Mina. Cuando un omega o alfa hace eso, es porque realmente le importas.

—¿Entonces por qué no me lo dijo? —Sonaba dolida.

—No creo que haya sido fácil para ella. —Sana suspiró y se levantó sólo para sentarse a su lado—. Ella te explicará todo pero debes escucharla.

—¿Cómo sabes tanto de ellos? —Mina la miró.

—Bueno, digamos que conocí a una alfa cuando estaba en la universidad. —Comentó con una sonrisa.

—¿Hablas de Tzuyu? —La más bajita preguntó, Sana asintió—. ¿Era una loba?

—Sí pero guardé su secreto, luego ella se fue porque su familia corría peligro. Los híbridos se han ido extinguiendo "gracias" a los humanos, si son descubiertos, pueden asesinarlos, secuestrarlos para fines sexuales, venderlos como objetos. —Hizo una mueca triste—. Incluso experimentar con ellos, por eso se ocultan entre nosotros en su forma humana.

Para Mina era demasiada información que procesar, sin embargo se sentía mal por todos aquellos lobos que han sufrido. Suspiró profundo, la chica de sus sueños era una loba que se podía transformar en humana. Vaya, eso sí que no se lo esperó nunca.

—Escúchala, Mina. Ella te eligió a ti, los lobos sólo eligen una vez al amor de su vida.

Y esas palabras hicieron que la pelinegra mirara de nuevo a Sana. Ella también sentía lo mismo por Nayeon, no podía negarlo pero todo esa situación era demasiado para ella.

Después de un rato, agradeció a sus amigas y se despidió de ellas. Cerró bien la puerta y miraba hacia su habitación, no sabía si entrar o quedarse fuera hasta mañana. Escuchó un quejido y supo que era de Nayeon, así que caminó despacio hasta el cuarto y ahí la vio, durmiendo tranquila pero soltando pequeños gruñidos de dolor. Se acercó hasta estar a su lado y continuó mirándola pero entonces notó que seguía desnuda, rápido fue a su guardarropa y eligió unas prendas para ella. No sabía si lo que haría estaba bien o mal pero sólo quería que Nayeon estuviera cómoda.

Quitó las sábanas que la cubrían y lentamente la vistió, lo hacía con delicadeza para no lastimarla. Al final le puso otra sudadera y sabía por demás que no regresaría a su ropero como las demás, todas se las quedaba Nayeon y simplemente no le decía nada al respecto. Terminó de ponerle su ropa y la volvió a cubrir con las sábanas. Se cambió de ropa y se acostó a su lado mientras la miraba. Tal vez Sana tenía razón y debía escuchar la versión de Nayeon, no podía sólo enojarse con ella, no era justo, no cuando la había salvado de aquél lobo.

Por la mañana, Mina trató de estirarse un poco pero sintió un peso sobre su cuerpo, abrió sus ojos y se encontró con Nayeon abrazándola fuerte, al parecer se había acomodado muy bien. Sin poder evitarlo, dejó un pequeño beso en la cabeza de aquella y acarició su hermosa cabellera rubia junto a ese mechón gris que le parecía muy tierno.

Como pudo, se soltó de aquél agarre y se levantó para ir a preparar algo de desayunar, la noche anterior no había cenado por todo lo que había pasado. Se la pasó pensando en lo que pasaría entre ella y Nayeon, debía admitir que le daba algo de miedo, pues nunca en su vida se le cruzó conocer a una...¿mujer lobo? Dios, era demasiado para ella.

—¿Minari? —Una suave voz se escuchó detrás de ella y se giró para ver a la rubia.

—Hey, no debiste levantarte.

Nayeon prácticamente corrió hasta la más alta y la abrazó, la abrazó tan fuerte que no quería separarse nunca.

Mina lo pensó un poco pero terminó abrazándola pero escuchó pequeños sollozos de parte de aquella.

—Tranquila, no llores, Nayeon. —Acarició su espalda.

—No te alejes de mí, por favor. Yo te amo, Minari.

Esas palabras dieron directo al corazón de Mina y soltó un suspiro profundo. Ella tampoco quería alejarse de Nayeon, definitivamente no lo quería.

—No lo haré, te lo prometo pero tengo tantas preguntas. —Murmuró separándose un poco y así limpiar sus lágrimas con su pulgar.

—Yo responderé todo lo que quieras. —De nuevo se abrazó a la pelinegra.

—Bien, ¿qué eres? —Empezó preguntando.

Nayeon se separó y tomó la mano de Mina para llevarla hasta el comedor y así poder sentarse. Se miraron un momento y un suspiro por parte de la rubia se escuchó.

—Soy una híbrida, mujer lobo o como quieras llamarlo. Soy una omega, nuestra jerarquía se divide en alfas, omegas, betas, deltas y muchos otros más. —Explicó con calma.

—¿Qué significa que seas una omega? —La curiosidad de Mina aumentaba.

—Bueno, hablando desde los estereotipos impuestos por nuestra raza, los omegas somos la parte sensible y "linda" de la jerarquía. Prácticamente nacidos para dar a luz, empeñar trabajos del hogar aunque actualmente esos estereotipos han sido destruidos, hay mucho omegas que tienen altos rangos pero los alfas son los que están por encima de nosotros.

—¿Qué son los alfas?

—Mmm, veamos. —Nayeon pensó en cómo explicarlo—. Los alfas son los fuertes, dominantes y estrictos, hablando de nuevo desde el estereotipo. Son los que tienen altos rangos en los trabajos. Ellos prácticamente tienen el apoyo de todos y nadie les dice nada. Pero actualmente hay muchos alfas amables, un ejemplo de ello es Momo, es muy linda.

—¿Tus amigas son....? —Preguntó dudando un poco.

—Sí. —Respondió apenada—. Momo es una alfa, Jihyo un omega y Jeongyeon también una alfa. De echo, fue Jeongyeon la de anoche. —Murmuró bajando su mirada.

—Espera, ¿me estás diciendo que Jeongyeon es su forma de lobo quiso matarme? —Vio asentir a la rubia—. Jesús, ¿en dónde me metí?

—Lo siento mucho, Mina. —Miró a la pelinegra y abultó sus labios, se sentía mal por ella.

—¿Por qué? —Estaba realmente sorprendida.

—Ella quiere ser mi alfa e intentó cortejarme pero yo la rechacé, su orgullo de alfa fue herido y por eso actuó de esa forma.

—Debió venir como humana, se iba a llevar unos cuántos golpes. —Ahora estaba molesta y más por escuchar que aquella quería a su Nayeon.

—No, nunca trates de luchar contra una alfa, son más fuertes que los humanos. —Tomó ambas manos de la pelinegra—. Prométeme que jamás lo harás.

—Está bien pero si se mete contigo, no me importará si es un lobo, vampiro o lo que sea. —Habló decidida y Nayeon sonrió sintiendo ternura—. ¿Qué más debo saber de ti?

—Oh sí, algo importante. —Se reincorporó en su asiento—. Tengo temporadas de celo. —Bajó un poco la voz.

—¿Qué significa?

—Soy mitad lobo, a mí no me llega la menstruación como a las humanas, así que cuando una omega está en celo, necesita de su alfa para...tener...ya sabes, encuentros íntimos y saciar sus necesidades. —Insinuó con sus manos.

Mina tosió al escuchar esa respuesta, se esperaba todo, menos eso.

—Entonces aquél día que no te sentías bien... —Recordó cuando Nayeon se sentía mal.

—Sí, tenía el celo pero tranquila, sabemos controlarlo. Hay pastillas para el dolor y neutralizadores para el olor. Así que podemos hacer nuestras cosas normales. —Rápido explicó para no crear una duda en la pelinegra.

—¿Olor? ¿Eso cómo funciona?

—Mmm los lobos nos identificamos por aromas, nuestro olfato es más desarrollado que el de los humanos. Desprendemos aromas, los alfas tienen aromas más fuertes que los omegas.

—¿Tú qué aroma tienes? —Preguntó tímida.

Aquella pregunta hizo sonreír más a Nayeon, hacía mucho que deseaba que Mina supiera su aroma.

—Huelo a fresas y tú hueles a vino blanco con limón. —Un pequeño sonrojo se formó en sus mejillas.

—¿Nosotros también tenemos esos aromas? —Estaba algo confundida.

—No lo sé. —Nayeon se encogió de hombros—. Yo sólo puedo percibir el tuyo y no el de los demás, aún no sé la razón de ello.

Esa respuesta la confundió aún más pero ya no preguntó más, bueno, de hecho tenía más preguntas pero eran algo más íntimas y no sabía si Nayeon estaría cómoda con ello. El silencio las invadió por unos segundos hasta que la rubia volvió a hablar.

—Pregunta lo que quieras, Mina. Sin importar qué. —La animó a resolver todas sus dudas.

Mina sonrió un poco y asintió bajando su cabeza, le daba vergüenza realmente.

—Tú...bueno, ¿t-tú has estado con algún alfa? —Ni siquiera miró a Nayeon.

La rubia soltó una pequeña risa, de verdad que le daba mucha ternura aquella chica.

—No, nunca, así que puedes estar tranquila. Mi loba jamás quiso a alguien hasta que apareciste tú. —Eso hizo que Mina levantara su cabeza y la mirara.

—¿Tu loba?

—Sí, tenemos un lobo interior, es nuestra parte animal, nuestra alma salvaje. Actualmente, los alfas y omegas han evolucionado y pocos seguimos manteniendo contacto con nuestro lobo y pocos pueden convertirse en el lobo. El lobo puede decidir muchas cosas respecto a los sentimientos, por ejemplo. —Se acomodó mejor para explicar—. Sí a mi loba le gustase la loba de Momo pero a mí no me gusta Momo, entonces mi loba sufre, se deprime. Pero si a mí me gustase Momo pero a mi loba no, haría de todo para que no esté con Momo.

—Pff, vaya. —Tanta información y no sabía qué hacer con todo eso—. Yo...eh.. ¿le gusto a tu loba? —Esa pregunta hizo reír a Nayeon.

—Le encantas, ella es la que te ha protegido todo este tiempo, igual aquella vez con esos tipos.

—¡Sabía que había visto un lobo gris! —Se emocionó un poco—. Chaeyoung no me creía.

—Sí, desde aquella noche que te vimos por primera vez en el bosque, mi loba se sintió atraída por ti y yo también.

—¿Me espiabas?

—Noooo pero me gustaba salir a correr como loba por el bosque y ahí fue cuando te vi. —Recargó su cabeza en una de sus manos y miró a Mina con su sonrisa.

—Ya veo. —De nuevo se quedó sin qué decir—. Perdón, esto es mucho para mí.

—Tranquila, yo te explico todo con calma.

Mina sólo asintió y pasaron toda la mañana y parte de la tarde hablando sobre el tema, Nayeon le explicaba todas las dudas que tenía, incluso tocando la parte del sexo en alfas y omegas, a veces la rubia reía por las expresiones de la pelinegra pero ella simplemente ya no le quería ocultar nada.

—Entonces, ¿podemos seguir juntas? —Eso realmente le preocupaba a Nayeon.

—Tú me gustas mucho y realmente tengo muchos sentimientos por ti, estoy enamorada. —Confesó Mina con un pequeño sonrojo.

Esas palabras hicieron que Nayeon se pusiera muy feliz, así que se levantó de la silla sólo para sentarse en las piernas de Mina y abrazarla del cuello.

—Mi loba está feliz y yo también. —Dejó un beso en los labios contrarios.

—Me alegra que así sea.

Definitivamente Mina lo intentaría, aún había algunas dudas pero sabía que Nayeon se las resolvería si preguntaba. Ahora deseaba saber cómo iba a ser esa relación que llevarían, aunque sabía que sus sentimientos por aquella rubia no iban a cambiar por nada del mundo.

¿Qué tan malo podría ser?







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Esta info la saqué de un libro llamado "Guía omegaverse" de Patosinpan.

Si hay algo en lo que estoy mal, pueden corregir sin pena, estamos para aprender♡.

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