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♡02.

Al día siguiente, Mina ya se encontraba en su salón sentada mientras dibujaba y esperaba a su mejor amiga. El mundo a su alrededor no le importaba, de hecho, se sorprendía cuando le prestaba atención a alguien que no fuera Chaeyoung. Y hablando de ella, justo la había invocado con sus pensamientos porque la vio entrar al salón con una sonrisa y se sentó junto a ella.

—Ya llegó por quien llorabas. —Dijo aquella.

—Pues yo no veo a mi mamá abrazándome.

—ª

Mina comenzó a reír por ello y palmeó su espalda.

—Es un chiste, no hagas caso.

La mañana comenzó tranquila, la primera hora parecía eterna y más por todos aquellos problemas de matemáticas que le parecían aburridos, ella sabía resolverlos, claro está pero de verdad le parecía nefasto aprenderse todo eso. No es como si necesitara las fórmulas de derivadas para revivir a alguien, ¿o sí?

De vez en cuando prestaba atención pero la mayor parte la pasó dibujando y existiendo.

La segunda hora creyó que sería igual de aburrida hasta que vio a cuatro chicas detenerse en la entrada del salón. Con el codo golpeó a Chaeyoung y ambas miraron curiosas.

—Oh, ya están aquí. Jóvenes. —La profesora habló llamando la atención de todos—. Tenemos alumnas nuevas. Por favor, se presentan una por una.

Todos las miraron curiosos y Mina tan sólo dio un vistazo para después centrar su atención nuevamente en su dibujo.

La primera en presentarse fue una castaña, alta, muy hermosa y con un "aire" de superioridad.

—Buenos días, soy Yoo Jeongyeon.

Mina sólo levantó su mirada para ver quién era.

La siguiente fue una pelinegra, de cabello corto, igualmente alta y detonando superioridad como la anterior.

—Hola, soy Hirai Momo.

El acento que empleó hizo a Mina levantar la cabeza. Estaba segura que esa chica era japonesa y cuando la miró, estuvo mucho más segura. Decidió prestar atención, después de todo, todas ellas eran bonitas.

La penúltima fue una pelirroja, un poco más bajita y su aura era más tranquilo, sonrisa radiante y a simple vista muy amable.

—Buenos días a todos, soy Park Jihyo. Espero nos llevemos muy bien, compañeros.

Mina asintió y por fin llegó la última, aquella tenía su mirada en el piso. Pudo notar que era tímida, perfecto, ya no sería la única introvertida en ese salón. Lo que más llamó su atención fue el bonito cabello rubio que tenía y ese mechón gris que sobresalía de sus cabellos dorados. Intreresante combinación.

—Soy Im Nayeon.

La chica se inclinó saludando a todos pero no miró a nadie.

—Muy bien, sean bienvenidas a la Universidad de Seúl. Les asignaré su asiento. —La profesora miró a todos en el salón y Mina junto a Chaeyoung bajaron la mirada—. Señorita Son, se sentará en otro asiento junto a la señorita Park.

Las mejores amigas se miraron algo tristes y se despidieron.

—Adiós, Mina. —Abultó sus labios y fue a otro asiento y a su lado se sentó Jihyo.

—Señorita Im, se sentará junto a la señorita Myoui. —De nuevo habló la mujer.

Mientras tanto, Mina golpeaba suavemente su frente en la mesa repetidas veces. No quería socializar con alguien nuevo, odiaba eso. Sintió a la chica sentarse a su lado pero no la miró, era muy penosa y una jodida antisocial. Aquella tampoco hizo un intento por hablarle y eso lo agradeció.

—Bien, así quedarán por el momento, tenemos que hacer que nuestras nuevas compañeras se sientan cómodas.

Las siguientes horas trató de evitar todo contacto con aquella chica a su lado, no la miró, no la tocó, es más, a veces ni respiraba y esperaba desmayarse para salir de ese espacio incómodo. Miró la hora en su celular y agradeció que la hora de descanso la salvara. Una vez el profesor los dejó salir, tomó sus cosas y salió como rayo de ahí. Inhaló fuerte cuando estuvo fuera del salón y se dirigió a su lugar favorito, sí, el techo. Sabía que Chaeyoung la seguiría después.

Dentro del salón, Nayeon miró de reojo como aquella chica a su lado salía corriendo, estaba algo confundida pero no iba a preguntar. Se levantó, tomó sus cosas y miró a sus amigas que también iban saliendo.

—Nunca creí que sería tan aburrido. —Habló Jeongyeon estirándose un poco.

—No fue tan malo como pensaba. —Esta vez Jihyo comentó—. A parte, con la chica que me senté, vi que dibuja muy bonito.

—A mí me tocó un tipo que sólo quería hablar conmigo. —Momo bostezó un par de veces y miró a Nayeon—. ¿Y tu compañera?

—¿Hm? —La rubia se encogió de hombros—. Ni siquiera me miró o me habló. —Las otras tres rieron.

—Típicos humanos. —Jeongyeon se mofó.

Nayeon suspiró y miró a su asiento de nuevo, esa chica sí que era rara. Recordó cómo salió corriendo y entonces a su mente vino la noche anterior, aquella humana que vio correr en el bosque...

—¡Nayeon! —La voz de Yoo la hizo reaccionar.

—¿Eh? ¿Qué dicen? —Estaba algo perdida.

—Que vamos a ir a comer algo, anda.

Asintió un par de veces y siguió a sus amigas. Sin embargo seguía pensando, su compañera de asiento era la misma chica del bosque pero no había percibido aquél aroma de esa noche y no entendía por qué.

Las cuatro chicas compraron comida y se sentaron alejados de todos para estar tranquilas pero de un momento a otro, Momo quiso comprar otra cosa y Jihyo la acompañó dejando a Nayeon y Jeongyeon solas. La castaña miró a la mayor y aclaró su garganta.

—Omega. —La llamó y Nayeon la miró—. ¿Cuándo dejarás que te corteje?

La rubia suspiró y dejó de comer.

—Jeong, ya hemos hablado de esto. Tú y yo somos amigas, nada más. —Volvió a dejar en claro—. A parte, no me siento lista para una pareja.

—Lo sé pero tampoco es que conozcas muchas alfas a parte de mí y Momo. No tienes muchas opciones. —Apuntó con su tenedor lo que ella creía algo "obvio".

—¿Y qué tal si no quiero una alfa?

—¿Una beta? ¿Una delta? Por favor, eres una omega muy respetable para que te fijes en ellos. —La castaña chasqueó su lengua.

—Yo no hablaba de ellos. —Murmuró y aquella la miró confundida.

—¿No estarás pensando....? —No recibió respuesta pero lo sabía—. No, los lobos jamás se deben cruzar con humanos, ten eso muy claro, Nayeon.

—¿Por qué? Ya son otros tiempos, ya no estamos en la época de antes, ha habido muchos cambios. —Trató de defender su punto.

—Pero no el de meterse con humanos, eso jamás, Nayeon.

—Pero... —Y recibió un gruñido por parte de aquella alfa que la hizo callar y bajar la cabeza.

Odiaba tanto que Jeongyeon usara su papel de alfa dominante.

Sus otras dos amigas regresaron y no tuvo más que terminar de comer. Ella ya no pensaba de esa forma, de hecho siempre pensó en cómo sería enamorarse de una humana, siempre solía observarlas desde la oscuridad y le parecían muy lindas, más respetuosas que muchas alfas que había conocido y más románticas. Sonrió de sólo pensarlo pero ocultó esa sonrisa, no quería que Jeongyeon se diera cuenta.

Jeongyeon era un rango más alto que Momo, así que prácticamente era la líder de la manada y tenía que hacer caso en la mayoría de las cosas que dijera, cosa que detestaba. A veces, sólo a veces le hubiese gustado ser una alfa para no tener que recibir órdenes de alguien más.

El descanso lo pasaron tranquilo, sin imaginar que tenían a alguien prácticamente arriba de ellas.

Sí, Mina estaba acostada en su lugar favorito, aquella gruesa barda mirando hacia el cielo y todas las nubes que se formaban. Suspiró, en su mente se creó millones de escenarios posibles para hablarle a su nueva compañera, no sabía ni qué decirle, "¿hola?", no, eso era muy trivial y nada interesante. Bueno, ella tampoco era interesante en nada, perfecto, estaba perdida.

—Minari, ¿quieres comer algo? —La voz de su amiga la sacó de sus pensamientos y la miró.

—Sí, voy. —Se bajó de la barda y caminó hasta la más bajita.

Ambas se sentaron en los escalones y comieron tranquilas.

—¿Y? ¿Cómo es tu nueva compañera? —Preguntó Chaeyoung algo curiosa.

Mina se encogió de hombros algo apenada.

—Ni siquiera la miré, no soy buena socializando y lo sabes. —Escuchó la risa de aquella.

—Ay, Mina, eres todo un caso. Pues mi compañera es muy bonita y me dijo que le gustaban mis dibujos. —La sonrisa orgullosa de Chaeyoung se hizo presente.

—Te admiro por eso, ya veré cómo le hablo a esa chica.

Tan sólo sintió las palmadas de su amiga en su espalda y esperaba de verdad poder socializar un poco con su nueva compañera.

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