CENTAUREA CYANUS | ACIANO, SCABIOSA, AZULEJO O PINCEL.

Es una planta herbácea anual, rara vez bienal, de raíz axial, que llega a medir un metro de altura.

El aciano es conocido como flor de tipo herbácea que se presenta una vez cada año. Debido a la gran altura que éstas alcanzan, los acianos cuentan con tallos muy fuertes en los cuales se pueden encontrar buenas ramificaciones, sobre todo en la región superior de la planta.

Las flores del aciano cuentan generalmente con una buena cubierta algodonosa. En el caso de los flósculos, éstos son de un tono azul fuerte y son de buen tamaño, unos 25 mm.

En cuanto al fruto de esta planta se puede decir que es también azul y que presenta una leve vellosidad. El florecimiento del aciano se da en la transición entre la primavera y el verano.

La flor azul de la planta Aciano es realmente glamorosa; es un azul rey muy llamativo y brillante, parecido al color horizonte, que por nada puede pasar desapercibido.

Etimología

Centaurea: nombre genérico que procede del griego kentauros, hombres-caballos que conocían las propiedades de las plantas medicinales.

cyanus: epíteto latino que significa "de color azul".

Lenguaje de las flores.

El aciano es una flor de un color muy elegante. El azul intenso de sus flores y la fuerza de sus tallos trasmiten elegancia. Además de esto y gracias a su uso como talismán en el amor, el aciano es una buena forma de atraer sentimientos de amor a nuestra vida.

Hay quienes atribuyen a esta hermosa flor un significado muy especial; y es el de la fortuna en el amor. Se tiene la creencia de que la flor de Aciano trae suerte en las cosas del amor.

El aciano también se usa para eliminar el deterioro, como planta protectora, un amuleto de planta que expulsa a los espíritus malignos y demonios.

En el lenguaje de las flores, el aciano es el mensajero de los sentimientos puros y delicados. También suele ser la flor ideal para los tímidos.

"Mi amor es puro y limpio" y "No me atrevo a confesarte mi amor"

Hábitat

El hábitat de esta flor puede encontrarse en variedad de suelos, pero lo que realmente busca es una buena fuente de luz. Dentro de sus usos se pueden encontrar sobre todo los ornamentales, pudiéndose encontrar grandes cultivos de esta flor en la mayoría de continentes.

Además de su función decorativa (función que la hace ideal para tener en un jardín), también presenta usos medicinales.

Esencialmente en los campos cultivados de cereales - y de allí el epíteto específico Latín segetum (de sĕgĕs, sĕgetis, los «campos de cereales») de algunas de sus sinonimias, en particular Cyanus segetum que es un sinónimo que reemplaza a Centaurea cyanus - pero también escapada y adaptada a los herbazales, los bosques, los bordes de caminos y carreteras y otras zonas alteradas

También ampliamente cultivada como ornamental.

Distribución

Propagado y naturalizado en numerosos países de todos los continentes, probablemente excepto África, a través de sus semillas mezcladas con los granos de cereales introducidos a lo largo de la historia, desde Europa Mediterránea de donde es natural según unas publicaciones,​ o de Europa central según otros autores - lo que no deja de ser, por lo menos, sorprendente.

En España está presente esencialmente en la mitad norte de la península y, muy puntualmente, en su mitad meridional y las Islas Baleares.

Usos: Farmacológico.

Centaurea cyanus siempre se ha utilizado popularmente como antibacterial, fungicida, pectoral, estimulante, tónico, aperitivo y eupéptico, diurético, colerético-colagogo, antiséptico, antipirético, antiinflamatorio y astringente suave. Actualmente suele utilizarse como un corrector organoléptico (agente colorante) y marcador de tisanas. El principio amargo actúa como aperitivo y eupéptico, los flavonoides y las sales potásicas tienen propiedades diuréticas. Los pigmentos antociánicos confieren una acción vitamínica P ya que mejora la microcirculación, aumenta la resistencia y controla la permeabilidad capilar. También contribuye a la regeneración de la capa vascular de la retina en el ojo aumentando la agudeza visual.

Usos: Medicinales

El agua de aciano, obtenida por la decocción de sus flores, se utiliza por su notable efecto anti inflamatorio, aplicada sobre los ojos. Los lavados oculares con esta agua mejoran eficazmente los picores y la irritación de los ojos. También dan un aspecto fresco y estirado en los párpados cargados y sirve para fortalecer, aclarar y conservar la vista.

La infusión de la flor de Aciano es muy utilizada por su efecto antiinflamatorio ocular. Se puede aplicar sobre los ojos y también lavados oculares para la picazón y la irritación. Mejoran notablemente el aspecto de los ojos cansados, ya que desinflama y estira los párpados; e internamente aclara la esclerótica y fortalece la vista. Así mismo emplea en caso de blefaritis y miopía; con este último, probablemente a que puede regenerar la capa vascular de la retina.

Por todo lo anterior, su infusión también suele indicarse como tratamiento para la conjuntivitis, ayudando a elimina las secreciones y mitigar la congestión ocular.

Historia y Mitología.

Desde la antigüedad, la planta se ha extendido por todo el mundo mezclada con las semillas de cereales. Plinio el Viejo la describía como "una flor molesta para los segadores". Estos, intentaban evitarla con sus utensilios agrícolas. Sin embargo, es poca la información escrita que ha llegado de los autores clásicos, ya que no se consideraba que las grandes figuras farmacológicas de la antigüedad le prestaran atención. Quien verdaderamente encontró su utilidad medicinal fue Mattioli, un botánico del siglo XVI que afirmaba que las flores azules del aciano desinflaman los ojos rojizos. En este caso, la señal estaría en la contraposición del color azul (propio de los ojos sanos y azules) con el rojo encendido de los ojos inflamados.8​

Ya en el siglo XX, el número de ejemplares de la especie disminuyó considerablemente, debido, entre otros, a estos motivos:

-Mayor uso de herbicidas y fertilizantes.

-Desarrollo de nuevos y diversos cultivos altamente competitivos.

-Destrucción de refugios cerca del campo.

-Desaparición de las rotaciones de los cultivos tradicionales.

-Conversión de tierras de cultivo marginales a las de pasto.

En Francia, su nombre Bleuet - el calificativo común de la especie en francés - se empleó como apodo de los soldados de la «Clase 1915» que fueron los primeros en llevar el nuevo uniforme de color azul horizonte, por su parecido con el color del aciano. Se conserva hoy día como símbolo de las «Asociaciones de antiguos combatientes» del país.

Fue la flor favorita de John F. Kennedy y fue también usada por su hijo, John F. Kennedy Jr. en su boda en homenaje a su difunto padre16​

La flor de Aciano es mucho más que una simple flor; es patrimonio del mundo, ya que forma parte de su historia.

Cuenta la historia que la flor de Aciano fue la flor favorita de Guillermo II, conocido káiser alemán, último emperador del imperio alemán. Además, esta flor fue emblema de los nazis.

En Francia es el símbolo de la conmemoración del armisticio de 1918. Por otra parte, entre los años 1934 y 1938 en Austria estaban prohibidos los nazis; por lo que éstos vivían en clandestinidad y utilizaban la flor para poder reconocerse entre ellos.

Actualmente en el 2016 hubo cierta controversia política en la ciudad de Untersiebenbrun de este mismo país (donde es conocida como la flor de maíz o brunonia azul), cuando el Partido de La Libertad, de extrema derecha, utilizó la imagen de esta flor como algún tipo de emblema o símbolo, lo cual generó una reacción por parte de los partidos opositores, los que catalogan al Partido de la Libertad como un partido con tendencias nazistas. Además, la flor de Aciano es la flor nacional de Estonia desde el año 1968 y también de Alemania.

Hay muchas leyendas asociadas con las flores de aciano. Esta flor azul se conocía en la antigüedad. Se encontró una corona de aciano en la tumba de Tutankhamon durante las excavaciones.

Según la mitología griega, los centauros eran criaturas mitad hombres y mitad caballos, y se dice que uno de ellos, Quirón, fue quien enseñó a la humanidad el valor reparador de las plantas. Por eso no es de extrañar que el nombre de una de las más bellas flores de nuestros campos derive del de ese ser mitológico.

En la tradición francesa al aciano se le conocía por eau de casselunettes –agua de gafas rotas–, porque se decía que quien probaba esta planta ya podía prescindir de los anteojos para siempre, una aseveración ciertamente exagerada.

De centaureas hay catalogadas cerca de 500 especies en todo el mundo, de las que una treintena o más se pueden hallar en España. El aciano Centaurea cyanus es una de ellas, acaso la más bella.

Pusi Wright (Nombre ruso) sucedió, según la leyenda, en nombre de un joven, Vasily, hechizado y destruido por una sirena. Llevado por ella en el campo, se convirtió en una flor azul, que se asemeja al color del agua azul: La viuda vivía en el mismo pueblo que su único hijo Vasil. Era un tipo apuesto y trabajador. Desde la mañana hasta la noche trabajó en su campo, y luego fue al río, a lavarse, a descansar.

Una joven sirena lo vio y se enamoró. Comenzó a llamar a Vasil, mira qué hermosa soy, qué fresca y hermosa bajo mi agua. Pero Vasil se negó rotundamente a dejar su tierra, su campo. Ni siquiera quería mirarla.

La sirena se enojó; si es así, entonces no te lleve con nadie, sino que se convierta para siempre en una flor en tu campo. Una flor se balanceaba entre el centeno. Era azul, como los ojos de un niño, y la gente le puso a esa flor el nombre de aciano.

Hay leyendas sobre el origen de los acianos en la literatura cristiana. Leyendas tan interesantes se registraron en la región de Jarkov. Cuando el cuerpo de Cristo fue bajado de la cruz, lo enterraron en el jardín, en una cueva. Y ordenaron enterrar la cruz del Señor en el monte, nivelar el lugar por encima y sembrar allí semillas de beleño. Pero Dios, al ver este enfado, le dio a Vasily (que no sabe) las semillas de una poción fragante y ordenó sembrarla en el lugar donde se sembró el beleño.

Cuando la emperatriz Helena, la madre del emperador Constantino el Grande, llegó a Jerusalén en 326 y quiso encontrar la cruz del Señor, no pudo encontrarla durante mucho tiempo y comenzó a pedirle a Dios que la ayudara. Alguien se le acercó y le dijo: "Busque la poción fragante de Vasily: donde la encuentre, encontrará una cruz". Fueron al monte Gólgota y lo encontraron en ese lugar, que estaba cubierto de acianos. Desde entonces, la cruz está decorada con acianos.

Otra leyenda cuenta que durante el reinado de Iván el Terrible, Vasily el Bendito, el santo tonto, vivió en Moscú. Caminaba por Moscú tanto en invierno como en verano descalzo, con una sola camisa y cadenas en los hombros. Visitó las cámaras reales y boyar, y chozas campesinas... Pasó la noche con mayor frecuencia en cementerios. Y murió allí. Lo encontré en la hierba, ¡olía tan dulce a su alrededor! Al principio se pensó que el cuerpo del Bendito era fragante, pero resultó que la hierba en la que yacía era fragante. Y a esa hierba la llamaron hierba de Vasily: acianos.

Estas flores han sido amadas y honradas en Ucrania durante mucho tiempo. Además de la tradicional, se tejió una corona de devoción a partir de acianos con hojas de apio y se presentó al cosaco al despedirse, antes de largas campañas, para que supiera que lo estaban esperando y amados, creen que volvería sano y salvo de tierra extranjera a su lado natal.

Se usaban para decorar cruces en iglesias, ponerlas detrás de iconos. En el Salvador, se consagraron flores de aciano en la iglesia junto con mazorcas y pan horneado de la nueva cosecha. El motivo de aciano se utilizó en las toallas de boda, especialmente en las hospitalarias, con las que se saludaba a los recién casados, en camisas de hombres y mujeres ucranianos, camisas bordadas, generalmente con amapolas y margaritas. Para la trinidad, era costumbre decorar con coronas como amuletos de las fuerzas del mal y aumentar la descendencia y el bienestar del ganado: ovejas, vacas, caballos.

Los acianos se usaban para la cama en un ataúd, así como coronas para las niñas muertas.

En Bélgica, el aciano era el emblema de la libertad.

En Suecia, se incluye una corona de acianos en la imagen de la bandera nacional.

En 1937, Valery Chkalov, partiendo en un vuelo a través del Polo Norte hacia América, llevó flores de aciano a la cabina del piloto y, en señal de buena voluntad, las presentó a los primeros estadounidenses que lo conocieron.

Estas flores le gustaban mucho al gran fabulista ruso Ivan Andreevich Krylov y en su último testamento pidió poner acianos en su ataúd.