Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16

Para ambos hermanos estaba claro que el señor tenía mucho qué ver con el asunto, pero no esperaban encontrarlo tan de repente. Venu se esforzó por no contestar lo que estaba pensando, pero Hermi sí respondió: —¿Eso qué tiene de importancia? Sólo es una coincidencia.

El señor no lucía muy convencido, y preguntó de nuevo: —No lo creo, además... ¿no son amigos de Guadalupe?

—¿Es importante si lo somos? —Venu no pudo detenerse.

Al notar el tono hosco, el señor entrecerró los ojos por un momento, y después respondió, agitando una mano: —Olvídenlo. Sólo tengan cuidado, ¿entienden? —enseguida, dio media vuelta y se alejó.

Venu intentó ir tras él, pero Hermi lo sostuvo con fuerza para impedirlo, a lo que el primero rápidamente protestó: —¿Nos amenazó? Porque a mí me sonó como que sí.

—A mí también, pero no estamos listos. Tenemos que conseguir pruebas de que es él —respondió Hermi.

—Entonces, ¿no deberíamos seguirlo?

—No, ya que ahora que nos reconoció, sabrá que debe ser cuidadoso... —explicó Hermi, aunque se interrumpió al estornudar de nuevo. El frío de la madrugada le había afectado un poco, y ahora que el sol estaba en alto, el contraste entre su calor y el frío de las corrientes del viento otoñal no cooperaban con su salud.

Venu estaba molesto, pero su hermano tenía razón, y además, no quería que se enfermara, así que a pesar de que quería conseguir evidencia contra aquel señor, cedió. —Entonces, continuaremos después.

Recorrieron las calles hasta regresar a su casa, y al primero que vieron fue a su papá, que estaba en el puesto de venta. —¿Cómo les fue? —preguntó.

—Casi bien, pero nos faltan las pruebas —respondió Venu.

—Oh. Entonces ya encontraron al culpable. Qué eficiencia —dijo don Herminio, aunque no sonó muy convencido. Los dos chicos lo miraron fijamente, así que explicó: —No es que no les crea, pero me sorprende que lo lograran tan rápido.

—Bueno, supongo que hemos tenido buena suerte —respondió Hermi antes de estornudar otra vez.

Desde luego, su papá dejó a un lado el tema de la investigación y los instó a entrar a la casa para evitar el viento frío. Sin embargo, el contraste del exterior con la calidez del interior, en vez de ayudar, causó que Hermi se enfermara; apenas una hora después ya estaba moqueando y con una ligera tos. No es que fuera algo de gravedad, pero sí lo suficiente para estar incómodo, así que el proyecto de volver a salir para continuar investigando y obtener pruebas tuvo que posponerse, más que nada por exigencia de los mayores, que no querían que se arriesgara a empeorar.

Así que los gemelos intentaron continuar con su investigación valiéndose del internet. Aunque era un poco más complicado ahora, puesto que su sospechoso no estaba registrado como trabajador del museo, lo que tenía sentido, ya que usualmente, las personas que se encargan de la vigilancia en varios lugares son empleadas de otras corporaciones especializadas en este respecto. Y esto era lo que ponía en dificultades a los hermanos, ya que, en primera, no podían saber a qué empresa pertenecía ese señor, de quien sólo sabían la apariencia, ya que Venu no estaba seguro de cuál era su nombre, y además, la información estaba mucho menos expuesta que la del museo.

Venu no quiso ir a buscar a ese sujeto sin su hermano, pues se conocía lo suficiente para saber que se delataría a sí mismo o causaría algún problema similar, debido a su impaciencia por encontrar evidencia, así que prefirió quedarse en casa y tratar de sobreponerse a la prisa y a la tristeza desquitándose con el trabajo/entrenamiento de sus poderes. Al final, eso fue una mala idea, porque gracias al clima cambiante y al cansancio, se enfermó también.

Entre una semana de descanso para Hermi y otra para Venu, el primer día de noviembre llegó, y así en Santa Luisana, como en el resto de México, inició la conmemoración de los Días de Muertos. Y antes de continuar el plan, debían continuar la tradición.

Desde la noche anterior, el camposanto había sido arreglado por las familias que esperaban la visita en espíritu de los niños y niñas fallecidos, y a la siguiente noche, la de los adultos. En la familia Domínguez Hernández habían tenido la suerte de que todos sus familiares habían llegado a la mayoría de edad antes de dejar este mundo, así que sólo tenían que armar la ofrenda para el segundo día. Y claro, en esta generación principalmente la hacían para el recuerdo de Rocío. Doña Rocío y don Venustiano muchas veces habían pensado que alguno de ellos sería quien llegaría primero a ocupar un lugar allí, sin imaginar que su hija terminaría siendo la primera.

Todos, pero sobre todo los gemelos, sabían que este año iba a ser diferente en varios sentidos. El hecho de que esta vez la justicia estuviera más cerca, pero a costa de un corazón herido, tenía la ambigüedad como si de un drama de ficción se tratara. La tradición y creencia de que en esta fecha los espíritus de los fallecidos regresaban para visitar a su familia viva, en esta ocasión no era tanto un consuelo para los hermanos, ya que de ser cierto, no sabrían cómo explicar esta situación a su mamá.

De cualquier manera, no iban a evitar seguir la costumbre, y después de armar entre toda la familia el correspondiente altar en casa, se dirigieron al panteón para llevar las flores y velas que según se dice, guían a las ánimas de regreso al que fuera su hogar mientras vivieron.

En esta ocasión, debido a que los chicos apenas se habían recuperado del resfriado, la familia se dirigió al cementerio un poco más temprano que en los años anteriores. Al llegar, ya había otras familias trabajando en limpiar y arreglar los nichos y tumbas donde descansaban sus respectivos parientes, y el ambiente contrastaba con lo solitario que solía ser el resto del año.

En un momento, mientras caminaban por el camposanto, Venu pudo ver que una fila de lápidas más delante de ellos, estaba el señor que él y Hermi tenían señalado como presunto culpable, sin embargo, en aquel momento, incluso él estaba más ocupado en arreglar el lugar donde descansaban sus familiares, y de hecho lo acompañaban una familia viva bastante grande. Venu frunció el cejo por un momento, y le dio un ligero codazo a su gemelo para llamar su atención.

Hermi miró aquella escena, y murmuró: —No creo que podamos conseguir algo, pero aun así hay que observarlo.

Venu asintió con la cabeza, y siguieron avanzando junto al resto de su familia.

Pero cuando llegaron a unos pasos de la tumba de Rocío, se encontraron con que Guadalupe estaba allí. El muchacho estaba hablando en voz baja, y al ver las flores que había sobre la lápida, era algo evidente que era él quien las había llevado. En ese momento, toda la familia comprendió una cosa: en los años anteriores, cuando llegaban a arreglar la tumba para la conmemoración, siempre la habían hallado limpia y con algún ramo de cempaxúchitl, pero suponían que sería cosa del cuidador o que alguna otra familia habría supuesto que la tumba estaba abandonada. Pero no se les había ocurrido para nada que siempre se trató de un intento de disculpa.

Don Venustiano, doña Rocío, don Herminio, Venu y Hermi, se quedaron quietos, controlando incluso sus respiraciones para no hacer ruido y dejar que el alfarero terminara de hablar con Rocío, sin interrumpirlo, aunque quisieran acercarse para poder oír lo que decía.

Luego de unos minutos, Guadalupe guardó silencio, y se giró para irse, pero entonces vió que los Domínguez Hernández estaban allí. Agachó la cabeza y se apresuró a balbucear —Perdón, sé que no... ah... por favor, algún día... perdónenme por todo —Y se hizo invisible para intentar huir, pero la tierra suelta no lo ayudó, pues se notaba el impacto de sus pasos apresurados.

Sin dudar, Venu dejó descuidadamente las flores que llevaba en sus brazos sobre los de Hermi, y corrió detrás de Guadalupe, lanzándose sobre él cuando estuvo a distancia suficiente para derribarlo, causando que volviera a ser visible y además quedara cubierto de tierra. Llamaron la atención de algunas personas, pero sólo por un momento, ya que pronto todos volvieron a sus asuntos. Después de todo, en esos días era normal que algunos terminaran peleando, así que a menos que llevaran el asunto a algo interesante, no sería necesario ponerle atención al chisme.

Guadalupe no trató de luchar; conocía lo suficiente a Venu para saber que no lo dejaría escapar, y además, aunque no podía saber qué elementos podía controlar este día, de todas maneras no podía tener ventaja contra él, ni pelearía para no dañarlo. Dejó que lo girara para quedar frente a frente, y se preparó para que lo regañara.

Y en efecto, Venu lo miró fijamente mientras con sus brazos lo estrechaba con toda su fuerza, y reprochó: —Maldito, siempre fuiste tú.

El alfarero desvió la mirada y asintió, sin saber qué sentir. Se sintió mucho más confundido cuando escuchó una ligera risa, y luego de que la cálida mano de Venu lo hizo volver a enfrentar su mirada, sintió la presión y el dulce de unos labios atacando los suyos. Fue un beso fugaz, pero suficiente para hacerlo enrojecer de pena y deseo a la vez. —¿Eso... por qué? — balbuceó.

Venu se volvió a reír por el nerviosismo: —Ya sabes; estoy loco, y bueno... tú eres tierno. Es una mala combinación.

Guadalupe tuvo que reírse también, y se sintió un poco más tranquilo por eso. De todos modos, se apresuró a ponerse de pie, y aunque extendió la mano para ayudar a Venu a levantarse también, explicó en voz baja: —No es seguro que nos vean juntos ahora.

—Bah, nunca lo es —respondió el chico.

—Venu, hablo en serio, deja de coquetear conmigo y con la muerte al mismo tiempo.

El travieso joven hubiera querido responder que no se pusiera celoso, pero no era momento. Además, el timbre del celular del alfarero sonó, y aunque Venu no podía saber de quién era el mensaje, la consciencia de qué podría tratarse lo hizo dejar las bromas de lado, y solo preguntó en voz baja: —¿Puedo buscarte más tarde? O enviarte un mensaje.

Guadalupe titubeó, pero al final asintió. Venu tocó suavemente su mano para despedirse y regresó con su familia, mientras Lupe se alejó hacia la salida del panteón. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro