Después de comer, la familia reorganizó sus ocupaciones para darle el tiempo suficiente a los gemelos para entrenar un poco más el control de sus poderes, que era la primera etapa del plan. Así que desde ahora, los hermanos serían quienes ayudarían al abuelo con el trabajo en los cultivos, y don Herminio sería quien atendiera la venta. Doña Rocío seguiría siendo quien se ocupara de la casa, ya que según dijo, no había nadie que lo hiciera mejor. Pero ese nuevo orden lo implementarían desde el siguiente día. En lo que restaba de este, decidieron descansar un poco de sus trabajos cotidianos; después de todo, lo necesitaban, aún no se recuperaban de lo sucedido en la tarde anterior.

Pasaron la tarde viendo películas en la televisión, y en la noche se dispusieron a descansar lo suficiente para iniciar su nueva rutina lo más temprano posible.

Mientras se preparaban para dormir, Hermi le preguntó a su hermano: —¿Estás seguro de que quieres participar en el plan de esta forma?

—Sí, seguro, ya te lo dije —contestó Venustiano.

—¿De veras?

—Que sí, ya no insistas.

Herminio se calló por unos minutos, pero luego volvió a hablar: —Oye, pensé actuar solo por si acaso algo saliera mal, porque entonces, bueno, aún estarías tú.

Venu se giró hacia su hermano, y preguntó: —¿A qué te refieres?

Herminio explicó: —Bueno, el objetivo final es capturar a un asesino. Uno que no dudó en dispararle a mamá, y de quien no dudo sea capaz de matar a Guadalupe. Si por alguna razón, ese maldito descubriera que lo buscamos, también intentará acabar con nosotros. Es un riesgo que yo, individualmente, tomaré con serenidad, pero por lo mismo, quiero que tú, papá y los abues estén a salvo. ¿Entiendes?

Venu asintió, pero su rostro lucía decidido.

Hermi continuó: —Además, ¿no quieres a tu Lupe?, ¿piensas dejarlo solo?

Venu contestó: —Lo amo. Y por eso yo tengo que participar igual que tú. No puedo quedarme solamente mirando sabiendo que corre peligro. No quiero perderlo también.

Hermi lo miró fijamente por unos segundos, luego dijo: —Tenía mis dudas, pero ahora sí estoy seguro que ese es amor del bueno.

Venu se rió y contestó: —También te amo a ti. Claro, como hermano, pero entiendes la idea, ¿no?

—Sí, ya entendí. Sólo no le digas a nadie —replicó Hermi, riendo también.

Los dos rieron un momento más y se acomodaron en sus camas, apagando la luz para tratar de dormir. Aunque no fue tan sencillo, ya que el nerviosismo de iniciar una misión tan importante los mantuvo despiertos un buen rato.

Venu retomó la conversación, hablando en voz un poco baja: —Hermi... ¿crees que a mamá le gustaría que hiciéramos esto?

—No lo sé. A ella le molestaban mucho las injusticias, pero siempre fue tan cuidadosa de que no corriéramos grandes riesgos, que no estoy seguro de que nos dejara hacer algo así si estuviera aquí.

—Sí... y de hecho nos protegió hasta el último momento.

—Sí. Así que esto es lo menos que podemos hacer por ella. Aunque tal vez no estaría muy contenta con nuestros métodos, jsjsjsjs.

—Ni modo, no tenemos otros.

—Pero, confío en que no lo haremos tan mal, hermano.

—Eso espero.

Hubo unos segundos de silencio, pero no duraron lo suficiente. Esta vez Hermi fue quien habló.

—Falta poco menos de mes y medio para Xantolo.

—No te adelantes, hermano. Primero, las fiestas patrias, ya luego los Días de muertos. Aunque ya estamos a 11, la otra semana es lo del grito.

—Jajaja, ya lo sé. Pero lo que iba a decir es que para ese entonces ya deberíamos estar en otra fase del plan. Y quizá este año no sea tan triste, si podemos hacer justicia, tendremos una buena noticia para contarle a mamá.

Venu no respondió rápido, pero cuando lo hizo, su voz salió débil y trémula. —Ayer había pensado lo mismo, pero creí que la noticia sería diferente.

Hermi se quedó sin palabras. Realmente habría sido bonito que su hermano pudiera disfrutar de su amor y presentarle a su mamá a Guadalupe como su pareja. Pero ahora que sabían que él era en parte culpable de que ella ya no viviera, ¿qué tan decepcionante sería para su mamá saber que Venu lo amaba?

Sin dudar, Hermi se levantó y se cambió de cama, metiéndose entre las cobijas para abrazar a su gemelo, intentando calmarlo. Venu se dejó abrazar, y luego de llorar un poco, finalmente se quedó dormido en brazos de su hermano, quien a pesar de lo incómodo de estar juntos en un lecho estrecho, también pudo dormir con tranquilidad.

Pasaron cinco semanas, (con todo y las fiestas patrias como había dicho Venu), durante las cuales, los gemelos mejoraron bastante en el control de los elementos, guiados por el abuelo mientras ayudaban con el trabajo en el campo. Sin embargo, aún les faltaba para dominar completamente sus poderes, y pasar de hacer cosas sencillas como cambiar la dirección del viento, a más complejas, como apaciguar los vendavales que soplaban, propios del ambiente del otoño, y lo cual don Venustiano sí sabía hacer (si creen que eso no es gran cosa, es porque no lo han intentado).

Pero Hermi notaba que, aunque Venu estaba progresando incluso un poco más rápido que él, empezaba a deprimirse de nuevo, y con más seriedad.

Así que decidió que ya era momento de pasar a la siguiente fase del plan, o sea, comenzar a investigar. Bueno, tomando en cuenta que no habían avanzado aún lo suficiente para dominar sus poderes, tal vez sería más apropiado encimar el desarrollo de ambas partes del plan, pero no se enredaría en tecnicismos.

El problema era por dónde comenzar, ya que Hermi tenía en claro que había que descubrir la identidad del asesino. Con esta idea, el chico había considerado que debía tratarse de alguien que los conociese tanto a ellos como a Guadalupe. Y en ese caso había muchas opciones, ya que podrían contar incluso a los clientes que llegaban a comprar en el puesto como sospechosos, pero realmente eso era un poco extremo. Y después de pensarlo mejor, Hermi no podía concretar ninguna posibilidad porque, en realidad, no conocían a muchas personas, lo que se llama conocerlas realmente. De hecho, a veces su vida era un poco aburrida. Entre toda la familia, no tenían amigos, y tampoco sabían de enemigos. Eso hacía aún más difícil la pregunta: ¿Quién podía ser?

El muchacho estaba intranquilo. En verdad, al único que podría tomar en cuenta era Guadalupe, y en realidad se habían conocido bastante tiempo después de que ocurrió el crimen. A la vez que Hermi sospechaba de él, no creía que el alfarero hubiera sido el de la idea del robo, pues en tal caso no habría revelado nada.

No había pasado ni la mitad de la semana y Hermi ya estaba abrumado, entre las dudas de cómo continuar su plan y el ver a su hermano cada día más decaído. Sin embargo, el joven no había tomado en cuenta algo muy importante: antes de encontrar al culpable, se debe encontrar el motivo del crimen. 

¡Feliz Navidad!