Parte 87
Es mucho pedir esperar hasta las 9:30 de la mañana. M ya te había dicho que podías intentar contactar a tu ángel en sueños, así que eso es lo que harás esta noche antes de dormir. Recuerdas bien su imagen, así que te acuestas y dibujas su rostro en tu mente. Te concentras en él mientras el sueño se apodera de ti.
Pronto te encuentras caminando en medio de un prado. Bellas flores silvestres te rodean. Sientes que una mano se posa en tu espalda. Te das la vuelta y te encuentras cara a cara con él. Le sonríes feliz de verlo, aunque también tienes muchas ganas de golpearlo porque nunca salió de él establecer contacto contigo.
—Hola —le dices—. Creo que al fin podremos hablar, ¿no?
—Hola, ahora sí —te dice—. Antes no podíamos.
—¿Por qué no? —preguntas
—Porque se me prohíbe entablar relación alguna con quienes protejo. Sin embargo, en sueños nadie puede vernos y podemos hablar con total libertad.
Se sientan en el suelo para seguir hablando. Te sientes tranquilo. Tienes toda la noche para hablar con tu ángel, siempre y cuando nada te saque del sueño.
—Tengo varias preguntas para hacerte —le dices.
—Está bien. Responderé las que pueda.
—¿Puedes decirme quién es M?
—M es una amiga que está intentando ayudarte —te dice—. Necesitas descubrir tu verdadera identidad y esta llave te ayudará a hacerlo. Ya has pasado una prueba enorme al llegar hasta aquí y por eso puedo decírtelo. Eres más que un simple humano. Pero está en ti hallar tu poder.
Te ríes. ¿Más que un simple humano? Si lo único extraño que te ha pasado hasta ahora ha sido ver a tu ángel guardián, cosa que otros humanos afirman haber hecho también. Y recibir esa llave rara que hace que el marco de tu cuadro brille, claro.
—Es verdad —te dice tu ángel—. Cuídate y sigue las instrucciones de M. Por más que quiera no podré salvarte si alguien que no sea humano intenta matarte por poseer esta llave. Solo estarás a salvo dentro de tu casa y con quienes M te indique.
—¿Por qué no puedes ayudarme? —preguntas.
—Porque no lo tengo permitido. Si lo hago perderé mis alas. Lo siento.
Tragas saliva. Claro que no quieres comprometer a tu ángel de esa forma y lo entiendes.
—El cuadro que encontré me ayudará a descubrir mi verdadera identidad —preguntas. Tu ángel asiente.
—Sí, ese cuadro abre el portal a otra dimensión. Tendrás que encontrar algo importante allí.
—¿Y eso qué sería? —preguntas.
—No puedo decírtelo. Ya lo descubrirás. Pero lo que sí puedo decirte es que no debes ir a ese sitio solo. Es muy peligroso.
—Supongo que ya debo irme —dices. Comienzas a sentir que estás por despertar. No quieres marcharte, aún tienes muchas preguntas que hacerle.
—Así es, pero puedes volver cuando quieras —te dice tu ángel.
—¿Cómo te llamas? —preguntas.
—Akiriel —te responde, antes de desvancerse mientras despiertas. Es el sonido de tu despertador. La noche pasó mucho más rápido de lo que hubieras imaginado.
Desayunas y te preparas para recibir las siguientes instrucciones de M. Estas llegan de forma puntual a las 9:30.
M: Ve hasta el cuadro y abre el portal dentro de quince minutos. Estaré esperándote del otro lado. (9:30 AM)
Tú: Necesito llevar alguna cosa conmigo? Algo más que deba saber? (9:31 AM)
Sabes que ese sitio es peligroso así que quizás haya formas de defenderte si vas preparado. Te emociona saber que al fin conocerás a M.
M: Solo la llave, que usarás para abrir el portal. Será de día allí así que el peligro que corras no es grande. Además, estarás a salvo siempre y cuando estés conmigo. (9:32 AM)
Se siente algo extraño saber que M es una chica y que será ella la encargada de tu protección, pero allí no habrá nadie para burlarse de este hecho así que no te importa en lo absoluto.
Te pones ropa cómoda y te preparas para abrir el portal. Repites lo mismo que hiciste para activarlo la vez anterior, y esta vez introduces la llave en la abertura que se ha materializado.
Un rayo de luz proveniente del centro del cuadro te encandila por unos segundos. Cuando puedes volver a ver con normalidad notas que hay una puerta luminosa en tu pared, en el lugar donde antes estaba el cuadro.
«Con que así se ve un portal», piensas mientras lo atraviesas.
Una vez que has cruzado, el portal se cierra y la llave vuelve a tus manos. Te la cuelgas del cuello y miras a tu alrededor esperando encontrar a M. Hay algo en el aire que te dice que este sitio es especial, que aquí perteneces, que por algo tu familia tenía ese cuadro mágico en su poder.
—Buen día —dice una voz melodiosa a tus espaldas. Te das la vuelta y encuentras a una joven que no puede tener más que tu edad. Es muy bella. Lleva suelto su cabello largo y rubio, sus ojos azules tienen el brillo de diez mil estrellas, y sus labios se curvan en una amistosa sonrisa. No es muy alta, pero algo en ella te hace pensar que podría derrotar a alguien el doble de su tamaño.
—Buen día —le dices con un poco de nerviosismo. Sabes que ahora comienza la verdadera aventura.
—Muy bien —te dice—. Yo solo seré tu guía aquí. Hay algo que debes encontrar en esta dimensión, lo cual necesitas para desarrollar tu verdadero potencial. Yo no sé dónde está ni puedo saberlo. Sin embargo, ese objeto te pertenece y te llama. Deberás concentrarte para encontrarlo. Estando en este sitio será más fácil para ti canalizar ese sexto sentido.
Ve a la parte 111 para continuar.
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