No confías en que tú y tus padres logren salir con vida a no ser que llames a la policía. Nadie más puede ayudarte, así que llamas al 911 sin perder un minuto más.

Les cuentas lo ocurrido, te dicen que tienen un móvil cerca de tu casa y que lo enviarán de inmediato, y que también mandarán personal policial al sitio donde se encuentran tus padres. No has esperado ni dos minutos cuando llegan. Abres de inmediato y te encuentras con dos morenos idénticos. ¡Son gemelos!

No tienes mucho tiempo que perder así que no te detienes a pensar en esta casualidad.

—¿Podemos pasar? —te preguntan. Asientes.

—¿Ya enviaron gente donde están mis padres? —preguntas.

—Sí, van en camino —te responde uno de ellos.

—¿Podemos ver la llave que te pedían a cambio de dejar a tus padres tranquilos? —te pregunta el otro.

Buscas la llave y se las muestras. Uno de ellos la toma, sonríe de forma extraña y se la mete en el bolsillo.

—¿Se la van a llevar? —preguntas extrañado. ¿Para qué la querrían?

—Por supuesto. Esa llave es la razón por la cual estamos aquí —te responden en unísono.

Los miras estupefacto, al tiempo que notas como sus rostros empiezan a cambiar. Se cubren de pelo al tiempo que sus cuerpos también mutan. Pronto no son dos policías sino dos jaguares enormes quienes se encuentran contigo en la sala de tu casa.

Y ellos no dudan en despedazarte y hacerse un festín con tu carne. Cuando tus padres regresen a casa no quedará ningún rastro de ti. Jamás sabrás por qué esa llave llegó a ti.

Vuelve a la parte 3 para reintentarlo.