Te arrepientes enormemente de no haber obedecido desde un principio, pero confías que aún puedes arreglar las cosas y empezar a hacer todo bien desde ahora.

Subes a tu habitación procurando no hacer ruido. Te ocultarás en tu cuarto y guardarás la llave por si la policía entra igual aunque no les abras.

Tienes un buen escondite. Se trata de un hueco detrás de un cuadro que heredaste de tu abuela. Cuando te acercas al cuadro con la llave en tu mano ves que el marco se vuelve brilloso. Es lo más extraño que has visto nunca.

En eso oyes que la policía golpea más fuerte. Temes que decidan entrar así que escondes la llave rápidamente y te ocultas en el baño, detrás de la cortina de la ducha.

Te quedas allí por una hora, hasta que estás segura de que la policía se ha ido. Miras por la ventana de tu cuarto por las dudas para asegurarte, y lo confirmas.

Buscas la llave de su escondite y notas como el marco del cuadro vuelve a iluminarse. Esto es muy curioso. ¿Qué haces?

Ve a la parte 26 si decides no abrir y quedarte a investigar qué sucede con el cuadro. 

Ve a la parte 48 si decides ignorar esto y esperar más instrucciones de M.