El negro es el color de los vampiros, quienes gobiernan la dimensión que por derecho de nacimiento pertenece a las brujas, raza a la cual tú también perteneces. Parecen razones suficientes para creer que esta es la puerta que has de elegir. Saber que tu ángel ya no puede ayudarte ejerce mucha presión en ti.

¿Y si estás equivocada? ¿Con qué peligros podrías encontrarte allí? Incluso si esta es la puerta que debías tomar, sabes que es probable que debas pasar ciertas pruebas antes de llegar al contenedor de tu poder.

Te encuentras en un túnel oscuro, al final del cual se ve una luz tenue. Te diriges a ella, teniendo sumo cuidado al pisar. Caminas por alrededor de un minuto hasta que llegas a la salida. Lo que encuentras es otra sala, la cual se encuentra iluminada por antorchas que cuelgan a los costados. Ves dos puertas: una roja y una violeta, las cuales lucen idénticas a las que había en el castillo.

«¿Serán las mismas?», te preguntas. «¿Qué significa esto?».

Examinas la sala buscando si hay alguna pista, alguna otra salida, pero no hay más nada. Incluso ya no hay rastros del túnel que atravesaste para llegar aquí. Son solo esas dos puertas y nada más.

—No escogiste la puerta correcta —dice una voz femenina que suena desde arriba, una voz de alguien que no puedes ver—. Sin embargo, el negro simboliza a la dimensión que habitan los vampiros, cuya existencia significa que hayas nacido sin poderes. Aquí se te presenta otra oportunidad más y aún puedes reclamar el poder que heredaste; una de estas puertas te llevará a él. Pero si le erras estarás perdida, no se te dará otra oportunidad, tu ángel no podrá ayudarte.

¿Qué harás? ¿Escogerás el rojo de la sangre? ¿O el violeta de la nostalgia y los buenos recuerdos?

Ve a la parte 186 para elegir la puerta roja.

Ve a la parte 187 para elegir la puerta violeta.