«Meredinn sabe lo que es mejor», te dices. Eres consciente de que debes hacerle caso si quieres salir con vida de aquel lugar. Nadie más parece dispuesto a ayudarte.

Ella da un paso al frente y habla antes de que Nikolav pueda intentar dar un veredicto en tu contra.

—Disculpen mi intromisión, pero solicito que se respete el tratado con las hadas. Todos los asuntos de extrema importancia que afecten cualquiera de las dos dimensiones deben decidirse en conjunto entre los reyes consortes. Solicito que se llame a mi madre y que ella tome parte en la decisión.

—No creo que tu madre piense que es buena idea dejar que este hechicero obtenga sus poderes —alega la virreina—, mucho menos cuando todo el concejo se ha pronunciado en contra.

—No, pero podrá ayudar a definir cuál es su mejor destino —dice Meredinn.

—Tiene razón. Alejandra debe estar presente para que podamos definir cuál es el mejor curso de acción. Por el momento, este muchacho regresará a su cuarto y le quitaremos la llave para que no pueda huir. De todos modos, no le pertenece. Mandaré a llamar a Alejandra. Volveremos a sesionar mañana a la misma hora.

Nikolav mismo te acompaña hasta tu cuarto y te quita la llave antes de marcharse. Quedas allí encerrado, esperando a que Meredinn cumpla con su palabra y regrese para ayudarte a escapar.

No es hasta el otro día que vuelves a saber de ella. Hace un par de horas que ha amanecido cuando despiertas. El hada se encuentra a tu lado y te hace señas para que permanezcas en silencio.

—Shh. Nadie puede saber que estoy aquí —dice dentro de tu mente—. Le robé la llave a Nikolav. Sé que estaré castigada por un buen tiempo por haber hecho esto, pero te permitirá huir. Ve hasta el cuadro negro y regresa a casa. Nos quedan tres meses para que puedas reclamar tu poder. Si yo no puedo hacerlo, alguien más te contactará y te será de asistencia.

—¿Y si no quiero hacerlo? —preguntas, hablándole también de forma mental.

—Nadie puede obligarte. Puedes volver a tu vida normal, y un día la llave desaparecerá como por arte de magia. Sabemos cómo recuperarla, quédate tranquilo.

—¿Los vampiros no me buscarán para matarme?

—No, pero sí estarán atentos y reforzarán las defensas por si vuelves a entrar a esta dimensión. Así que no debes regresar por tu cuenta. No vuelvas hasta que se te instruya hacerlo.

—Muy bien.

—Ahora los pasillos están desiertos. Aprovecha a huir. Mucha suerte. —Te sonríe, sientes ganas de abrazarla antes de irte, pero no tienes la suficiente confianza como para hacerlo.

Te marchas por los pasillos y pronto encuentras el cuadro negro. Te imaginas tu habitación antes de introducir la llave en él, y pronto te encuentras de regreso en tu cuarto.

Ahora te espera una gran decisión. ¿Aceptarás reclamar tus poderes, o decidirás renunciar a ellos?

Ve a la parte 168 para esperar nuevas instrucciones de Meredinn.

Ve a la parte 169 para retomar tu vida normal y negarte a reclamar tus poderes.