—Muy bien, acepto —le dices y te separas unos centímetros de él. Lo miras y piensas bien la pregunta que vas a hacerle.

—Piénsalo bien —te dice y sonríe—. Cada pregunta conlleva una mordida. Es la única condición. Solo yo sé cuándo he respondido lo suficiente a una pregunta.

—Muy bien... Dicen que soy un hechicero. ¿Qué sabes tú de eso?

—Oh, sé bastante pero no lo sé todo. Sabes, cuando los vampiros somos convertidos ganamos acceso a los recuerdos de nuestra línea de sangre, por eso puedo saber que ciertas cosas son certeras, mientras que no puedo dar fe de todo lo que se dice. Al parecer eres el último descendiente hechicero de Lilith, la creadora de la raza vampírica, quien fue en comienzo una bruja y logró volverse inmortal creando nuestra raza. Yo sé qué pasó con sus descendientes mortales después de que se convirtiera en vampira, pero no puedo asegurar a ciencia cierta que seas uno.

—Oh... He escuchado leyendas de Lilith. ¿Cómo es su historia verdadera?

—No más preguntas por ahora —te dice y coloca un dedo sobre tus labios—. Es mi turno.

Asientes algo asustado. ¿Dolerá? ¿Cumplirá Frederick su promesa de no beber demasiado?

Dejas el lado izquierdo de tu cuello expuesto, invitándolo a hincarle el diente. Respiras hondo mientras él acerca su boca a tu piel, y te muerde. Al principio sientes un poco de dolor, pero este pronto pasa. Incluso comienzas a sentir algo de placer, y deseas someterte a todos sus deseos. Te entregas.

Pero el placer dura poco porque Frederick cumple con lo prometido y deja de beber de ti.

—Sabes a hechiero —te dice y se limpia la sangre de la boca con un pañuelo—, y tu sangre tiene un sabor particular. Creo que sí debes ser el brujo del que hablan. No hay duda.

Tragas saliva. No sabes qué tan bueno pueda ser para ti ser esa persona que él dice que eres.

—Oh.

—Bien. ¿Quieres hacerme otra pregunta? ¿Respondo la que me hacías antes de que te mordiera? ¿O prefieres esperar?

—Sí, te voy a preguntar otra cosa —le dices—: ¿por qué les preocupa a los vampiros que yo sea el último descendiente de Lilith?

—No solemos llevarnos muy bien con las brujas y hechiceros, y si reclamas el poder que te pertenece como último descendiente te convertirás en el brujo más poderoso de todos. Podrías intentar someternos, o quién sabe. Tal vez ahora parezcas un chico indefenso sin ánimos de meterte con nadie... Pero eso podría cambiar. El poder solo se alimenta con más poder.

Quieres saber más pero sabes que no puedes hacerle otra pregunta hasta que él haya bebido de ti otra vez, así que dejas que lo haga. Esta vez no sientes molestia alguna cuando te muerde, pero sí te sientes algo débil cuando él te deja ir otra vez.

—¿Vas a seguir preguntando? —te dice—. Esto ya depende de ti. Puede o no que toleres bien otra mordida. Piénsalo bien. Si dices que sí puede que sea demasiado... Si dices que no puede que no vuelvas a tener otra oportunidad para preguntarme nada.

Quizás no haya bebido demasiado aún, pero si le dejas seguir bebiendo de ti quedarás demasiado debilitado y sabes que no servirás para nada durante unos días más. O quizás podrías morir, eso no lo sabes con certeza.

¿Qué haces?

Ve a la parte 142 para hacerle una pregunta más.

Ve a la parte 143 para regresar a tu habitación a descansar.