Drabble: Solo otro sábado
Solo otro sábado.
Era una mañana típica en la mansión de Wayne; el reloj marcaba eso de las nueve, cuando se podía ver como Damian vestido solo con una holgada playera negra con el escudo en rojo de Superman sobre su pecho, y un par de boxers del mismo color, abandonaba la cocina para dirigirse hacia la sala. En su mirada empañada por el sueño y su bostezo mal disimulado se podían ver sus claros planes de pasar su mañana de sábado haciendo el vago viendo Netflix, sin planes de moverse del sofá hasta que el hambre venza su pereza.
Sus pies descalzos se deslizaron sobre el piso frío de mármol, mientras una mano bajaba por su cabello oscuro tratando de dar algún sentido a su desastroso peinado de almohada; solo logrando empeorar el desastre de hebras dispersas en todas las direcciones posibles que parecían desafiar la gravedad.
Con parsimonia debido a la somnolencia deslizo por su garganta un gran trago del café humeante que sostenía en su otra mano. El líquido espeso y negro casi parecía alquitrán de lo cargado que estaba, lo que provocaba que un regusto amargo invadiera su boca una vez que el flujo de infusión se detenía.
Pero al pasar la entrada de la sala se vio con la apremiante necesidad de detenerse y re evaluar seriamente su plan bien estructurado para aprovechar al máximo su tan esperado sábado.
Frente a él; la escena más bizarra se llevaba a cabo.
Su padre; el poderoso e imperturbable Batman, se encontraba de pie en medio de la sala peleando con Todd; el temido e indomable Red Hood.
Hasta ahí; una mañana sin nada que se pueda considerar fuera de lo normal. Una mañana típica en casa; en realidad. Eso hasta que veías la tela roja entre sus manos que era jalada de un lado a otro por la que aparentemente peleaban.
Una tanga roja de encaje.
Junto a la pelea entre su segundo hermano mayor y su padre, Grayson agitaba con desespero sus manos al aire; gritando un asesinato sobre rasgar la tela, y algo entre "Es una edición limitada" y "Devuélvanmela ahora mismo". Escándalo que por supuesto era completamente ignorado por los otros dos que seguían luchando por la aparente prenda protagonista de dicha escena.
En el rincón más apartado Wally West; el novio - patético y poco merecedor de dicho título - de su hermano mayor, se podía ver llorando mientras susurraba lo que sonaba como un cántico satánico en una profusa nube negra de depresión.
Damian se tomó un segundo más para observar la escena por segunda vez con ojos desorbitados en sorpresa y un profundo ceño confundido. Su somnolencia completamente olvidada para estas alturas. Mirando la taza blanca que sostenía en su mano derecha, observó con cautela y gran desconfianza el líquido oscuro de su interior.
- Okey...No vuelvo a robarme el café de Timothy otra vez. - Fue lo único que dijo antes de dar medía vuelta y regresar a su habitación.
Lo bueno de su plan original es que era flexible, y su cama seria tan buena opción como el sofá de la sala.
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