Dos chicos solitarios
Dos chicos solitarios.
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Fue en un parque de un pueblo lejano en Japón; lugar que visite durante un viaje de estudio. Fue solo un instante, pero yo y es chico cruzamos miradas.
Sus ojos eran de color ámbar; su cabello de un castaño lavado. Su aura tranquila y melancólica, y me miraba como si estuviera escudriñando en mi alma.
Fue un encuentro que duro solo segundos, pero nada sabía en ese momento que se volvería eterno.
Volví a ver el camino que tenia delante, mis pasos nunca se detuvieron. Bueno; no es como si al heredero de Wayne se le permitiera actuar de forma extraña en público. Por eso fue que no me detuve, pero por alguna razón no logre que el mirar ensombrecido en soledad de aquel chico abandonara mis pensamientos. Una pequeña brisa igual que un suspiro hace revolotear mi flequillo; y parece acariciar mi mejilla.
Extraño, hoy no hay viento.
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- ¿Quieres que me lo coma, Natsume?
Le miro con un mirar entrecerrado la bola de pelos que tenia por guardaespaldas. Levanto la mirada por un instante del libro que leía, viendo como la espalda del niño de ojos jades se alejaba por el camino; en su hombro un Youkai de alas blancas, cabellos rojizos y mirara esmeralda ahora le devolvía la mirada. El pelirrojo sonrió por un instante; luego regreso su total atención al niño que paresia poseer.
- No; esta bien, el solo lo está cuidando - La voz de Natsume sonaba cariñosa; entremezclada con un toque de tristeza. Por un lado feliz de que el niño de mirar cansado y tan solitario tuviese a alguien cuidando de él; y por el otro realmente le entristecía el hecho de que el niño no fuese capaz de ver a su guardián. Distraídamente dejo con sus dedos errantes un par de caricias en el pelaje de Nyanko-sensei; para luego ponerse de pie.
- Vamos Sensei; ya va siendo hora de regresar a casa. No quiero que Touko-san se preocupe por mi
En seguida la idea de la cena empujo lejos el recuerdo de aquel chico de los pensamientos del pequeño guardián. Sin embargo no abandonó los de Natsume, quien mientras caminaba junto a su guardaespaldas de camino a su cálido hogar; justo en la dirección opuesta del Wayne, no podía dejar de pensar en ojos de jade y cabello cual fuego.
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Nota: Por si no quedó claro, el Youkai que cuida de Damian es Colin.
Au sin capas
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