El novio perfecto
—No puedes volver aquí, no te aceques a mis hijos, y si puedo sugerirlo, abandona el país— Que seriedad, que porte, él ni siquiera titubeaba al decir palabras que podían cambiarle la vida si las seguía, y no le sorprendía.
—Discúlpeme, pero me gustaría que fuera consciente de que... No puede obligarme a alejarme de ellos— Sabía que ese final era inevitable luego del abuso laboral de los últimos días, su despido y casi destierro de la prestigiosa familia, solo era la gotera de una tormentosa lluvia —No acatare sus órdenes está vez, tendrá que matarme antes, señor Kim.
—Podría hacerlo, sí, pero significaría que temo a lo que ocurrirá si mis hijos supieran lo que les ocurrió a Kim Taehyung y Min Yoongi, y no soy un cobarde, Jungkook— Lo era, ese hombre podría carecer de todo menos de miedo, si no lo tuviera, no le habría restringido sus horarios, su teléfono personal, y comunicación con cualquier persona cercana a sus hijos en esos días. Realmente temía que lo supieran —Además, tu padre es el suministrador más importantes de mi empresa, perder nuestra estrecha relación por tu muerte sería una lástima.
—Señor, siendo ahora un desempleado, dejeme decirle que lo que acaba de decirme, no me interesa en lo absoluto, cuando salga de aquí lo primero que haré es contar lo ocurrido a sus hijos, ya no puede detenerme... Permiso— Intentó imponerse, denotando un tono firme en su voz, pero por dentro, lograba sentir como su cuerpo temblaba al enfrentar con tal falta de respecto al hombre al que le enseñaron, debía servir toda su vida
No intercambiaron más palabras, pero los pocos segundos que usó para caminar desde su escritorio hasta la puerta de salida, fueron eternos, en especial porque temía a ser disparado por la espalda, tenso, no podía siquiera notar como ese viejo hombre suspiraba en silencio por su retirada, abrumado por la perdida de su empleado más confiable y por el pronto problema que tendría con sus hijos por lo que había hecho.
Jungkook a penas logró cerrar la puerta principal de la gran casa donde prácticamente paso la mitad de su vida sirviendo a los Kim, cuando comenzó a llorar agotado mientras caminaba hacia su auto. Esos últimos días habían sido una completa tortura, extrañaba a Namjoon, a Hoseok, y hasta a Seokjin; se sentía indefenso, desprotegido, y confundido, acababa de perder el trabajo para el que había sido criado, todo lo que sabía, todo lo que podía hacer, en lo único que era bueno, mantener con vida a esa familia que le había dado todo a la suya. Mató una fidelidad inquebrantable solo porque se quebró al ver la desesperación de esos dos artistas, esos que eran la felicidad de los hijos Kim, prácticamente él solo cumplió con su trabajo y al mismo tiempo desobedeció por completo.
Intentó calmar sus eufóricos sentimientos mientras buscaba entre sus bolsillos, su celular, ese aparato que había sido monopolizado por ese hombre todos esos días, y sin poder siquiera apaciguar sus lágrimas, llamó al conocido número de su secreto amor, esperando solo segundos para oír su respuesta.
—Hoseok... Hola, lo siento, ¿estás ocupado? Te extraño, y yo... Necesito verte...— Su voz aún no se había quebrado, pero sentía como esas estorbosas lágrimas comenzaban a cegar su visión.
—¡Jungkook! Ha pasado tiempo, creí que estaba molesto, ya sabes... Por eso, ¿ocurrió algo?— Él fue cuidadoso al mencionarlo, como si por primera vez temiera de algo, en especial porque no podía dejar de pensar en ese beso y lo mucho que pudo afectar su estrecha amistad, solo quería respuestas, y no le importaba que a pocos metros de él, sus subordinados destruyeran una de las muchas tiendas de un socio que no pago lo debido, en un acordado trato previo.
—El señor Kim me despidió...— No tenía una reacción adecuada, no había palabras que describieran lo que fue oír como la mano derecha más fiable era dejada a la deriva del desempleo, no podía ser posible, no con el mantada Kim —Taehyung... Yoongi... Ambos, intente defenderlos cuando los encontró... Y yo... Ahora no me siento muy bien, como si no hubiera comido ni dormido horas, días... Él ha sido cruel— No lo entendía del todo, solo sentía como una inmensa preocupación comenzaba a calar todo su cuerpo, cortando su respiración, cambiando sus gestos contentos, alterando cada uno de sus sentidos —Hoseok, necesito que se lo digas a Namjoon y Seokjin ahora... Y solo, lamento llamarte a ti y no a ellos, sabía que aún estarías preocupado por aquel beso y responderías...— Su cabeza cayó agotada sobre el volante de su automóvil cuando logro subir, no podía aguantar más el desgaste emocional y físico, necesitaba dormir, comer, y llorar —Sé que pensabas en él cuando lo hiciste, y yo... Soy tu amigo... Siempre que necesites desahogarte, estaré aquí... Ire a tu casa, nos vemos allí.
La llamada terminó, y Hoseok a penas recordaba que minutos antes de ella, le dejó un mensaje a Seokjin, que luego llegó a la ajena tienda para hablar con un deudor, y finalmente oyó su voz, esa que avergonzada le dijo que lo extrañaba, dos palabras que nadie le había dicho jamás. Al final, fue inevitable que no asesinara a ese hombre que no le pagó, que no mandara a sus subordinados a limpiar el lugar, y que no corriera a su hogar desesperado por verlo una vez más, olvidando tonto lo que era tan importante para los hermanos Kim, pero tan irrelevante para su loca mente.
Mientras que desesperado regresaba a su casa, al otro lado de la gran cuidad, en un gran estudio de grabación, el mundialmente hermoso actor de la nación, sostenía lloroso a una herida mujer entre sus brazos, dispuestos a despedirse de la que, únicamente en ese momento, era el amor de su vida con un beso que cerraría la escena perfecta, escena que jamás llegó, porque Seokjin salió de su papel, irrumpiendo el ambiente acogedor y tenso entre todos en el set, solo para hablar.
—Lo siento, director, pero no he hablado con mi pareja sobre esto, por lo que nada de besos...— Su amable y característica sonrisa se asomo en su maravilloso rostro, gesto que intento ayudara a ser más entendible su pedido hasta ese momento, pero su frustrado director solo suspiro cansado luego de que una escena tan bella fuera arruina por un detalle tan vago —Pero no debe preocuparse, actuar es mi profesión, fingir un beso no es difícil...
—Seokjin, podrías solo haberlo fingido antes de detener la escena. Bien, es inevitable, dare un descanso de cinco minutos para preparar todo de nuevo y volveremos...— Luego de sus palabras, ese cansado y anciano hombre, solo vio a su mejor actor huir a su camerino con prisa, como si no tuviera problema alguno en arruinar toda su película si así lo quisiera.
Cuando llegó a su gran lugar de preparación, lo primero que sostuvieron sus manos fue su celular, lo que ya era usual por su eterna espera de cualquier señal de su pareja, y no porque le desesperara su regreso -que ciertamente era verdad- sino porque ya era una rutina desde antes de que Yoongi se fuera, porque ese adorable pintor solía dejarle mensajes diarios halagando su belleza, talentos, y actitudes, pero esta vez, nuevamente no había nada, solo un particular mensaje de su amigo Hoseok, que parecía bastante importante.
“Namjoon, Park Jimin y yo, iremos a Daegu en unas semanas por Taehyung y Yoongi, puedes venir si quieres, solo dicelo al pobre de tu manager está vez”
Nada más, rápido, concreto, poco detallado y con varios emojis sonrientes, una mensaje que parecía cualquier otro para su amigo, pero que casi lo hace caer de su silla por la sorpresa.
Ellos no podían irse, no era momento, debían esperar, es lo que Yoongi le dio a entender, y Seokjin quería demostrarle que confiaba en él y en todos sus decisiones como lo haría cualquier comprensivo novio.
Con esa idea en mente, no dudo ni segundos antes de llamar a Hoseok para pedirle explicaciones, llamadas insistentes que jamás fueron contestadas. Frustrado, cedió ante las negativas, y llamó a Namjoon, que luego de largos minutos, atendió con su alterada voz.
—¡Seokjin! Escucha, estoy muy ocupado, tengo una reunión en media hora, y... ¿Sabías que nuestra nueva colección sale en menos de un mes? Esto es horrible.
—De hecho, sí, está en mi agenda, sere el principal modelo de nuevo— Reía mientras lo comentaba, era agradable escuchar su voz luego de tanto tiempo, aunque se oyera tan alterada —Pero nada de esto hubiera ocurrido si alguien no se hubiera tomado dos semanas sabáticas sin avisar— Logró escucharlo reír también, lo que fue un gran alivio para él. Aún temía tocar ese tema, en especial porque no fue capaz de acercarse al hogar de su hermano a pesar de saber lo mal que se sintió luego de la despedida de Taehyung.
—Y ahora estoy pagando por ello, por favor solo se breve, aún debo ver al señor Jeon para decidir las telas que usáremos...
—Por favor, nada de terciopelo— Lo oyó afirmar, y por un cortó momento sintió cómodo su ambiente gracias a su hermano, casi como si escucharlo fuera lo único que hubiera necesitado en ese momento, fueron unos segundos que no duraron mucho más, porque de inmediato recordó la razón de su urgente llamada —Nam... Escucha, no puedes viajar a Daegu...
—¡Lo sé! Las fiestas y vacaciones hicieron imposible hasta para mí conseguir pasajes, y no puedo ir en nuestro avión privado porque nuestro padre lo cuestionaria, solo puedo esperar y terminar con todo este papeleó hasta entonces— No lo decía por eso, en ese momento su menor problema era su padre, solo no quería que su hermano viajara, era evidente que Taehyung y Yoongi estarían juntos, y a pesar de no estar seguro de las razones de ambos para huir, quería darle el beneficio de la duda, y con ello, el tiempo que necesitase a su pareja.
—No puedes, escúchame, piensa en que ellos tienen una razón, Nam, sé que es difícil, pero lo mejor es esperarlos...— Su voz comenzaba a sentirse débil, ya no por su cansancio o por el tema, solo porque sí lo extrañaba, por más que intentara verlo de la mejor forma, ese extraño retratista le hacia tanta falta.
—Pensé que serías el primero en apoyarme, Jin, si le pedí a Hoseok que te lo dijera, fue porque creí que irías con nosotros, no porque te negarías, hasta plenaba reservarte un boleto... Tienes que acompañarnos.
—No creo que sea lo mejor... Quiero esperarlo, Namjoon— No podía verlo, pero estaba seguro por su tono de voz, de que Seokjin tenía esa mirada en su rostro, la misma que le mostró esa mañana cuando se juntaron para hablar sobre la desaparición de los artistas, esa tristeza geniuna y destruida —Quiero que sepa que confió en él, como él muchas veces confió en mi...
—Seokjin... Él lo sabe, hablas como si no lo conocieras, es Yoongi, es el mismo hombre que permitió a un desconocido en su hogar solo por conocerte, el mismo que te quiso incondicionalmente e intentó ayudarte con tus problemas, dudas, e inseguridades, quien que se esforzó de forma imposible para que lo ames, al punto de arriesgar varias veces su propia vida, es el extraño Min Yoongi...— Namjoon lo pensó demasiado antes de decirlo, llevabas días con las dudas rondando en su mente, dudas que parecía que Seokjin no quiso ver o aceptar hasta ese momento —No habría forma de alejarlo de ti... Entonces... ¿por qué se fue? ¿qué fue mayor a su amor? ¿qué lo obligó?— No obtuvo respuesta, ni un sonido mínimo que lo negara, nada, solo un silencio sombrío que le permitió continuar —Seokjin, al menos a ti te prometieron volver, yo solo obtuve una nota de despedida con palabras tan triste que duele recordarlas... A veces siento que Taehyung solo juega conmigo, pero también quiero confiar él, quiero creerle, pensar que fue real, ahora solo... Es demasiado, debo saber la verdad, quiero que sea sincero conmigo al menos una vez...
Lo recordaba, recordaba las veces que vio las cuestionables acciones de Taehyung con respecto a su hermano, recordaba lo que ocasionalmente Hoseok le contaba sobre él, recordaba cuando Nam le dijo ebrio que ese retratista admitió que no lo amaba, todo lo que ya sabía, hechos que dejó pasar porque Namjoon era feliz, y no podía importarle menos con quien lo fuera, pero eso, ese punto de quiebre en él, era demasiado, tenía un punto, y su corazón dolió al pensar en lo difícil que debió ser para su hermano pasar por esa situación solo.
Suspiro derrotado, como si no tuviera opción, como si le hubiera llegado al corazón, como si no pudiera negarse de ningún modo.
—Esta bien, ire contigo... Solo nos cubriremos, los buscaremos, hablaremos con ellos y resolveremos esto de una buena vez.
—Esas son palabras que yo diría...— Su voz paso de una agría melancolía, a una calida felicidad por su comprensión reconfortante y repentina —Bien, recuerda que tu primera parada sera la casa de sus padres... Adios, es tarde— Una despedida rápida y la llamada simplemente se cortó.
Eso era malo, no solo por el hecho de posiblemente tener que conocer a los progenitores de su novio, sino porque Namjoon tenía razón en algo que jamás pensó, un hecho irrefutable, Yoongi no podía haberlo dejar sin una valida razón.
Conocía mucho a su pareja, aunque él tuviera un pasado extenso con problema de los que pocas veces lograron hablar, Yoongi lo amaba como a nada, no tenía dudas de eso, se lo demostró volviendo las varias veces que intento alejarlo, admirando cada parte de él sin juzgarlo, y apoyándolo en cada uno de sus problemas, su amor era indudablemente incondicional hasta la locura, y pensándolo bien en ese momento, temía por la magnitud de ese sentimiento.
Ya no solo porque ese amor que Yoongi sentía era un peligro, sino porque a penas notó que algo mucho mayor pudo orillarlo a dejarlo, una situación que seguro lo hirió hasta que aceptará, posiblemente sin que él lo quisiera. Su corazón se rompió con la simple idea, y su preocupación no hizo más que aumentar por ello.
Se sintió por un segundo igual al día que escuchó esa nota de voz al despertar, no puedo creerlo los primeros minutos, al punto de repetir una y otra vez su voz para notar cualquier detalle, cualquier risa que denotara que era una extraña broma, lo que fuera, pero no recibió nada; Yoongi no le respondió al ir a su casa, y cuando llegó a la clínica donde estaba Taehyung, al único que encontró en la habitación, fue a su hermano en la que camilla en la que alguna vez estuvo el mejor amigo de su pareja.
Ese fue un largo día para ambos, y aún después de llegar por la noche a su hogar, solo en la plena oscuridad de su habitación, volvió a escuchar su despedida, una, y otra, y otra vez, casi ahogado en su miseria, lloroso como un pequeño niño abandonado y triste por su perdida tan repentina. Estuvo a punto de tener el final deprimente de su hermano, pero lo pensó mucho mejor, escuchó sus palabras, separó las que dolorosas lo dejaban y solo oyó lo mejor, él volvería, Yoongi regresaría, se casarían, y esa separación solo sería un mal párrafo en su relación, nada que no pudieran resolver, días que podía esperar. Lo único que pudo hacer para amenar su separación de ambos, fue mostrarse, brillar en cámaras como sabía que a Yoongi le gustaba, esa era su única opción hasta que regresará.
—Seokjin, lo siento... Yo otra vez, el tiempo de descanso terminó, debe volver al set— La voz de la joven asistente de turno lo interrumpió, como si ya lo hubiera alertado de que su descanso acabó en varios intentos y no tuvo obtuvo siquiera reacción hasta que entró a su camerino.
—Sí, lo siento, no logre escucharte las primeras veces, ahora ire— Y ella solo lo miró, casi perdida en un detalle que él no había notado hasta que le ofreció esa caja cercana de pañuelos, para que limpiase sus traicioneras lagrimas —Gracias... No son reales, solo.. Actuo... Está escena, es difícil y...
—No debe explicarme nada, pero tampoco se lo dire a nadie, Seokjin. Por favor, vuelva a escena, el director ya está algo nervioso— Ella con una pequeña inclinación se despidió mientras sonreía, y Seokjin correspondió a ese gesto a pesar de su retirada, limpiando sus tontas lágrimas y usando un rápido retoque de maquillaje segundos después.
Él volvió al escenario principal, su compañera de trabajo ya estaba allí, las luces se encontraba en su lugar, los camarógrafos a puntaban a su dirección, y parecía que el era del último en llegar ya que su presencia fue la señal para que el director gritara un brutal “acción”, para comenzar.
Ella entró corriendo a la escena, herida, huyendo de una batalla de la que a penas logró escapar, él guion decía que ella caía, y solo allí Seokjin entraba, pero cometió su primer error, y antes de que su fingido débil cuerpo cayera al suelo, él la sostuvo, preocupado, ansioso, aterrorizado. Su mente ya comenzaba a jugar con él, y la pálida piel maquillada de su compañera, sus cabellos negros y largos, y sus grandes ojos perdidos, se volvieron gestos suyos, su rostro cambió, y por un momento a quién tenía entre sus brazos, era a él, su amado Yoongi.
Lloró cada segundo que ella se despedía, limpió sus lágrimas con sus dedos sin poder responderle más que reiteradas negativas a su última despedida, y cuando el guión demandó que debía besarla, Seokjin, no solo no lo hizo como todos esperaban, sino que luego de darle varios besos afligidos en todo su rostro exceptuando sus prohibidos labios, la abrazó, tan fuerte y perdido en su imaginación, que nadie se atrevió a frenar y reclamar su improvisación, creyendo cada minuto de su actuación como lo que era, una escena verídica de él perdiendo a su Min Yoongi, a la primera persona que sentía que amaba de verdad, a quién él adoraba cuidar, besar, oír, la única que podía halagarlo, tocarlo, o simplemente existir a su lado. Imaginar perderlo junto a todo lo que habían formado, era agonizante.
Solo un “Corte” lo calmó, no supo cómo, pero sus brazos sostenían con fuerza a ese cuerpo que ya reconocía como su compañera de actuación, a penas fue consciente, la soltó, vio su mirada preocupada, y ella quiso hablar con él, pero los halagos y aplausos del staff y el director, no se lo permitieron, lo único que logró hacer fue retirarse, apresurado, sin dar explicaciones mas que el tener una brutal urgencia.
Fueron minutos lo que se tomó para sostener sus cosas e ir a su hogar, alterado, asustado, preocupado por las ideas que llegaban confusas a su cabeza; no podía dejar de pensar en él, y llamó alterado a su memorizado número de nuevo, y como las decenas de veces que intentó esas dos semanas, no respondió, ahogándolo aún más en su aterradoras ideas.
Si Yoongi fue forzado a alejarlo, debió ser una situación que superará todo lo que el pudiera aguantar, más que su integridad fisica, más que sus miedos, más que su salud, todo menos a él o Taehyung, y entre los dos, Seokjin... Estaba bien.
Debía buscarlos, encontrarlos, ayudarlos, resolver esa tonta situación, asesinar a quién siquiera pudo forzarlo y herirlo, y tenerlo en sus brazos para amarlo y cuidarlo como siempre debió hacer, como el buen y amoroso novio que es.
💐
Bueno, ¿pero vieron que Jungkook y Hoseok son preciosos? Habrá un poco más de ellos pronto, son muy importantes, en especial porque saben lo que ocurrió de verdad, y cuando los hermanos Kim lo sepan, todo va a empeorar, pero para el villano, yaaas. 😎🤘
También, a Jin se le prendió el foquito, mi niño presiente, y muy bien, es que, quién conociera a Yoongi sospecharía horriblemente con respecto a su despedida, solo digo.
En fin, ningún otro comentario que dejar, mas que SPOILER, Yoongi recibe ayuda pronto, lo que es un crecimiento importante para mi nene.
Gracias por leer. ❤
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