Después de una larga y agotadora sesión del Wizengamot, Dumbledore disfrutó bastante del largo viaje en escoba de regreso a Hogwarts. Con algunos hechizos cálidos y un bonito cojín de asiento, era bastante agradable y le permitía alejarse de las cosas durante una o dos horas. Es cierto, podría simplemente haber regresado al castillo por red flu, pero incluso un director necesitaba algo de tiempo a solas.

Estaba empezando a sentirse un poco rígido y crujiente cuando las luces de Hogsmeade aparecieron a la vista y sonrió para sí mismo. "De nuevo en casa. Nunca me cansaré de ver cosas así".

Redujo la velocidad cuando llegó a los terrenos de Hogwarts, observando el castillo en la niebla que se elevaba del lago. Parecía pacífico y tranquilo esta noche, y Dumbledore se preguntó distraídamente si podría conseguir que Minerva y Snape se unieran a él para tomar un Hot Toddy. Realmente, lidiar con esos estudiantes los estaba cansando de los nervios e iban a necesitar un descanso más que nunca. Él supuso-

El aire tranquilo fue repentinamente interrumpido cuando, por un breve instante, el muro este del castillo pareció hincharse por un momento, brillando con un color rojo brillante. Entonces la piedra explotó hacia afuera mientras un rugido masivo y resonante destrozó el aire de la noche.

La sangre de Dumbledore se heló, pero aceleró tan rápido como pudo, visiones horribles llenaron su mente. ¿¡Qué estaba pasando aquí!? Seguramente no fue... ¡pero tenía que serlo! ¿¡Qué estaba haciendo la chica tonta!? ¿¡Qué diablos había en el corredor del tercer piso que la hizo desatar ese tipo de magia!?

Dumbledore aterrizó entre los escombros y comenzó una búsqueda frenética. Pronto localizó una fuente de magia, arrojando imprudentemente a un lado los restos de mampostería. Debajo de una enorme pila, encontró una barrera brillante, sostenida por una temblorosa Longbottom.

"Q-quédate atrás", tosió, con la varita en ambas manos. Estaba temblando por el esfuerzo de mantener su escudo protector, debajo del cual estaban las formas inmóviles de seis estudiantes.

"Está bien, señorita Longbottom. Sólo soy yo. ¿Qué pasó?" Dumbledore preguntó en tono suave.

"Tú... tú no... ¿Dónde está Voldemort? ¿O Quirrell?" gimió, con lágrimas corriendo por su rostro. El escudo parpadeó ligeramente, pero Darkness apretó los dientes y volvió a la vida plena. En verdad, una exhibición notable.

"¿Voldemort? ¿Por qué él...?" La Piedra había desaparecido. Dumbledore se lo había quitado meses atrás, antes de Navidad, cuando se hizo obvio que los estudiantes iban tras él. Había pensado que la criatura de Voldemort abandonaría la persecución en ese momento. Supuso que sería Quirrinio, pero no estaba seguro. Cuando Quirrinius se quedó y cesaron los ataques a los Unicornios, asumió que se había equivocado.

Pero la señorita Potter todavía estaba aquí. ¿Y si ella hubiera sido el objetivo de Tom todo el tiempo?

"Megumin...creo que ella...por favor, ¿dónde está? ¿Está ella bien?" Darkness suplicó. Ella gimió, luego se desplomó y su escudo finalmente falló. Dumbledore atrapó los escombros con un movimiento de su varita y los arrojó a un lado. Se aseguró de que los siete estudiantes inconscientes estuvieran a salvo y luego se dio la vuelta.

Se oían voces que lo llamaban y llegaban profesores en pijama.

"¡Aquí!" Dumbledore llamó. "¡He encontrado siete estudiantes! ¡Potter todavía está desaparecida!"

Rápidamente, los estudiantes fueron retirados y llevados a una enfermería temporal en el terreno por profesores frenéticos. Snape miró a su alrededor, su rostro más pálido de lo normal. "¿Alfarero? ¡Donde esta ella!"

"Ayúdame a mirar, Severus", ordenó Dumbledore. "Debemos encontrarla..."

Si estaba perdida... no merecía la pena pensar en ello. ¡Maldita sea la profecía, ella era solo una niña!

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Snape buscó frenéticamente entre los escombros, buscando el más mínimo rastro de Megumin. La magia que se había desatado aquí había sido espectacular en su destrucción. Estaban evacuando todo el castillo, ya que la estructura misma estaba comprometida. La magia que unía a Hogwarts estaba gravemente dañada y tardaría semanas o incluso meses en repararse.

Pero nada de eso importó.

"¡Maldita seas, Potter! Si te suicidas..." Snape gruñó mientras apartaba un trozo de piedra más grande que él.

"La señorita Longbottom mencionó a Voldemort. ¿Alguien ha visto a Quirinius?" Preguntó Dumbledore mientras trabajaba junto a Snape.

"¿A él? No. Pensé que lo habían descartado", dijo Snape, haciendo una pausa para respirar. "La Piedra había desaparecido, ¿no?"

"Por supuesto. Se lo di a alguien en quien confío absolutamente, alguien que sé que puede y ha desafiado a Voldemort en el pasado", dijo Dumbledore.

Snape no tuvo tiempo ni paciencia para descubrir quién era. "Entonces por qué... Potter. La profecía".

Dumbledore hizo una mueca y asintió. "Ella debería haber estado a salvo aquí..."

"Este fue su trabajo. Pero cómo una niña de once años logró esto..." Snape señaló con frustración la devastación que los rodeaba.

"Ella derrotó a Voldemort cuando era un bebé. Pensé que era el poder del Amor, un último acto de gracia de su madre. Pero ahora..." Dumbledore sacudió la cabeza.

Después de unos minutos, descubrieron una lámina de vidrio retorcida y destrozada y metal enredado. El Espejo de Erised estaba agrietado y era casi irreconocible, pero de alguna manera todavía estaba allí, a pesar de estar claramente cerca del centro de la explosión. Snape estaba a punto de tirarlo a un lado, cuando se escuchó un golpecito desde el interior del vaso.

Miró hacia abajo y encontró un rostro con brillantes ojos rojos mirándolo.

"¡Megumin!" Snape jadeó y se arrodilló sobre el cristal. "¡Cómo... no importa! ¿Cómo la sacamos?"

"¿Qué diablos..." Dumbledore se arrodilló a su lado y luego murmuró un encantamiento. Juntos, se agacharon para sacar a Megumin del espejo.

Fue toda una lucha, ya que la magia del espejo claramente estaba fallando. Snape se negó a darse por vencido y tiró con todas sus fuerzas. De repente, se volvió más fácil, como si alguien estuviera empujando desde el otro lado.

"Cuídala bien", gritó una voz mientras Megumin era liberada. "¡Dile a Nee-chan que voy por ella!"

Entonces Megumin se liberó, saliendo del cristal por completo. Mientras lo hacía, el Espejo se hizo añicos, disolviéndose en pequeños fragmentos como si el hechizo que lo mantenía unido se hubiera roto.

Snape no hizo caso de todo esto, apretando a Megumin contra su pecho. Acercó la oreja a sus labios y sintió una leve bocanada de aire.

"Ella está viva", jadeó, y se volvió para correr hacia la enfermería. "Gracias a Dios, ella todavía está viva".

¡Dios no ! Un susurro irritado resopló. ¡Hmph! Uno pensaría que el llamado Demonio Carmesí lo sabría mejor...

"Ahora no, Megumin", gruñó Snape, correteando sobre los escombros. "Estarás a salvo, solo descansa".

Pero Megumin todavía estaba inconsciente.

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¡Esa fue una gran explosión, nee-chan! Pero estás herida... Y mi magia no puede curar... ¡Ooooo! ¡Bien! ¡Vuelve, pero recuerda, voy por ti, nee-chan! Y no dejaré que nadie te vuelva a robar...

Lentamente, Megumin se obligó a abrir los ojos. Todo fue dolor. Sentía todo el cuerpo como si hubiera estado expuesta al sol de verano sin protección y le palpitaba la cabeza. Se sentía débil y apática, como si le hubieran absorbido toda la energía, e incluso parpadear le suponía un esfuerzo titánico.

A pesar de esto, se sintió... satisfecha. Completo. Como si por fin le hubieran devuelto algo que le había faltado en la vida.

Pero había algo aún más importante. "Yunyun... donde..."

Se escuchó un crujido y el rostro de Snape apareció en su visión. "¿Megumin? ¿Estas despierta?"

Intentó asentir, pero sólo logró un movimiento muy breve. "Mis amigos están..."

"Todos están vivos, niña tonta. No, gracias a ti. Bebe esto".

Snape empujó algo en la boca de Megumin y un líquido dulce goteó. Ella tragó involuntariamente y su visión se nubló.

"Vuelve a dormir. Estás completamente quemada", ordenó la voz de Snape. "Chica tonta. Gracias a Dios estás viva..."

Cuando Megumin despertó de nuevo, su fuerza se había recuperado al menos parcialmente y el dolor se había reducido a un dolor sordo. Alguien estaba roncando suavemente y abrió los ojos para descubrir que era Ron, quien estaba desplomado en una silla al lado de Yunyun, quien también estaba dormida. Hermione estaba leyendo en silencio y Darkness caminaba nerviosamente con pies tranquilos.

"Lo hice..." Megumin dijo con voz áspera a través de los labios agrietados.

Al instante, todos se pusieron de pie y se apiñaron alrededor de la cama de Megumin.

"¡E-estás despierta!" Yunyun jadeó, llorando mientras tomaba la mano de Megumin. "¡Estábamos tan preocupadas!"

"Toma, toma esto", dijo Darkness suavemente, presionando una pequeña taza contra los labios de Megumin. Resultó que contenía un poco de agua fría, que era justo lo que necesitaba. Mientras bebía, Hermione empezó a balbucear.

"¿Te das cuenta de lo que has hecho? ¡Lograste hacer lo que ningún ejército muggle ni mil años de estudiantes han logrado! ¡Hiciste estallar Hogwarts y cancelaste clases por el resto del semestre! ¡Nos van a expulsar a todos! ¡Nadie ha dicho nada todavía pero ese es el único resultado posible! Megumin, mataste a un maestro y-"

"Callate. Ella mató a Voldemort. O Quirrell. O lo que sea que fuera esa cosa. Si me preguntas, deberías darle una Orden de Merlín", refunfuñó Ron.

"Estaba... allí..." Megumin tragó mientras sus amigas estaban pendientes de cada palabra de ella. "...¿tesoro? ¿Cuánto botín y XP obtuvimos?"

Yunyun suspiró y se dejó caer en su silla. "E-ella está bien. Ella estará bien".

"¿¡Hablas en serio!?" Exigió Ron, luciendo como si quisiera estrangular a Megumin. "¡Casi mueres! ¡TODOS casi morimos! ¡Si Darkness no hubiera puesto ese escudo, McGonagall dice que nos habrían aplastado más que Norman Rambsy en el Quidditch Kerfuffle de 1983!"

"¿Qué tan plano era Norman Rambsy?" Hermoine preguntó en un tono de irritación mezclado con curiosidad.

"¡No lo sé muy bien, nunca encontraron el cuerpo!" espetó Ron. Se pasó la mano por el pelo y suspiró. "Mira, probablemente no nos van a expulsar, aunque sólo sea por el hecho de que la escuela va a estar cerrada por unos meses".

"Y derrotaste a Voldemort. Otra vez", dijo Darkness, tomando la otra mano de Megumin y apretándola mientras las lágrimas asomaban a sus ojos.

"No lo hice sola", dijo Megumin seriamente. "Todos ustedes ayudaron. ¿Dónde están Kazuma y los demás? Ellos también nos ayudaron".

"Están con Snape. Las cosas todavía se están arreglando. Estuviste fuera por un día y medio", informó Hermione.

Resultó que estaban en una estructura temporal erigida por el director en el terreno. Como era una estructura temporal mágica, tomó la forma de una elaborada mansión victoriana, completa con un gran jardín, gimnasio y rodeada por un bosque. Todo esto aparentemente cabe dentro de una tienda de campaña de tamaño medio.

Gracias a los cuidados de Madame Pomfrey, Megumin pudo levantarse de la cama a tiempo para cenar.

"Realmente debería hacerte quedarte más tiempo. Pero las necesidades deben hacerlo", suspiró la muy acosada médica de la escuela mientras ayudaba a Megumin a ponerse su túnica formal.

"Debo estar ahí para mi triunfo", dijo Megumin, posando a pesar del malestar persistente.

"¿Y qué te hace pensar que va a ser un triunfo y no un tribunal?" exigió Pomfrey.

"Claramente, el bien ha prevalecido una vez más, y mis grandes poderes han vencido a Lord Voldemort por un año más", explicó Megumin.

"¿Grandes poderes? Más bien como... ¿Dijiste otro año?" Preguntó Pomfrey, sonando repentinamente aterrorizada.

"¿Encontraron el cuerpo?" demandó Megumin.

"Bueno no. Cualquier cosa que hiciste redujo el muro de piedra a polvo y abrió un agujero en un castillo mágico que fue diseñado para resistir todo tipo de hechizo imaginable. Naturalmente, no había ningún cuerpo", dijo Pomfrey exasperado.

"Si no hay cuerpo, claramente, el villano sólo será derrotado por un tiempo y regresará. Probablemente a tiempo para los exámenes del año que viene. Después de todo, así es como funcionan estas cosas", dijo Megumin encogiéndose de hombros.

En respuesta, Pomfrey comenzó a murmurar oraciones a cada deidad y espíritu que conocía. Desafortunadamente, ella no sabía quiénes eran los responsables de todo el desastre en ese momento.

Para deleite de Megumin, hubo una gran fiesta al aire libre, sobre la cual se extendía un dosel de un fantástico cielo nocturno que parecía haber sido pintado por Van Gogh. Entró en el banquete esperando vítores y aplausos.

En cambio, hubo gritos de gatos y gritos enojados.

"¡Maldita maníaca!"

"¡Arruinaste mis exámenes! ¡Este fue mi NUEVO año!"

"¡Debería ser expulsada!"

"Hmph", resopló Megumin, tomando asiento al final de la mesa de Gryffindor con el resto de sus amigos. Hizo una pausa y miró a Yunyun que estaba justo a su lado. "¿Por qué estás aquí?"

"Los otros Hufflepuff la acosaban", explicó Hermione. "La detuve aquí para su propia protección".

Megumin miró hacia la mesa de Slytherin, donde existía una gran brecha entre tres chicos muy nerviosos y abatidos y el resto de su casa. "Oh. Bueno, supongo que podemos proteger a Yunyun hasta que esto se solucione".

"¿Resuelto? ¡¿Qué tipo de solución se supone que debe haber?! ¡Mataste a un profesor y trataste de asesinarnos a todos mientras dormíamos!" Lavender demandó desde algunos lugares más abajo.

Antes de que pudieran tener más argumentos, Dumbledore golpeó su vaso y los murmullos de inquietud se desvanecieron.

"Con cierto pesar debo anunciar que el final del año escolar ha llegado antes de tiempo", dijo Dumbledore con voz cansada. "Gracias a las maquinaciones diabólicas de uno de los nuestros-"

"¡Era el Clan de los Demonios Carmesí!" Gritó un Hufflepuff furioso, y hubo murmullos enojados de acuerdo alrededor de la habitación.

"...profesores", finalizó Dumbledore.

Hubo un silencio confuso, luego un prefecto de Ravenclaw preguntó: "¿Potter es profesora?"

"No, abordaré las acciones de la señorita Potter en breve. Parece que Quirinius Quirrell tenía otro nombre, uno con el que quizás estés más familiarizado", dijo Dumbledore. Suspiró e hizo una pausa, lo que Megumin aprobó. Al menos alguien entendió el valor del momento oportuno y el dramatismo.

"Señor Voldemort".

Hubo una inhalación colectiva y algunos sollozos ahogados.

"Quirrell... Quirrell era... ¿quién-tú-sabes?" preguntó Marcus Flint en tono estrangulado. Tenía un tío en Azkaban y, aunque su propia familia parecía en gran medida inocente, se habían mostrado comprensivos en la última guerra.

"De hecho", dijo Dumbledore asintiendo. "Aunque no estoy seguro de todos los detalles. Señorita Potter, ¿le importaría ilustrarnos?"

Megumin saltó como una gata en una caja y saltó sobre la mesa, con los ojos brillando con pasión. "¡En efecto! Porque ya ves..."

"Y apéguese a la verdad, señorita Potter. Hay poca necesidad de dar más detalles esta noche", dijo Dumbledore con firmeza.

"¡MUY BIEN!" Megumin se rió. Luego hizo una pausa. "Espera, ¿no vas a intentar silenciar todo esto y ocultar la verdad de los acontecimientos?"

"Bueno, ¿alguna vez consentirías en no decirle a cada alma viviente con la que te encuentres que luchaste y derrotaste a Lord Voldemort una vez más?" preguntó Dumbledore.

"¡Por supuesto que no!"

"Entonces preferiría que contaras tu historia aquí y ahora, y que todos supieran la verdad", respondió Dumbledore.

"¡EXCELENTE! ¡Necesitaré la ayuda de mis firmes compañeros! ¡Vengan todos, levántense y rindan cuentas!" Declaró Megumin.

Los otros cuatro en la mesa de Gryffindor se pararon junto a Megumin, la mayoría luciendo bastante avergonzados. Excepto por Darkness, quien apretó la mandíbula y parecía bastante estoica.

Sin embargo, Megumin no había terminado. Hizo una seña hacia los Slytherin. "¡Vengan! ¡Debo tener a todos mis aliados conmigo!"

"¡DE ACUERDO!" Dust estuvo de acuerdo y corrió hasta pararse junto a Megumin en la mesa.

Kazuma y Draco intercambiaron una mirada de pánico, antes de que Kazuma tragara y susurrara algo. Draco gimió levemente y luego asintió. Los dos se acercaron arrastrando los pies, donde Megumin los agarró y tiró de ambos chicos hasta que se subieron a la mesa con ella.

"¡AHORA! ¡Comenzaré mi emocionante historia! Verán..."

Con la ayuda de los demás, surgió una versión más o menos precisa de los hechos. Si bien Megumin ciertamente se presentó como la estrella del programa y editó cosas para verse mejor, destacó cómo todos y cada uno de sus compañeros la habían ayudado. La mayor divergencia se produjo cuando Yunyun derrotó y se hizo amigo de todo un ejército de trolls, y la partida de ajedrez de Megumin con Draco en la que él fue controlado mentalmente y se liberó del "poder de nuestros lazos eternos" en el último momento para salvar su vida. Y además que no caiga en los errores más clásicos y básicos del ajedrez.

Cuando finalmente terminó la historia, Megumin dijo: "Y así es como, con la ayuda de mis valientes compañeros, una vez más vencí al Señor Oscuro Voldemort".

"Gracias, señorita Potter. Pueden volver a sentarse todos", dijo Dumbeldore con gravedad.

Megumin se sentó, sonriendo alrededor de la mesa de Gryffindor. "Bueno, ¿qué piensas de eso, Lavender?"

"Eres la maníaca más destructiva que he conocido", dijo Lavender, sonando atónita. "Y nos salvaste la vida otra vez. Gracias."

Yunyun regresó a la mesa de Hufflepuff, donde sus avergonzados compañeros de casa le dieron una cálida bienvenida, mientras que los Slytherin felicitaron muy confusamente a los Tres Chiflados.

"Sí, finalmente hemos vengado a nuestras familias", dijo Kazuma en voz alta.

Draco asintió. "Demasiado a la derecha. Fueron presionados durante años y cómo hemos corregido lo que alguna vez estuvo mal".

"Esperen, pero ustedes dijeron-" comenzó Dust, hasta que recibió dos rápidos codazos en las costillas. "Quiero decir, yo también, gracias".

"Ahora, gracias a esas revelaciones, se ameritan algunos ajustes en la copa de la casa", continuó Dumbledore como si todo esto fuera perfectamente normal. Lo cual, dado lo que sucedió en Hogwarts la mayoría de los años, en realidad no estuvo muy lejos de la realidad.

"Primero, a la señorita Hermione Granger. Por su destacado conocimiento botánico y por mantenerse firme con sus amigos ante un peligro terrible: 100 puntos".

Los Gryffindor lograron aplaudir levemente, aunque todos todavía estaban demasiado aturdidos para hacer mucho más que eso.

"Al Sr. Ron Weasley. Por una excelente demostración de habilidades de búsqueda y por ser la voz de la razón, 100 puntos para Gryffindor".

Esta vez Fred y George silbaron y aplaudieron, mientras Percy le dedicó a Ron una débil sonrisa y le dio unas suaves palmaditas en la espalda.

"A la señorita Yunyun Dursley; por demostrar que siempre es mejor hacer amigos que enemigos, 100 puntos para Hufflepuff".

Los Hufflepuff lograron una buena demostración de aplausos, aunque Yunyun bajó la cabeza y parecía terriblemente avergonzada.

"Al Sr. Kazuma Crabbe, por su verdadera inteligencia y por saber dónde están realmente sus lealtades: 100 puntos".

Hubo un débil aplauso, y Snape aplaudió sólo una vez antes de mirar a sus pupilos.

"Al Sr. Dust Goyle: por dejar que su corazón le guíe y estar siempre dispuesto a ser un verdadero amigo, 100 puntos".

Dust sonrió alegremente, aunque su mesa parecía muy hosca mientras aplaudían golf.

"Y al Sr. Draco Malfoy. Por valorar lo que más importa por encima de la posición y el privilegio: 100 puntos".

Draco asintió cortésmente, aunque en su mayor parte sólo parecía enfermo mientras su mesa aplaudía.

"Ahora, a nuestros dos últimos". Dumbledore asintió hacia Megumin y Darkness. "Para extrañar..."

"¡Darkness!" chilló la chica en cuestión.

Dumbledore se rió entre dientes y estuvo de acuerdo: "Señorita Darkness. Por el amuleto de escudo más excelente que jamás haya visto, así como por la determinación desinteresada de proteger a quienes la rodean y la voluntad de buscar justicia incluso para aquellos que no le agradan: 200 puntos".

Megumin sonrió y luego se acicaló un poco mientras la mesa aplaudía a Darkness.

"Y última. Señorita Potter. Por un lado, recibirás 500 puntos por derrotar una vez más a Lord Voldemort", dijo Dumbledore, sonriéndole.

"Y por el otro", gruñó Snape. "Hiciste volar todo el castillo, exhibiste un nivel de imprudencia y estupidez que incluso Hogwarts rara vez ha visto, y casi te matas a ti misma y a todos tus amigos. Por esto, pierdes 900 puntos".

"¡¿QUÉ?!" Gritó Megumin, levantándose indignada. "¡Pero mi hermosa explosión salvó el día al detener a Voldemort!"

"No habría sido necesario salvar el día si no te hubieras arrojado a los lobos repetidamente, jovencita", respondió Snape.

"Pero... pero... ¡había algo en el espejo! ¡Una piedra roja!" Megumin protestó. Se devanó los sesos y luego se volvió hacia Hermione.

"Um... ¿quizás la Piedra Filosofal? Con eso Voldemort podría haberse hecho inmortal y tener suficiente oro para financiar otra guerra", supuso Hermione. En realidad, con bastante astucia.

"La Piedra no estaba en el espejo. Se llevó a cabo en Hogwarts por un tiempo, pero cuando tú y tu banda de tontos demostraron que nunca podrían ser mantenidos fuera del Corredor del Tercer Piso sin importar lo que se intentara, las trampas más mortales fueron eliminadas junto con la Piedra Filosofal. que se guarda en otro lugar", informó Snape.

"Oh. Bueno, aun así derroté a un Señor Oscuro. ¡Eso tiene que contar para algo!"

"Y así fue. Sin embargo, la próxima vez esperamos que no seas tan imprudente en tus esfuerzos", dijo Dumbledore suavemente. "Además de un poco menos destructiva".

"No aprecias la belleza y la gloria que es la Magia de Explosión", se quejó Megumin.

La habitación se movió nerviosamente por un momento, y Dumbledore parecía francamente perturbado. Por fin, se aclaró la garganta. "Creo que es necesario un cambio especial de decoración. Con la suma de esos puntos de último minuto, Slytherin es el vencedor de la Copa de las Casas, gracias a los esfuerzos de tres jóvenes que con tanta valentía se enfrentaron al mal y demostraron ser héroes".

Estandartes verdes brotaron del suelo a su alrededor y se escuchó una breve fanfarria.

"¡JA!" Dijo Kazuma, saltando. "¡En tu CARA, Potter! ¡Parece que mi equipo gana el recorrido de mazmorras y después de todo se lleva el tesoro!"

"¡TE LAMENTARÁS ESTE DÍA, BAZUMA!" Megumin se enfureció, tratando de sacar su varita para hacer algo increíblemente estúpido, pero una Darkness desesperada la detuvo. "¡ESA COPA ES MÍA, EL AÑO QUE VIENE! ¡¿ME ESCUCHAS?! ¡MÍA!"

Después de un momento de atónita incredulidad, la mesa de Slytherin estalló en vítores salvajes, recogieron a Draco, Kazuma y Dust y comenzaron a cantar "For He's a Jolly Good Fellow" mientras los hacían desfilar por el claro.

Llegó la fiesta y se impuso un aire de celebración general.

"¡Anímate, Megumin!" Lavanda se rió. "¿A quién le importa la copa? ¡Recibirás una orden de Merlín por esto!"

"Debería conseguir la Copa de las Casas", gruñó Megumin. "Me la robaron".

"De todos modos, esa no es la copa importante", dijo Ron, tratando de animar a Megumin. Ella lo miró con curiosidad y él le explicó: "Ganamos la Copa de Quidditch".

Megumin miró a Ron por un momento y luego puso los ojos en blanco. "Sí, está bien, eso está bien, supongo. ¡Pero el año que viene espero que ambas copas sean nuestras!"

"Te das cuenta de que personalmente perdiste más puntos por Gryfindor que el resto de la casa combinado, ¿verdad?" preguntó Hermione.

"También obtuve la mayor cantidad de puntos, lo que demuestra que soy la mejor", declaró Megumin.

Todos los demás decidieron educadamente no discutir y disfrutaron del banquete. Los problemas del año próximo serían suyos.

Mientras tanto, Trouble acababa de terminar su gira mundial y regresaba a Inglaterra después de haber actuado en un concierto con entradas agotadas en Tokio y haber derrotado a una poderosa Nure-onna japonesa.

En todo caso, todo fue cuesta abajo a partir de ahí. 

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Esta obra es solo una traducción. Autor original:

https://www.fanfiction.net/s/13940153/1/Dark-Legend-of-Potter-Crimson-Demons-Awaken

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