2.Día de chicas
Pues con un poco de miedo en el cuerpo nos fuimos de allí a pasar el que sería el mejor día que tuviera en mucho tiempo.
Llevábamos la música del coche a toda pastilla e íbamos cantando a voces como si estuviéramos poseídas. Felices, alegres, entusiasmadas, muchos sentimientos había ahí en ese momento.
Yo me sentía viva de nuevo, con mi amiga la loca, en un viaje de lo más inesperado, íbamos a pasarnoslo muy bien, de lo mejor.
Después de recorrer un camino de unos 80km llegamos a la gran ciudad. Un lugar lleno de vida, de gente, de grandes edificios y oficinas lujosas...llevaba tanto tiempo sin venir... Que recuerdos!! Aquí pasé muchos de mis mejores momentos.
Con mi mente puesta en otro sitio ni siquiera me di cuenta de que ya habíamos llegado y que Marina estaba aparcando su coche.
-Bien aquí es... Preparada amiga para entrar al templo de la tranquilidad y salir como nueva?- dijo Marina toda ilusionada.
-Por supuesto, muero de ganas de desconectar de todo.
Pues con toda la actitud entramos en aquel maravilloso lugar...olía a fragancias que hacían que solo de olerlas tu cuerpo se relajara y volará a otro lugar...era cálido y colorido...hay que emoción!!
Conforme entramos ella dio su nombre y su DNI, nos dieron unos abalorios y entramos.
Había una piscina gigante con chorros de agua caliente...había un jacuzzi burbujeante, dos o tres saunas, una romana, otra griega y unas cuantas más...unas salas donde te daban masajes y otro par de piscinas cada una con el agua más fría que la anterior.
Hicimos todo el recorrido de las piscinas, del jacuzzi, las saunas y luego un largo y relajante masaje con los chicos bellos y preciosos que había en el spa.
-Tia yo quiero llevarme a mi casa a uno de estos. -dijo Marina refiriéndose a uno d los muchachos que nos estaba dando el masaje.
-Shhh mujer que van a pensar estos hombres de nosotras.-dije con un poco de vergüenza.
-Jaa!! Que piensen lo que quieran si se viene uno conmigo.-marina dijo eso subiendo y bajando las cejas.
Las dos rompimos en carcajadas por ese comentario un poco osceno.
-Marina me da la impresión de que estas un poco necesitada...-dije riendo
-Necesitada es poco...yo no sé cuánto tiempo llevo sin practicar sexo...tu crees que se me olvidará o será como montar en bici..
-Jajajajja yo creo que es como montar en bici...eso nunca se olvida. Si fuera así, entonces yo me puedo echar a monja.
Los muchachos escuchando nuestra conversación se reían mucho y nosotras con ellos.
Cuando terminamos el masaje, parecíamos otras personas. Nuevas, renovadas, con más energía que nunca.
-La verdad ha sido lo mejor que pudiéramos haber echo, me a sentado super genial y me siento diferente. Gracias Marina.
-De nada amiga, para mí es un placer poder verte con esa sonrisa en la cara. Lo pagaría mil veces más si fuese necesario.
Con esas palabras poco más y se me saltan las lágrimas...llevaba tanto tiempo que una persona no se preocupaba por mi felicidad... Sin más le di un gran abrazo a mi amiga, ella siempre estaba ahí para mí.
-Bueno ya que estamos aquí hemos de aprovechar e ir de compras y a comer algo rico.-dijo Marina con una gran sonrisa y un destello en sus ojos.
-Bueno, de perdíos al río. Vamos.-sabiendo que tardara 5minutos o tardara 3 horas la bronca sería la misma así que...por qué no?
Recorrimos todas las mejores tiendas de
la ciudad y mi amiga compraba algo de cada tienda que pisabamos, hasta me regaló un vestido y unos zapatos a juego preciosos.
Entramos en una tienda de accesorios y poco más y arrasa con ella, ésta mujer de verdad está loca...
Cansadas de andar decidimos ir a un bonito restaurante de dos pisos de comida exótica. Era precioso, tenía unas vistas impresionantes de la ciudad que se veían a través de unas grandes cristaleras.
Marina empezó a pedir de todo tipo de comida con nombres de lo más extraños y sicodèlicos y los camareros a la velocidad de la luz empezaron a llenar la mesa con ellos.
La verdad estaban exquisitos, eran muy raros pero la presentación de los platos era preciosa y el sabor era de lo más genuino.
Después de la maravillosa cena con buen vino y una charla de lo más amena decidimos que era hora de volver. Yo no tenía mucha gana, si no fuera por mi hijo estoy segura de que no volvería.
De camino a casa estaba un poco cansada...y preocupada. No sabía lo que me podía esperar cuando llegase y eso me asustaba.
-Sabari, si algo pasará sabes que puedes contar conmigo. Me llamas y en menos de un segundo estoy ahí. No tengas miedo, si quieres, yo entro contigo a tu casa. -marina dijo esas palabras con una mirada de pena y preocupación.
- No amiga tranquila, lo que tenga que pasar pasará. No cambio el día de hoy por nada del mundo. Si veo que algo pasa ya sabré como manejarlo no te preocupes.
El camino se estaba haciendo más corto de lo que pensaba y mis nervios afloraban cada vez más con cada kilómetro recorrido...
Llegamos al pueblo y una neblina lo envolvía todo de una forma siniestra. Será una advertencia de lo que me espera?
Marina iba conduciendo muy despacio puesto que apenas se veía un poco más allá del morro del coche. Llegamos a la puerta de mi casa y paró.
-Escuchame, recuerda que estoy aquí para ayudarte y protegerte. Si ves que puede poner tu vida en peligro, no dudes en llamarme.
-Gracias por todo Marina, a sido un día de lo más inolvidable y yo sé que puedo contar contigo en todo momento. Luego cuando todo pase te llamo.
Salgo del coche y me tiemblan un poco las piernas... Es un poco más de media noche y llevo toda la tarde fuera sin ni siquiera llamar...tengo miedo.
Me acerco a la casa y meto la llave con mucho cuidado, quizás tenga suerte y este dormido.... Abro la puerta muy despacio y la cierro tras de mí con mucho tiento. Me he quitado los zapatos para que no hagan ruido y voy andando de puntillas, pero cuando llego al salón ahí está el. Borracho como una cuba, con una botella en la mano y con cara de pocos amigos.
-Ya he llegado.- mi voz temblaba al igual que mis piernas.
-Hombre...por fin llegó la furcia...te lo as pasado bien? Has estado con muchos hombres? Te has lucido ya lo suficiente?.- dijo levantándose del sofá y andando a duras penas hacia mi.
-Juan te estás equivocando.... Yo solo he estado con Marina. Fuimos al spa y luego estuvimos comprando en algunas tiendas, no he echo nada malo.
-Y te ves con el derecho de estar zorreando por ahí, mientras tu hijo y tu marido están encerados en casa??!!.-su tono cada vez era más alto y sonaba cada vez más enfadado.
-Yo nunca salgo, no voy a ningún sitio, ni siquiera me compro nada para mí. Para un día que tengo para mí, también me lo vas a reprochar?.-las lágrimas estaban apunto de salir y caer por mis mejillas, pero no iba a dejar que eso ocurriera, si veía el más mínimo atisbo de debilidad podía ser fatal para mí.
-Vaya vaya vaya....la zorrita ahora saca sus uñas... Tu no tienes derecho a nada!!! -dijo tirando la botella a centímetros de mi.- Tu eres mi zorra y harás lo que yo te diga!!.
Después de esa frase vino una bofetada que me tiro al suelo e izo que me desorientara, seguido de una pata en el estómago.
De tanto dolor me sentía mareada...no sabía qué hacer ni dónde me ubicaba exactamente. En ese momento Jacob empezó a llorar y el subió corriendo las escaleras. Yo no, pero el niño para el es como si fuera de cristal. Jamás lo regaño ni le pegó y si yo lo hacía yo me llevaba las replesarias. El niño para él debería estar metido en una jaula de cristal.
Aproveché el momento en que el subió la escalera para poder recomponerme un poco y ser capaz de salir de ahí. Tenía las bolsas d la ropa que me regaló Marina en la mano y el bolso. Al caer se cayeron varias cosas pero no me importaba...yo tenía que salir de ahí si no quería morir.
A duras penas logré levantarme, y apoyándome en la pared llegue a la puerta.
Cuando estaba apunto de salir escuché un grito desde lo alto d las escaleras que decía...ni se te ocurra salir o no volverás a ver a tu hijo.
Por un momento pensé en quedarme...luego entendí que si me quedaba sería verdad que nunca lo volvería a ver porque ya estaría muerta, sin embargo, si yo salía de ahí, la ley y la policía me podrían ayudar a volver a ver
mi pequeño...
Yo sabía que a él no le pasaría nada porque para el es lo más valioso que tenía en su vida. Pero mi vida para el no valía nada.
Sin pensarlo más abrí la puerta, miré hacia arriba de las escaleras y vi que el tenía a mi hijo en sus brazos....
-Hijo mío, volveré a por ti mi amor, no me olvides, te amo más que a nadie en el mundo, volveré siendo más fuerte.
Se me partía el alma pensando en que lo dejaba ahí, y que el lloraba pidiendo que me quedara, pero mi vida, si me quedaba, acabaría ese mismo día.
Salí de la casa como alma que lleva el diablo, miré hacia atrás y el me perseguía. Cogí fuerzas de donde no sabía que había y corrí lo más rápido posible.
Mientras corría no sabía dónde me dirigía sólo sabía que cuanto más lejos mejor. Poco a poco me fui internando en la neblina sin saber exactamente dónde estaba, yo avanzaba y avanzaba sin saber en qué dirección me estaba dirigiendo...
Ahí empezó todo...
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