Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12.Una...Diosa?

La noche pasó en un suspiro, yo no sabía si era por los nervios o por el poco descanso de estos días, pero tenía el cuerpo molido y me faltaban muchas horas de sueño, aún así, empecé a escuchar voces desconocidas y cosas arrastrándose de un lado a otro y me desperté.

Al principio no sabía muy bien dónde estaba con eso de que estaba recién levantada, pero empecé a echarle un vistazo a la pequeña tienda y los recuerdos de todo lo que pasó ayer vinieron a mi mente como un remolino.

Sabiendo dónde estoy y consciente de lo que pasaba, pegue un salto de la cama y salí de la pequeña cabaña a toda prisa, a ver qué nos deparaba ese día.

Cuando salí, los rayos del sol me deslumbraron y durante un segundo no podía ver absolutamente nada, conforme iba adaptando mis ojos al sol puede ver un tragín de gente de un lado a otro, parecían todos muy ocupados.

Pude ver a la tripulación, iban cargando pieles, maderas y grandes cestos uno tras otro en una larga fila. Me acerqué a ellos para ofrecerles ayuda.

-Chicos, buenos días. En qué os puedo ayudar?

-Señorita Sabari, al fin despertó, aquí nuestros amigos indígenas nos desperaron a todos cuando empezaban a brillar los rayos del sol para empezar nuestro trabajo, a usted no porque es la señora diosa. -El capitán me dijo esas palabras con un poco de rintintin.

-Sabari!!.-me gritaba Leila mientras se acercaba a mi con pequeños saltitos.-Como está nuestra gran diosa y salvadora esta mañana?

Leila parecía estar muy contenta el día de hoy, le gustará trabajar?

-Pues bastante bien, gracias. Y vosotras que os han mandado hacer a las mujeres?

-A nosotras nos han puesto en un grupo con otras muchas mujeres, estamos cosiendo telas, haciendo cestas y lavando algunas cosas. La verdad pensaba que sería peor, pero son muy buenas con nosotras.
Una de ellas nos a echo trenzas, otra nos a regalado estos colgantes. -me dijo señalando su cuello y mostrando un bonito colgante de flores. -y otra de ellas está cantando bonitas canciones para que no muramos de aburrimiento.

-Wao, entonces estás contenta con tus que haceres por lo que veo. -la verdad me tranquilizó mucho a ver a Leila tan contenta con su trabajo, me preocupaba lo que podrían hacer con ella.

Los hombres tampoco se veían enfadados o en mal estado, ellos se estaban dedicando a transportar y colocar cosas de un lado a otro, parecía que estaban organizado algún tipo de fiesta o celebración.

Me acerqué al lugar donde estaba el pelirrojo y el jefe.

-Señor, en qué puedo ayudar? Parece que están organizando una fiesta o celebración.

-Si señorita Sabari, vamos a celebrar la noche de la luna roja, hoy vendrán otras tribus de diferentes lugares de la isla, para nosotros, esta fiesta es muy importante.-me explicó el hombre del cabello de fuego.

Yo no podía dejar de asombrarme al ver lo bien organizados que estaban y lo bonito que estaban dejando el lugar.

-Entonces, jefe yo que puedo hacer?-La verdad es que me aburría mucho.

-Usted tendrá la misión más importante hoy, se encargará de recibir a todos los miembros de las demás tribus y les dará la bienvenida y su bendición.-El pelirrojo me traducía todo lo que decía el jefe.

Un poco atónita por las palabras del jefe me dispuse a preguntarle al hombre del cabello de fuego unas cuantas cosas.

-Pero....y como ago yo eso? Tenéis algún tipo de tradición? O tengo que decir algo en específico? Se le da la mano o dos besos?.- El nerviosismo era visible en mi, no sabía cómo tenía que actuar o comportarme.

El jefe y el pelirrojo comenzaron a reírse después de mirarme con los ojos abiertos como platos al preguntarle tantas cosas al mismo tiempo y al verme tan nerviosa.

-Tranquila diosa...no tiene por qué ponerse tan nerviosa, nosotros estaremos a su lado en todo momento, además cuando vean que están en presencia de una diosa, los nerviosos serán ellos. -Me dijo esto guiñándome un ojo.

-Me tengo que poner algo adecuado, y lo único que tengo aquí son unos arapos y ropas un poco sucias yo no sé....

-No se preocupe que ya le están preparando sus vestimentas y abalorios, está todo bajo control.

Dicho eso me quedé un poco más tranquila, pero al saber la responsabilidad que recaía sobre mi, me volvían sudar las manos.

El jefe miró al pelirrojo y le dijo algo señalándome a mí y después a la aldea.
El hombre se giró hacia mi y me hizo una seña para que comenzáramos a andar.

-Señorita me gustaría enseñarle la aldea y sus que haceres, me a dicho el jefe que le gustará ver algunas de las zonas más bonitas de la aldea.-Que amable parecía el hombre del cabello de fuego en ese momento, no se parecía nada al hombre que había conocido el día anterior todo lleno de furia.

Acepte y empezamos hacer una pequeña ruta por la aldea.
Me enseñó todos y cada una de las ocupaciones en la aldea, como donde las mujeres lavaban y tejían, donde se creaban algunas armas, donde se fabricaban cestas, por donde unas pocas mamás cuidaban a los hijos de las demás mientras ellas trabajaban y la zona en la que los cazadores traían las presas y ellos arreglaban y ponian bien la carnes y las comidas.

Todo el mundo parecía ser feliz en ese lugar, se respiraba armonía y felicidad, amor y respeto, tanto por ellos mismos como por el entorno. La verdad era precioso, ver algo como eso en mi siglo o algo parecido era del todo imposible.

Mientras dábamos el paseo miré al hombre que había a mi lado y me guiaba en esta pequeña ruta, el no tenía nada que ver con las personas que yo estaba viendo en este lugar, que haría el aquí?
Ni corta ni prezosa decidí preguntar.

-Hombre de cabello de fuego es tu verdadero nombre?.-sonaba ridículo pero era un modo de romper el hielo.

-Jajajajja no...no lo es, mi nombre verdadero es Marck, pero el jefe me puso ese nombre para estar en este lugar.

-Ya veo, pero creo que no perteneces a este lugar, o si?.-Mi consciencia me decía que la curiosidad mató al gato, pero otra parte de mi decía que el gato murió sabiendo.

-Ahora ya si, este ahora es mi hogar y lleva siéndolo desde hace muchos años. Aquí puedo ser yo mismo, y el contacto con la naturaleza me hace mucho bien. Además esta gente salvó mi vida.

-Uaaauu, pareces muy apegado a este lugar y a sus gentes, pero, cómo llegaste aquí?

El me miró con la cara entre melancólica y triste.

-Si no quieres hablar de ello lo entiendo, perdona mi entromision. -La expresión de su cara me hizo sentir pena y arrepentimiento de lo que había preguntado.

-No te preocupes, gracias a este lugar sane mis heridas, pero aún me cuesta un poco hablar del tema. Mi familia siempre fue humilde, muchas veces no podíamos comer todos los días siquiera. Cuando yo cumplí los 12 años me puse a trabajar para ayudar a mis padres económicamente y que pudiéramos hacer una vida medio normal.

Éramos 3 hermanos más ellos dos, en total éramos 5, y yo era el mayor de los 3 hermanos. Aún trabajando duramente mi padre y yo, parecíamos no dar a vasto, seguíamos en hambruna total, mi padre y yo sospechábamos que algo no iba bien por lo decidimos investigar un poco, mi madre gastaba todo nuestro dinero en vicios y apuestas.

Después de un tiempo decidimos que sería mejor decirle a mi madre que o cambiaba o se iba de la casa, pero mi madre empezó hacernos la vida más imposible de lo que ya era, entonces una noche ayude a mi padre a coger a mis hermanos y a irnos de aquel lugar. Ya estaban todos fuera montados en una carreta, pero yo entré para coger unas cosas que se habían quedado dentro de la casa.

Mi madre al escuchar los ruidos se levantó y cuchillo en mano se dirigió al salón donde yo me encontraba cogiendo las pocas cosas que quedaban.
Fué a salir corriendo hacia la carreta para impedir que ellos se fueran y en acto reflejo la agarré de la pierna y calló.

Yo le suplique a mi padre que se fuera, que salvará a mis hermanos, ellos no podían seguir con la vida de castigo que estaban llevando hasta ahora. Mi padre entre lágrimas obedeció y se fué, yo me quedé allí con aquella mujer.

Cuando logró levantarse se dirigió hacia mi empuñando el cuchillo y llena de ira me asestó 2 puñaladas, una en la pierna y otra en el brazo. Yo con la poca fuerza que me quedaba después del forcejeo y las heridas, le asesté un gran golpe en la espalda con una olla metálica y ella cayó al suelo, la ira era tanta en mi cuerpo que seguí dándole golpes en todo su cuerpo hasta la muerte. En ese momento yo tenía unos 15 años, si me entregaba a la ley me matarían en unos días. Me adentré en el bosque, perdido, no sabía que había echo, había matado a mi madre.

Lloré y ande por días, estaba exhausto, hambriento y hundido en el mar más oscuro en mi interior. Caí desplomado al suelo. Cuando desperté, me encontré en este lugar. Los tachúa me alimentaron y me trataron como uno más, nunca han juzgado mis actos ni me han mirado mal por lo que hice, entendí que este era mi lugar.

-Es una historia increíble, además yo no creo que hicieras mal, defendiste a tu familia y los sacaste de aquel infierno, además solo eras un niño, no te sigas culpando por un acto de un niño asustado que quería salir del infierno.-Estaba muy asombrada con aquella historia.-Volviste a ver a tu padre y tus hermanos?

-No, no los volví a ver, tampoco tenía corazón para explicarles lo que había echo. Aún así me enteré que ellos estaban bien gracias a unos comerciantes que pasaron por aquí, para mí eso es suficiente.

-Yo creo que ellos no te juzgaría, al revés te estarían agradecidos por todo lo que has echo por ellos. Si tienes oportunidad vaya a verlos, eso os llenará de felicidad a todos.

El me miró con una sonrisa tierna y asintió.

-Gracias, hablar contigo a liberado un poco del peso y del dolor que llevaba dentro.

Nos miramos y sonreímos, seguimos andando un par de metros más y llegamos a lo alto de un acantilado. Las vistas desde allí eran preciosas, parecía que teníamos el mundo y la vida a nuestros pies.

Un paisaje de los más verde se presentaba ante nosotros, con grandes montañas a sus lados y un gran río que lo cruzaba.

Nos sentamos en aquel lugar en un silencio cómodo, respirando aquel aire tan puro, me sentía libre, parecía que tenía alas y pudiese volar.

-Ahora entiendo porque dice garra de oso que eres una diosa, este lugar te hace brillar, y tu energía da luz a todo tu alrededor.-Al hombre del cabello de fuego le resplandecían los ojos mientras me decía esas palabras.

Yo lo miré con los ojos abiertos como platos, y acto seguido se me empezaron a subir los colores a la cara, nunca me habían dicho algo tan bonito como eso.

-Ahora la que te da las gracias soy yo, me han podido alagar de muchas formas en mi vida, pero jamás me habían dicho algo como eso. He comprendido que no debo dejar que apaguen mi luz.

Esa conversación había sido para mí muy reveladora, cada paso en este viaje me estaba enseñando cosas nuevas, y sobre todo me estaba enseñando de lo que yo era capaz, de la fuerza que podía tener y el brillo que estaba dejando salir de mi.

-Bueno, ya va siendo hora de irnos.-Marck me sacó del trance.

Yo la verdad no quería irme de aquel precioso lugar, me hacía sentirme tan libre, que dejar esa sensación me hacía sentirme un poco triste, aún así asentí y empezamos el descenso hacia la aldea.

Cuando llegamos un par de mujeres se dirigieron hacia a mi con una gran sonrisa y me invitaban a seguirlas.
Yo miré a Marck un poco confundida, pero el, con su cara amable, asintió para que yo la siguiera sin preocuparme.

No se si había encontrado en ese hombre protección o afecto, pero con el me sentía más segura.

Seguí a las mujeres hasta una pequeña tienda en las que había dos mujeres más esperando en la puerta, al entrar vi que en un pequeño maniquí echo de palos había un precioso vestido adornado con piedras preciosas y flores, aparte también había una corona a juego con aquel vestido, eran preciosos.

Las mujeres me trajeron algo de agua limpia, unos cuantos paños para mojarlos y otros pocos para secarme, por lo que empecé a asearme en cuanto antes.

Como se me estaba haciendo un poco complicado ponerme el vestido las mujeres me ayudaron muy amablemente. Me colocaron el vestido, me hicieron un recogido de lo más bonito y le pusieron flores a mi pelo, colocaron la corona y me pintaron un poco. La verdad no parecía yo misma, parecía de verdad una diosa.

Un poco llena de nervios e ilusión me dispuse a salir de la tienda, puesto que ya habían dado la alarma de que la gente estaba llegando. Empezaría entonces la noche de la luna roja.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro