🥀 Capitulo 19.
Win apartó la vista de Sunan y se centró en Bright quien le observaba con la alarma dibujada en su cara.
-¿Qué significa eso? ¿A qué honor se
refiere?
-Es sobre la historia del pasado, hay algo que no mencioné.
-Pues estás a tiempo de hacerlo.
-Existe un tratado entre nuestras familias. Verás, el día que el consejo decidió que mi padre no pisara sus tierras, Ephraim elaboró un tratado para mantener una posible alianza en el futuro. Era consciente de que Sunan viviría muchísimo tiempo y podría volver.
-¿Volver a la reserva? -inquirió, confundido.– ¿Por qué querría mi bisabuelo dejar a un frío pisar sus tierras?
-Las verdaderas raíces de los Vachirawit se remontan a Forks, el primer Vachirawit nació allí no en Tailandia. La cláusula del tratado no se refiere a la reserva ya que siempre estará vetada para nosotros sino que se refiera a Forks. Hay una condición que cumplida hará que mi familia pueda volver a su casa.
-¿Qué condición?
La risa expectante de Sunan le sirvió para ganarse una mala mirada por parte de Win. Bright sostuvo las manos del chico entre las suyas con gesto suplicante.
-Firmaron que sólo un licántropo tan poderoso como él tendría el poder de rescindir el tratado y toda la familia Vachirawit volverá sin deberle nada a nadie. Puede que tú seas ese descendiente poderoso.
Poco a poco Win sacó sus manos de las de Bright, este sintió un gran miedo a que sus pensamientos fueran tan reales para ocasionar que se alejara.
-Por eso aceptaste el trabajo, mi padre te dijo que mi espíritu de lobo estaba tardando mucho, te conté que eso suponía en la manada que mi posición sería la de un alfa imparable.
-No.
Win soltó una carcajada vacía, irónica.
-Ahora lo entiendo todo. Noir me dejó las pistas a petición tuya, querías sacar mi lobo para devolverle el honor a tu familia. Me dijiste que me querías cuando en realidad apenas te acercabas a mí y mantenías a Noir espiándome para que me quedara aquí. Sabías que me convertiría en alguien poderoso. Por eso Nani dijo que era una locura, que estarías en peligro cuando lo supiera– Le miró con dolor. –Me has engañado.
-No, Win. No es eso, puedo explicarlo.
-He sido un imbécil. Decías que era para protegerme de tu falta de autocontrol, pero en realidad no sientes nada por mí.
-Por favor, escúchame —alargó una mano hacia él, pero Win se levantó de un salto para alejarse. El sufrimiento que Win estaba experimentando hacía que Bright sintiera ese dolor como propio.
-Serás de ayuda para nuestra familia, tienes que sentirte orgulloso de servir para algo-susurró Sunan a su espalda con la mano colocada en su hombro, Win se agitó con furia para librarse de ella.
-Apártese de mí– Dio unos cuantos pasos hacia atrás con la vista clavada en Bright que le observaba abatido desde la silla-. Has jugado el papel del hombre marginado y solitario, te ganaste mi confianza y mi amor para después pisarlos. No comprendía como no te enfrentabas a Noir para darme mi lugar, pero le defendías de mí.
-Win, hijo -Lamai se aproximó, pero él elevó una mano para detenerla, no aguantaría contra ella.
-Creía que había encontrado mi hogar, mi alma gemela. Iluso.
-Win, no es así —al fin se puso en pie—. No mentía cuando decía que te quiero. Eres lo más importante para mí, te lo prometo. Pensé que tú podrías ser ese lobo, sí, pero nunca tuve la intención de usarte para regresar a Forks. Mírame, sabes que puedes leer mis ojos.
Cortó la distancia lo suficiente para coger la manos de Win y colocarlas en sus mejillas acunando su cara en las manos del chico. Win tragó saliva al ver ese pesar en ellos. Entonces recordó la sensación de sus dedos en su pelo al verle dormir, sus manos en su piel, los momentos en que permanecía a su lado entrelazando sus manos para darle su apoyo y mostrarle su cercanía. Asintió con los ojos cerrados.
-Lo sé.
Bright sonrió aliviado y le envolvió en sus brazos apretándole contra su cuerpo.
-No pretendía hacerte pasar por ese dolor.
-Lo sé -repitió acariciando su pelo.
-Perdón, Win -murmuró Lamai a su lado.
-Soy yo quien debe disculparse con usted.
Sunan aplaudió de manera dramática e irónica.
-Un final feliz, ahora toca el mío. Tenemos que averiguar si este chico es ese licántropo y presentarnos en Forks.
-¡No! -gritó Bright posicionándose delante de Win para protegerlo de su padre –No quiero que piense que ideamos ese plan, no le estoy usando, papá.
-No, no lo ideamos. Pero podemos sacar provecho de esto ya que está aquí. Seguro que quiere hacerle un favor a tu familia.
—Iré a quitar la mesa, siento no haberme comido nada de lo que me has preparado -palmeó su hombro yendo hasta la mesa, Bright asintió.
-No te preocupes, no pasa nada.
Fue a la cocina a fregar todo lo que había usado, oyó la conversación en la otra habitación. Se relajó cuando notó los brazos de Bright en su cintura y su barbilla en su hombro.
-Todo arreglado.
-Sí.
-¿Contigo también?
-Te creo.
-Te quiero -dijo para esconderse en su cuello.
-¿Qué va a pasar con tus padres? Seguro tu padre no tiene muy buena impresión de mí.
-Se quedan igualmente, pero con la condición de que te traten como te mereces.
Movió la cabeza ligeramente para poder mirarle, pero Bright seguía oculto en su cuello.
-¿Cómo me merezco?
-Como mi pareja. Y aunque no lo fueses tienen que tratarte con respeto no como alguien al que pueden usar a su antojo.
Sonrió no tanto por sus palabras sino por la forma en que se aferraba a él, sabía que continuaba temiendo que no le hubiera perdonado y saliera huyendo en cualquier momento.
-Tampoco quiero que te enfrentes a ellos, son tus padres.
-Sí, pero vienen una semana cada tres meses y luego vuelven a su casa, soy yo quien se queda sólo aquí. No voy a permitir que pretendan echarte, esta es tu casa.
-Bright -se giró alzando el rostro del contrario.– No me he enfadado porque tu padre quiera usarme como billete de vuelta a Forks, me he enfadado porque creía tú que lo habías planeado y con ello mentido acerca de tus sentimientos.
–Claro que no. No me interesa ir a Forks solo me importas tú. Si me mantenía alejado era para salvarte de mí, nunca he sentido lo que siento por ti y no me controlaba del todo, tenía miedo a herirte.
Sonrió con ternura pasando el índice por la mandíbula de Bright.
-Lo siento.
El vampiro negó.
-No te disculpes no has hecho nada.
-Me disculpo por no haberme parado a escucharte, yo también me he pasado contigo.
-Te perdono -dijo alegre.
Win pensó en algo que le perturbaba levemente pero no se atrevía a preguntar, Bright sonrió y besó una de sus comisuras.
-Durante la noche permanecerán en el piso de arriba o cazando, si te sientes más seguro puedo quedarme en tu cuarto mientras duermes.
-¿Eso lo haces por mí o por ti?
-Eres tú el que está intranquilo por si mis padres vagan por la casa en plena noche.
-Con Noir tengo suficiente -hizo una pausa apartando la mirada de él, aunque le costara reconocerlo le apetecía que le acompañara, asintió fingiendo resignación -. Quédate esta noche.
Bright sonrió pletórico al tiempo que le abrazaba.
-Deja eso, ya se terminará mañana.
Entrelazó sus manos y le llevó hasta su habitación. Cada uno se sentó en un lado de la cama apoyados en el cabecero, comenzaron a hablar notando como la tensión de la pelea se iba evaporando con cada segundo. Llegó la madrugada y Bright se sorprendió de lo mucho que Win podía aguantar en vela incluso antes de que le asaltara el sueño lo hizo el hambre. Apenas había cenado y sus tripas se quejaron.
-¿Qué quieres comer?
-¿Eh?
-Tienes hambre, lo sé.
-Olvídalo, no es para tanto.
-Todavía quedan galletas de la última vez.
No esperó la respuesta y salió de la habitación, en menos de un minuto estaba de vuelta con un plato en la mano. Win soltó una carcajada, normalmente no exhibía su velocidad en su presencia, pero si se trataba de mimarle lo haría.
-Gracias-musitó aceptando el plato.
-No quiero que sueñes con comida - bromeó.
-Vaya, que ingenioso-comentó con ironía antes de darle un gran mordisco a la galleta.
-Te compensaré mañana con un buen
desayuno ¿qué quieres a parte de café?
-No creo que lo hagas.
-¿Por qué? -se acomodó la almohada en la espalda mirando de reojo a su novio que esperaba su respuesta.
-He oído que en el pueblo hacen unos cruasanes deliciosos, pero tú nunca sales.
-¿Los quieres realmente?
-Se los pediré a Min, no quiero que te expongas.
-Yo me encargo.
-Pero Bright, no te lo estoy exigiendo.
-No lo haces, pero he dicho que te compensaré y si eso es lo que deseas lo tendrás.
Se incorporó sosteniendo su mirada con preocupación, si salía la gente del pueblo lo vería como algo extraño, sus padres pensarían que se estaba dejando manejar por él y si le ocurría algo por el camino o en el pueblo no se lo perdonaría jamás. Iba a abrir la boca para pedirle que lo olvidara, pero antes de que las palabras salieran, Bright se abalanzó sobre él tumbándole en la cama y besándole sin contener sus impulsos.
Win correspondió sin dudarlo, esa manera de besar no la había visto jamás en el vampiro y sintió que no existía nada entre ellos.
-Deja de culparte -dijo sobre sus labios -. Soy yo el que debe cuidarte no Min, y me importa muy poco lo que opinen los demás.
Empezó a besar su cuello mandando oleadas de fuego al cuerpo del chico quien buscó el borde de la camiseta, tiró de ella y disfrutó del torso desnudo de Bright. Recorrió su abdomen con los dedos y se mordió el labio.
-Me vas a hacer perder la cabeza.
-¿No era lo qué querías, que te tratara sin esa cautela?
-Sí.
-¿Entonces qué hago ahora?
-Sabes lo que quiero, pero mejor cuando estemos solos.
Bright le dedicó una sonrisa torcida, juguetona.
-Duerme.
Le llevó con él hacia la almohada y le acomodó sobre su pecho, Win se abrazó a su torso percibiendo el vacío en el pecho. Por extraño que resultaba no le suponía ningún inconveniente tanto que ese silencio le sumió en un profundo sueño.
[...]
Los días transcurrían con normalidad trabajando en el estudio, pero cuando se cruzaba con Sunan el ambiente se tensaba. Descubría al vampiro mirándole de reojo con dureza y sabía sin necesidad de preguntar lo que estaba pensando. Bright siempre aparecía para rodear su cintura y alejarlo de allí.
Aquel era el penúltimo día de su estancia, Win se sentía aliviado por poder librarse del vampiro, pero no deseaba la partida de Lamai.
Se encontraba en la biblioteca con un libro en las manos bajo el haz de luz de la lámpara. Durante esos días había adquirido el hábito de esperar a Bright para ir juntos a la habitación, mantenían una pequeña charla antes de que él conciliara el sueño. Su novio salió a cazar una hora atrás.
Unos nudillos golpearon la puerta con suavidad, Win elevó la vista del libro. Sunan se asomaba por la diminuta abertura.
-¿No ha ido con ellos?
-He cazado esta mañana. ¿Te importa si hablamos?
-Usted dirá.
Sunan tomó asiento frente a él separados por la enorme mesa, contempló al chico unos segundos antes de empezar a hablar.
-Mañana nos iremos al atardecer, quería agradecer tu cortesía con nosotros. También disculparme por el mal entendido, pero mi deber es preguntar nuevamente si vas a cambiar de opinión. Entenderás que desee que mis hijos conozcan la tierra de sus antepasados.
-Sí, pero debe comprender que no puedo anular un tratado sin permiso del consejo o el alfa.
-Tú eres el alfa.
-No lo soy.
-Lo serás y Bright será un vampiro respetado por vuestra unión, el vampiro desposado con el gran alfa, el heredero de las verdaderas raíces de los Vachirawit -dijo con un tono egocéntrico, imaginando una escena que no llegaría.
-Lo siento, pero si lo único que pretende es que me revele contra mi tribu por un pasado que no me concierne no lo haré.
-Condenarás a Bright al exilio permanente.
-No quiere volver.
Entonces Win cayó en la cuenta de que si bien osaba sacar provecho de él esa conversación no era más que una trampa. El sonido tras la puerta le hizo ponerse en pie frente a Sunan quien no se movió en absoluto.
-¿Por qué lo ha traído?
Sunan chasqueó la lengua con indiferencia, poco a poco una sonrisa malintencionada asomó en sus labios.
-Yo no soy su carcelero, si quiere hacerte una visita puede hacerlo.
Con esa invitación Noir entró en la estancia con los ojos brillantes por el odio clavados en Win. Este apretó los puños para evitar entrar en fase cerca de Sunan ya que podría hacerle daño. El vampiro continuó su avance mostrando su negra lengua. Win retrocedió unos pasos buscando la salida al jardín. Sunan aplaudió ante su movimiento.
-¿Temes el ataque de Noir? -rio complacido. –Sabes tan bien como nosotros que su ponzoña puede matarte, pero si huyes quedarás como un cobarde.
-No pienso huir-espetó apretando los dientes.– Ya veré como se las arregla para decirle a su hijo lo que ha ocurrido.
Se lanzó al jardín a la vez que cambiaba de fase. En cuanto sus patas tocaron tierra, Noir saltó contra él pudiendo esquivarlo haciéndose a un lado. Noir se agachó listo para volver a repetir el ataque justo en el momento en que Bright entraba en la biblioteca tratando de detener a la criatura. Sunan le retuvo con sus brazos provocando un alarido que escapó de los labios de Bright. Win no apartaba los ojos de él tanto que por un instante perdió de vista a Noir.
El forcejeo de Bright y Sunan no le ayudaba a concentrarse, se giró con rapidez encontrando a esa cosa a unos pasos de distancia. La voz de Bright le suplicaba a Noir que no lo hiciera, sabía que podía leer las intenciones del extraño vampiro.
Iba a pedirle mentalmente que le dijera cuáles eran los pasos que pretendía dar y así librarse de ellos, pero Sunan redujo a Bright hasta ponerlo de rodillas obligándole a observar la escena. Se encaró hacia él con la furia resbalando por todo su cuerpo. Entonces notó como Noir se colgaba de su lomo listo para inyectar la ponzoña.
Con todas sus fuerzas se estrelló de costado contra un árbol oyendo como si una pieza de porcelana empezara a resquebrajarse. Noir cayó al suelo no sin antes perforar parte de su piel con sus colmillos, fue apenas un rasguño pero su piel quemaba hasta unos límites insospechados e insoportables.
Bright intentó soltarse en vano, Win le miró preocupado mientras le pasaba sus pensamientos, el vampiro asintió y él echó a correr por el bosque notando como en cada galope el veneno le asestaba una punzada de dolor.
-¡¿A dónde va?! -le oyó gritarle a Noir, pero éste se tambaleaba junto al árbol—. ¿Qué has hecho?
-Dejarle ir para mantenerle vivo.
La voz de Bright le llegó tan clara pese a la distancia recorrida que no pudo evitar aullar en mitad de la noche. Bright le prefería lejos y a salvo que cerca de él y en peligro por la obsesión de su padre.
-Te deseo la mayor felicidad, Bright. Realmente lo deseo.
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