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🥀 Capitulo 17.




Habían pasado cinco horas desde que salió, el tiempo junto a Min pasaba demasiado rápido. Estaba ansioso por verle, por hacer caso a todos los consejos de su amiga y por demostrarle que realmente estaba enamorado de él.

La casa estaba en silencio y no había señales de Bright por ninguna parte. Escrutó las sombras imaginando a Noir pegado a la pared inmóvil, observándolo. Odiaba que la mansión estuviera siempre con las cortinas echadas.

—¡Bright! —gritó en medio del vestíbulo -¿Puedes venir un momento por favor?

El silencio le devolvió el eco de su propia voz. Se encaró hacia las escaleras para llamar de nuevo.

-¿Bright, estás en casa?

Subió lentamente los primeros escalones con la intención de no cruzar las puertas prohibidas sin su permiso. Se detuvo frente al inicio del pasillo y supo de inmediato que él estaba allí.

-Bright, necesito hablar contigo.

Hizo el amago de adentrarse en el pasillo, pero el sonido que escuchó le retuvo. Se estaba arrastrando por la pared en su dirección, respiró hondo para calmar sus temblores y no atacarle allí mismo.

-No hace falta que seas su guardián, sabes que no le haré daño.

Noir emitió un sonido que sonó como una advertencia, pero Win le ignoró y dio un paso hacia la puerta.

-¿Está en su cuarto? ¿Por eso estás aquí?-el extraño vampiro le enseñó los dientes y el chico asintió.

-Para dar con él solo tengo que dar contigo primero y ahora puedo ubicarte con facilidad.

Ese comentario pareció no sentarle demasiado bien, los hombros de Noir se tensaron listo para atacar. Win clavó los ojos en él sin intenciones de parar esa pelea, si esa cosa se lanzaba contra él se defendería.

-¿Me buscabas?

De repente toda la tensión que contenía su cuerpo se disipó, Bright había aparecido de la nada y yacía colocado entre ellos. La expresión de su jefe era algo dura, reflejaba sin reparos su molestia. No miraba a Win directamente sino que se mostraba indiferente.

-¿Podemos hablar a solas?

-Claro.

Descendieron las escaleras hasta el salón donde Bright se encaró hacia el interior dándole la espalda a Win.

-¿Por qué no me contestabas?

-¿Qué me ibas a decir?

-Quiero hablar de lo de anoche, quiero que seas sincero y me digas si hay alguna oportunidad para que lo nuestro sea real. ¿Qué hay entre nosotros? ¿Por qué me rechazaste?

-¿Que yo qué?-exclamó girándose hacia él.

-Dime la verdad ¿existe la posibilidad de salvar lo nuestro, hay un "lo nuestro"?

-¿A qué viene esa recriminación? Ahora te preocupa mucho, pero en vez de quedarte y arreglarlo te fuiste con tu amiga durante horas. Pero el malo soy yo.

-Me fui porque necesitaba aclararme, entender por qué existe una barrera entre nosotros desde que supe la verdad sobre Noir, entender por qué me alejas de ti de esa forma.

-Si pensabas eso debías haber venido a hablarlo conmigo y no hacerte ideas ¿de dónde sacas que yo te tengo asco? Eso es lo último que me provocas.

Win rememoró la escena en su mente, el leve empujón, la cara de contradicción de Bright. Este acortó la distancia para agarrar los codos del chico.

-Lo que te dije era cierto, son cosas de vampiros. Si yo...-se detuvo buscando las palabras adecuadas. Si por alguna razón pierdo el control cuando estés presente puedo causarte mucho daño. No me generas asco ni desagrado, tampoco es por Noir. Simplemente se debe al hecho de querer mantenerte a salvo.

-Esa cautela que tratas de explicar es más dolorosa para mí que el propio dolor físico. Dime siempre la verdad, prefiero que seas sincero a que con tu intento de protegerme acabes haciéndome daño. Es una cosa de lobos -añadió al final para que no sonara tan dramático, Bright asintió y le atrajo hacia él, abrazándolo.

-Y tú no te guardes tus conjeturas para compartirlas con tu amiga, eso es cosa nuestra.

-No lo haré de nuevo.

Bright colocó su cara en el cuello de Win que aprovechó para apretar más el abrazo, le encantaba que el vampiro se acurrucase así en él. Pasó los dedos por su pelo cobrizo y aspiró su aroma.

Bright salió del abrazo y tomó la mano de Win conduciéndole hasta el vestíbulo en dirección a la cocina, disfrutaba preparando la comida para él y sabía que apenas había llevado nada al salir.

El ruido no pasó desapercibido para Win en cuanto cruzaron el vestíbulo, elevó la vista viendo como Noir se encaramaba a la barandilla de la escalera, sin pensarlo el chico le guiñó el ojo y Noir le mostró los dientes. Entonces se percató por primera vez de que la lengua del vampiro era negra.

Ese pensamiento no tardó en ser oído por Bright que siguió la dirección de su mirada aunque el chico no había detenido sus pasos ni soltado su mano. Noir y él mantuvieron sus ojos en los ajenos y sin mediar palabra Bright tiró levemente de Win para alejarle de allí.

-Quiero que veas algo -dijo al entrar a la cocina, se posicionó delante de él soltando sus manos y manteniéndolas a la vista de sus ojos. Toca mi mano y dime qué sientes.

Alargó la que no entrelazó a la de él, Win extrañado tocó su mano.

-Noto tu piel fría ¿qué quieres que vea?

Bright sonrió presentándole la que segundos antes tuvo entre la suya.

-Esto-al contacto percibió calidez en su piel, ambos sonrieron.

-Hay calor.

-Tu calor, Win. Nunca me había pasado esto, pero me he dado cuenta de que cuando estoy contigo tu calidez se queda en mi piel. Me estás volviendo cálido.

-¿Cómo es posible?

-No lo sé. Sólo sé que es por ti.

-¿Cuándo te diste cuenta?

-La primera vez que nos besamos. A los pocos segundos sentí que mis manos guardaban algo de calor y recordé que las tuve en tu cuello, después se borró y regresó el frío. Siempre que me tocas aparece y aguanta un breve tiempo en mi piel.

-Nos estamos dejando huella-bromeó, el vampiro alzó una ceja, perdido-. Mew dijo que huelo a vampiros, a la esencia de uno en concreto.

-Tú tienes mi olor y yo tu calidez.

-Un licántropo con la esencia de un vampiro y un vampiro cálido por un lobo ¿seremos condenados por esto?

-Yo no tengo alma por lo que ya estoy condenado-cogió las manos de Win y le pegó a su cuerpo-. De todos modos iré al infierno así que mejor disfrutar por el camino.

Sus labios se presionaron contra los del chico sin miramientos, si pensaba que le era desagradable le iba a enseñar cuanto se equivocaba.

Le sentó sobre la mesa, al hacerlo Win quedó a su misma altura. Paseó sus manos desde las rodillas hasta los muslos y de allí hasta su cadera. Win enredó los dedos en su pelo para impedir que se alejara más de lo necesario. Bright comenzó el ascenso de una de sus manos por la espalda provocando que el chico abriera ligeramente la boca. El vampiro sonrió satisfecho contra sus labios antes de separarse un centímetro.

-Veo que tu opinión ha cambiado.

-Eres bueno consiguiéndolo.

-Quiero que cambie algo más. Tienes dudas sobre nosotros porque no hemos concretado nada. Te quiero, por esto te pido que demos un paso más ¿deseas formalizar tu relación conmigo? ¿Quieres ser mi novio?

Win le sostuvo la mirada consciente de que su mente le daría la respuesta antes que su boca. Le atrapó entre sus piernas y sonrió.

-Nuestros deseos han sido concedidos.

Bright estalló en carcajadas llenas de felicidad, una felicidad que nunca experimentó. Apretó la nariz de Win entre sus dedos de forma cariñosa. El chico hizo una mueca fingiendo que le molestaba.

-Yo también te quiero, Bright.

[...]

Cruzó la puerta del estudio en penumbra, hacia tiempo que se había acostumbrado a permanecer allí durante horas con esa escasa luz. Encendió una pequeña lámpara de flexo que tenía en un rincón de la mesa, entonces fue cuando se percató de que sobre la superficie, doblado pulcramente, se encontraba un delantal.

-Es tuyo.

Bright apareció por la puerta mientras le sonreía y se apoyaba en la pared.

-¿Qué le pasa al que tenía antes?

-Que era prestado. Hoy hace un mes que empezaste a trabajar para mí y como no has huido, además de tener el récord de permanencia, te he encargado tu propio delantal.

Lo cogió para echarle un vistazo. Era más largo y amplio que el anterior, la tela menos áspera y del color que normalmente usaba en sus prendas, el negro.

-Es un detalle, gracias -dijo al tiempo que se lo ponía, al hacer el amago de atar las tiras a su espalda Bright se aproximó hacia él.

-Deja que te ayude.

En cuanto lo ató deslizó los brazos por la cintura del chico dejando su barbilla contra su espalda.

-He pensado en aumentar tu sueldo, al menos un 15%. Ya sé lo que vas a decirme, pero solo es algo que estoy tanteando - extrajo un sobre que le ofreció junto a un beso en la mandíbula-. Tu primer salario, por lo que ahora no es necesario que uses la excusa de que todavía no has recibido ni el primero y ya vas a ganar más.

-¿Puedes dejar de montar un monólogo? Pienso sí, pero también puedo hablar.

-Tus pensamientos no tienen reservas, sin embargo, cuidas mucho tus palabras por el miedo a que lo pueda malinterpretar o no te expreses como deseas.

Win se retiró de él para hacerse con la agenda de los pedidos y revisar las entregas para ese mismo día.

-Me pondré a embalar al muñeco y después empezaré a moldear la cera para la musa esa de tu amigo.

Bright comenzó a reír, sabía que sus amigos, en especial Nani, no eran del agrado del chico. Había pensado en contarles sobre su relación, pero conocía lo extremistas que llegaban a ser sus amigos respecto a los licántropos, sobre todo ahora que la planta baja había adquirido el olor del lobo por completo. Debía tener cuidado en el momento de la entrega.

[...]

Pasada una hora Bright escuchó el sonido de los neumáticos sobre la gravilla del camino, Nani se acercaba a la mansión. Win le dedicó una vaga mirada haciéndole ver que él también lo había oído.

-Iré a recibirle, tú continúa con el trabajo.

Antes de que se bajara del coche, Bright ya se encontraba en la puerta, compartieron una sonrisa de años de amistad.

-Te traigo el pedido enseguida.

-¿No vas a dejarme pasar?

-Claro, pero lo tengo aquí en el vestíbulo.

Nani entró tras él, los pensamientos desagradables llovieron sobre Bright quien hizo un esfuerzo por no responder.

-Veo que el chucho ha llegado a su punto álgido, aquí apesta. De verdad no huele como un licántropo normal ¿qué le pasa?

-Su espíritu lobo es más fuerte que en otros -explicó como si fuera demasiado evidente.

-Es asqueroso, no sé como puedes vivir así.

-Porque sencillamente no vivo, estoy muerto ¿recuerdas? De hecho tú también lo estás.

-No, querido amigo, yo aún conservo el sentido del olfato y el sentido común.

Bright le pasó un enorme paquete con cuidado de no romperlo.

-¿Te ayudo a cargarlo?

-Ponlo en la parte de atrás-apuntó al coche con desidia.

-Sé lo que pretendes hacer.

-Vamos, no puedo evitar saber que está aquí abajo y no echar un vistazo -se quejó.

-Ya conozco como son tus vistazos. No le molestes está trabajando.

-¿Puedo fingir pedirle el siguiente encargo a él?

-No lo necesitas hasta dentro de un mes.

-Puedo costearlo.

-No.

-¿Cómo se llamaba? -inquirió ajeno a la negativa.– ¿Metawin?

Bright se situó frente a él con cara de pocos amigos, sus intenciones estaban empezando a enfurecerle.

-Él no es como esas humanas que te gusta seducir y engañar. Olvida esa idea de provocarle para ver su lobo actuar, no te lo voy a permitir.

-¿Qué pasa? Ni qué fuera la primera vez que me enfrento a estos gatitos.

-Es más fuerte de lo que supones. No aceptaré una confrontación, ésta vez si se te va de las manos no te ayudaré.

-¿Por qué me amenazas por culpa de ese lobo?

-Porque ese lobo me tiene de su lado.

Nani estalló en unas carcajadas estridentes, si hubiera sido un humano se habría ahogado por falta de aire.

-¿Y qué ha hecho para lograrlo? ¿Te ha dejado beber su sangre? -se burló.

-Dile a los demás que Win no está dentro de vuestros juegos.

-Ya lo entiendo, tiene dueño.

-Está conmigo y punto-sentenció.

-¿Cómo pareja?- Bright asintió.– ¡¿Pero tú estás loco?!

Los gritos alertaron a Win que subió las escaleras como un rayo. Nani parecía histérico, sin embargo, Bright se mantenía frente a su amigo con un semblante de calma. Al verle le hizo un gesto con la mano para que se aproximara, al hacerlo Win no despegó los ojos de Nani.

-Arderás como tus antepasados, solo que esta vez no serán los humanos quien te condenen.

-¿Es una amenaza? —preguntó Bright casi con indiferencia.

-Por mí no te preocupes, no te entregaré -los hombros de Nani se relajaron y una sencilla sonrisa asomó en su boca—. ¿Win, verdad?

El chico asintió un tanto extrañado.

-¿Puedes anotar mi nuevo pedido?

-¿Yo?-intercambió una mirada con Bright, perplejo.

-Sí, será un regalo para mí pareja. Eres casi humano por lo que eres más sensible que nosotros. Me gustaría regalarle algo que le demuestre mi amor hacia ella.

-¿Qué tal un anillo? No creo que un muñeco de cera sea el mejor regalo.

Nani rio suavemente.

-Es ingenioso tu chico. Seguro que se te ocurre algo original.

-No lo sé. ¿Un muñeco similar a un bebé?

¿Uno con su propia imagen?

Iba diciendo lo primero que le venía a la mente, Bright agachó la cabeza para contener la risa al leer las ideas que no expresaba.

-Me gusta ese. Bright sabe qué aspecto tiene ella, luego pondré el anillo en la mano y será un doble regalo. Un chico listo -dijo mirando a su amigo.

-¿Por qué has cambiado de opinión tan rápido?

-He visto algo que nunca había percibido en ti, la entereza por protegerle y ese aura cálida que desprendes. A los humanos les encanta llamarlo amor.

-Gracias, Nani, pero no llegaremos a ese extremo.

¿Qué extremo? Preguntó Win en su cabeza.

-Una lucha entre los otros vampiros, los que odian a los licántropos.

-¿No nos odiais todos?

-Está claro que Bright no te odia —le guiñó un ojo, divertido.

-Hay un bando extremista que se encarga de liquidar a los licántropos. Si nuestra historia llega a sus oídos estamos muertos.

-Está muerto —puntualizó Nani-. Son sanguinarios pero no atacan a los suyos, despedazaran a tu chico y te harán presenciarlo, pero nada más.

-Mi intención era que Win no lo supiera.

-Mea culpa.

-No importa, prefiero estar al tanto de todo. ¿Son muchos? ¿Cómo un ejército?

-Qué va, si acaso quince.

-Lo cual para nosotros es como un ejército -aclaró Bright.

-Con tu familia, Win, tú y yo podemos con ellos.

-No voy a meteros en esto porque no habrá pelea.

-Por supuesto que no. Ellos están a kilómetros de aquí y los vampiros que te hacen los encargos te conocen desde hace décadas. Solo una última cosa, si viene algún extraño sal a cazar para disimular tu olor, tu lobo ha marcado territorio y tienes una mezcla de esencias ¿lo pillas, verdad?

-Puedes irte, Nani. Y cuidado con abrir la boca.

-Soy una tumba, querido amigo-los miró a ambos y negó-. Perdón por el símil.

Al quedarse a solas Bright rodeó a Win por los hombros.

-Todo irá bien.

Pero cuando alguien pronunciaba esa frase, Win siempre pensaba lo contrario.


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