🥀 Capitulo 14.
El delicioso olor a pan tostado con mantequilla y café recién hecho le despertaron a él y su estómago. Era la primera vez que la casa estaba sumida en ese aroma sin ser él el culpable. Se arrastró por el pasillo medio dormido rumbo a la cocina, ni siquiera había mirado qué hora era.
Al entrar se encontró con una cafetera llena de su bebida favorita, galletas de chocolate, un bizcocho y tostadas que saltaban de la tostadora al hacer él acto de presencia. Bright las tomó al vuelo para dejarlas en un plato mientras iba camino a la mesa llevando también mermelada de fresa.
-No me digas que te has pasado toda la mañana preparando esto -señaló las galletas recién horneadas y el bizcocho que empezaba a hacerle la boca agua.
-Buenos días -dijo en un tono dulce y alegre. No me ha llevado más de una hora, puedo prepararlo rápidamente solo me retrasa un poco el tiempo de cocción.
-¿Hay algo en la cocina que no sepas preparar? —se aproximó a la mesa aceptando la taza que él le ofrecía.
-No sabía que es lo que prefieres desayunar por lo que he decidido hacer un poco de todo. ¿Quieres algo de fruta? -Win negó.
-Para desayunar me gusta el café y algo dulce o cereales. Pero con eso no me refiero a que tengas que hacerme el desayuno cada día.
-Lo sé, pero yo no duermo y me aburro por las noches así mientras tú duermes yo horneo.
Win se metió una galleta entera en la boca, entretanto, Bright tomaba asiento al otro lado de la mesa.
-Yo no compré harina ni mantequilla, ni chocolate.
-He ido yo.
-Gracias.
-No te preocupes.
Desayuno bajo la atenta mirada de su jefe. Mordió un trozo de bizcocho y le clavó la mirada también.
-¿Cuáles son los planes para hoy, jefe?
-Divertirnos.
-¿No hay trabajo?
-No por hoy.
-¿Entonces?
Bright se reclinó en la silla cruzándose de brazos con aire interesante.
-La idea me la has dado tú.
—Ah, claro, hurgando en mi mente —soltó sin enfado alguno.
-Termina de comer y salimos.
-Necesito llevar ropa sino... - completó la frase con imágenes, brigy sonrió de medio lado.
-Está bien.
Fue a su habitación y recogió un pantalón de repuesto. Se reunieron en las escalinatas de la entrada principal. El eco de unos truenos lejanos resonaban en la distancia. Comenzaron a andar adentrándose en el bosque.
La idea de Win era perfeccionar su estado como lobo antes de aparecer por la reserva, no quería ser el novato patoso e inservible. También había pensado en pedirle a Bright que le mostrara sus habilidades como vampiro y comparar las reales con las leyendas, pero solo quedó en un pensamiento ya que no se atrevía a verbalizarlo; sin embargo, si Win lo quería Bright lo complacería sin necesidad de expresar sus deseos.
Esa parte del bosque era la contraria a la que Win había pensado ir con Min, por eso la escogió. La espesura de las ramas no dejaban entrar la luz y el paisaje se volvía oscuro. Las primeras gotas comenzaron a caer sin prisa trayendo consigo una bajada de temperaturas que el chico agradeció.
Tras casi un kilómetro sorteando enormes ramas que parecían brazos salidos de las tinieblas rogando por rozarles, llegaron a un espacio abierto del tamaño de un campo de fútbol.
Allí, fuera del abrigo de las abundantes ramas y hojas, la lluvia les caía sin compasión.
-Deberíamos volver puedes caer enfermo.
Sin decir nada Win se quitó camiseta y se la tendió, Bright estudió su pecho un segundo antes de aceptarla. El chico comenzó una breve carrera que acabó en una explosión de jirones de tela. Jamás en su vida se había sentido tan libre, fuerte y seguro de sí mismo. Se encaró hacia el vampiro que le miraba orgulloso.
-¿Lo has visto? Me he convertido justo cuando lo he pensado. Creía que me costaría mucho más.
-Te menosprecias aun cuando eres perfecto.
-Apuesto a qué es la primera vez que piensa eso de mí, señor Vachirawit -expresó con sorna.
-De hecho no.
-¿No?
-Pretendía pillarme desprevenido y he sido yo el que lo ha logrado, señor Opas-iamkajorn.
-¿Hablas en serio?
-¿Por qué iba a mentir?
-¿Cuándo?
-Cuando pensaste que eras demasiado insignificante para ser mi amigo y en realidad yo deseaba serlo.
-Es la costumbre de pasar desapercibido y ser una sombra para los demás.
-Pues se acabó, Win . No eres una sombra sino la luz en mi vida llena de tinieblas.
Acortó la distancia y se posicionó frente a la nariz del lobo, engullido por sus oscuros ojos. Anhelaba besarle y abrazarle, pero no podía pedirle que cambiara de fase. Le sujetó la enorme cabeza con ambas manos y después enterró su cara en el hombro del animal.
-Incluso si fueras una sombra te pediría que te quedaras a mí lado.
Win gruño agradecido empujando con el hocico el cuerpo de Bright contra el suyo. Permanecieron abrazados un rato hasta que Bright habló.
-Responderé a todas tus preguntas aunque te resulten una tontería.
-Entonces más vale que no hagas planes hasta la cena.
La carcajada de Bright se mezcló con el viento, asintió.
—Sólo pido una cosa a cambio —Win ladeó la cabeza con curiosidad- Quiero que seas humano, que me formules las preguntas, me gusta escucharte hablar.
-Es usted un nostálgico.
Bright aguardó una hora bajo la lluvia contemplando a Win familiarizarse con su musculatura de lobo, sonrió viendo como el amante de los lobos se había hecho uno de ellos. Mientras le miraba concentrado en su tarea de entenderse mejor a él y a su tribu se percató aún más del alma blanca del chico. Él era la llama ardiente que iba a derretir su helado corazón, o más bien, el que ya iniciado esa descongelación. había
Cuando Win se acercó a él la tormenta se encontraba en pleno apogeo, el terreno se había surcado de charcos de barro. Vestía ya los pantalones y Bright le tendió la camiseta que no tardó en mojarse.
-No me molesta que vayas por la casa sin ella, solo te pido que la uses en el trabajo y cuando te visite la señorita Pechaya.
-¿Por qué no la llamas Min cuándo hablas conmigo? Así suena demasiado formal.
-Mi trato con ella no llega a ese punto de complicidad.
Win rodó los ojos exageradamente, pero ese aire y protocolo de otra época le resultaban irresistibles. En cuanto su jefe torció los labios en una sonrisa modesta supo que lo había "oído".
-Empieza a interrogarme.
-¿Cómo fue tu infancia? Dijiste que cuando nacieron tus hermanos fue feliz ¿antes no?
-Lo fue, pero la mayoría del tiempo estaba solo. Mi padre era un médico muy afamado en Tailandia y todo el mundo acudía a su consulta, a veces llegaba a casa de madrugada. Mi madre estaba más conmigo, el dinero que ganaba mi padre era suficiente para nosotros sobre todo porque no gastábamos en comida. Ella es la persona más llena de amor que conozco.
-Es una suerte.
-Lo siento, había olvidado que tu madre...
-No te preocupes. Es normal que hables de tu madre y la quieras, no puedo prohibir a los demás tener madre -dijo tratando de sonar bromista, pero el nudo de su garganta era evidente para los dos-. Continúa, quiero oírlo.
-Mi madre compraba algunos animales para enseñarme a cazar. Nunca eran domésticos o muy salvajes, todavía era pequeño cuando comenzó a hacerlo.
-¿Hay fotos?-interrumpió.
-¿Fotos?
-Tuyas, de cuando eras un bebé.
-Las tiene mi madre. Puedo pedirle que me mande algunas, pero quizá lleguen varias cajas de ellas. Le encantaba hacernos fotos. Bueno, entonces me enseñó a cazar en el patio de la finca que compraron a las afueras de la ciudad. Mi animal favorito era el zorro, el único que me daba algo de juego.
-Eso no suena muy animalista.
-Era eso o personas.
-¿Si no bebes nada puedes llegar a morir?
-Al cabo de los años si, pero antes sería un monstruo fuera de control y un vampiro sediento es capaz de aniquilar una ciudad entera.
-¿Has cazado lobos?
-Muy pocos, pero te prometo que a partir de ahora no les tocaré ni un pelo.
Win entrecerró los ojos y le apuntó con el dedo fingiendo estar muy ofendido.
-Más te vale.
-Cuando nació Zee los animales eran más inofensivos por el miedo de mi madre a que le hicieran daño. Uno de los nuestros empieza a ser fuerte a los siete años más o menos, quiero decir, realmente fuerte. Sin embargo, mi hermano mató a una gallina a los nueve meses, mi padre preocupado le revisó. Descubrieron que su don era la fuerza bruta-sonrió.
-¿Cómo descubrieron el tuyo?
-Fue en una cena, mis padres estaban disgustados y no se hablaban pero no paraban de pensar cómo y qué decir para arreglarlo, entonces intervine por ellos.
-¿Y qué hay de Jan?
–Creo que ella es la combinación perfecta de mis padres, posee la abnegación de uno y la compasión de otro. Pero tiene al demonio de la moda dentro de ella.
-¿No les ves nunca?
-Por supuesto que sí. La última vez, no hace mucho, estuve en la finca de Tailandia, pronto vendrán ellos a visitarme. Zee siempre se mete conmigo porque acabaré para vestir Santos o muñecos en mi caso.
-¿Cómo van a tomarse lo nuestro? Si es una familia conservadora no apoyará una relación entre dos hombres.
-No creo que haya inconvenientes.
-¿Y por el lado del licántropo?
-Simplemente la casa será apestosa para ellos, pero poco más.
-Si un vampiro está muerto no tiene sistema respiratorio ¿cómo lo hacéis?
Bright comenzó a reír de nuevo, las preguntas de Win eran divertidas para él.
-El veneno que fluye por nuestro interior es como sangre por eso podemos hablar, movernos, pensar y oler, en ambos sentidos.
-Un vampiro es un ser lleno de curiosidades.
-Siguiente ronda de preguntas.
-¿Puedo seguir preguntando? -Bright negó.
-Ahora me toca a mí.
Mantenían la conversación ajenos a la lluvia torrencial. Win le observó extrañado.
-Es justo, adelante.
-¿Qué pensaste al entrar en la mansión?
-Que estaba abandonada, me resultó algo escalofriante el aura que desprendía. Supongo que el anfitrión tenía mucho que ver ¿por esa razón no te gustaba la idea de que fuera al pueblo? ¿Por si allí me enteraba de todo?
-Las preguntas las hago yo -dijo suavemente. Pero eso me recuerda que hay algo que quiero ver. Muéstrame las fotos.
-Había algo más, un cuaderno de la antigua empleada sobre la leyenda del vampiro de cera.
-Ahora entiendo muchas actitudes de la chica. Le agradezco que nos haya hecho un favor sin saberlo.
-Al final yo también lo hubiera descubierto, la verdad es que tus ojos y lo de Noir me hicieron sospechar. ¿Puedo preguntar acerca de Noir?
-No.
Le dio la espalda y emprendió el camino de vuelta. Estás siendo descortés. Le llegó como una sutil queja, pero no había maldad en ella. Win le alcanzó y al ponerse a su lado le propinó un suave golpe en el brazo tal y como lo hacía con Min. Bright se sintió pleno al poder formar parte de todos los aspectos de Win.
Al entrar en la habitación Bright aspiró disimuladamente. Win se agachó frente al armario mientras rebuscaba en el interior.
-Has conseguido borrar por completo el olor anterior de esta estancia.
-Ahora cuando paso no noto que me arda la garganta por lo que es un alivio.
Bright asintió, pensativo. El chico se sentó a su lado en la cama ofreciéndole el cuaderno. Le echó una ojeada por encima, extrajo las fotos y las observó un instante.
-Gracias– alargó una de ellas en silencio, Win le miró con la pregunta en sus ojos—. Es para ti.
-¿Por qué?
-Quiero que te la quedes.
El chico la sostuvo con cuidado, era aquella donde Bright posaba junto al que supuso era su padre, este asintió.
-Sí, es mi padre.
-¿No te importa que me la quede?
-No me imagino un lugar mejor donde pueda estar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro