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🥀 Capitulo 13.



Era la primera vez que su jefe le encargaba la tarea de fabricar un muñeco completamente a solas. Al oírlo Win le había lanzado una mirada de incredulidad.

-Lo hará bien-le había dicho Bright en la puerta del estudio-. Ya sabe funcionar el horno, moldear la cera y se maneja bien en el almacén. Solo estaré fuera una hora, puede que menos.

Le vio partir con un abrigo largo que no necesitaba bajo un cielo que arrastraba un mar de nubes negras, no tardaría en llover.

Estaban trabajando en un pedido de cuatro muñecos, uno de ellos debía vestir de traje para rememorar a un antepasado del cliente en el centenario de su empresa.

Tumbó la masa vacía y sin facciones en la mesa y procedió a ir dibujando las marcas de la boca, ojos, perfilar la nariz e ir creando las características físicas del hombre de negocios. Se encontraba a escasos centímetros de la cara cuando lo notó por primera vez. Fue como una pequeña oleada de calor recorriendo su abdomen, pero no le dio importancia. A los pocos minutos su frente se empezó a cubrir de una fina capa de sudor y le temblaban las manos siendo imposible sostener nada en ellas.

Cuando enfiló las escaleras también le temblaban las piernas y casi se arrastraba agarrado a la pared. Buscaba salir al jardín para respirar mejor y ni siquiera sabía si lo lograría.

Pasó unos minutos de incertidumbre y pánico, el calor era insoportable y parecía abrir en su interior un camino de lava. Al llegar al jardín todo pasó muy rápido.

Notó un estadillo en su cuerpo que no comprendió, pero lejos de sentir dolor fue algo natural como si lo llevara haciendo toda la vida. Lo extraño vino después. Estaba arrodillado recuperando el aire cuando abrió los ojos y se dio cuenta de que no estaba arrodillado como creía, le sostenían cuatro patas peludas de un pelaje marrón rojizo. Echó a correr hacia el estanque para comprobar su reflejo, seguro que tenía fiebre y estaba delirando.

En la superficie del agua observó esa imagen que le hizo dar un vuelco al corazón. Era un lobo enorme quien se asomaba al estanque, en esos inmensos y oscuros ojos reconoció los suyos. Recordó las palabras de Nunew y se echó hacia atrás aterrorizado, de su garganta escapa una especie de aullido que provocaba compasión en quien lo escuchara.

Se resguardó entre los árboles aunque ninguno le ofrecía el cobijo que deseaba. Sintió cierto alivio al percibir los pasos de su jefe buscándole con desesperación, sin embargo, no quería que le viera así. Cerró los ojos y metió la cabeza bajo las patas.

-¡Win! ¡Win!

El olor del chico le condujo hasta un rincón más poblado de árboles. Un enorme lobo yacía tumbado en posición vulnerable, se dirigió allí pero los pensamientos del chico le asaltaron contundentes.

-No se acerque. No quiero que esté aquí.

-Estaba preocupado por usted. He visto el estudio vacío y algunos instrumentos por el suelo. ¿Está bien?

-Esto es una pesadilla, tiene que serlo.

-Lo siento, pero no lo es. Es su naturaleza, las leyendas y sus amigos no mentían.

-No sé cómo volver a mí forma humana.

-Ahí no puedo ayudarle. Debe descubrirlo usted.

-Váyase, quiero estar solo.

-Dígame al menos que se encuentra bien -no hubo respuesta—. Win por favor, míreme.

Lentamente el lobo comenzó a salir de su escondite, alzó la cabeza despacio hasta que sus ojos enfocaron a Bright y todo cobró otro sentido. Su vista se nubló momentáneamente y de inmediato su mente quedó inundada de recuerdos de los dos. Las sonrisas de Bright, su voz, sus labios redondeados, su pelo cobrizo, sus ojos color topacio. Y entendió el significado de su vida: Bright era el hogar al que siempre había pertenecido y nunca había encontrado.

Por su parte, Bright escuchó ese pensamiento y creyó que iba a caerse de bruces. Toda su existencia la había pasado vagando, viendo el amor a su alrededor y siendo incapaz de sentirlo, y ahora ese lobo delante suya le estaba ofreciendo la oportunidad de experimentarlo en su propia piel. Definitivamente estaba incondicionalmente enamorado de Metawin Opas-iamkajorn.

-Estoy bien, Bright, pero quiero estar solo hasta que descubra la manera de ser yo otra vez. Le prometo que en cuanto sea humano nuevamente le buscaré.

Bright asintió perdido en el sonido de su nombre en la voz de Win. El lobo se puso en pie, era igual de alto que él, sus ojos conectados a los del contrario en una distancia de pocos pasos.

-Gracias.

Su jefe partió con una sonrisa en sus labios que no supo identificar, pero le valía para hacer saltar a su corazón de felicidad. Tardó varios minutos en encontrar la forma de resolver el enigma, pero para cuando lo hizo estaba totalmente desnudo. Se escabulló a su habitación tan rápido que le pareció impropio de él. Tenía que hablar con Nunew y Mike cuanto antes.

Bajó al estudio a organizar lo que había tirado en su escapada al jardín, al llegar todo estaba pulcramente colocado y Bright estaba trabajando de espaldas a la puerta.

-Iba a colocarlo después.

-No me ha costado nada hacerlo.

-¿Se ha roto algo?

Bright le contempló por encima del hombro con una sonrisa reluciente, al mirarse comprobaron que algo era diferente entre ellos. La ansiedad de estar junto al otro, el anhelo de ver feliz al contrario y la complicidad que entre ellos se había creado. Win sonrió a su vez.

-Es usted la persona más extraña que he conocido, en lugar de estar en shock por lo que acaba de pasar está preocupado por si ha roto algo.

-Si las leyendas son ciertas no puedo hacer nada, pero usted lo sabía ¿verdad? Al ser un vampiro sabía de la existencia de los licántropos, por eso dijo lo del veneno.

-Así es. La ponzoña puede matar a un licántropo. También quiero aclararle que si su sangre no me atrae es por el olor que percibo de usted, lamento haber sido tan expresivo en mis reacciones. Como un simple humano no huele mal en absoluto.

-¿A qué huelo? —cuestionó con enorme curiosidad, su jefe sonrió.

-Hay matices en su olor, pero lo que más destaca es la esencia de perro mojado y tierra húmeda.

-Interesante. Ahora que soy un lobo capto su olor de otra manera.

-Supongo que le resulta desagradable.

-¿Es un problema si le digo que no?

-Sería el primer licántropo al que no le afecta el olor de un vampiro. ¿Puedo saber a qué se parece mi aroma?

-¿Sabe como huele una piedra recién pulida o la tierra seca mezclada con el polvo?-Bright asintió sin esperar esa respuesta. –Es algo así pero sumado a un picazón molesto en la garganta y la nariz.

Win imaginó como se sentía al percibirlo y su jefe leyó esa molestia.

-Siento ser tan insoportable -dijo sin querer acusarle, pero su voz sonó fría y con un deje de decepción.

-Sabe que no me resulta insoportable, Bright

[...]

Pese a querer pasar tiempo juntos ninguno se atrevía a alargar la compañía más de lo estrictamente necesario. Al terminar la jornada laboral Bright siempre le daba su espacio y en lo único que él pensaba era en cuándo bajaría para pasar un tiempo a su lado.

Se sentó en el suelo de la cocina con las piernas hacia el jardín, desde que se había transformado no soportaba el calor pero no podía estar sin camiseta delante de Bright. Escuchó sus pasos entrando en la cocina encendiendo su ilusión, antes de girarse ya sabía que no iba solo.

Se levantó de un salto para encarar a la visita, hacia días que no la veía y comenzaba a echarla de menos.

-Min–saludó alegre. Junto a ella iba Bright.

-¿Qué te ha pasado?-preguntó divertida.

-¿Por qué?

-Parece que has estallado en un descontrol de musculatura. Estás más alto.

-Eso es por el trabajo, el señor Vachirawit me tiene explotado.

Bright sonrió con la cabeza agachada mientras Min le regalaba una mirada de reojo al perfil del vampiro. Se acercó al chico con las bolsas en las manos.

-Mira a ver si está todo. Nos ha llegado una nueva loción de afeitado y he pensado que te gustaría probarla.

-Sí, no me gusta usar siempre lo mismo, gracias MinMin.

La chica le dio un pequeño codazo para evidenciar su "no hay de qué". Pero para Bright no pasaban desapercibidas las muestras de complicidad que ambos intercambiaban. Al tiempo que revisaban las bolsas compartían risas, bromas y golpes de cariño en los brazos y costados, por no mencionar las maneras que tenían de llamarse, él la llamaba MinMin, cosa a la que ella no se oponía, y en su lugar le llamaba Winie.

Lo había leído en cientos de novelas y nunca se había parado a pensar lo que suponían para un hombre. Surcando en la mente de Win sabía que su actitud hacia la chica era verdadera y que no buscaba provocarle, lo que hacía que esos celos fueran aún mayores. Empezaba a desear que la señorita Pechaya se fuera.

-¿Por qué no te pasas alguna vez por aquí sin tener que traer víveres?

Bright no daba crédito a lo que escuchaba.

La risa de Min no tardó en llegar.

-Por mí no hay problema ¿pero está bien qué lo hagamos?

-Podemos vernos a la entrada o inspeccionar el bosque.

Observó a Bright de refilón estudiando su reacción. Iremos por fuera de la propiedad, no le causaré problemas. Pensó.

-Pueden hacerlo, no le prohíbo al señor Opas-iamkajorn que se vea con sus amigos.

-Entonces el próximo día que vengas acordamos cuándo.

La acompañó a la puerta un cuarto de hora después. Bright se encontraba en la cocina seleccionando los ingredientes para la cena.

-¿Quiere venir con nosotros? Seguro que Min estará encantada, pero usted lo sabrá mejor que yo.

-¿Yo?

-Sí, al leerle la mente y eso.

-No puedo leer su mente.

-¿Cómo?

-La mente de la señorita Min funciona de forma diferente, es como si sus pensamientos tuvieran un escudo.

-¿Eso es posible?

-Cada cabeza es un mundo.

-¿Le ha pasado con alguien más?

Bright negó sin apartar la vista de lo que estaba cortando. Win frunció el ceño ante su forma de actuar. No le miró en ningún momento y su frialdad le estaba causando un dolor en el pecho que no entendía.

-¿Qué le pasa?

-Nada.

-Está frío.

-Soy un vampiro-soltó sin mucho entusiasmo, Win puso los ojos en blanco.

-Ya sabe a lo que me refiero.

-Pues yo no-mintió.

-Si le molesta que vaya a dar una vuelta con Min no le veo la lógica. Si hubiera leído en su mente que quiere salir conmigo lo entendería, pero...

Vio como cesaba su tarea y apretaba el mango del cuchillo haciendo que este se deformara entre sus dedos. Chasqueó la lengua al dar con la respuesta.

-Así que sí es un problema. ¿Cree que ella y yo...? -unió los índices de cada mano haciendo visible sus palabras - ¿Piensa qué tengo interés en ella?

-No lo sé-habló molesto soltando el cuchillo y encarándole por primera vez — No conozco sus intenciones ni su opinión hacia mí. Usted sabe lo que siento y me pidió tiempo para averiguar la verdad, no quiero presionarle pero no deseo sufrir anhelando algo que no es para mí.

Win se quedó callado fijo en sus tristes ojos.

-¿Qué no es para usted?

-Esto. El calor que me provoca, la emoción de tenerle a mi lado, el amor.

-¿Está enamorado de mi? Dijo que era una atracción, curiosidad.

--Le quiero como si tuviera alma, Win. Mi existencia, todo lo que soy es suyo y me mata no saber qué siente usted. Puede rechazarme, no perderá el trabajo por ello, pero sea sincero. Si le gusta la señorita...

Win le agarró de las solapas de la chaqueta aproximándose a su cara, Bright quedó mudo.

-Si no tuviera interés no habría permitido que me besase.

Con un pequeño tirón cortó la distancia para besarle. Bright permaneció como una estatua, tan inmóvil que Win dudó en sí debía alejarse, en cuanto esa idea surcó su mente Bright le abrazó por la parte baja de la espalda apretando el cuerpo de Win contra el suyo.

Este le sujetó por los costados de la camiseta colando las manos por debajo de la chaqueta. Sus labios iniciaron un ritmo que demostraba la necesidad de ambos. Win atrapó el pelo en su nuca para atraerlo todavía más. Anhelaba tenerle más cerca, sentir ese frío electrizante que emanaba de Bright.

El vampiro le giró acorralando a Win entre la mesa y su cuerpo. Comenzó a percibir los impulsos que le arrastraban a la pérdida de su control y temió por la seguridad del chico, si se dejaba llevar podría hacerle daño. Entonces Win se alejó de su boca, jadeando.

-Usted... Usted es lo que más me importa -Bright sonrió como nunca lo hizo antes -. No se preocupe por Min ni por nadie, en mis ojos y en mi cabeza sólo está usted. – Bright le apretó contra él de forma cariñosa.

-Le creo porque no hay otra cosa en su cabeza y porque el latido del corazón es lento y seguro. Gracias Win.

Resignado se alejó de él para volver a la preparación de la cena. Win se mantuvo apoyado contra la mesa con los brazos cruzados contemplando las manos de Bright cortando las verduras.

Su jefe sonrió oyendo las dudas en su cabeza que trataba de ocultar.

-Puede tratarme como desee. Si quiere formalizar lo nuestro no me opongo en absoluto y si quiere seguir como hasta ahora esperaré hasta que esté convencido de tener una relación o como quiera llamarlo.

-¿Quiere tener una relación conmigo? — cuestionó asombrado e ilusionado.

-¿Le resulta raro? Llevo más de sesenta años leyendo sobre el amor y preguntándome si había alguien esperando por mí. Si usted decide darme esa oportunidad veré mi vacío completado.

Win alzó una ceja mostrando cierta ironía en su mirada.

-Y luego el romántico soy yo.

-No se burle.

-Acepto-soltó de improvisto, Bright le observó sorprendido—. Yo también siento que no tenía a nadie que me hiciera sentir de esa manera y mire por donde ha tenido que ser un vampiro.

Bright rio al tiempo que le lanzaba un
trozo de zanahoria que le dio en la mejilla. -Todavía está a tiempo de huir. Ya soy raro para los otros clanes, imagínese qué van a pensar cuando sepan que estoy con un lobo.

-¿Por qué lo eres?

Ese trato hizo que Bright le contemplara largamente. Su tono cálido y cercano le hicieron sentirse una parte de Win, recibido enteramente por él con el cariño que nadie se había molestado en darle fuera de la familia. Win se percató al instante.

-Perdón, he pensado que si íbamos a iniciar la relación era mejor tutearnos, pero creo que me he adelantado en ambas cosas.

-Me gusta. Es más cercano -el chico sonrió aliviado-. Respecto a tu pregunta se debe a mí dieta y al hecho de que no vivo con un aquelarre. Mis instintos no son tan agresivos como los de ellos.

-¿Tus amigos de la otra vez son como tú? ¿Por qué dijo que era una locura que estuviera aquí?

-Sabía lo que eres y temió que al transformarte pudiera haber problemas entre nosotros.

-Hablando de problemas, tengo que ir a la reserva para hablar con mi padre y los chicos.

-Por supuesto. Sólo te pido que tengas cuidado, no me fío de ese tal Mew.

-Descuida puedo plantarle cara sin problemas.

-Eso no me deja más tranquilo.

¡Este capítulo me encanta!
Esta lleno de tantas emociones.
Amoo.




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