Examinó el primer retrato con curiosidad. En él se veía a un hombre rubio de rasgos finos y expresión erudita y amable. Abajo, en el pie del marco, en una placa de oro podía leerse Ananda Vachirawit (1728-1838).

Intercambió una mirada con Bright que procedió a desvelar el relato.

-¿Recuerda la historia que le conté del músico Vachirawit? -Win asintió-. Pues era él, mi bisabuelo. Fundador de esta mansión y uno de tantos en un largo linaje. Nació en Tailandia hijo de un vampiro que trabajaba el carbón y de una mujer que cosía en un taller de poca monta.

-¿Ella no era vampiro?

-No cuando la conoció. Los vampiros sólo necesitan dos cosas para reproducirse: ese veneno que corre por nuestro cuerpo y una vampira.

-¿No puede ser humana?

-No soportaría el alumbramiento. Ananda llegó a este pueblo con la fama que había granjeado gracias a la música, ese era su don.

-¿Don?-a su pesar Win estaba implicado en el relato.

-Digamos que cada vampiro tiene una capacidad diferente y la de Ananda era la de enseñar música. Su don le ayudó a lograr una pequeña fortuna que usó para la construcción de la mansión.

-¿Cuál es el suyo? -Bright sonrió mirando aquellos ojos negros que brillaban de expectación.

-Lo sabrá cuando llegue el turno de mi historia. El caso es que Ananda se enamoró de una chica que trabajaba como empleada doméstica en un pueblo cercano, pero su jefe se opuso a que tuviera una relación con un músico del que se decía tenía mil musas y peores intenciones. Al año de llevarlo en secreto él la trajo aquí, que hacía semanas habían terminado de edificarla. Ella accedió, pero el jefe se encargó de que pareciera todo lo contrario.

Hizo una pausa para mirar el perfil de Win que no apartó los ojos del cuadro en ningún momento, al ver que se detenía asintió para que continuara.

-Hubo unos meses de calma, pero como siempre la calma sólo es señal de una horrible tormenta. Alguien dijo que había visto a la chica lanzarse desde el tejado y caer con elegancia, los rumores se dispararon y ocurrió lo peor. Los vecinos se presentaron una madrugada de 1838 hasta la puerta, la echaron abajo y los sacaron a ambos al jardín. Los quemaron a unos kilómetros de aquí bosque adentro. Ellos no lo sabían, pero a un vampiro solo se le mata con fuego.

-El mal de uno perjudica a tantos - sentenció Win con desprecio.

-La servidumbre abandonó la casa esa misma noche excepto la doncella personal de la mujer de Ananda que también era la encargada de ayudarla con la crianza de su hijo. Los bebés vampiros son como los humanos, poseen hasta cierto color en las mejillas, pero conforme crecen adoptan ciertas formas que les delatan ya que no son capaces de controlarse del todo. Un vampiro adopta la madurez completa a los veinticinco años donde su aspecto físico ya no se ve modificado. La doncella le suministraba sangre animal de la carnicería hasta que el niño creció los suficiente como para escaparse y matar a algunos vecinos.

-¿Estamos hablando del Vachirawit de los muñecos?

-Sí, mi abuelo.

Dio un paso a un lado donde estaba el retrato del susodicho. El aspecto no era tan amable como el anterior. Sus ojos eran tan agresivos que parecían traspasar el tiempo y amenazar a quien le observara. Su pelo negro caía en sus hombros dándole un peor semblante. La fecha rezaba (1838-1883). No se sorprendió de que hubiera vivido tan poco.

-Al principio las muertes no se asociaron a nada puesto que nadie conocía su existencia. Vivió en las sombras de la mansión hasta que se hizo adulto y hasta la doncella que le crió se fue. Entonces empezó a crear los primeros muñecos de cera y se dio a conocer al mundo con ese negocio. Todos le conocían como el Vachirawit de los muñecos. Creyeron que se trataba de un sobrino o un familiar
más lejano.

-¿Para qué hacía esos muñecos?

-Porque pese a la gran fortuna que obtuvo se sentía sólo, quería ser padre. Por lo que le ofreció una gran cantidad de dinero a la chica más hermosa del pueblo para que se casara con él. Fue el primer y único matrimonio Vachirawit sin amor.

-Tuvo que ser duro para su padre.

-Nació sabiendo la verdad. Mi padre fue el mayor de esos tres varones, vino al mundo al año de que su madre fuera convertida.

-¿Cómo se convierten? ¿Es como en las películas donde les muerden el cuello?

-En realidad puede hacerse en cualquier parte del cuerpo. La ponzoña seguirá su camino sin importar el lugar de inicio.

-¿Ponzoña?

-El veneno que los transforma-continuó -. El hijo menor vivía aterrado por los muñecos de su padre, temor que compartía con su madre. Ella acabó huyendo y el pequeño pensó que uno de los muñecos la había matado. Se lo contaba horrorizado a todo el mundo. Y los vecinos creyeron que el padre la había asesinado. Una vez más vinieron antorcha en mano para impartir justicia. Mi abuelo tuvo el tiempo justo para poner a sus hijos a salvo y dar la vida para que no les hicieran daño.

-Al final fue un héroe, un buen hombre.

-Tenía una personalidad un tanto lunática, pero no era un mal hombre.

De nuevo se movió hacia la derecha quedando frente a un hombre de mirada limpia y facciones amables. Sunan Vachirawit (1864-____)

-Aquí empieza la historia de mi padre. Tras el asesinato tomó a sus hermanos y regresó a Tailandia, buscó a su madre durante meses hasta que la halló en la India. Estuvo con ellos hasta que mi padre decidió estudiar medicina y viajó por algunos países ayudando a la gente. Ese viaje le llevó a una isla apartada de todo donde una plaga estaba acabando con los habitantes. Corría el año 1889.

<<En la isla, mi padre comenzó a probar nuevas dietas, odiaba las que sus antepasados tenían y trató de hacerse "vegetariano". Allí se alimentó de monos, ciervos y otros animales. En una de sus cacerías conoció a mi madre. Ella era nieta del fundador del hospital campamento donde pocos años atrás su abuelo trató de salvarla cuando sufrió la mordedura de una criatura extraña.

-¿A qué se refería con eso?

-A mi madre ya le había mordido un vampiro. En esa isla algunos les llamaban bebedores de sangre, otros simplemente no creían en eso. Mi madre-señaló el cuadro junto al de su padre, la mujer era hermosa y su cara mostraba la compasión y el amor-, fingió que todos los síntomas de la ponzoña desaparecían y se recuperaba.

-¿Seguía transformándose cuando lo hizo?

-Exacto, solo para que su abuelo no sufriera. Ella le enseñó a mi padre donde encontrar animales y él a cambio le enseñó su otra dieta posible. Se casaron un año después en la propia isla.

Win se movió primero sin esperar a su jefe, ardía en deseos de ver el retrato de Bright. Este sonrió agachando la cabeza encantado con su comportamiento. En la placa de oro leyó Bright Vachirawit (1901-_____). Win le clavó la mirada con un toque jocoso.

-Es usted un anciano, señor Vachirawit - bromeó.

-Y usted demasiado joven para escuchar historias de terror-replicó.

-Cuénteme la suya.

-Mi historia no tiene nada relevante. Nací en Tailandia y estudié en casa con los mejores tutores. Cuando nacieron mis hermanos tuve una infancia feliz-echó un vistazo a los otros restantes Zee 1908 Jan 1912.

Volvió la vista al cuadro de Bright que era el que verdaderamente le interesaba.

-Hace tres años me mudé aquí. Me había hecho un nombre con mis creaciones en Tailandia y quería hacerlo aquí también.

-¿Puedo preguntar cuántos años lleva en el negocio?

-Con el nombre actual cinco años. Pero mi primer muñeco lo hice en 1987-el chico le miró dubitativo, con un millón de preguntas en la cabeza.- ¿Por qué no me pregunta lo que de verdad quiere saber?

-Son tantas cosas-admitió.

-¿Sabe cuál es mi don? -Win elevó la vista hacia sus ojos-. Puedo leer las mentes.

-Me toma el pelo.

-No. Piense en algo.

¿Bebe la sangre de los ciervos de la propiedad?

-Sí- Win se asombró.

-Vale, otra vez. ¿Alguna vez ha querido probar mi sangre?

-Debo reconocer que no.

-¿Ha estado leyendo mi mente todo el tiempo?

-Desde el primer día -reconoció, las mejillas de Win se colorearon con un leve tono rosado en su piel.

-¿Todo?

-¿Sabe por qué empecé a sentir esa curiosidad hacia usted? -negó-. Vi la preocupación en su mente cuando pensó que estaba enfermo o cuando creyó que estaba en peligro por Noir. Esa ansiedad en sus ojos por mi seguridad me hicieron darme cuenta de lo esencial que es ser importante para otra persona. Y me han dolido todos los pensamientos que ha tenido hacia mí esta mañana.

-Lo siento, estaba decepcionado y enfadado.

-Lo sé, por eso no me lo tomo personalmente.

-Tendré más cuidado con lo que pienso.

-No lo haga, así dejaría de ser usted.

-Pero le hago daño.

-Si pude con sus ideas respecto a mí y la señorita Pechaya creo que puedo con cualquier cosa.

Win se golpeó la frente. Idiota. Se acusó. Bright soltó una carcajada.

-Lo arregló al regresar de su casa. Si mi corazón pudiera latir habría estallado en ese instante.

-Por favor deje de decir esas cosas, es
vergonzoso.

-Lo lamento.

-No, no lo hace. Está escondiendo una sonrisa.

-Su mente es muy divertida.

-Eso sí que es nuevo-se alejó de él fingiendo ver los retratos de sus hermanos - Falta la historia de Noir.

-Si me permite, eso está en otro capítulo - Win resopló. -No voy a olvidarlo, se lo contaré más adelante.

Win le apuntó con el dedo.

-No responda mis ocurrencias mentales.

-Por alusiones debía hacerlo-replicó.

-La que me ha caído.

Bright posó la mano en su hombro.

-La parece peculiar y hasta le resulta fascinante, no disimule. Volvamos al trabajo.

Se esforzaba por mantener sus pensamientos a raya, únicamente se permitía pensar en cosas relacionadas con el trabajo. De vez en cuando escuchaba la risa de Bright a su espalda.

-No puedo concentrarme si sigue haciendo eso.

-¿El qué?

-Sé que me está leyendo y su risa no ayuda. ¿Se está riendo a mi costa o qué?

-Creo que en el fondo usted ya creía en esas leyendas porque se ha tomado muy bien que yo sea un vampiro. Lo único que le sorprende verdaderamente es que pueda saber lo que piensa en cada momento.

-Es un asalto a mi intimidad-se defendió -. Pero también he pensado que ha heredado lo lunático de su antepasado y va por ahí creyendo que es un vampiro. ¿No ha captado eso su radar de lecturas?

Bright asintió sin signos de molestia por los comentarios.

-Sin embargo, no ha sido un pensamiento verdadero-Win se incorporó de la mesa donde estaba trabajando, por primera vez en toda la conversación clavó los ojos en él.

-¿También distingue los verdaderos de los falsos? Se supone que lo que pensamos es una parte, inconsciente o no, de lo que creemos o sentimos.

-Y en cierta forma tiene razón, Win. Pero con el paso de los años he perfeccionado mi don y he aprendido que cuando un pensamiento es tan fugaz que al segundo ha sido desechado no se sostiene por lo que no es verdadero.

-Por lo que ahora sabrá cuando miento y cuando no ¿verdad?

-De hecho lo he sabido siempre. El latido de su corazón me ayuda a distinguir si está nervioso o no. Si se acelera a un ritmo que todavía puede ser normal está mintiendo.

-¿Hay varias maneras de acelerar a un corazón?

-El miedo de ser pillado en una mentira o de ser sorprendido en algo malo es un latido alto pero constante, sin en cambio, la cercanía de una persona que despierta ciertas cosas lo acelera a otro nivel.

Win se cruzó de brazos mientras se apoyaba en el borde de la mesa con las cejas alzadas, ya sabía por donde iba.

-¿Quiere decir qué antes me ha notado "acelerado a otro nivel"?

-En cierto modo-sonrió de medio lado con un aspecto interesante y casi provocador-. Sus pensamientos y reacciones han resultado bastante atrayentes. Después he leído su dolor y ese bienestar se ha evaporado y de inmediato la ha sustituido su inconfundible curiosidad.

Su sonrisa no se había modificado ni un ápice.

-¿Está coqueteando conmigo, señor Vachirawit?

-¿Tengo necesidad de hacerlo?- preguntó en un tono coqueto que no pasó desapercibido para Win-. Ya sabe lo que siento, coquetear es solo una manera de recordarle que no me es indiferente. Aún así no pretendo meterle prisa con mi actitud.

-Lo sé. Yo no puedo leerle la mente pero he aprendido a leer sus ojos.

Su jefe cambió su sonrisa coqueta por una de agradecimiento y cariño.

-Sí, están algo más claros -respondió a las preguntas que se formaban en su mente -. Intento cazar cuando debo pasar más tiempo con usted. Si se vuelven oscuros es por la sed.

-Dijo que no trató de beber mi sangre ¿le supone un problema mi cercanía?

-Su sangre no me resulta apetecible, pero si paso semanas sin alimentarme puedo perder el control y lo último que deseo es hacerle daño.

-Entonces volvamos al trabajo y me mantendré todo lo alejado que pueda, no quiero ser devorado por un vampiro - Bright escondió la cara girándose hacia el otro lado, sabía que se estaba riendo. Win puso los ojos en blanco-. No hace falta que disimule, sé que no lo hará nunca porque le desagrada mi olor.

Su jefe se giró tan deprisa que sus ojos se abrieron por la espontaneidad del gesto.

-¿Cómo ha dicho?

-Lo noté al poco de llegar. Torcía el gesto con desagrado, rehuía mi presencia y hasta me hablaba casi de medio lado, no soy tan inocente para no darme cuenta de ciertas actitudes. Reconozco que al principio me marcó porque pensé que era un problema mío o hasta de mi higiene, luego cambió y le culpé a usted -dijo escogiéndose de hombro.

-Yo, lo siento.

-No tiene importancia, aunque sigo sin saber el motivo.

-Usted es diferente a los demás y no queda mucho para que por fin sea consciente de ello.

Win le observó largamente sin saber si estaba siendo sincero o era un excusa para librarse de la conversación, el contrario negó lentamente.

-Confíe en mí. A partir de ese momento cambiarán muchas cosas.