Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🥀 Capitulo 10.



Cuando llegó al garaje la puerta no ofreció resistencia como días atrás. Echó un vistazo por encima de su hombro hacia la casa, le sabía mal irse así, sin ni siquiera poder despedirse. Dejó una nota en la encimera donde anotó el número de su móvil por si necesitaba algo.

El ruido del motor de su coche fue como música celestial tras doce días sin conducir. Encendió la radio y se dispuso a emprender el viaje de más de tres horas que le separaban de su casa.

Giró a la derecha penetrando en un camino de tierra que quedaba a unos metros de su casa. El cielo tenía ese color grisáceo propio de Forks que amenazaba con una tormenta próxima. El reloj marcaba la una y media de la tarde cuando estacionó.

Entró en el salón diminuto, a esas horas que existiera tal silencio era extraño. Se asomó a la cocina, al cuarto de su padre y al suyo propio, nada.

Sacó una botella de agua y se sentó a esperar. No tuvo que hacerlo demasiado, oyó la risa de Nunew al otro lado unos minutos después. La puerta se abrió dejando ver a su padre sonriente con una bolsa en su regazo que emanaba un olor exquisito, su amigo empujaba la silla alegremente. Malee se sobresaltó al verle.

-Sorpresa-dijo sin emoción. O eso iba a decir hace quince minutos.

-Nunew me ha acompañado a comprar pollo asado, pensaba que iba a ser mucho para mí pero ahora creo que debía haber comprado otro.

Win hizo una mueca ante el comentario de su padre.

-Harías bien, me muero de hambre.

Malee se acercó a la mesa para dejar la bolsa, él colocó los platos sintiendo que esa bienvenida había sido más fría de lo que imaginaba. Nunew se aproximó despacio dándole un golpe en el hombro.

-Me alegro de verte. Estás un poco cambiado.

-¿En qué?

-Has ganado músculo, te ves más mayor.

-¿Gracias?

Nunew rio a carcajadas mientras le daba un abrazo.

-Te he echado de menos, Winie.

-Yo también.

-¿Cómo te va en el trabajo? ¿Es muy duro? ¿Tu jefe te trata bien? —quiso saber su padre.

-El trabajo es interesante y peculiar. Y mi jefe es agradable.

-Bueno, tengo que irme -anunció Nunew-. Espero verte antes de que te vayas de nuevo.

-Claro.

Malee esperó a que el muchacho saliera de la casa, luego miró largamente a su hijo como si estuviera buscando la parte que no le había contado.

-¿Pero? Siempre hay un pero.

-Pero la tecnología no es capaz de atravesar la capa que envuelve la casa.

-¿Y ya? ¿Todo bien?

-Parece que quieres oír malas noticias. Si es eso, los clientes dan escalofríos, vive rodeado de muñecos que se mueven y esconde cosas en las habitaciones.

Su padre frunció el ceño sin entenderle.

-¿Es un tipo raro?

Win se mantuvo pensativo unos segundos, al principio pensó que lo era pero ahora sólo creía que era un hombre solitario que se había edificado una familia de cera. En realidad le agradaba su jefe.

-No. Todos somos raros aunque nos empeñamos en negarlo.

-¿Es bueno contigo? -cuestionó bajando la voz, eso lo hacía cuando no pretendía mostrar su inquietud.

-No puede ser mejor.

Comieron en una relajante conversación, después se tumbó a ver la televisión que tanto había echado en falta. Cuando su padre se quedó medio dormido en su silla, le tapó con cuidado y salió a andar por aquel lugar que le calmaba.

Perdió la noción del tiempo y del espacio en cuanto se adentró en el bosque. De lejos escuchó el aullido de un lobo, intrigado porque su animal favorito estuviera tan cerca siguió en la dirección a la que parecía guiarle.

Entre dos árboles se encontraba un tronco caído que formaba un asiento entre estos. De espaldas a él había una chica sentada en el tronco, su pelo caía por su espalda en una larga melena negra. No la reconocía como a ninguna de sus vecinas.

El sonido de sus pisadas advirtió a la chica de su presencia, se volvió veloz y los ojos de Win se posaron sin remedio en su cara.

Era preciosa con su piel cobriza y pelo negro. Pero una cicatriz en su cara le deformaba el ojo y la boca en la parte derecha. Sus ojos reflejaban miedo y preocupación.

-No temas -dijo dando un paso hacia ella - ¿Quién eres?

Abrió la boca pero no llegó a contestar, Mew apareció a su lado escondiéndola tras su espalda.

-¿Por qué has vuelto?-gruñó Mew.

-¿Davika? -preguntó Win sin creerlo. Hacía años que no la veía y con esa enorme cicatriz no la había reconocido. Cerró el puno notando como la ira se apoderaba de él -¿Qué le has hecho?

-Métete en tus cosas, Opas-iamkajorn.

-¿Mis cosas? Eres un salvaje.

-Empiezo a perder la paciencia -avisó Mew

Davika le sostuvo del brazo al tiempo que el cuerpo de Mew comenzaba a temblar. La chica le lanzó una mirada suplicante a Win, pero no temía por ella sino por él.

-Por favor, Win, vete. Estoy bien, te lo prometo. Aunque ahora no lo veas así pronto lo comprenderás.

-Basta, Davika-cortó Mew-. Él no es de los nuestros.

Win dio un paso hacia él, pero una mano se cerró en su muñeca y tiró de él alejándole de ellos. Trató de liberarse, pero esa mano era realmente fuerte. Al elevar la vista se encontró con el perfil de Nunew que le arrastraba de vuelta a la playa.

-¿Qué estás haciendo?-se quejó.

-Eso se estaba complicando, hasta un tonto podría verlo.

-¿Has visto a Davika? Mew es una bestia.

-Todos la hemos visto, pero a Mew no le gusta que la miremos. Cuando ocurrió fue una conmoción para los vecinos. Menos mal que ella está bien.

-¿Bien? ¿Cómo le hizo esa barbaridad?

-Winie, es peligroso - -este tiró de su mano soltándose de su agarre, Nunew se detuvo y le encaró.– Esto no es un juego, si sigues husmeando en tu condición Mew dará parte al consejo.

-¿Y cuál es mi condición?-preguntó molesto.

-Ya sabes de que hablo. Sé que en algún momento el gen de los lobos se hará presente en ti dando lugar a alguien muy poderoso. Todos lo sabemos y creemos que esa es la explicación de por qué no ha brotado aún. Vas a ser un gran alfa, por eso Mew está nervioso. Pero si sigues investigando cosas que no son reales el consejo puede intervenir.

Win se apartó unos pasos llevándose las manos a la cabeza.

-¿Por qué cuándo vengo aquí siempre acabo enfadado?

-Tienes el alma de un defensor. Piensas que puedes ayudar a todos los que están pasando por una injusticia incluso cuando no la hay. Davika no está con Mew por obligación.

-¿Cómo estás tan seguro? ¿Estabas allí cuándo Mew le pidió que saliera con él?

-No es tan sencillo. Estoy deseando que te pase a ti para que nos entiendas a todos y dejes de vernos como los pobres esclavos de Mew.

-Guárdame un sitio cerca de Mew.

Su tono irónico hizo que Nunew pusiera los ojos en blanco. Win se alejó con grandes zancadas hasta su casa. De nuevo su humor se había estropeado.

Al entrar en su cuarto se lanzó en la cama boca abajo enterrando la cara en la almohada. El olor que percibió le hizo ser consciente de lo agradable que le resultaba el de su nueva habitación. Cerró los ojos tratando de relajarse y para su sorpresa se imaginó hablando con él en la cocina en una de esas conversaciones banales, pero divertidas. Sin quererlo se había vuelto un buen amigo.

Empezó a recordar la escena vivida unos minutos antes y cuando quiso darse cuenta los recuerdos del señor Vachirawit inundaron su mente, eso y las ganas de hablar con él. Consultó el reloj en su muñeca para comprobar que faltaba una hora para la prevista que fijó para salir.

¿Por qué le estaba echando tanto de menos cuando al salir esa misma mañana no sentía nada de eso?

Se tumbó boca arriba buscando alejar esa sensación extraña que anidó en su pecho provocando ciertas dudas que le estaban poniendo nervioso. ¿Era amistad o estaba pensando demasiado?

Él nunca había mirado a un hombre de esa manera y se preguntaba si con él sería diferente. Un cosquilleo en su estómago le dio la respuesta: sí podía verle más allá de una amistad.

A partir de ese instante supo que su estancia en aquella casa iba a ser más complicada. El señor Vachirawit nunca vería bien una relación así, además ya le comentó que sentía algo por otra persona.

Perfecto. Pensó. Ahora que siento algo más fuerte que una amistad seré el ser invisible para esa persona. ¿Algún día encajaré en alguna parte?

Pasó esa hora en compañía de su padre y Nunew, al que había llamado al salir de la habitación para no quedarse con esa mal sabor de boca antes de irse.

[...]

La mansión yacía engullida por la oscuridad de la noche como un espejismo hecho de tinieblas. Estacionó el coche y entró al vestíbulo más cansado de lo que esperaba.

El silencio seguía intacto y embrujaba el ambiente.

-¿Señor Vachirawit?-se asomó al salón y después a la sala de música que permanecía envuelta en sombras-. ¿Está en casa?

Volvió sobre sus pasos para ir hacia la cocina, deslizó la puerta con suavidad para encontrarse la imagen del señor Vachirawit de espaldas a él removiendo algo en una sartén que le hizo la boca agua.

-Quedamos en que me llamaría Bright -le dedicó una sonrisa que iluminó la cara de su jefe y Win de inmediato se sintió en casa. Sonrió.

-La costumbre.

-Bienvenido. La cena estará lista en unos minutos.

-¿Cómo sabía que llegaría a esta hora?

-Lo que me extraña es que haya querido volver.

Se colocó junto a él para echar un vistazo al interior de la sartén.

-Ya no siento la reserva como mi casa.

Bright le miró consternado.

-¿Por qué dice eso?

-Me siento excluido. Hay algo que no me están contando.

-¿Cómo se siente aquí? —preguntó casi en un susurro al tiempo que quitaba la mirada de Win, sentía pánico a sus palabras pero no pudo evitar preguntar.

-¿Quiere que le diga la verdad?

-Si quisiera oír una mentira no me habría molesto en preguntar- Bright le miró de soslayo viendo Win la burla sin malicia en sus ojos y reconociendo la frase que le respondió él en los primeros días.

-Tiene razón, nadie pregunta esperando una mentira.

-Sólo esperamos lo que queremos oír.

-¿Cree que le voy a decir lo que espera escuchar?

Su jefe negó.

-Confío en usted y sé que será sincero.

-Echaba de menos esto.

Win hizo un breve gesto con la mano señalando a ambos.

-¿El qué? ¿El que cocine para usted?–bromeó.

-No. Nuestras conversaciones. No me había dado cuenta de lo mucho que quería hablar con alguien.

Bright le encaró con la preocupación escrita en la cara. 

-¿Ha pasado algo en su casa? ¿Está todo bien?

-No lo sé. ¿Lo está cuando vuelves allí después de doce días y no lo disfrutas como pensabas y deseas volver a la que si sientes tu casa?

Los ojos de Bright brillaron, o eso creyó ver Win, su jefe mantenía toda la atención puesta en él y Win deseó por un momento poder leer su mente.

-¿Se siente como en casa?

-Sé como suena, disculpe. No pretendo adueñarme de nada, simplemente...

-No me había dado cuenta de lo mucho que quería oír a alguien decir eso de mi casa. Para todos es la casa de los horrores.

-Los hogares no lo hacen unas cuatro paredes sino las personas que la habitan.

-¿Qué quiere decir con eso?

Win agachó la cabeza notando como el calor se adueñaba de sus mejillas. Se conocía y sabía que iba a dejar escapar en cada frase retales de lo que el hombre frente a él comenzaba a despertarle.

[...]

Se abandonó al sueño a los pocos minutos de entrar en la cama. Empezó a soñar con la casa, recorría los pasillos del piso superior en los cuales quedaban rastros de pisadas negras en el suelo como si alguien hubiera metido los pies en alquitrán.

De fondo percibía una música que le erizaba la piel. Llegó a una puerta negra que estaba cerrada pero la música salía de allí, se giró para continuar andando. El chirrido de la cerradura al desbloquearse y el sonido de la puerta siendo empujada detuvieron sus pasos. Miró sobre su hombro para ver el rostro de Noir en la abertura brillante por la tenue luz de la luna.

Su cuerpo empezó a temblar y le despertó en mitad de la noche. Temblaba como lo hizo Mew en el bosque, se aferró a los bordes del colchón logrando calmar ligeramente las sacudidas. Entonces se percató de que la música del sueño flotaba en el aire, era una melodía de una caja de música.

Se levantó con dificultad y vio la puerta de su habitación entornada, recordaba haberla cerrado, siempre dormía con la puerta cerrada. Caminó hacia ella con un quemazón en la garganta que le impedía respirar.

Cada vez temblaba más y el calor que estaba experimentando era abrasador. Se encontraba a pocos metros de la puerta cuando una sombra se dibujó en el umbral.

Win se detuvo justo a tiempo para ver una silueta asomarse levemente. Cruzó una mirada con él y le reconoció. Noir le dedicó una mueca que le heló la sangre, se llevó un dedo a la boca pidiendo silencio y sin más se alejó dejándole envuelto en una serie de temblores que le estaban desgarrando.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro