Lo mire mientras recorría la habitación con su mirada en mi.

-Ya te quite el mute ¿Por que sigues sin hablar? -Entrecerré los ojos ladeando la cabeza-

-No pareces un vampiro ¿Sabes? Te mueves más como un modelo -Eso lo hizo gruñir, podía oler su desesperación-

-¿Cómo es que no lo entiendes? -Preguntó pasando su mano por su rostro-

-Oh no me malinterpretes, lo entiendo solamente que no te creo en absoluto.

-¡Pero viste como nos teletransporte hasta aquí!

-Y sigo pensando que es porque estoy demente.

-¡Te silencie durante toda una hora! -Replicó y asentí-

-Demente.

-Pero... -Parecía estarse conteniendo, tomó un par de respiraciones profundas y asintió- Está bien, nadie me dijo que esto sería fácil, así que ¿Por qué no empezamos de nuevo?

-No quiero que me lo repitas, además dijiste que no ibas a repetírmelo y yo entendí así que no veo la necesidad de...

-Lo hare las veces que sea necesario hasta que me creas ¿Bien? -Dijo interrumpiéndome-

-Entonces cuando te crea te detendrás ¿Si? -El asintió como si estuviéramos teniendo un avance-

-Te creo -Dije levantando las manos en un gesto de rendición- Por favor no más historias, no me gustan los cuentos mitológicos.

-¡Drácula santo con vida eterna! -Dijo exasperado- Lo siento ángel ingenuo pero si voy a hacer esto voy a hacerlo a mi manera -Murmuró antes de mirarme fijamente-

Sus ojos oscuros pasaron a ser de un claro azul y luego a un profundo rojo, me sentía casi hipnotizada mientras miles de imágenes pasaban frente a mi cabeza, era horrible, podía sentir las lagrimas en mis mejillas pero no podía moverme.

El fin del mundo pasaba frente a mis ojos, cada horrible suceso peor que el anterior, me hizo sentirme preocupada por lo que vi esta mañana en noticias, cuando me sentí yo misma de nuevo y pude volver a hablar y moverme deje de mirarlo y me trague un sollozo.

-¿Entonces todos vamos a morir? -Pensé que iba a gritar de nuevo pero al parecer mis lagrimas lo hicieron ablandarse porque asintió levemente y tomó mi rostro para limpiar las lagrimas-

-Solo si no tomas tu lugar... pero si vas a aceptar tienes que tener presente que la gobernante del submundo no llora.

-¿Submundo? -Pregunte mirándole con atención asintió nuevamente-

-Vivimos en un mundo subterráneo aunque hay una entrada rápida para la tierra, es el más genial de los reinos.

-¿Entonces de verdad estoy destinada a ser la gobernante de uno de los tres reinos para traer la armonía al mundo y que los recientes acontecimientos extraños se detengan?

-Vaya, si habías prestado atención, básicamente si.

-Y si no aceptó el mundo va a terminarse.

-Exactamente.

-Así que tu estás aquí para convencerme.

-Así e... espera no, estoy seguro de que nunca dije...

-Genial -Dije ignorándolo por completo- Entonces convénceme porque ser la gobernante de tu mundo sería algo que quiero hacer.

-¿Olvidaste cuando mencione el fin del mundo?

-No estoy en mi momento más altruista, olvidaste preguntarme si estoy dispuesta a sacrificar mi vida normal para salvar al mundo y como no lo hiciste te diré la respuesta y esa es: No estoy convencida -El suspiró- ¿Qué esperas Drácula? Seguro tenemos un tiempo límite y no querrás que se termine.

-No soy Drácula -Dijo con un suspiró- Mi nombre es Taehyung -Le sonreí y tome su mano sacudiéndola de arriba a abajo-

-Un gusto Taehyung, yo soy Min Jisu aunque creo que eso ya lo sabes.

-Si y nadie me dijo que esto sería tan difícil...

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-Escuché que aunque pueden comer todo tipo de comida y saborearla no los llena ¿Sabes lo bien que me iría haciendo una dieta si fuera vampira? -Al menos esta vez se reía de una de mis estupideces-

Me agradaba, parecía acoplarse rápidamente a como era yo y la verdad es que tomaba las cosas un poquito a juego porque necesitaba quitarles seriedad y poder aceptarlas, tal vez si lo pensaba seriamente terminaría echándolo de mi casa, así que iba a seguir siendo yo.

-Eso es cierto pero si no tomas la cantidad necesaria de sangre te debilitas y contigo el reino entero -Asentí, incluso mantenerse bien alimentada era una responsabilidad-

Era la primera vez que un chico de mi edad que no era mi novio estaba en mi habitación, aunque no importaba ahora solo estaba sacándole toda la información posible.

-¿Cuantos años tienes? -Pregunte curiosa-

-Tengo tu edad ¿Tienes veintiséis no es así? -Asentí confundida-

-¿Entonces los vampiros no tienen edades astronómicamente absurdas? -Me sonrió-

-Las tenemos... realmente no tengo veintiséis, se supone que mi esa es mi edad humana pero realmente tengo ciento veintisiete años -Mi boca cayó abierta involuntariamente-

-Sabían que podían ser muchos pero... guau ¿Y conservas esa cara? Eso es fascinante -Se río de nuevo-

-¿Te gusta mucho mi rostro?

-¡Ah! ¡Por fin te diste cuenta luego de la séptima vez en que lo halago! -Dije con falsa sorpresa- ¿Sabes lo hermoso que es? Por supuesto que lo sabes debes tener espejos aunque... se supone que los vampiros no pueden verse en los espejos ¿Es eso real? No imagino lo que sería tener tu cara y no ver tu reflejo.

-Gracias -Dijo sonriendo, descubrí luego de la segunda vez que lo halague lo mucho que le gustaba que lo hiciera- Y es un mito, podemos vernos en los espejos.

-Genial, si tuviera tu cara sería lo único que haría -Suspiró-

-Basta de halagar mi rostro y concéntrate ¿Si?

-Lo siento, déficit de atención, volvamos a ello... Entonces, por tu edad pude descubrir que lo de la inmortalidad es cierta pero... deben haber ciertas excepciones ¿No? Debilidades por las cuales un vampiro podría morir.

-Bueno un vampiro común puede morir pero tu no lo harías, no los gobernantes, son eternos.

-Entonces... Tu podrías morir ¿Por una estaca al corazón y un collar de ajo? -Negó con una sonrisa y tomó mi mano de repente dejándola en su pecho-

No estaba nerviosa... no totalmente solo era inesperado.

-¿Sientes algo? -Por un momento pensé que se refería a mis nervios pero era imposible así que negué- No hay latidos porque prácticamente no tengo un corazón y la única razón por la cual no soporto el ajo es por su olor, así que no, ninguna de esas cosas podría matarme.

-¿Y que podría hacerlo?

-No conseguir a mi alma gemela antes de los doscientos años.

-¿Y ya la encontraste? -Pregunte curiosa retirando mi mano de su pecho-

-No... digamos que estaba aferrado a otras cosas pero ahora que lo mencionas supongo que será algo que tengo que hacer si aceptas gobernar y el mundo entero no se va al carajo.

-Sin presión ¿Okey?

-Bien, sin presión, siguiente pregunta.

-¿Drácula existe? -Se río pero esta vez con más ganas-

-Lo hace y acabo de imaginar la cara que haría si escuchará tu pregunta.

-¿Lo conoces? -El asintió- ¡Eso es genial! SI aceptó sería la persona más famosa que conocería.

-Probablemente -Dijo sin dejar de sonreír, ya había descubierto lo mucho que le hacía gracia-

-¿Cómo lo conociste? ¿Es algo así como tu vecino? O tal vez fue tu profesor de universidad que dictaba ciencias del colmillo II? -Carcajeó y me miró con burla-

-¿Cómo se te ocurren tantas cosas? -Me encogí de hombros-

-Pensé que ya te lo había dicho, la demencia -Negó divertido-

-No, Drácula no es mi vecino ni mi profesor de universidad y ni siquiera voy a preguntar porque imaginas eso del colmillo pero si fue algo así como mi maestro, en estos momentos el es el gobernante del reino de los vampiros.

-¿De verdad? ¡Pero debe tener cientos de años! Es como muy viejo ¿No existe la jubilación en ese lugar?

-Existe, tu en nuestro caso...

-¿Entonces por cuantos años podría gobernar?

-Muchos, es mucho más largo que la presidencia -Asentí sin preguntar nada más porque sospechaba que la cifra de años iba a escandalizarme- Quiero hacerte una pregunta, creo que es la única cosa por la cual tengo curiosidad sobre ti en este momento.

-Adelante -Dije estirando mis brazos-

-¿Sabes por qué tu ex novio está afuera intentando tumbar la puerta a golpes?