Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

LA LEYENDA DEL LOBIZÓN

Era viernes 2º de abril y había comenzado la semana santa, festividad que generalmente solía celebrar Camila en la casa de su abuela y pasar todo el finde, como todos los años. Camila, vive en la ciudad de Concordia, provincia de Entre Ríos; su familia está conformada por sus dos padres, Pablo y Diana, y su hermana menor Miriam.

Su abuela, se llama Josefina, recientemente se había mudado cerca del famoso Castillo San Carlos. Este año para ella sería muy diferente: nueva casa, nuevos vecinos y posibles nuevos problemas con los aullidos de los perros que, en las noches resultaban ser molestos cuando llegaba gente nueva al barrio.

El reloj marcó las diez y media de la mañana, por lo que impacientes por visitar a su abuela, partieron a dicha hora. Llegaron hasta la calle Maipú, algo perdidos porque el gps había dejado de funcionar, que raramente y poco pasaba. Sin embargo, tras unas llamadas pudieron llegar a la casa de Josefina. La anciana los recibió con alegría.

Los adultos comenzaron a cortar un par de verduras y utilizar algún que otro ingrediente, ya que no se sabe comer carne porque se respetaba mucho la creencia cristiana y el cual tampoco entraré en detalle. Miriam y su hermana, hicieron lo contrario de cocinar, que era definitivamente nada. Aquellas salieron al exterior, desplegaron unos sillones en el extenso patio, para disfrutar del sol y tomar unos mates. Más tarde llegó visita, tratándose de nada más ni nada menos que, sus vecinos de al lado. La familia Heredia.

-¡Hola Josefina! -formuló la señora Heredia- Somos sus vecinos de al lado, vinimos a darle la bienvenida al barrio y para acompañarla trajimos comida. Espero que no sea una molestia nuestra presencia.

-No para nada querida. -respondió la abuela- ¿Son tus hijos? Que encantadores. Y me imagino que él es tu marido.

-Si, lamento la multitud, somos muchos. -expresó riendo la mujer- Aunque, no todos mis hijos pudieron acompañarnos en el día de hoy. Diego, se encuentra descompuesto.

-Que lástima, pero para una próxima reunión seguro podrá acompañarnos. -concluyó.

Todos se sentaron, llegado el momento, para comenzar a degustar la comida. En la mesa siempre se hablaba de la situación laboral y de los políticos, pero Miriam para romper con la típica conversación, saltó con las leyendas urbanas que se rumoreaba en la zona. A Camila, a quien le encantan los típicos relatos que provocan miedo y escalofríos, decidió apoyarla en la idea planteada.

-¿Ustedes saben lo que le sucedió al antiguo dueño de esta casa?-interrogó a los vecinos.

La familia comenzó a lanzarse miradas inusuales, esperando a ver quien respondía primero ante semejante pregunta, debido al incidente del año pasado. Hasta uno de los muchachos se atragantó con la comida, ya que tal suceso se les había ido de las manos.

-No, no nos gusta hablar de esos temas y menos lo que le sucedió a Don Rodrigues. -contestó al fin el mayor de todos.

-¿Y por qué no?-insistió Camila despertando en ella cada vez más la curiosidad- Se sospecha que por estos lados, un lobo gigante sale por las noches a cazar y que es muy común que desaparezcan algunos animales.

-Esa es la leyenda del lobizón, una criatura mitad hombre mitad bestia, que se transforma cada viernes cuando hay luna llena. De hecho, se trata de una maldición, quien lo hereda el séptimo hijo varón. A menudo, aparece en el monte buscando de qué alimentarse y saben temerle porque da mucho miedo. -narra el padre- Eso es todo lo que se sabe de la historia.

-¿Y qué relación tiene con el antiguo dueño? ¿Acaso él se convierte en lobizón?-insinúa la joven.

-¡Ya niños, que me dan miedo estas cosas! No creo poder dormir sola de noche después. -indica la abuela.

-Lo que sabemos es que, el pobre hombre era viudo y tras eso se volvió solitario, extraordinariamente de un día para el otro desapareció y abandonó el lugar perdiendo todo contacto con sus familiares. -agrego contestando a la pregunta de la niña. Tras eso, de reojo miró el reloj en la pared, para indicarle inmediatamente a su esposa e hijos que debían retirarse- La comida estaba deliciosa, pero debemos irnos.

-¿Tan pronto?-le dijo Pablo- ¿No se quedarán a comer el postre?

-Nos encantaría, pero recordamos que teníamos un compromiso muy importante y no podemos faltar. -negó la señora Heredia mientras se marchaban.

Los Heredia, resultaron ser una familia rara, muy rara. Y como había dicho antes, Camila era demasiado curiosa, así que durante la noche decidió escaparse a la casa de sus vecinos mientras todos dormían. Como por esos lados sabían tener mucho campo, este hogar justamente tenía un galpón, más alejado del mismo. Por lo que, opto investigar cuando vio a Raúl y Constanza (el señor y la señora Heredia), llevando cadenas y unas bolsas blancas hasta allí.

Más tarde, la joven toma la valentía de recorrer el sitio y bajar por unas escaleras sin causar mucho ruido, esperando encontrar alguna anomalía. De repente, se asoma a una de las tantas puertas que, se encontraba entreabierta esperando ver la cosa más extravagante de toda su vida. En la habitación ve a Diego, el muchacho que no había ido a almorzar con su familia, al que ahora le estaban colocando cadenas: en su cuello, muñecas y tobillos.

Camila, aun así asustada, siguió observando todo.

Diego agonizaba de dolor cada vez más, mientras cada parte de su ser comenzaba a crujir, específicamente sus huesos. Sus ojos se volvieron de color rojo fuego y le empezó a crecer una gran cantidad de pelo. Ahora tenía garras en sus manos y sus pies, las cuales se asimilan a la de un perro, pero más gigantes en este caso. Luego, los padres comienzan a darle comida de las bolsas blancas, nombradas anteriormente.

Lo último que se supo del muchacho, fue que los Heredia se mudaron muy lejos de aquel lugar poco después de que se enteraran de que la joven había sido testigo de aquello. En cuanto a Camila, esa noche había salido corriendo a contárselo a sus padres y a su abuela, los cuales hicieron oídos sordos y pensaron que había perdido la cordura. Ya que esta quedó traumatizada por esta situación y sus padres al ver los cambios que había en ella, decidieron tratarla psicológicamente con un especialista. Hoy en día, se cree que el relato contado por Camila, se divulgó por todo el barrio. Algunos lo creyeron y otros no, pero hasta el día de la fecha aquella sigue con su misma historia más allá de que, se encuentra mal y nunca volvió a ser la misma.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro