Capítulo III
Esa noche, como todas durante seis meses, Kyung Soo estuvo viendo a Kai. Empezó a llevar una vida apática y extremadamente ordenada: de la Universidad a su casa y de su casa a la Universidad y a las diez en la cama donde disfrutaba del cuerpo de Kai.
SeHun, que llevaba seis meses con LuHan, se empezó a asustar.
- ¿Qué te ocurre? ¿Es que ya no quieres que seamos amigos?
- ¡No! ¡Claro que no! Es que... veo a alguien todas las noches...
- ¡Así que me cambias por un buen polvo!- exclamó, enfadado- Mira, entiendo que tengas tus necesidades, pero soy tu amigo...
- Lo sé... es que... es muy raro...- pensó en SeHun y en que había sido el propio SeHun quien le había hablado por primera vez de Kai- ¡pero a ti te lo puedo contar!- concluyó, emocionado.
- Vale, ¿Qué es? O, mas bien, ¿Quién es?
- Ese es el problema, ¿recuerdas aquello que me contaste hace unos seis meses? Ese sueño tan raro...
- Kai- dijo SeHun, sin más.
- Sí- dijo Kyung Soo, emocionado- llevo soñando con él seis meses y es genial. Cada noche es mejor que la anterior, él hace que llegue al final de un modo que yo nunca...
- No le veas, Kyung Soo, evítale... como sea- le cortó SeHun.
- ¿Qué? ¿Por qué me dices eso?
- ¿Por qué soy tu amigo, quizás?- dijo el chico- escúchame, es muy raro, ¿vale? ¿un amante que se te presenta en sueños y te hace el amor?
- Sí, sé que es raro, pero nunca me ha hecho daño, sólo...
- ¡Sólo te folla!- concluyó SeHun, malhumorado.
- ¿A ti que te pasa?
- ¡Yo ya sé de que va esto! Antes que tú, caí yo, ¿recuerdas? Y...
- ¡Retíralo!
Kyung Soo se había quedado completamente quieto en el camino, miraba a SeHun con rabia y se había quitado la mochila.
- ¿Kyung Soo?
- ¡Tú nunca has tenido con Kai lo mismo que tengo yo! ¡Y NO LO TENDRÁS!
- ¡Estás siendo irracional! ¡Él ni siquiera existe!
- ¡Eso es lo que me quieres hacer creer!
SeHun no entendía nada, estaba confuso y asustado.
- ¿Y porque iba yo a querer hacer eso, a ver?- preguntó, tratando de que Kyung Soo razonara.
- ¡Fácil! ¡Se acostó contigo y al día siguiente vino a mi y se quedó conmigo! ¡Eso te debió molestar muchísimo! ¡Pues para que te enteres, él es mío! ¡Me da igual si pretendes quedártelo, no te lo voy a permitir! ¡Tú ya hiciste tu elección! Si piensas que has elegido mal, no es culpa mía, eso debiste...
PAFF. Kyung Soo estaba en el suelo sangrando por la boca y SeHun estaba frente a él temblando de la ira y los nervios.
- Eres mi amigo Kyung Soo y sé que tienes un problema. Estando así puedo aguantar que me insultes, que me vapulees, que pienses que no soy tu amigo. Pero lo que no pienso tolerar ni de ti, ni de nadie, es la duda de mis sentimientos hacia LuHan cuando siempre me he desvivido por él, incluso en público.
SeHun cogió su mochila y se fue a casa de LuHan, después de lo ocurrido, necesitaba verle. Kyung Soo, por su parte, se fue a su casa.
SeHun llegó al poco a casa de LuHan, llamó y el chico le recibió con un abrazo.
- Pasa, pasa- dijo, tirando de él- ¿quieres tomar algo? ¿agua? ¿Refresco? ¿A mí?
SeHun sonrió, en otro momento habría respondido, pero le preocupaba Kyung Soo.
- ¿Qué te ocurre, SeHunnie?
- He discutido con Kyung Soo y... le he pegado.
LuHan abrió mucho los ojos.
- ¿Qué ha pasado? ¿Ha sido porque no está con nosotros?
SeHun miró a LuHan.
- Tengo que contarte algo...
LuHan asintió y SeHun le contó al chico el sueño que había tenido seis meses atrás, le contó todo sobre Kai, como se había sentido después y también le contó la conversación que acababa de tener con Kyung Soo.
- ¿Estás enfadado?
- No- dijo, sinceramente- sólo asustado. Por un lado temo por Kyung Soo, no sé si estará perdiendo la cabeza o será real lo que le esté pasando... pero si es real, está en peligro. Por otro lado, temo que ese ser vuelva a ti.
LuHan agachó la cabeza y SeHun lo abrazó.
- Salvemos a Kyung Soo, ¿vale? A mí no me va a pasar nada, siempre y cuando tú estés a mi lado.
Kyung Soo, por su parte, llegó a su casa, dolorido, en medio de un mar de lágrimas.
Se fue directo al cuarto de baño y se lavó bien la cara con agua, se secó y se encerró en su cuarto. Una vez allí, comenzó a dar vueltas por toda la habitación con los ojos cerrados.
- Kai... por favor, Kai, te necesito... tengo que estar a tu lado... Kai...
Los músculos le pesaban.
- Kai... por favor, Kai...
Lentamente, se dirigió a la cama y se dejó caer.
- Kai...
Cuando volvió a abrir los ojos, se encontraba muy despierto y Kai estaba a su lado. No pudo evitarlo, le abrazó y lloró. No lloraba de tristeza, sino de alivio, de felicidad, al comprobar que todo lo que SeHun le había dicho era mentira y que Kai estaba ahí con él.
- ¿Por qué lloras, Kyung Soo?- preguntó el chico, secándole las lágrimas.
De pronto, Kyung Soo le miró con fiereza, le agarró del pelo con fuerza y le dijo.
- Dime que soy el único. Dime que... sea lo que sea que hagas... sólo lo haces conmigo. Dime que no visitas las camas de otros. ¡DIME QUE DESDE HACE SEIS MESES SOY EL ÚNICO!
Le besó desesperadamente y, sin que Kai hiciera nada, comenzó a quitarse la ropa.
- Hazme el amor... hazme el amor como todas las noches...- dejó de quitarse la ropa y miró a Kai- Kai... quítame la ropa...
Kai se quedó estático.
- ¿Qué has dicho?- preguntó con un hilo de voz.
- Quítame la ropa- repitió, con ansia incontenida.
Kai exhaló un gemido y rompió la ropa de Kyung Soo, nunca había sido tan salvaje con nadie, pero Kyung Soo provocaba en él ciertos sentimientos que sólo una persona había provocado.
- Kai...- dijo, mientras lo besaba con desesperación- tú... nunca has llegado al final...
Kai se separó de Kyung Soo, asustado, pero el chico pareció no darse cuenta.
- Nunca me ha importado más de lo que debería, pero hoy voy a hacer que llegues al final... juntos...
Kai quería contradecirle, decirle que él no podía alcanzar el orgasmo, que formaba parte de su maldición. Pero, por otro lado, en estos seis meses, casi había vuelto a saber lo que era el clímax gracias al chico y, a decir verdad, deseaba saberlo pero sólo con Kyung Soo.
- Bueno... si hoy no es el día, no te preocupes... seguiré viniendo todas las noches para que lo sigas intentando- le dijo con una sonrisa.
Kyung Soo sonrió y dejó que los brazos fuertes de Kai continuaran desnudándolo.
- Ah... ven aquí...- gimió Kyung Soo, atrayendo a Kai contra si- no hago más que pensar en ti... eres mi droga...
La mano traviesa del mayor se dirigió hacia la entrepierna del menor y comenzó a acariciar aquel miembro frío y duro.
Se besaban desesperadamente y las palabras, cada vez más subidas de tono de Kyung Soo, hacían a Kai pensar que no era un incubo, sino un ser humano normal.
En el momento en el que pensó aquello, sintió como la sangre y la adrenalina corrían por su cuerpo, agarró a Kyung Soo de la nuca y, antes de besarle, le dijo.
- Mastúrbame, cariño.
El mayor comenzó a masturbarle rápidamente mientras Kai le besaba como nunca nadie le había besado. No obstante, aquel beso duró poco, el menor se separó bruscamente del mayor, gimiendo, gimiendo de verdad.
Sonriendo, en medio de una oleada de placer, miró al techo.
- Oh... Kyung Soo... sí... ¡Ah!
Kyung Soo paró y Kai le miró a punto de echarse a llorar. Llevaba tres siglos sin llegar al final, dando placer a otros y, cuando estaba a punto de conseguirlo, se lo volvían a negar. Y no cualquier persona, no, sino la persona con quien más se había empleado, nunca veía a una persona más de dos noches.
- Por favor... déjame llegar al final- imploró desesperado.
- Conmigo- dijo Kyung Soo, abriéndose de piernas para Kai.
- He de confesarte que... siempre me ha fascinado... tu capacidad para abrirte de piernas... y quedar totalmente expuesto a mi... pero hoy es diferente...
Kai se arrastró hasta la parte baja de la cama, cogió las piernas de Kyung Soo y, ferozmente, tiró de él hacia abajo. Kyung Soo sonrió al sentirse arrastrado por la cama y gritó de placer cuando sitió aquel miembro, ya no tan frío, penetrarle de golpe.
- ¡AH! ¡KAI!- gritó, cogiéndose a la almohada y retorciéndose de placer.
Kai le agarró de las caderas y comenzó a embestirle salvajemente, Kyung Soo se retorcía en las sábanas, gritaba, gemía, pedía más y Kai se lo daba.
- Ven... aquí...- gimió Kyung Soo.
Kai se dejó caer sobre el chico, entrelazaron sus dedos y se besaron mientras se miraban a los ojos.
- Ah... ah...
- Sí...- gimió Kyung Soo, elevando las caderas.
Las corrientes eléctricas que Kai sentía eran peores que latigazos, hacía tres siglos que no llegaba al final y parecía que se estaba desquitando.
- Oh... ah... Kyung Soo... mi amor...
- Kai... cariño... mmm...
- ¡AH!
- ¡AH!
Finalmente, ambos se corrieron a la vez pero ninguno se movió. Kai, simplemente salió del interior de Kyung Soo y le abrazó.
- ¿Sabes que una vez fui humano?- dijo de la nada.
Kai le contó toda la historia a Kyung Soo. Una vez terminada, Kyung Soo estaba muerto de miedo.
- Te he contado mi historia- dijo Kai- ahora ya sabes lo que soy.
- ¿Por qué me has contado esta historia?
- Porque tú vas a seguir creciendo y yo voy a seguir anclado... y llegará un momento en el que sólo sea un recuerdo de tus noches más húmedas... Sálvame y volveré a tu mundo, a tu lado. No seré un recuerdo ni un buen sueño, envejeceré contigo...
- Pero... pero...
- Acaso no quieres...
- ¡Claro que quiero! ¡Pero dime como hacerlo!
El rostro de Kai se ensombreció.
- Ni idea... hay una frase, igual si le encuentras sentido...
- ¿Cuál?- preguntó, inmediatamente.
- Mediante el dolor, hacia el placer, hallarás amor.
- ¡Eso no tiene sentido!
Le besó y desapareció.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro