Un corazón vacío.
En esa noche que se disponía a dormir y descansar placidamente para partir mañana temprano, su mente seguia dando vueltas una y otra vez la imagen de aquel chico desnudo pasaba por su mente dejando mucho que desear.
Algo en el chico lo llamaba, pero sabia que el cruzar aquel lago sería su muerte, aquel reino los tenia en una lista de indeseables a tratar, por un pasado algo romántico, al menos eso decían sus padres.
Cansado de girar en la cama, Jeon se recosto boca abajo intentando conciliar el sueño, pero en cuanto cerro sus ojos sus sentidos se pusierron alerta al escuchar como su puerta fue abierta dejando que la luz del pasillo iluminara parte de la habitación, pero al persibir que un aroma a orquídeas y bosque inundó el lugar relajo su cuerpo ya que sabía quien habia llegado.
Con sigilo aquel hermoso omega de cabellera blanca, se acerco hasta la cama donde el alfa que amaba descansaba y al llegar subio por las piernas del pelinegro y comenzo a masajear la espalda desnuda del principe.
Jungkook se dejo hacer, al final solo era su "concubina" y no le molestaba que lo ayudara con aquel problema que tenía en su entre pierna causado por el chico del lago.
Yoongi era un chico dulce, super tierno y empalagoso a segun Jeon, la realidad es que Jungkook no amaba a Yoongi, sabía que tarde o temprano lo obligaría a casarse con algun hijo de algun conocido del mismo linaje que el, pero eso no evitaba que tuviera sexo ocasional con cuanto omega se le ofreciera, pero desde que ayudo con un celo a la masita de Min todo cambio, al menos para el omega.
Yoongi pensó que Jungkook lo amaba y al ser hijo de una familia humilde, decidio entregarlo todo, volviéndose la concubina oficial del principe, el siendo el favorito y el único que podia con el ritmo tan rudo que Jeon tenia al tener intimidad y como todas las noches de nuevo se encontraba visitando a su amado para liberarlo de tanto estrés.
Aun que siempre anhelaba que Jungkook pudiera percibir su tercer aroma Jungkook jamás decia algo sobre su aroma a mandarina.
Por mas triste que fuera Yoongi lo aceptaba, esperaba que en algun momento pudiera detectarlo y que en ese momento lo anudara y marcara para ser solo de el.
Mientras masajeaba los hombros y espalda del alfa, Yoongi comenzo a dejar uno que otro beso en la espalda y nuca del alfa haciendo mas insoportable el dolor de su miembro.
-Min deja de masajear mi espalda, sabes que tus manos van en otra parte - Jungkook se dio la vuelta dejando al omega sobre su abdomen
-Jungkook, dime Yoongi, no Min, cuando te cases conmigo sere Jeon como tu- El omega comenzo a besar el cuello del alfa, mientras dejaba húmedos besos intentaba detectar algun aroma, por mas que lo tenia claro seguia insistiendo en ser el destinado de su amor.
- Yoongi, lo siento bonito, es la costumbre, aun que sabes que sobre casarnos -
- Se que lo harás cuando me marques, rezo cada noche a la diosa luna que ese dia llege, nuestros cachorros serian hermosos - El omega estaba sujetando por las mejillas al alfa
- vamos, Yoongi la noche es larga, podemos estar juntos mientras llege ese día - con un suspiro Jungkook abrazo a Yoongi y comenzo a besar su cuello cambiando de golpe el tema
Yoongi se dejo hacer, al final sabia que Jungkook tomaria su tiempo, lo anudaria y le daria tan presiada marca, y apesar de que le doliera su indiferencia no dejaba de amarlo, el tenerlo encima suyo dilatando su entrada, mordiendo sus pezones y bsando sus labios lo volvía loco, adoraba estar así.
Jungkook por su parte besaba a Yoongi cada vez mas brusco pues al cerrar los ojos la imagen de aquel chico de piel dorada aparecía de nuevo frente a el.
Y cuando menos lo espero ya estaba embistiendo al omega quien gemia sin descaro con cada movimiento.
Cuando estaban a punto de llegar al climax, Jungkook salio de Yoongi liberandose fuera para no dejar al omega en cinta, el omega al sentirse vacío de nuevo, se giro y cubrió con la sabana, pues sabía que era muy tarde como para volver a casa a esas horas.
- Puedes quedarte a dormir por hoy Yoongi, mañana ire por el huevo de dragón que me dara el poder absoluto de bretaña, asi que podremos ducharnos juntos y después me despides junto a mis padres -
- Tal vez - Yoongi estaba triste, esperaba que el alfa lo anudara y de nuevo lo dejo sintiéndose usado, fingió dormir y solo asi logro que el príncipe durmiera a su lado.
La habitación estaba en silencio, solo iluminada por la luz suave de la luna que se filtraba a través de las ventanas. Yoongi se encontraba acostado en la cama, con la mirada fija en el techo, mientras que Jungkook dormía a su lado, su pecho subiendo y bajando con un ritmo constante. La atmósfera en la habitación era tensa, y Yoongi podía sentir una sensación de vacío en su pecho. Había dado todo de sí mismo a Jungkook, había entregado su corazón y su alma, pero ahora se sentía como si hubiera sido utilizado solo para satisfacer el placer de Jungkook.
Yoongi se dio cuenta de que Jungkook no se había dado cuenta de sus intenciones, de que no se había percatado de la mirada que Yoongi le había estado lanzando. Se sintió como si fuera invisible, como si no fuera más que un objeto para Jungkook. La sensación de dolor y de tristeza que Yoongi sentía era abrumadora. Se preguntó si Jungkook alguna vez se había dado cuenta de sus sentimientos, si alguna vez se había detenido a pensar en lo que Yoongi sentía. La respuesta, sin embargo, era obvia. Jungkook no se había dado cuenta, y probablemente nunca se daría cuenta, no era mas que una concubina del príncipe.
Yoongi se levantó de la cama y se acercó a la ventana. Miró hacia afuera, hacia la ciudad que se extendía bajo él, y se sintió solo. Se sintió como si estuviera suspendido en el aire, sin saber hacia dónde ir o qué hacer. La respiración de Jungkook se volvió más profunda y constante, y Yoongi se dio cuenta de que estaba dormido, ajeno a la tormenta emocional que se desataba en su interior.
La luna seguía brillando en el cielo, pero para Yoongi, la noche había perdido su magia. La oscuridad que lo rodeaba parecía haberse vuelto más densa, más opaca, y él se sentía perdido en su interior. La presencia de Jungkook a su lado no lo consolaba, sino que lo hacía sentir más solo y más utilizado. Yoongi se sintió como si estuviera atrapado en una relación que no era saludable para él, y no sabía cómo escapar.
La mañana siguiente, Yoongi se despertó temprano y se dio una ducha sin despertar a Jungkook. Se vistió en silencio y se fue a casa, dejando a Jungkook confundido pero no demasiado preocupado ya que cuando se despertó y se dio cuenta de que Yoongi no estaba allí, no le dio mucha importancia, pensó que probablemente Yoongi había ido a hacer algo y que regresaría antes de que el tuviera que irse.
Sin embargo, cuando Jungkook se preparó para partir en su viaje, se dio cuenta de que el omega no estaba para despedirse. Fue a su casa y lo encontró en el jardín, sentado en un banco y mirando hacia el bosque. Jungkook se acercó a él y le dijo que se iba, pero Yoongi lo detuvo y le pidió que fuera con él a un lugar antes de que se marchara, en cuanto Jungkook lo siguió Yoongi se ilusionó de nuevo.
Lo llevó a una parte del bosque donde las luciérnagas alumbraban el lugar. Era un lugar mágico y hermoso, y Jungkook se sintió fascinado. Yoongi le dijo que era un lugar perfecto para que vivieran juntos, y que él lo amaba. Pero Jungkook se rió y con un tono algo brusco le dijo que era imposible, que él era un principe y Min era un simple plebeyo, que nunca serían aceptados por la sociedad.
Yoongi se sintió como si le hubieran partido el corazón en dos. Se dio cuenta de que Jungkook no sentía lo mismo por él, y que nunca lo haría.
Con una sonrisa triste, se despidió de Jungkook - te deseo un buen viaje, príncipe Jeon- hizo una reverencia y dejo que el pelinegro se marchara.
Jungkook se fue, sin darse cuenta del dolor que había causado en Yoongi. Cuando Jungkook se dio la vuelta para dejar al omega, este se dijo a sí mismo
- te amo, tal vez no deje de hacerlo, pero me alejaré de ti y por ti, no quiero ver cómo te enamoras de alguien más que no soy yo -
Yoongi se dio cuenta de que no podía seguir viendo a Jungkook, no podía seguir siendo su amante o su concubina como lo llamban en el pueblo. Era hora de dejarlo ir, aunque eso significara dejar ir su propio corazón. Con un suspiro, Yoongi se levantó y se fue, poniendo fin a sus encuentros carnales y a su relación con Jungkook en aquella noche que el príncipe decidió salir en busca del huevo del dragón.
Así luce Min Yoongi
C
uando Jungkook comenzo su viaje estaba eufórico, la noche era el momento perfecto para viajar y sin duda sus genes le daban mucha ventaja.
La luna llena brillaba en el cielo, iluminando el camino que Jeon Jungkook debía recorrer. Con una mochila llena de provisiones y una capa oscura que lo protegía del frío, se puso en marcha hacia la cueva que se encontraba a una semana de distancia de su hogar. El bosque era denso y oscuro, lleno de sonidos y olores que solo un ser con sentidos aguzados como Jungkook podía percibir.
Jungkook prefería viajar cuando el sol bajaba y de preferencia en las noches, ya que no era muy aficionado a la luz del día. Le gustaba la oscuridad y la tranquilidad que reinaba en el bosque durante la noche. Así que, con la luna como guía, se adentró en la densa vegetación, disfrutando del fresco aire nocturno y del sonido de los insectos que cantaban en la oscuridad.
Mientras caminaba, Jungkook no podía dejar de pensar en el chico que había visto desnudo en el lago. Se preguntaba quién sería, qué estaría haciendo allí solo y si volvería a verlo de nuevo. La imagen del chico se había grabado en su mente y no podía sacarla de sus pensamientos. Se preguntaba si, una vez que obtuviera el huevo de dragón, tendría la oportunidad de verlo de nuevo.
La fauna del bosque era su única compañía, y Jungkook se sentía cómodo con su presencia. Los pájaros cantaban en los árboles, los conejos corrían a través de la maleza y los zorros lo observaban con curiosidad. Jungkook se sentía en armonía con la naturaleza, y su presencia no parecía perturbar a los animales.
De repente, Jungkook sintió el impulso de cambiar, de dejar que su naturaleza lupina tomara el control. Despues de desnudarse y guardar todo en aquella mochila, para que pudiera llevarla mas facil en su forma de lobo, su cuerpo comenzó a transformarse, sus músculos se tensaron y su esqueleto se modificó. Su rostro se alargó, sus ojos se volvieron más brillantes y sus dientes se afilaron.
Ahora, en forma de lobo, Jungkook corría a través del bosque con una velocidad y agilidad que era imposible para un humano. El viento azotaba su pelaje, y su nariz olfateaba el aire en busca de cualquier señal de presa. Cuando localizo a una liebre, se preparo dejo la mochila a un lado y se puso en accion, la caza fue rápida y emocionante, y Jungkook se sintió vivo y libre.
Después de comer, Jungkook se detuvo a beber de un arroyo cristalino. El agua fresca y clara le refrescó la garganta y le dio nueva energía. Mientras bebía, no podía dejar de pensar en el chico del lago, y se preguntaba si algún día tendría la oportunidad de conocerlo mejor.
Después de beber del arroyo, Jungkook continuó su viaje intercambiando de forma cada que le daba la gana, decidido a llegar a la cueva que se encontraba ahora a dos dias de distancia nada podia pararlo. La luna llena brillaba en el cielo cada noche, hasta que de repente, se encontró con un río ancho y profundo que bloqueaba su camino. El agua era fría y rápida, y Jungkook sabía que no podía cruzarla en forma humana.
Sin embargo, su naturaleza lupina le permitió encontrar una solución. Se transformó en lobo y despues de ocultar suw cosas se lanzó al agua, nadando con fuerza y determinación. El río era peligroso, pero Jungkook era un nadador experto y logró cruzarlo sin problemas.
Una vez que llegó al otro lado, Jungkook se encontró con un terreno rocoso y escarpado. La montaña se elevaba ante él, y la cueva que buscaba se encontraba en la cima. El camino era difícil y peligroso, pero Jungkook estaba decidido a llegar a su destino como rey.
Finalmente, después de horas de nado y caminata, Jungkook llegó a la entrada de la cueva. La abertura era grande y oscura, y Jungkook podía sentir el calor que emanaba del interior. Sabía que la cueva era el nido de un dragón peligroso, pero también estaba llena de diamantes naturales que brillaban como estrellas en la oscuridad.
La cueva era un lugar de gran belleza y peligro. Las paredes estaban cubiertas de cristales y minerales que reflejaban la luz de la luna, y el aire estaba lleno del olor a azufre y humo. Jungkook podía sentir la presencia del dragón, y sabía que debía tener cuidado si quería salir vivo de la cueva.
A medida que se adentraba en la cueva, Jungkook vio que el techo estaba cubierto de diamantes que brillaban como estrellas en la oscuridad y decidido a conquistar a aquel chico del lago tomo los mas bellos. El suelo estaba cubierto de piedras y rocas, y el aire estaba lleno del sonido de gotas de agua que caían en la oscuridad. Jungkook se sintió pequeño y vulnerable en la inmensidad de la cueva, pero estaba decidido a encontrar el huevo de dragón y a superar cualquier obstáculo que se le presentara.
De repente, Jungkook escuchó un ruido detrás de él. Se dio la vuelta y vio que el dragón había despertado. Sus ojos brillaban en la oscuridad, y su aliento era como un viento caliente que quemaba la piel de Jungkook. El dragón era enorme y peligroso, y Jungkook sabía que debía actuar con rapidez si quería sobrevivir.
Después de una larga lucha en donde la mayoria de ataques los daba el dragon y Jeon solo lograba esquivarlos, se encontraba algo agotado, por suerte entro en una pequeña grieta hueca de la cueva para refugiarse, pero sabia qie solo era cuestión de tiempo para que el dragon lanzara su fuego.
Jungkook estaba acorralado por el dragón. El animal lo tenia en aquel rincón de la cueva, y su aliento caliente y sulfuroso envolvía a Jungkook como una manta de fuego. La bestia era enorme y poderosa, y Jungkook sabía que no tenía ninguna posibilidad de derrotarla en una lucha directa. La desesperación comenzó a apoderarse de él, y justo cuando estaba a punto de darse por vencido, una voz suave y calmada resonó detrás de él.
La voz era como un bálsamo para sus nervios tensos, y Jungkook se sintió un poco más tranquilo a pesar de la situación desesperada. "No creo que podamos salir vivos de aquí solos", dijo la voz, "pero si trabajamos juntos, tal vez tengamos una oportunidad". Jungkook se dio la vuelta, intentando localizar a la persona que hablaba, pero solo vio una figura sentada en la sombra. No podía ver su rostro, pero había algo en su voz que le resultaba familiar, algo que le hacía sentir que conocía a esa persona.
Jungkook se centró en la propuesta que le habían hecho, y preguntó con voz firme:
- ¿Quién eres? - La respuesta fue inmediata
- No importa quién soy. Lo que importa es que estamos en el mismo barco. Y si no queremos ser la cena del dragón, debemos trabajar juntos -
Jungkook miró al dragón, que seguía acechándolos con sus ojos brillantes, y luego miró a la figura en la sombra. Se preguntó qué tipo de persona sería capaz de hablar con tanta calma en una situación tan peligrosa.
Finalmente, tomó una decisión.
- Está bien - dijo, - trabajaremos juntos. Pero si me engañas, te aseguro que te arrepentirás -
La figura en la sombra asintió, y Jungkook pudo ver un destello de sonrisa en la oscuridad. Luego, la figura se movió poniendose de pie y camino hasta el, Jungkook pudo ver que era un chico con el cabello algo despeinado y los ojos brillantes. Un chico que le resultaba muy familiar, pero que no podía recordar por el momento. La situación era demasiado urgente, y Jungkook se centró en la tarea que tenían por delante: sobrevivir al dragón y escapar de la cueva.
Cuando al fin un poco de luz dio en el rostro del chico, Jungkook al fin pudo reconocer al sujeto delante suyo, con un suspiro y una risa nazal mientras pasaba su lengua por el interior de su mejilla dijo:
- Eras tu -
Holis espero que les guste, no se olviden de ir y apoyar de igual forma la parte que realiza VeronicaViojo5, en fin, nos leemos pronto.
Amaya Aiko.
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