Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18

Besaba mi cuello con delicadeza, absorbiendo cada parte de éste. Quise mantener la mente en blanco, no podía darle ni un solo beso o no habría marcha atrás.

— Tengo que vestirme. —murmuré. Desconocía mi voz ronca.
— ¿Por qué? A mí me gustas así.
— Kaleb, amigo. Frena ya, voy a ir a vestirme y cuando vuelva estarás durmiendo, ¿vale?

Bufo pero entendió que no, era no. Pude ver en su mirada el inmenso dolor que le producía ser rechazado en esos momentos, e incluso me dolía a mí tener que hacerlo. Me hubiera gustado besarle, y degustar aquellos labios que me hacían perder la cabeza, pero no podía. Simplemente, no.

Cuando se separó de mí, y sus manos dejaron de tocarme, sentí un frío insoportable. Incluso, comencé a temblar. Quise disimular, y evitar que el se percatara de que necesitaba que volviera a mi lado, aunque fuera por salud. Quise, pero no pude.

Un leve picor en la nariz anunciaba que me había puesto enferma. Aumentó ese picor y concluyó en un gran estornudo. Kaleb inmediatamente se giró.

— ¿No te resguardaste mientras llovía?—preguntó. Volvía a ser el mismo de siempre, un chico que no mostraba su debilidad ante nadie.
— Algo así.

Rodó los ojos y buscó en un cajón y de éste sacó un termómetro.
— Metete a la cama.—ordenó. Negué con la cabeza.
— Me visto y me voy a mi cuarto.
— No seas idiota, Ky. No voy a dejar que te vayas, necesitas que te cuide alguien, —suspiró— además, no se que miedo tienes... Sabes que nunca me aprovecharía de ti.

Sabía que no lo haría, no tenía miedo de su autocontrol, sino del mío. Miró la ropa que pretendía ponerme y negó con la cabeza.
— Eres humana, abrígate más, nosotros tenemos una temperatura corporal mucho más alta y nos verás siempre con ropa de verano, pero tú no tienes por qué.

Asentí. Se acercó al armario y de este sacó un pijama de invierno. No era muy seductor, así que concluí que aquel armario no estaba lleno de ropa para sus amantes sino para su novia o mujer.
Me lo puso con rapidez y me senté en la cama y me puso el termómetro bajo el sobaco.
— Voy a por un par de cosas, ahora subo.

Dijo y desapareció. Estaba confusa, me dolía la cabeza y la garganta. Definitivamente había cogido una gripe, un par de días en cama y como nueva, pero no podía negarle la razón a Kaleb, tenía que cuidarme alguien. E intuía que sería él quien lo hiciera.

Volvió cómo había prometido, en sus manos, una bandeja dorada resplandeciente, pero no me llamó la atención en comparación a los tres tazones de sopa que cargaba, junto a un zumo de naranja y una pastilla que supuse que sería para la gripe o algo así.
— No creo que nadie pueda comer tanta sopa.—le aseguré. Se encogió de hombros.
— Vas a comerte hasta el último fideo —dijo con seriedad. Abrí los ojos como platos y visualice una sonrisa en su rostro —descansa, Ky. Yo no me iré a ninguna parte.

Intenté dormir pero fue en vano. No podía dejar de temblar. El termómetro sonó y Kaleb corrió y se acercó a mí, lo cogió y se mordió el labio con fuerza.
Me destapó de golpe y se acercó a mí.
— Quitate la ropa.—me ordenó.
— Qué dices...—murmuré, desganada.

Bufo y se sentó a mi lado. Consiguió sentarme y rompió la tela de la camiseta con facilidad. Casi grité del susto. Me quitó los pantalones y recibió una patada por mi parte.
— Sólo estoy bajándote la temperatura, Ky. Notaras el efecto en poco tiempo.—me aseguró.
— Kaleb —le llamé y se acercó aún más a mí— gracias.

Sonrió.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro