Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Temp 2: Pasantia parte 12

La mente de Yaito se sentía atrapada en una niebla, flotando en un vacío entre la realidad y lo desconocido. Estaba de pie en su "espacio mental", un lugar etéreo donde todo parecía distorsionado y distante, hasta que de pronto una figura femenina apareció frente a él. Luna, una mujer rubia de apariencia majestuosa, flotaba con una calma sobrenatural, observándolo con ojos tranquilos. Su presencia irradiaba una fuerza tranquila, pero poderosa.

Yaito: Ok... estoy en shock. — murmuró, tratando de asimilar todo lo que acababa de escuchar.

Luna: Puede que estés confundido por esta repentina revelación — dijo con suavidad, mientras flotaba a su alrededor — pero parece que ya se está adaptando a ti.

Yaito frunció el ceño, claramente desorientado.

Yaito: ¿A qué te refieres con 'adaptando'?... — preguntó, solo para notar una extraña luz en su pecho. Una flor luminosa parecía brillar suavemente en el lugar donde había sentido la energía. — Esto es...

Luna: Así es, — continuó, girando alrededor de él — el Quirk está floreciendo. Por ahora, es solo una pequeña flor que necesita cuidado. Todavía es débil, pero con el tiempo, crecerá en fuerza.

Yaito escuchaba cada palabra con atención, procesando lentamente lo que decía. Pero a medida que las preguntas comenzaban a acumularse en su mente, la incertidumbre creció.

Yaito: Necesito respuestas. ¿Qué está pasando realmente? ¿Por qué tengo este Quirk? ¿Por qué yo? — Su voz sonaba más fuerte, cargada de dudas.

Luna guardó silencio por un momento, antes de finalmente responder.

Luna: Dime una cosa... ¿conoces la historia del primer Quirk?

Yaito se quedó callado un instante, antes de asentir lentamente.

Yaito: Tengo entendido que el primer Quirk fue de un bebé nacido en China, en un hospital de la ciudad de Qing Qing. Tenía la habilidad de generar luz por todo su cuerpo.... — pero antes de que pudiera terminar, Luna lo interrumpió.

Luna: ¿Y si te dijera que los Quirks ya habían aparecido mucho antes?

Los ojos de Yaito se abrieron de par en par, incrédulo ante lo que acababa de escuchar.

Yaito: Eso es imposible.....

Luna: En mi época, la humanidad era normal, vivíamos en paz. Pero todo cambió cuando una explosión desconocida cubrió el mundo entero.

La historia que Luna relataba era surrealista. Yaito solo podía escuchar, incapaz de interrumpir mientras ella continuaba.

Luna: Después de esa explosión, la gente comenzó a notar cambios en su cuerpo. Poderes comenzaron a emerger, aunque no en todos. No se les llamaba Quirks en ese entonces. Se les llamaba... Conductores.

Esa palabra golpeó a Yaito como una bofetada. Había escuchado ese término antes, pero no podía recordar exactamente dónde.

Yaito: (¿Conductores...?) — pensó, con la mente enredada en la revelación. — ¿Qué...? No puede ser...

Luna: Con el tiempo, aquellos que poseían estos poderes fueron temidos, apartados del resto de la humanidad que no compartía sus dones. Nos llamaban Conductores, porque el poder fluía a través de nosotros como electricidad a través de un cable.

Yaito estaba estupefacto, cada palabra que decía Luna retumbaba en su cabeza. Pero había algo más que necesitaba saber.

Yaito: ¿Y qué hay de esa explosión azul? ¿Cuál fue su causa?

Luna bajó la mirada, su rostro ahora sombrío.

Luna: Lamentablemente, nunca supimos la verdadera causa de esa explosión. Fue un misterio entonces, y lo sigue siendo ahora.

El pelinegro comenzó a procesar todo lo que había escuchado, pero todavía estaba perdido en la confusión.

Yaito: Pero... ¿qué tiene todo esto que ver contigo y con este Quirk?

Luna: Lamentablemente, no puedo responderte aún. Necesitas fortalecer tu vínculo con el poder que te ha sido legado. Solo entonces comprenderás la verdad.

De repente, alrededor de ellos comenzaron a aparecer cinco figuras, sus siluetas difuminadas pero cada una bañada en un color distinto: una en naranja, otra en verde, otra en amarillo, una cuarta en azul, y la última en rojo. Eran apenas visibles, pero su presencia se sentía inmensa.

Luna: El legado que has recibido puede traer la paz que el mundo necesita. Solo tú puedes detener lo que viene. Fortalécete, y pronto descubrirás el verdadero propósito de este poder.

Antes de que Yaito pudiera hacer más preguntas, todo a su alrededor comenzó a brillar con una luz cegadora. Instintivamente, cubrió sus ojos, y en un parpadeo, todo cambió.

Abrió los ojos de golpe, sintiendo el calor de los rayos del sol golpeando su rostro. Ahora estaba de vuelta en el mundo real, tumbado en una cama de la enfermería de la U.A. Mientras intentaba levantarse, gruñó.

Yaito: Argh... ¿En serio, sol? ¿No puedes dejar de molestarme aunque sea por un minuto?

Yaito sintió un peso en su pecho cuando escuchó las voces a su alrededor, un eco que resonaba en su mente antes de que pudiera abrir completamente los ojos.

Osen: ¡Aparece que ya está despierto! — exclamó con un tono de alivio.

Ibara: Gracias al Señor que está bien... — agregó suavemente, su voz llena de gratitud.

Reconociendo las voces, Yaito se dio la vuelta en la cama, su cuerpo aún algo adormecido por la inactividad. La primera voz, cálida y tranquilizadora, pertenecía a Osen, quien estaba sentada en una cama cercana, con ropa de paciente y un libro entre las manos. Frente a él, en otras dos camas, estaban Ibara y Yui, ambas también despiertas. Ibara leía su Biblia con un aire de serenidad, mientras que Yui simplemente lo miraba con una expresión neutral, pero con un leve toque de preocupación en los ojos.

Osen levantó la mirada de su libro, esbozando una sonrisa suave.

Osen: Sabes, me alegra que estés bien. Pensábamos que no ibas a despertar.

Yaito frunció el ceño, un poco desorientado.

Yaito: ¿Cuánto tiempo llevo dormido? — preguntó, volviendo su atención hacia la chica de cabello celeste.

Osen: Tranquilo, solo fue ayer — dijo con un tono despreocupado, lo que hizo que los ojos de Yaito se abrieran de par en par. — Aparentemente, tienes el sueño pesado.

Yaito soltó un suspiro de alivio, aunque una sombra de culpa comenzaba a asentarse en su corazón. Mientras procesaba la información, Ibara cerró su Biblia, bajando la mirada hacia él con una expresión de preocupación.

Ibara: Estaba preocupada por ti — murmuró, su voz apenas un susurro — pensé que algo malo te había pasado.

El peso en el pecho de Yaito creció. Sabía que no solo Ibara había estado preocupada, sino también Osen y Yui, e incluso probablemente muchos más de sus compañeros. El dolor y el cansancio emocional que sentía no eran solo por el esfuerzo físico que había pasado, sino por la culpa que arrastraba consigo. Siempre parecía que aquellos que se acercaban a él acababan perjudicados de alguna forma, y eso lo consumía por dentro.

De repente, Osen rompió el silencio con una pregunta que tomó a Yaito por sorpresa.

Osen: ¿Somos amigos?

Esa pregunta resonó en su mente, y Yaito la miró, sorprendido. No sabía cómo responder al principio, pero algo en su tono y en la expresión de Osen le hizo entender que había más detrás de esas palabras.

Yaito: Por supuesto que lo somos. ¿Por qué preguntas eso?

Osen lo miró por un momento, su sonrisa se suavizó un poco, y luego volvió a mirar su libro.

Osen: Porque, a veces... cuando veo que cargas todo ese peso solo, me pregunto si confías en nosotros lo suficiente. En mí, en Ibara, en Yui... en los demás. — dijo, sin alzar la voz, pero con una sinceridad que caló hondo en Yaito.

Yaito se quedó en silencio, sintiendo que las palabras de Osen lo atravesaban. No era que no confiara en ellos, pero era difícil para él abrirse, compartir sus miedos y sus preocupaciones. Siempre había pensado que debía cargar con todo él solo, como si compartir el peso fuera un signo de debilidad.

Yaito: No es que no confíe en ustedes.....— comenzó a decir, luchando por encontrar las palabras correctas — Es solo que... no quiero que ustedes sufran por mi culpa. Ya he visto a demasiadas personas sufrir por estar cerca de mí.

Ibara, quien había estado escuchando en silencio, cerró su Biblia suavemente y lo miró con ternura.

Ibara: No puedes protegernos de todo, Yaito. No estamos aquí para que nos cuides, estamos aquí para estar contigo. Dios nos ha puesto en tu vida por una razón.

Yui, que hasta ahora había permanecido callada, asintió en silencio, su mirada tranquila pero firme.

Yui: Tienes que aprender a confiar más en nosotros. No podemos ser fuertes si cada uno se aísla.

El silencio se instaló de nuevo en la enfermería. Yaito sentía el peso de las palabras de sus amigas, y aunque era difícil para él aceptar que no podía cargar con todo solo, algo en su interior comenzó a suavizarse. No estaba solo, y nunca lo había estado.

Finalmente, levantó la vista y asintió, una pequeña sonrisa curvando sus labios.

Yaito: Está bien... confiaré más en ustedes.

Las chicas lo miraron con calidez, sabiendo que aunque ese pequeño paso significaba mucho, todavía había un largo camino por recorrer. Pero lo más importante era que, por primera vez, Yaito había comenzado a dejar entrar a los demás en su mundo, dejando que lo acompañaran en su lucha.

La habitación de la enfermería, silenciosa hasta ese momento, fue abruptamente interrumpida cuando cuatro personas entraron. Yaito y Osen reconocieron de inmediato a los héroes que habían llegado. El primero en entrar fue el imponente héroe Gang Orca, seguido de la heroína Ikuda, su mentora de pasantías, y los héroes Aegis y Flora. Flora, la heroína conocida por su conexión con la naturaleza, se quedó mirando a Ibara, mientras Ikuda enfocaba su atención en Yaito.

Ikuda: Veo que ya despertaron. Dime, Yaito, ¿cómo estás" — preguntó con un tono firme pero no sin cierta preocupación.

Yaito se irguió un poco en la cama, consciente de que iba a ser interrogado.

Yaito: Lo que hice estuvo mal, y no tengo una excusa para ocultarlo.

Mientras decía esto, notó cómo Osen miraba a Gang Orca, su héroe favorito, con cierta incomodidad. Yaito sabía que ella no se sentía bien después de haber traicionado la confianza de su tutor al escaparse para ayudarlo. Gang Orca, en cambio, permanecía en silencio, observándola con una expresión neutral.

Osen: (Gang Orca...) — pensó para sí misma, sin poder evitar sentir el peso de su mirada sobre ella.

Ikuda soltó un suspiro largo, claramente sabiendo que su pasante había actuado por un impulso de ayudar a sus amigos. Aunque no estaba enojada, entendía que lo que había hecho Yaito podría haber tenido graves consecuencias.

Ikuda: Yaito, en este momento tengo muchas razones para regañarte...

Yaito: Sí, ya me lo imagino...

Ikuda lo interrumpió, levantando una mano para detener sus palabras.

Ikuda: Pero antes de eso, hay alguien más que quiere hablar con ustedes.

La puerta se abrió nuevamente, y una figura inesperada entró a la habitación: un hombre con traje elegante y una cabeza de perro. Al verlo, Yaito se quedó pasmado, sintiendo que estaba frente a una escena sacada de los momentos más extraños del anime.

Yaito: (En el anime ya era algo incómodo, pero verlo en persona es mucho peor...) — pensó, sin poder evitar la incomodidad.

Osen: (¿Por qué habría venido el jefe de la policía a vernos?) — pensó sorprendida, sabiendo que su presencia no traía buenas noticias.

El jefe de la policía, Kenji Tsuragamae, enfocó su mirada en Yaito, quien sintió que el estómago se le encogía al ser el blanco de su escrutinio.

Kenji: Tú debes ser el estudiante que venció a aquel villano, además de estar involucrado en la pelea con el asesino de héroes, ¿verdad?

Al escuchar eso, Osen giró bruscamente la cabeza para mirar a Yaito, sus ojos llenos de sorpresa. Pero Yaito solo apartó la mirada, asintiendo con una expresión seria.

Yaito: Sí, fui yo.

Kenji: Ya veo. De hecho, ese es el motivo por el que vine a hablar con ustedes.

La tensión en la habitación aumentó a medida que todos dirigían su atención al jefe de policía. Kenji continuó hablando con su tono firme y directo.

Kenji: De cualquier modo, ahora mismo ese villano está recibiendo tratamiento bajo vigilancia...

Osen: Disculpe, señor, pero ¿a qué quiere llegar con todo esto? — preguntó educadamente, aunque sabía que la respuesta no sería favorable.

Kenji: Lo que trato de decir es que, aunque fue en defensa propia contra el asesino de héroes y el villano, es una violación de las reglas que hayas usado tu Quirk sin la supervisión de tu tutor.

Yaito permaneció en silencio, su mandíbula apretada.

Kenji: — se volvió hacia Osen y las demás — De igual manera, tú usaste tu poder sin la supervisión de tu tutor.

Osen agachó la cabeza, reconociendo la verdad en las palabras del jefe de policía. Se había escapado para ayudar a Yaito, desobedeciendo a su tutor en el proceso.

Kenji: Aunque claro, sus dos compañeras tuvieron suerte de que sus tutores estuvieran presentes, permitiéndoles usar sus Quirks, así que se salvaron de las consecuencias. Pero tú, Yaito, y tú, Osen, serán castigados severamente, junto con los héroes profesionales involucrados: Gang Orca, Ikuda, Aegis y Flora.

Esa última declaración fue la gota que colmó el vaso. Yaito sintió cómo la ira crecía dentro de él, y, sin poder contenerse más, alzó la voz.

Yaito: ¡Un momento! — gritó, mirando directamente a Kenji — ¡Si no hubiera actuado, mis amigos habrían muerto! ¡Además, nadie notó que el asesino de héroes apareció! ¿No se supone que es responsabilidad de la policía y de los héroes profesionales detectar ese tipo de amenazas?

Osen: Yaito-kun...— murmuró, sorprendida por la intensidad de su respuesta.

Yaito: ¿Está diciendo que debí haber dejado que mis amigos y más personas inocentes murieran?

Kenji: ¿Estás diciendo que no importa romper las reglas si el resultado es positivo?

Yaito lo miró fijamente, con el corazón palpitando de rabia contenida.

Yaito: Si eso implica salvar una vida, entonces sí. — respondió con firmeza — Tal vez la mayoría me considere basura por romper las reglas, pero prefiero ser basura a ser alguien que abandona a otros. Un héroe no depende de un Quirk. Un héroe depende del valor para hacer lo correcto.

El ambiente en la habitación se volvió tenso, el aire cargado con la confrontación. La declaración directa de Yaito había dejado a todos en silencio. Kenji lo observó con una mirada calculadora, sin revelar ninguna emoción clara, mientras que Ikuda, Osen, Gang Orca y los demás permanecían callados, observando cómo el joven estudiante defendía sus acciones con una convicción que resonaba en la habitación.

Era evidente que, aunque Yaito había roto las reglas, no se arrepentía de haber salvado a sus amigos. Y esa firmeza en su mirada dejó claro que, pase lo que pase, él siempre actuaría de la misma manera.

El ambiente en la habitación de hospital se tornó denso tras las palabras de Yaito. El jefe de policía, Kenji, mantuvo su mirada fija en él, mientras Osen, Ibara y Yui observaban con asombro e inquietud. La tensión era palpable, especialmente tras la respuesta firme y apasionada de Yaito.

Kenji dejó escapar un leve suspiro, sin dejar de observar al joven.

Kenji: ¿Crees que el fin justifica los medios, Yaito? — preguntó con un tono neutral, aunque había un leve rastro de desafío en su voz.

Yaito, respirando profundamente para calmarse, mantuvo su mirada fija en el jefe de policía.

Yaito: No lo sé. Lo único que sé es que no podía quedarme de brazos cruzados mientras mis amigos estaban en peligro. Hice lo que creí correcto.

Osen, todavía con la mirada baja, se sintió aún más culpable. Sabía que había roto las reglas al usar su Quirk sin supervisión, pero lo hizo por la misma razón que Yaito: para proteger a aquellos que le importaban. Gang Orca, su tutor y héroe favorito, permanecía en silencio, observando la escena con una expresión indescifrable. Ikuda y Flora miraban a sus pasantes, pero no intervenían.

Finalmente, Kenji se cruzó de brazos, manteniendo su postura calmada, pero con la autoridad que lo caracterizaba.

Kenji: Entiendo tu punto, Yaito. Y no estoy diciendo que lo que hiciste no fue heroico. Pero las reglas existen por una razón. Ustedes son estudiantes en formación, y es crucial que aprendan a seguir los protocolos, especialmente en situaciones de vida o muerte.

Yaito: Lo entiendo...... — respondió con voz más baja, aunque la rabia aún era evidente en su tono — ...pero en ese momento, no había tiempo para protocolos.

Ikuda, que hasta ahora había estado escuchando en silencio, intervino.

Ikuda: Lo que Yaito y Osen hicieron fue arriesgado, sí, pero no podemos ignorar que salvaron vidas. La policía y los héroes cometemos errores, y ellos actuaron cuando lo necesitaban.

Kenji asintió lentamente, reconociendo las palabras de la heroína.

Kenji: No estoy aquí para juzgar sus intenciones, sino para hacer cumplir la ley. Las acciones que tomaron tendrán consecuencias, tanto para ustedes como para sus tutores. — su mirada se dirigió a Gang Orca y Ikuda — Los héroes profesionales también tienen la responsabilidad de asegurarse de que sus pasantes actúen bajo supervisión. Así que, lamentablemente, debo informarles que habrá sanciones.

Osen sintió un nudo en la garganta al escuchar esto. Sabía que su imprudencia no solo la había puesto en riesgo a ella, sino también a su héroe. Gang Orca continuaba en silencio, pero su presencia era imponente.

Yaito, sin embargo, no pudo quedarse callado.

Yaito: Sé que rompimos las reglas, y si hay que castigar a alguien, que sea a mí. Fui yo quien los involucró en todo esto.

Kenji lo miró con una ceja levantada.

Kenji: Es admirable que quieras asumir la responsabilidad, pero no es tan simple, Yaito. Cada uno debe responder por sus propias acciones.

El silencio volvió a caer sobre la habitación. Osen miraba a su héroe con preocupación, mientras Ibara y Yui permanecían en sus camas, en silencio, procesando todo lo que ocurría. La puerta de la habitación volvió a abrirse, y un nuevo personaje entró. Era el director de la U.A., Nezu, el peculiar héroe con cabeza de animal y un aire de sabiduría que lo rodeaba.

Nezu: Ah, Kenji. Me alegra que hayas llegado a tiempo. — dijo con una sonrisa calma, aunque su llegada hizo que todos se tensaran un poco más.

Kenji: Director Nezu.

Nezu avanzó hacia el centro de la habitación, observando a Yaito, Osen, y a los héroes presentes.

Nezu: Parece que hay mucho que discutir aquí, pero antes de tomar cualquier decisión, quiero que quede claro algo. Estos jóvenes actuaron en una situación crítica, sin precedentes. Si bien es cierto que las reglas se infringieron, también es cierto que salvaron vidas. Las decisiones que tomaron, aunque imprudentes, no deben ser castigadas de la misma manera que un acto de negligencia o desobediencia deliberada."

El jefe de policía Kenji se mantuvo en silencio, reflexionando sobre las palabras del director.

Nezu: Sugiero que, en lugar de sanciones severas, se les otorgue una lección más apropiada: aprender de sus errores en un entorno controlado, bajo la estricta supervisión de sus tutores. Después de todo, nuestra meta es formar héroes responsables, no simplemente castigarlos por fallar en seguir un protocolo que en situaciones extremas, puede ser imposible de mantener.

Yaito y Osen intercambiaron miradas, sorprendidos por el enfoque del director.

Kenji suspiró, rascándose la cabeza como si estuviera lidiando con un dilema interno.

Kenji: No puedo decir que esté completamente de acuerdo... pero veo tu punto, Nezu. Está bien, lo dejaré en tus manos por ahora. Pero cualquier otra infracción y no habrá concesiones.

Nezu sonrió con suavidad.

Nezu: Perfecto. Ahora, jóvenes, descansen. Habrá tiempo para aprender de sus errores, pero también para reconocer lo que hicieron bien. No todo es blanco y negro en el camino del héroe.

Con esas palabras, la tensión en la sala comenzó a disiparse, aunque las consecuencias aún estaban por venir. Yaito sabía que tendría que enfrentar lo que había hecho, pero al menos, no estaría solo.

El ambiente seguía cargado de tensión, mientras todos en la habitación permanecían en silencio. Yaito observaba a Gang Orca con cautela, sabiendo que cualquier palabra equivocada podría empeorar la situación. Ikuda y Aegis mantenían su postura seria, mientras que Flora simplemente miraba en silencio, aún evaluando a sus pasantes.

Gang Orca se acercó lentamente a Osen, quien intentaba no mostrar su nerviosismo, pero su respiración era más rápida de lo normal. Sabía que lo que estaba por venir no sería fácil.

G.O.: Osen, acompáñame afuera- dijo con un tono tranquilo pero firme, sin dejar espacio para una objeción.

Osen asintió en silencio, mirando de reojo a Yaito antes de seguir a su tutor. Yaito, a pesar de estar preocupado por su amiga, sabía que no era el momento de intervenir nuevamente.

Mientras Osen y Gang Orca salían de la habitación, el silencio entre los demás se hacía cada vez más incómodo. Yaito, que había estado conteniendo su frustración, finalmente decidió romperlo.

Yaito: Sé que rompimos las reglas, pero si nos enfrentamos a situaciones en las que la vida de nuestros compañeros está en peligro... ¿De qué sirven esas reglas si no salvamos a quienes están en riesgo?

Ikuda soltó un suspiro pesado, su mirada se suavizó un poco mientras hablaba.

Ikuda: Yaito, entiendo tu impulso. Todos aquí, incluso Gang Orca, hemos estado en esa misma situación alguna vez. Pero ser un héroe no es solo sobre salvar vidas, también es sobre responsabilidad. No podemos actuar impulsivamente, porque si lo hacemos, ponemos en riesgo a más personas de las que salvamos.

Aegis, quien había estado en silencio, dio un paso adelante.

Aegis: Lo que Ikuda dice es cierto. Ser un héroe significa tomar decisiones difíciles. A veces, eso significa confiar en que otros harán su parte. No puedes cargar el mundo en tus hombros.

Yaito bajó la mirada, reflexionando sobre lo que acababan de decirle. Sabía que tenían razón, pero su corazón aún no podía aceptar completamente esa realidad.

Mientras tanto, en el pasillo, Gang Orca y Osen se detenían cerca de una ventana, el héroe orca se cruzó de brazos antes de hablar.

G.O.: ¿Entiendes lo que hiciste mal, Osen?

Osen: Sí, lo entiendo- espondió, mirando directamente a su tutor- Desobedecí sus órdenes, pero lo hice porque creí que era lo correcto. No podía quedarme quieta mientras Yaito y los demás estaban en peligro.

Gang Orca la observó en silencio por un momento, sus ojos ocultos detrás de las gafas, pero su presencia imponente aún se hacía sentir.

G.O.: Ser un héroe no se trata solo de actuar cuando crees que es necesario. Se trata de confiar en el juicio de quienes tienen más experiencia. Sé que tienes potencial, Osen, pero debes aprender a escuchar y a confiar en tus superiores. Si te hubieras quedado donde te pedí, quizás la situación habría sido diferente.

Osen apretó los puños, sintiéndose culpable, pero al mismo tiempo firme en su convicción.

Osen: Lo siento, Gang Orca, pero si me encontrara en la misma situación otra vez, haría lo mismo. No puedo ignorar cuando alguien necesita ayuda.

Gang Orca suspiró profundamente, bajando un poco su guardia. Sabía que Osen hablaba desde el corazón y que no era solo una rebelión impulsiva.

G.O.: Esa determinación es buena, Osen. Pero debes aprender a equilibrarla con disciplina. Un héroe descontrolado es tan peligroso como un villano.

Osen asintió, comprendiendo mejor las palabras de su mentor. Mientras los dos permanecían en silencio por un momento, Osen se sintió un poco más aliviada, sabiendo que, aunque había roto las reglas, Gang Orca aún la veía con respeto y no con decepción.

Momentos antes de la conversación entre Osen y Gang Orca, la atmósfera en la habitación estaba cargada. Yaito sabía que había desobedecido las reglas, pero en su interior sentía que había hecho lo correcto. Frente a él, Ikuda lo observaba con una mezcla de preocupación y seriedad. Ella no estaba allí para juzgarlo, pero como su tutora, tenía la responsabilidad de enseñarle las implicaciones de sus acciones.

Yaito: Sé que está molesta, lo entiendo- dijo con voz firme, sin evitar la mirada de su mentora.

Ikuda: Yaito, debes entender la prioridad...- respondió su tono más suave pero aún autoritario.

Yaito: Créame que lo hago, pero en este sentido... ¿a quién ayudaré si la prioridad es no usar mi quirk sin un tutor de pasantía cerca? No puedo esperar a que la gente suplique o llore por alguien que los salve. Si no actuamos, ¿qué clase de héroes somos? Muere siendo un héroe o vive lo suficiente para convertirte en un villano.

Ikuda se quedó en silencio por un momento, sorprendida por la madurez y la profundidad de las palabras de su pasante. Sabía que esas palabras no eran simplemente rebeldía, sino una comprensión prematura y peligrosa del peso de ser un héroe. Lo que Yaito había dicho implicaba que, al no cumplir con las reglas, podía ser visto como un villano, pero al mismo tiempo, no podía soportar quedarse de brazos cruzados y dejar que otros sufrieran.

Ikuda: Entiendo que ves las cosas de una manera distinta... No puedo cambiar tu forma de pensar, pero espero que, al menos la próxima vez, llames antes de actuar. Después de todo, eres un héroe en ascenso, y los héroes también deben aprender a trabajar en equipo y confiar en los demás.

Yaito, sorprendido por la calma y la falta de enojo en su mentora, sintió un ligero alivio. Ikuda no estaba molesta con él. Sabía que había desobedecido, pero también comprendía que su impulso por ayudar era genuino. Sus palabras habían demostrado que lo respetaba, pero también que esperaba más responsabilidad en el futuro.

Yaito: Cuenten con eso, jefa- dijo con una sonrisa traviesa, llevándose la mano a la frente en un saludo militar, intentando aliviar la tensión con su actitud habitual.

Ikuda esbozó una pequeña sonrisa, aunque mantuvo su mirada seria. Sabía que Yaito tenía un gran potencial, pero también que necesitaba ser guiado con firmeza para que no terminara cruzando la línea entre el heroísmo y la imprudencia.

En el bosque.

Se podría ver un bosque completamente destruido algunos árboles derrumbados y otras que parecía esta quemado hasta hacerse ceniza.

En el centro se encontraba un gran cráter la cual dentro estaba icarus en su forma ave que estaba en el suelo y algunas de su alas estaba dañada y sangre que estaba en cualquier lado.

Pero frente de este se encontraba all for naught la cual parecía esta intacto por el duro combate que había tenido.

Afn: Parece ser que te has oxidado en esto milenios- diría tranquilo viendo como icarus se intentaba levantar.

Icarus: Parece que has reunidos más persona a tu causa, además de que has copiado el quirk.

Afn: Ellos me mira como su salvador, algo que ustedes jamás lo notando este mundo solo está lleno de decepciones las personas solamente buscar aquello que de beneficia y luego los que son un error va para la basura.

Icarus: A que quieres llegar con todo eso.

Afn: Los quirk son una Maldición y hacer que las persona que tenga un quirk que parece un villano sea juzgado, además solo se preocupa por la fama y los héroes, ese es el ciclo un héroe puede crea un villano y un villano puede crea un héroe ese ciclo a parte de ese algo común terminada en odio.

Icarus se quedó callado, pero tuvo que darle la razón, por esa razón se extravío de la humanidad para vivir solo suponía que no era tan diferente.

Afn: Pero aparece hay una persona que aun puede que me interponga- diría dandose la vuelta.

Icarus: Un momento te refiere a..........

Afn: Legacy, si me refiero a eso- diría tranquilo- encontré al portado, es un chico algo peculiar que parece ir en contra de más leyes en algunas ocasiones, tarde temprano la lucha entre la luz y oscuridad podrá aparece.

Una profecía donde ambos quirk siempre se tenía que ver era una batalla que había durado por mucho tiempo, pareciendo un juego de ajedrez.

Icarus: Entonces por que me dejara vivo- diría haciendo que all for naught se detenga.

Afn: No soy un monstruo para hacer eso, solo me volvería iguales a ellos- diría viendo a la lejanía a la esposa y hija- además de que para mi ya no supones una amenazar, sabía que no te iba a unir a mi por lo que...........

En eso de su espalda 2 alas pero esta vez de color negro apareciendo soprendiendo a icarus sabiendo que si no se unía copiarla su quirk.

Afn: Prometo darle un buen uso, disfruta el resto de tu vida que te queda, cuando elimine los quirk tu cuerpo se volvera arena y problamente a tu familia también.

Ante eso este emprenderia vuelo dejando a icarus algo pensativo mientras su mujer y hija se acercaba a verlo ahora sabía más que nunca.

Una nueva batalla iba a libra

Continuará.......

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro