Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Tem 2: Un encuentro predestinado

Yaito flotaba en el vacío, esa misma sensación que había experimentado antes. El lugar le resultaba familiar, el mismo en el que había recibido aquel extraño Quirk llamado Legacy. A su alrededor, solo la nada, infinita y silenciosa.

Yaito: ¿Otra vez estoy aquí? —murmuró, mientras giraba en el aire, esperando encontrar a Luna, la figura que lo había guiado en su primer encuentro con Legacy. Sin embargo, no había rastro de ella—. Parece que Luna no está... qué extraño. ¿Entonces por qué estoy aquí?

De repente, una voz resonó desde la nada.

??: Eso es porque yo estoy aquí.

Yaito se dio la vuelta rápidamente, encontrándose con un hombre de aspecto maduro, probablemente en sus treinta. Su porte era imponente, y sus ojos parecían escudriñar a Yaito con un aire de análisis.

Yaito: ¿Quién eres tú? —preguntó, inseguro y a la defensiva, mientras observaba al hombre con cautela.

El desconocido, sin embargo, solo continuó observándolo, asintiendo levemente.

??: Así que tú eres el nuevo portador... no eres la gran excepción, pero los Quirks que has acumulado son interesantes: curación, humo, una vista peculiar y ese de goma. —El hombre sonrió levemente.

Yaito: Sí, claro, pero... ¿quién es usted? —insistió, algo molesto por la falta de respuestas claras.

??: Aún no te puedo decir mi nombre, —dijo con calma—, pero puedo decirte esto: fui el cuarto portador de Legacy. Y, sin saberlo, ya has usado mi Quirk.

Yaito: ¿Su Quirk? —preguntó, intrigado.

El hombre asintió, sus ojos brillando mientras levantaba una mano.

??: Mi Quirk se llama "Rayo Venenoso". —Su expresión se volvió más seria—. Permite al usuario canalizar una enorme cantidad de bioenergía acumulada en su cuerpo y liberarla en forma de descargas eléctricas altamente paralizantes. No son letales, pero están impregnadas con una toxina que afecta el sistema nervioso de los oponentes, causando parálisis temporal. La intensidad varía según la cantidad de energía liberada y la resistencia del oponente.

Yaito observó cómo el hombre levantaba sus manos, de las cuales comenzaban a emanar destellos de rayos blancos, chispeando a su alrededor con una energía vibrante. La demostración lo dejó sorprendido.

Yaito: ¿Rayo Venenoso...?

El hombre esbozó una leve sonrisa, pero su tono se volvió serio.

??: Créeme, necesitarás dominar este poder rápidamente si deseas tener una oportunidad contra ese sujeto.

Yaito: ¿Ese sujeto? ¿De quién está hablando? —preguntó, pero antes de que pudiera obtener una respuesta, todo comenzó a desvanecerse. La figura del hombre se difuminaba, y el vacío en el que flotaba se alejaba rápidamente.

Yaito parpadeó, y cuando volvió a abrir los ojos, se encontró en su habitación, tumbado en su cama. El sudor corría por su frente, y su respiración era rápida, aún impactado por lo que acababa de experimentar.

Yaito: ¿El cuarto portador...? —murmuró, mirando sus manos, recordando los rayos que había visto—. Rayo Venenoso....

Yaito bajó las escaleras lentamente, aún procesando lo que había experimentado en ese lugar extraño, con la voz del cuarto portador resonando en su mente. Al llegar a la cocina, el aroma del desayuno ya lo esperaba, y su madre, Katsumi, lo miró con una sonrisa suave.

Katsumi: —Buenos días, Yaito. Te preparé tu desayuno favorito. —dijo, mientras servía un plato humeante frente a él.

Yaito: —Gracias, mamá. —respondió con un tono tranquilo, sentándose y comenzando a comer. Su mente seguía en el encuentro con el cuarto portador, pero trató de centrarse en el presente, en su entorno.

Mientras comía, la televisión estaba encendida, mostrando las noticias matutinas. De repente, la imagen cambió a algo más alarmante: varios héroes y villanos habían sido asesinados en los últimos días, y la situación parecía estar descontrolada. La reportera mencionaba los mensajes dejados en las escenas del crimen, con frases como "una falsa sociedad" y "un mundo mejor".

Reportera: El asesino, que sigue sin ser identificado, ha dejado claro su mensaje:  la creación de un mundo sin héroes ni villanos. La policía continúa investigando mientras aumenta la preocupación en la comunidad de héroes.

Las imágenes mostraban escenas de caos y destrucción, con cuerpos de héroes conocidos entre los escombros. Yaito dejó de masticar por un momento, su mirada fija en la pantalla. Las palabras "la eliminación de los Quirks" le trajeron recuerdos recientes, especialmente el enfrentamiento en el estadio de fútbol contra aquel villano que compartía la misma ideología.

Yaito: La eliminación de los Quirks... —murmuró para sí mismo, apretando ligeramente los puños.

Recordó el momento en el estadio cuando se enfrentó a aquel villano que proclamaba su deseo de erradicar los Quirks del mundo, de destruir la estructura que sostenía la sociedad actual. Fue una batalla intensa, llena de incertidumbre, donde Yaito se vio forzado a usar cada recurso disponible para proteger a quienes estaban en peligro.

Katsumi: ¿Todo bien, Yaito? —preguntó al notar el cambio en la expresión de su hijo.

Yaito asintió lentamente, pero su mente seguía ocupada. Sabía que había algo mucho más grande en juego, y la ideología del villano no era algo aislado. Los asesinatos recientes eran prueba de que no estaba solo en su misión. Algo se estaba gestando en las sombras, algo que podría cambiar el equilibrio del mundo de los héroes y los villanos.

Yaito: —Sí, solo pensaba en algunas cosas... —respondió, tratando de sonreír para tranquilizar a su madre.

Pero en el fondo, sabía que este era solo el comienzo. El mensaje del villano, los asesinatos de héroes, y ahora la revelación del cuarto portador... Todo parecía estar conectándose de alguna manera, y Yaito no podía evitar sentir que tendría un papel importante en lo que estaba por venir.

Yaito: —Un mundo sin Quirks... ¿Realmente hay personas que quieren eso? —se preguntó en silencio, mientras la pantalla de la televisión continuaba mostrando las imágenes de destrucción y los mensajes sombríos del asesino.

Momentos depues

Yaito y Osen estaban sentados en el vagón del metro, mientras el suave traqueteo de las vías creaba un ritmo constante de fondo. Habían estado hablando de cosas triviales: clases, tareas, y los entrenamientos de la U.A. A pesar de la reciente seriedad de los eventos que rondaban la cabeza de Yaito, momentos como este, compartidos con Osen, le permitían desconectar un poco.

Osen: Sabes, siempre me sorprende cómo manejas tantas cosas al mismo tiempo. Entre los estudios, los entrenamientos y los exámenes, parece que nunca te tomas un descanso. —dijo Osen con una sonrisa tranquila mientras miraba por la ventana del metro.

Yaito: Bueno, a veces es difícil despejarse... pero momentos como este ayudan. —respondió él, apreciando el tono relajado de la conversación. Sus pensamientos aún vagaban hacia el campamento de verano que Vlad King había mencionado recientemente. Decidió sacar el tema para cambiar la dirección de la charla. —Hablando de todo un poco, Vlad mencionó el campamento de verano, ¿no?

Osen: ¡Ah, sí! —respondió, volviendo su atención hacia Yaito con un brillo de emoción en sus ojos. —Dicen que será súper intenso, pero también muy divertido. Los de 1-A y 1-B iremos juntos. Estoy emocionada por ver qué tipo de entrenamientos nos tienen preparados.

Yaito: Seguro será un reto. Vlad King mencionó que se enfocarán en hacer que llevemos nuestros Quirks al límite. —respondió Yaito, cruzando los brazos mientras miraba al frente, pensativo. —Después de lo que pasó en el examen final, no me sorprendería que nos presionen aún más en el campamento.

Osen asintió con una sonrisa, pero luego su expresión cambió a una más seria por un momento.

Osen: Sabes, el examen final me hizo darme cuenta de muchas cosas... como lo mucho que tengo que mejorar. —miró sus manos, pensando en cómo durante la pelea había tenido que luchar con todas sus fuerzas.

Yaito: Eso es parte de todo esto. Nos estamos preparando para lo peor, pero también aprendemos a apoyarnos entre nosotros. —dijo, mirándola de reojo. Sabía que Osen, a pesar de ser tranquila y equilibrada, también tenía sus dudas, como todos.

Osen: Es cierto. Además, estando todos juntos en el campamento, podremos fortalecernos como equipo. —Su sonrisa regresó, esta vez con un toque de determinación. —Me pregunto qué tipo de entrenamientos tendrán para nosotras. Quizás algo que me ayude a ser más rápida con mi Quirk.

Yaito asintió, aunque su mente aún estaba dividida entre la conversación y los recientes acontecimientos. El campamento sería importante, pero no podía quitarse de la cabeza los asesinatos de héroes y villanos que habían visto en las noticias esa mañana. Algo le decía que el verano podría no ser tan tranquilo como algunos pensaban.

Yaito: Será interesante, eso seguro... —respondió, mirando de nuevo por la ventana. —Aunque, tengo el presentimiento de que no será solo entrenar.

Osen lo miró con una expresión curiosa, pero decidió no indagar más en ese momento. El metro seguía avanzando, y aunque la conversación siguió por caminos más ligeros, ambos sabían que el campamento de verano sería algo más que un simple entrenamiento. Sería una prueba, una en la que no solo se fortalecerían, sino también pondrían a prueba lo que significa ser héroe.

Clase B

En la clase 1-B, el ambiente estaba relajado, pero un poco tenso por una sola razón: Neito Monoma, sentado en su pupitre, con la cabeza apoyada en sus manos, claramente deprimido. Había sido el único de la clase que no aprobó el examen práctico. Los murmullos y las miradas de sus compañeros eran discretos, pero no podían evitar notar su estado de ánimo.

Monoma: No es justo... fui el único que no pasó. —murmuraba, con el ceño fruncido. —Esto es culpa de la clase 1-A, siempre interfieren... ¡Si no fuera por ellos! —decía, casi hablando solo.

Mientras tanto, Hatori, quien solía ser más reservada, ahora interactuaba más abiertamente con los demás. Su experiencia durante el examen práctico la había llenado de una nueva confianza. Estaba hablando con Yaito y Reiko, discutiendo lo que creían que les esperaba en el campamento de verano.

Hatori: Me pregunto qué tipo de entrenamiento extremo nos espera... con lo que nos hizo pasar Nezu, no me sorprendería nada. —comentó, su tono más ligero de lo usual. Era evidente que se sentía más cómoda con sus compañeros, especialmente con Yaito.

Yaito: Cualquier cosa que sea, nos preparará para lo que viene. Solo debemos seguir avanzando. —respondió, con su calma habitual, pero con una leve sonrisa que dejaba ver que estaba en paz con la situación.

Justo entonces, Vlad King entró en el aula. El sonido de sus pasos hizo que todos se enderezaran y tomaran sus asientos. El profesor miró a la clase con una expresión seria, pero había algo de orgullo en su mirada.

Vlad King: Bien, chicos. El examen escrito fue un éxito para todos ustedes. En cuanto al examen práctico, la mayoría también lo hicieron bien, salvo... —miró en dirección a Monoma, quien dejó caer su cabeza sobre el pupitre con un suspiro derrotado.

Vlad King: Monoma, aunque no aprobaste el examen práctico, eso no significa que estés fuera del campamento de verano. —dijo, con un tono más severo pero comprensivo. —Vas a ir con todos los demás, pero tendrás entrenamiento extra. Usaremos esto como una oportunidad para superar tus límites.

Monoma levantó un poco la cabeza, aunque no parecía muy animado, al menos el hecho de que no quedaría fuera del campamento parecía darle algo de alivio.

Vlad King: Dicho esto, todos ustedes han mejorado mucho, pero aún queda trabajo por hacer. No se relajen, el campamento será el siguiente gran desafío. —terminó de decir antes de despedirlos para que continuaran con su día.

Cuando la campana sonó marcando el fin de la clase, Yumi se levantó de su asiento y llamó la atención del grupo.

Yumi: ¡Oigan, chicos! Estaba pensando que, antes de ir al campamento, deberíamos ir al centro comercial. Necesitamos comprar lo necesario, y además, podríamos divertirnos un poco. —sugirió, con su entusiasmo habitual.

El grupo lo consideró por un momento, y la idea de ir al centro comercial fue bien recibida. Todos tenían que prepararse para el campamento, y era una buena oportunidad para relajarse un poco antes de lo que prometía ser una experiencia intensa.

Hatori: Me parece una buena idea. Necesito algunas cosas. —dijo, mirando a Yaito. —¿Qué opinas, Yaito?

Yaito, quien recordaba lo que sucedería en el centro comercial, dudó por un momento. Sabía que era el evento en el que Izuku Midoriya se encontraría con Tomura Shigaraki, un villano extremadamente peligroso. A pesar de eso, decidió no decir nada. No podía intervenir directamente en el destino.

Yaito: Está bien, iré también. —respondió, aunque en su mente se mantenía alerta.

Con la decisión tomada, el grupo comenzó a hacer planes para reunirse más tarde. Mientras todos salían del aula con la emoción de la próxima salida, Yaito caminaba a un lado de Hatori, pensando en lo que podría ocurrir. Sabía que, aunque intentaran disfrutar de su día, las amenazas en su mundo siempre estaban al acecho. Pero, por ahora, debía concentrarse en estar con sus amigos y disfrutar del momento antes del próximo desafío que los esperaba en el campamento de verano.

En otra parte

En una bodega abandonada, las sombras parecían bailar alrededor del espacio sombrío. En el centro de la habitación, sobre un trono de metal oxidado, se encontraba All for Naught, un hombre de presencia imponente, su mirada fija en el vacío, como si estuviera esperando algo o simplemente reflexionando sobre los hilos invisibles que manejaba desde las sombras. La luz tenue de una bombilla parpadeante iluminaba apenas sus facciones, dándole un aire aún más intimidante.

De pronto, un suave eco de pasos rompió el silencio, y desde la penumbra apareció una figura mucho más pequeña. Rose, una joven de apenas 15 años, se acercaba a All for Naught con una sonrisa juguetona en los labios. A pesar de su corta edad, su presencia irradiaba un peligro sutil, y el hecho de que All for Naught la considerara su "hermanita pequeña" hablaba mucho de la confianza que tenía en ella.

Rose: Hermano, dime, ¿cómo disfrutaste aquella visita? —preguntó, su voz suave pero curiosa mientras sus ojos brillaban con una mezcla de admiración y respeto.

All for Naught: Fue... interesante. —respondió, con un tono calmado y calculador. —Me alegra haber visitado a un viejo conocido. —Agregó, levantándose lentamente de su trono. —Sin embargo, me he enterado de que Kyle fue derrotado... por Yaito. —dijo, su voz más grave, aunque sin sorpresa.

Rose: Sí, parece que tuvo ayuda de algunas personas. —respondió Rose, con un leve gesto de molestia en sus ojos, como si la derrota de Kyle no fuera más que un pequeño obstáculo.

All for Naught: Ya veo. —murmuró, entrecerrando los ojos mientras comenzaba a caminar por la bodega, sus pasos resonando en el silencio. —No es un mal comienzo... —continuó, hablando más para sí mismo que para Rose, sus pensamientos claramente en otro lugar. —(Legacy ya está reaccionando... me pregunto cuánto tiempo le llevará dominarlo). —Pensó, recordando su reciente encuentro con Yaito.

All for Naught se detuvo y dirigió su atención nuevamente a Rose, quien lo observaba con una mezcla de admiración y devoción.

All for Naught: Por cierto, Rose... ¿cómo va el proyecto? —preguntó, su tono más suave pero lleno de expectativa.

Rose: Está casi al 70% completado. —respondió con orgullo, sonriendo ligeramente. —Probablemente en los próximos días estará listo. —Agregó, su mirada mostrando confianza en su propio trabajo.

All for Naught esbozó una pequeña sonrisa, y con un gesto casi paternal, colocó su mano sobre la cabeza de Rose, acariciándola suavemente. El simple gesto parecía llenar a Rose de satisfacción, su devoción por él más evidente que nunca.

All for Naught: Bien hecho, Rose. Estoy orgulloso de ti. —dijo, mientras ella cerraba los ojos, disfrutando del momento.

De repente, su mirada se endureció mientras caminaba hacia una mesa cercana, donde una fotografía descansaba. La tomó entre sus dedos, examinándola detenidamente. La foto mostraba a Yaito, el joven que se había cruzado en su camino más de una vez.

All for Naught: Creo que es hora de hacerle una visita a cierta persona. —murmuró, mientras observaba fijamente la imagen de Yaito, su mente ya trazando los próximos movimientos.

Rose, aún sonriendo, observaba a su "hermano" en silencio, sabiendo que cualquier decisión que él tomara significaría una nueva fase en sus planes. Los días de paz estaban contados.

Otro día soleado iluminaba la entrada de la casa de Yaito. El aire fresco de la mañana le daba un toque de tranquilidad al barrio, pero dentro de él, había una sensación de anticipación. Yaito se encontraba en la puerta, ajustándose la mochila que llevaba al hombro. Delante de él, su madre, Katsumi, lo miraba con una mezcla de preocupación y cariño. Aunque su rostro mostraba una sonrisa suave, sus ojos revelaban la constante preocupación de una madre.

Katsumi: ¿Estás seguro de que estarás bien, Yaito? —preguntó, con una ligera duda en su voz.

Yaito se giró hacia ella, dándole una mirada tranquila y segura.

Yaito: Solo voy al centro comercial a comprar algunas cosas para el campamento, mamá. Estaré bien. Tendré cuidado. —respondió, intentando calmar sus preocupaciones mientras mantenía una sonrisa.

Katsumi suspiró, sabiendo que su hijo ya no era el niño pequeño que solía cuidar de cerca, pero como madre, era difícil dejar de preocuparse. Antes de que Yaito pudiera marcharse, Katsumi se inclinó y le dio un beso suave en la frente.

Katsumi: Cuídate mucho, Yaito. —dijo con ternura.

Yaito sonrió, sintiendo el calor y el amor de su madre en ese gesto simple.

Yaito: Lo haré, mamá. —respondió con una sonrisa más amplia mientras se daba la vuelta para salir.

Al salir de su casa, el sol brillaba sobre él mientras caminaba hacia la casa de Osen. Sabía que tenían que comprar varias cosas para el campamento de verano, y aunque el día parecía normal, siempre había una sensación de que algo inesperado podía ocurrir. Tras caminar algunas calles, finalmente llegó a la casa de Osen, una casa sencilla pero acogedora, con un jardín bien cuidado que siempre le daba una sensación de paz.

Cuando tocó la puerta, fue recibido por la abuela de Osen, una anciana de mirada aguda y profunda, pero con una sonrisa cálida que mostraba su bondad. La abuela lo observó con detenimiento, y su mirada pronto reveló que había reconocido a Yaito.

Abuela de Osen: Ah, Yaito, ¿verdad? —dijo mientras lo examinaba, sus ojos brillando con una sabiduría tranquila. —Vienes a buscar a mi nieta, ¿no es así? —preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

Yaito: Sí, señora, Osen y yo vamos al centro comercial para comprar algunas cosas para el campamento. —respondió educadamente, inclinando ligeramente la cabeza como muestra de respeto.

La abuela asintió con una sonrisa amable, y sin decir más, se giró para llamar a su nieta. Mientras esperaba, Yaito no podía evitar sentir la calma del lugar. Momentos después, Osen apareció en la puerta, con una sonrisa en el rostro y lista para el día que les esperaba.

Osen: ¿Listo para la aventura? —preguntó con un tono divertido.

Yaito sonrió de vuelta.

Yaito: Listo, aunque no estoy seguro de cuánta "aventura" hay en comprar cosas para el campamento. —dijo en tono de broma.

Ambos rieron mientras empezaban a caminar juntos hacia el centro comercial, sin saber que el destino pronto les prepararía más sorpresas de las que esperaban.

En el centro comercial, el ambiente estaba lleno de energía juvenil. La hora acordada finalmente había llegado, y Yaito y Osen llegaron justo a tiempo, observando cómo sus amigos ya estaban repartidos por diferentes tiendas, emocionados por las compras.

Yumi: ¡Muy bien, es momento de ir de compras! —dijo con entusiasmo, su voz alegre contagiando al grupo.

Setsuna: Yo necesitaré una mochila nueva —comentó mientras se ajustaba la suya, que ya mostraba signos de desgaste.

Kinoko: Vayamos juntas. También necesito comprar una nueva —dijo, sonriendo y asintiendo a Setsuna.

Kosei: ¿En dónde venderán mini-taladros y mini-cámaras? —preguntó, como si ya estuviera planeando alguna pequeña travesura.

Yaito: Pensé que querías unos lentes de visión nocturna —le recordó, levantando una ceja.

Kosei: ¡Cuando vi el precio, cambié de opinión! ¡Son muy costosos! —exclamó con una risa nerviosa.

Tetsutetsu: Yo iré primero por unos zapatos para correr —dijo con firmeza, listo para mejorar su equipo.

Kendo: Yo también necesito unos —respondió, siempre práctica y organizada.

Awase: Yo igual. Los que tengo actualmente ya están muy desgastados —añadió, mirando sus zapatos actuales con resignación.

Yaito: ¿Qué tal si cada uno va por lo que necesite y regresamos aquí a las 3? —sugirió, siempre el que mantenía al grupo en orden.

Todos estuvieron de acuerdo rápidamente, asintiendo con energía.

Yumi: Muy bien, en ese caso nos vemos aquí a las 3 —concluyó con una sonrisa amplia.

El grupo se dispersó rápidamente, cada uno con un destino claro en mente, dejando solo a Yaito y Osen.

Yaito: Vaya, que son rápidos... —pensó, notando cómo todos desaparecieron en cuestión de segundos—. Por cierto, Osen, ¿qué vas a comprar? —le preguntó, curioso.

Osen: Bueno... —respondió tranquila, llevándose una mano a la mejilla con un toque de timidez—. Estaba pensando en algunas cosas necesarias para un campamento... Supongo que iré tras las chicas. ¿Y tú? —le preguntó con una leve sonrisa.

Yaito: Supongo que también buscaré algunas cosas importantes —respondió, más enfocado en lo que necesitaba.

Ambos se despidieron con una sonrisa y cada uno fue por su lado a hacer sus compras.

Yaito empezó a caminar por el amplio centro comercial hasta que llegó a una tienda que tenía lo que buscaba: linternas, cámaras de vídeo, celulares y toda clase de dispositivos electrónicos. La tienda brillaba con luces y pantallas, atrayendo a todos los amantes de la tecnología.

Al entrar, Yaito fue directo a la sección de linternas. Observó cada una con atención, revisando especificaciones y asegurándose de que fueran lo suficientemente resistentes y duraderas para cualquier situación que pudiera enfrentar. Después de algunos minutos, finalmente encontró la linterna ideal. Era pequeña pero potente, perfecta para emergencias o incluso para situaciones en las que el sigilo era necesario.

Yaito: Esta servirá —dijo para sí mismo, tomando también un paquete de pilas AA que estaban junto a la linterna.

Mientras caminaba hacia la caja para pagar, no pudo evitar pensar en lo mucho que había cambiado su vida desde que ingresó a la academia. Ahora tenía un grupo de amigos con los que podía contar, y aunque a veces los momentos tranquilos como este se veían interrumpidos por la vida de héroe, no podía imaginar una vida sin ellos.

Poco después de salir de la tienda, Yaito se detuvo frente a una tienda de ropa donde creyó ver a Osen en el interior. Pensó en entrar a ver si necesitaba ayuda, pero decidió darle su espacio.

Yaito: (Seguro está bien)- pensó con una sonrisa mientras continuaba su recorrido por el centro comercial, esperando el reencuentro a las 3 en punto.

Yaito, mientras sostenía su bolsa de compras, fue sorprendido por una voz que lo llamó desde detrás.

???: ¡Oh, alguien de la U.A.! —dijo el desconocido, acercándose rápidamente.

Yaito: ¿Eh? —giró la cabeza, sorprendido de ver a un tipo encapuchado, quien sin previo aviso posó su brazo sobre los hombros de Yaito, como si fueran viejos amigos.

???: Eres estudiante de la U.A., ¿o me equivoco? —dijo con una sonrisa amistosa, pero Yaito no podía evitar sentir algo extraño en la situación.

Yaito: No, no estás equivocado. Sí, soy estudiante de la U.A. —respondió, manteniéndose cauteloso.

???: Espera... —el tipo se quedó pensativo por un segundo, luego sus ojos se iluminaron—. ¡Tú eres el ganador del festival deportivo, ¿verdad?!

Yaito: Sí... —respondió, aunque ahora sentía un ligero nerviosismo. Había algo en la forma en que el sujeto lo miraba que no le daba buena espina.

???: ¡Esto es genial! Hoy es mi día de suerte —dijo con entusiasmo, mientras Yaito intentaba recordar si lo conocía de algún lado.

Yaito:( Vaya, quién diría que todavía hay mucha gente que nos reconoce. Ciertamente, la U.A. es increíble...)

El extraño continuaba hablándole como si lo conociera de toda la vida.

???: No puedo creerlo. ¿Quién diría que nos encontraríamos aquí? Parece que el destino nos hizo reencontrarnos de nuevo.

Yaito: ¿Eh? —su confusión aumentó al escuchar la palabra "reencontrarnos". Entonces, miró con más atención el rostro del sujeto bajo la capucha, intentando hacer memoria. ¿De dónde lo conocía?

El desconocido sonrió aún más amplio, una sonrisa que no era del todo amigable.

???: ¿Por qué no hablamos un poco... Yamanaka? —pronunció su apellido con una familiaridad inquietante.

En ese instante, Yaito lo recordó. La imagen del estadio, los combates, los rostros de los oponentes que había enfrentado en el festival deportivo... y ahí estaba él. AFN, el villano que había sido parte de los disturbios en un evento pasado, pero que nunca había sido capturado.

Yaito: Tú eres... —murmuró, reconociendo finalmente al sujeto.

AFN: Tanto tiempo sin vernos, ¿eh? —dijo con una sonrisa ladina—. Pero tranquilo, no vengo a pelear. Hoy no.

El ambiente se tensó de inmediato. Aunque AFN aseguraba no querer pelea, Yaito no bajaba la guardia. Sabía que, en cualquier momento, esa actitud amistosa podía transformarse en algo mucho más peligroso.

Yaito: ¿Entonces qué quieres? —preguntó con cautela, sin quitarle los ojos de encima.

AFN: Solo charlar un poco. Ver cómo has estado desde aquel entonces. Tú sabes... viejos amigos, ¿no? —su tono era burlón, claramente disfrutando de la tensión que estaba generando.

Yaito: No te consideraría un amigo —respondió con frialdad, tensando los hombros.

AFN: ¡Vamos! —dijo fingiendo estar herido por las palabras de Yaito—. No me mires así. Si quisiera hacer algo malo, ya lo habría hecho. Solo quiero... hablar.

Yaito no estaba seguro de cuáles eran las verdaderas intenciones de AFN, pero no podía arriesgarse a bajar la guardia. La situación estaba lejos de ser segura, y mientras AFN lo miraba con esos ojos llenos de misterio, Yaito pensaba en todas las posibles formas de escapar o defenderse si las cosas se salían de control.

AFN: Que te parece si vamos a charla en otro lado, simplemente es una tregua temporal.

Yaito dudo pero supo que ahora no de beneficiaria que se enfrentada contra el por lo cual de siguió el juego.

Sentados en una mesa de la terraza del centro comercial, Yaito y AFN compartían un silencio tenso mientras saboreaban sus helados. El villano había insistido en invitarlo, llamándolo “una cortesía profesional” con una sonrisa irónica que Yaito no entendía del todo. Aun así, aceptó, curiosamente intrigado por lo que AFN tenía en mente.

AFN: Sabes... siempre es interesante ver a alguien como tú. Aspirante a héroe y todo eso. —AFN lamía su helado con calma—. ¿Pero realmente quieres serlo? ¿Por qué ser héroe, Yamanaka? ¿Buscas fama? ¿Gloria? —preguntó con una mezcla de seriedad y burla.

Yaito se quedó en silencio por unos segundos, saboreando su helado de vainilla. Las preguntas de AFN resonaban en su mente. Sabía que muchos héroes lo hacían por razones egoístas, pero él... su razón era diferente. Algo más profundo lo impulsaba.

Yaito: Bueno, para ser honesto, jamás pensé en ser como All Might —comenzó, su tono reflexivo—. Antes quería imitarlo, hacer muchas de las cosas que él hizo... pero con el tiempo me di cuenta de que no soy All Might. Soy Yaito Yamanaka —declaró con firmeza.

AFN lo escuchaba atentamente, su expresión más seria de lo habitual. No había burla en sus ojos, solo curiosidad.

Yaito: Soy un aspirante a héroe que quiere convertirse en un pilar para muchos mundos. Humanos, híbridos, personas que sufren discriminación por su aspecto de villano... —dijo con una voz firme, pero sincera, observando cómo AFN mantenía su mirada fija en él—. Sin importar cuánto me tarde, quiero lograr la unificación de muchas cosas en este mundo. Puedo tener malos comentarios, gente que me odie o me desprecie, pero eso no cambiará mi deseo.

AFN: ¿Unificación, eh? —intervino levantando una ceja, pero sin interrumpir más.

Yaito: Sí. No importa cuánto me tarden en llamarme inútil, en menospreciarme. La sociedad dice cosas peores de los Quirkless y aquellos con aspecto o poderes de villano. Se siente horrible cuando las personas que antes considerabas amigos, incluso familiares, te dan la espalda por tu poder... o por su propia arrogancia —agregó, con una seriedad que tocó algo en AFN, quien bajó la cabeza ligeramente, recordando su propia infancia y cómo la sociedad lo había empujado hacia la oscuridad.

Yaito: Es cierto que podría haber terminado odiando esas palabras. “Inútil,” “parásito,” “mal nacido”... Pero he aprendido que quienes me lastimaron solo se desviaron del camino. Yo quiero construir un pilar, pero uno en el bien. Aunque siempre existirá la maldad. —observó el cielo por un momento—. La luz y la oscuridad son distintas, pero siempre se mantienen en equilibrio. Donde hay bien, hay maldad, y donde hay maldad, también existe el bien —concluyó, sus palabras parecían resonar en el aire.

AFN: Interesante perspectiva. —dijo en voz baja, sin dejar de escuchar cada palabra. Yaito parecía haberse ganado su atención completamente—. Pero, ¿cuál es tu verdadero deseo?

Yaito: Mi deseo es que todos tengan un lugar al que pertenezcan. Sin racismo, sin odio, sin discriminación. No digo que todo será perfecto, porque los humanos siempre cometerán errores... pero de esos errores se aprende. Y quiero luchar por un propósito —su voz estaba llena de convicción mientras explicaba su visión.

AFN: —Hmm... ¿y todo eso sin pedir nada a cambio? —preguntó, todavía escéptico.

Yaito: No pido reconocimiento, ni recompensas. Ni siquiera necesito un “gracias.” —dijo mientras apretaba su mano derecha en un puño—. El héroe que quiero ser no depende de lo que digan los periódicos, los políticos, ni del internet. Nadie te define, ni te dice quién eres, excepto tú mismo. Solo tú puedes construir tu futuro... o destruirlo —añadió, sintiendo un extraño deja vu, como si ya hubiera vivido una conversación similar en otra realidad.

AFN: Eso suena... idealista. —respondió aunque sin el habitual sarcasmo.

Yaito: La única forma de demostrar quién eres es con tus acciones, no con tus palabras. Quiero construir mi camino poco a poco, hasta ser el pilar que deseo ser. Así como All Might se convirtió en el símbolo de la paz, yo quiero ser un símbolo... no solo de la paz, sino del universo. Ese es mi verdadero deseo —dijo estirando la mano hacia el cielo, dejando que la luz del sol la iluminara antes de cerrarla en un puño.

AFN observó en silencio, sorprendido por la pasión y la claridad de Yaito. Para alguien tan joven, sus palabras eran profundas, cargadas de idealismo y determinación. AFN no podía evitar esbozar una pequeña sonrisa, una que no reflejaba maldad esta vez.

AFN: Unir, crear... amar. —susurró, como si esas palabras le recordaran algo perdido en su propio pasado—. Tal vez, si las cosas hubieran sido diferentes en mis años... —se detuvo por un momento, mirando su helado derretirse un poco—. Tal vez no habría sido tan malo ser un héroe.

Yaito lo miró, sorprendido por la confesión. AFN había mostrado una faceta distinta, más humana. Ambos permanecieron en silencio por un momento más, mientras la gente continuaba con su día en el centro comercial, ajenos a la charla trascendental que acababa de ocurrir.

AFN se levantó de su asiento con calma, arrojando su envoltorio de helado al bote de basura cercano. Observó a Yaito por un instante, su mirada más pensativa que antes.

AFN: Hablar contigo ha sido... interesante, Yamanaka. —Su tono no llevaba sarcasmo, sino una ligera reflexión—. Pero como mencioné antes, estamos en el presente. Tal vez tengas un corazón noble, pero dime... ¿cómo harás que aquellos que se desviaron del camino regresen? —preguntó, con una expresión seria, casi desafiante.

Yaito sonrió con confianza, inclinándose ligeramente hacia adelante mientras lo miraba a los ojos.

Yaito: Porque soy un héroe —dijo con seguridad—. Y mi deber es ayudar a los demás... incluso si no lo saben o si ellos mismos no lo desean. Si es necesario, los guiaré de vuelta.

AFN rio levemente, sacudiendo la cabeza. Su risa no era burlona, sino como si apreciara la determinación de Yaito.

AFN: Tu optimismo es admirable. Pero no olvides, Yaito... —añadió mientras comenzaba a alejarse—. A pesar de esas nobles palabras, sigues siendo mi oponente. Luz y oscuridad, como mencionaste. —Se detuvo por un segundo, mirando hacia el horizonte—. Y quién sabe, tal vez aquellos a los que te refieres te ayuden, o simplemente esperen hasta que todo llegue a un punto crítico. —Dejó caer esas palabras, confusas y cargadas de una advertencia implícita, que dejaron a Yaito en una breve reflexión.

Yaito frunció el ceño, sin comprender del todo lo que AFN quería decir. ¿Quiénes eran esos “otros” de los que hablaba? Pero antes de que pudiera pedirle más explicaciones, AFN levantó una mano en despedida.

AFN: Hasta aquí termina nuestra tregua temporal. Cuídate, Yamanaka —dijo con una media sonrisa antes de desaparecer entre la multitud del centro comercial.

Yaito se quedó sentado, mirando el espacio vacío donde AFN había estado. No podía evitar sentirse confundido por sus últimas palabras. ¿Se refería a otros villanos? ¿A compañeros de la U.A.? Sus pensamientos fueron interrumpidos de repente cuando escuchó una voz familiar detrás de él.

Osen: Yaito...

Giró bruscamente al escuchar su nombre, y ahí estaba Osen, su compañera y amiga de la infancia, parada a unos metros de distancia, mirándolo con sorpresa en los ojos.

Osen: ¿No me digas que...?

Yaito tragó saliva, tratando de mantener la calma. Había una clara posibilidad de que Osen hubiera escuchado parte de su conversación con AFN, lo que podría generar más preguntas de las que estaba preparado para responder. Guardó silencio por un momento, esperando ver cómo reaccionaría.

Osen dio un paso hacia Yaito, aún con la sorpresa marcada en su rostro. Sus ojos se estrecharon levemente mientras juntaba las piezas en su mente.

Osen: ¿Ese sujeto... no me digas que es el villano con el que luchaste en el estadio de fútbol, ¿verdad? —preguntó, su tono mezclaba curiosidad y una pizca de preocupación.

Yaito soltó una ligera risa, impresionado por la rapidez con la que Osen había conectado los puntos.

Yaito: Eres buena analizando, ¿eh? —admitió, inclinando la cabeza hacia un lado, como si estuviera evaluando cómo seguir—. Sí, era él. AFN.

Osen lo miró en silencio por unos segundos, procesando la respuesta. A pesar de su calma habitual, había una ligera tensión en su expresión, como si intentara decidir cómo sentirse al respecto.

Osen: ¿Y por qué estaban... hablando? —preguntó finalmente, sin ocultar su confusión—. No parece que hayan estado peleando, y ese no es el tipo de conversación que uno esperaría entre un héroe en entrenamiento y un villano.

Yaito se inclinó hacia atrás en la banca, dejando escapar un pequeño suspiro.

Yaito: Supongo que es más complicado de lo que parece. No estamos en una pelea ahora mismo... pero no somos aliados, si eso es lo que te preocupa. Solo fue una tregua temporal. AFN quería hablar, y yo aproveché para escuchar lo que tenía que decir.

Osen lo observó atentamente, como si buscara algún indicio de duda o peligro en sus palabras.

Osen: ¿Y crees que se puede confiar en lo que dice?

Yaito negó con la cabeza, dándole una mirada seria.

Yaito: No lo sé, y no lo considero alguien de confianza. Pero... a veces, hasta los enemigos tienen algo valioso que decir. Él me hizo preguntas sobre por qué quiero ser héroe. Y no me gustó algunas de las cosas que mencionó, pero me hicieron pensar.

Osen frunció el ceño, pero asintió lentamente. Aunque aún parecía preocupada, confiaba en Yaito lo suficiente como para no presionarlo demasiado.

Osen: Bueno, supongo que siempre has sido alguien que quiere entender a los demás, incluso a los que están en el otro lado. Solo... ten cuidado, ¿sí? No quiero que esto te ponga en peligro.

Yaito le dio una pequeña sonrisa, apreciando su preocupación.

Yaito: —Lo tendré en cuenta. Pero no te preocupes. Sé exactamente en qué terreno estoy pisando con él. Y si algo sale mal... sabré qué hacer.

Osen lo miró durante un par de segundos más, antes de que una pequeña sonrisa se formara en sus labios.

Osen: Está bien... confío en ti. Pero que quede claro, si alguna vez necesitas apoyo, estaré ahí.

Ambos se quedaron en silencio por un momento, compartiendo una comprensión tácita. Yaito sabía que, aunque la conversación con AFN había terminado, las preguntas que esa charla había despertado seguirían resonando en su mente durante un tiempo. Pero al menos, por ahora, tenía a alguien como Osen a su lado, dispuesto a escuchar y apoyar.

Yaito sonrió de manera cálida mientras miraba a Osen, apreciando su compañía.

Yaito: —Gracias, Osen... por ser mi amiga y siempre estar a mi lado. No sé qué haría sin ti —dijo con sinceridad, dejando que su gratitud se mostrara claramente en su expresión.

Osen, aunque acostumbrada a mantener la calma, no pudo evitar sonrojarse ligeramente al escuchar esas palabras.

Osen: —No, no tienes por qué agradecerme. Soy yo quien debería darte las gracias, Yaito. Siempre has estado ahí para mí... ayudándome, apoyándome. Eres especial para mí.

Ambos se quedaron en silencio un momento, el sonrojo subiendo sutilmente a sus rostros. Yaito se rascó la nuca, claramente sintiendo el calor en sus mejillas, mientras Osen desviaba la mirada por un instante.

Yaito: —Supongo que... siempre nos necesitaremos, ¿no? —comentó, con una pequeña sonrisa que logró aliviar un poco la tensión.

Osen rio suavemente ante sus palabras, la incomodidad siendo reemplazada por una calidez más profunda. Sus miradas se encontraron, y ambos se quedaron viendo a los ojos por un instante, como si el resto del mundo se desvaneciera. Sin darse cuenta, comenzaron a inclinarse hacia el otro, lentamente, casi tímidamente, como si el momento los arrastrara. Podían sentir el aliento del otro, cálido y cercano.

Justo cuando estaban a punto de cruzar esa línea, una voz rompió la magia del instante.

???: —¡Chicos!

Ambos saltaron ligeramente, retrocediendo de inmediato mientras el sonrojo en sus rostros se intensificaba. Miraron hacia la dirección de la voz para ver a algunos de sus compañeros de clase acercándose, con sonrisas juguetonas en sus rostros.

Yumi: —¿Dónde estaban? ¡Ya son las 3:20! ¡Nos estaban buscando!

Yaito y Osen intercambiaron miradas de sorpresa y luego se rieron nerviosamente, tratando de disimular el momento que acababa de pasar.

Yaito: Oh, claro, perdimos la noción del tiempo —murmuró, rascándose la cabeza mientras aún sentía el calor en sus mejillas.

Osen: Sí... será mejor que nos vayamos —añadió, aún un poco sonrojada, mirando de reojo a Yaito.

Ambos se pusieron de pie, ajustándose la ropa, mientras sus compañeros les lanzaban miradas curiosas. Aunque el momento se había interrumpido, tanto Yaito como Osen sabían que algo había cambiado entre ellos.

En otra zona

La luz de la luna apenas lograba colarse por las grietas y ventanas rotas de la vieja bodega abandonada. En su interior, varias figuras se ocultaban entre las sombras, cada una manteniendo su distancia, observando el centro del lugar donde una presencia dominante acababa de aparecer. El ambiente era tenso, cargado con una mezcla de anticipación y peligro latente.

De entre las sombras, una figura encapuchada emergió. AFN caminaba con calma, su rostro semioculto por la oscuridad, pero su sonrisa era visible, una sonrisa que transmitía algo más allá de simple diversión: una certeza inquebrantable. Al acercarse al centro, varios de los presentes inclinaron ligeramente la cabeza, reconociendo su presencia y autoridad.

AFN: Bueno, bueno... —dijo con voz tranquila pero firme, rompiendo el silencio—. Parece que la charla con el portador de Legacy resultó ser más... interesante de lo que esperaba.

Uno de los individuos en las sombras se inclinó hacia adelante, curioso.

Silueta 1: ¿Y qué piensas de él? —preguntó en un tono bajo pero expectante.

AFN se detuvo, observando su propia mano mientras la movía ligeramente bajo la tenue luz. Sus ojos brillaban con una mezcla de respeto y desafío.

AFN: Es un chico diferente... muy poco común. Tiene algo que muchos héroes carecen: una verdadera visión. No está buscando fama o gloria... su deseo de ser un pilar es genuino —comentó, casi con una especie de admiración en su voz—. De hecho, si tuviera que decirlo... ese chico, Yaito Yamanaka, merece el título de un verdadero héroe.

El silencio en la bodega se hizo aún más pesado. Algunos de los presentes intercambiaron miradas, sorprendidos de escuchar ese tipo de elogio viniendo de AFN. Pero antes de que alguien pudiera comentar, él levantó la vista, su expresión endureciéndose, una chispa de desafío iluminando sus ojos.

AFN: Pero no importa lo que haya dicho o lo que haya sentido en ese momento. Al final, no somos amigos. Nos veremos en el campo de batalla como oponentes. Luz y oscuridad... eso no cambia. —Sus palabras resonaron con un tono definitivo, casi cruel, mientras bajaba la mano y se volvía hacia los demás.

AFN: Y cuando ese momento llegue... quiero ver hasta dónde está dispuesto a llegar. Porque la verdadera prueba no será en una charla, sino cuando ambos luchemos por lo que creemos. —Su sonrisa regresó, más afilada que antes—. Hasta entonces, solo queda esperar.

El resto de las siluetas asintieron en silencio, sabiendo que AFN no hablaba en vano. Cada uno de ellos también tenía su propio papel que desempeñar en lo que estaba por venir. El conflicto entre la luz y la oscuridad estaba lejos de resolverse.

Silueta 2: ¿Y si los demás intervienen? —preguntó alguien, levantando la voz desde el fondo.

AFN: Que lo hagan. Quiero ver si ellos también están preparados para lo que viene. —Se giró lentamente hacia la puerta, como si ya diera por terminada la reunión—. Hasta entonces... disfrutemos de la tregua.

Con esas palabras, AFN se adentró de nuevo en la oscuridad, desapareciendo entre las sombras, dejando a las figuras detrás sumidas en el silencio. El ambiente en la bodega permaneció cargado, cada uno de los presentes sabiendo que el encuentro con Yaito no había sido un simple cruce de caminos, sino un preludio de algo mucho más grande que estaba por desatarse.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro