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Tem 2: Examen practico

Los tres días de exámenes escritos habían pasado, y para sorpresa de muchos, los resultados no fueron tan complicados como habían temido. La mayoría logró estudiar lo suficiente, lo que se reflejaba en el ambiente relajado del día. Sin embargo, la tensión estaba a punto de resurgir, ya que hoy era el día del examen práctico para los estudiantes de la Clase 1-B.

Los alumnos se encontraban en un amplio campo especial, vistiendo sus trajes de héroe, preparados para la prueba. La atmósfera era de expectación, y la mayoría de sus profesores los acompañaba, observando atentamente.

Vlad King, con su característica seriedad, se dirigió a sus alumnos.

Vlad King: Muy bien, alumnos. Llegó la hora de comenzar con el examen práctico. Espero que estén preparados.

Todos: ¡Sí!

Vlad King: Bien. En un principio se tenía planeado que el examen fuera un combate contra varios robots, pero…

Antes de que el profesor continuara, el director Nezu salió de detrás de Vlad King, interrumpiéndolo de manera sorpresiva.

Nezu: …pero por varias razones, el examen será distinto esta vez!

Todos: ¡Director Nezu!

Kendo, siempre atenta, levantó la mano para preguntar.

Kendo: Disculpe, director, pero ¿a qué se refiere con que el examen será distinto?

Nezu: Decidimos hacer que el examen práctico sea más parecido a un combate real. Así que... formarán equipos de dos integrantes y pelearán contra un profesor.

El anuncio dejó a los estudiantes sumamente nerviosos. La idea de enfrentarse a sus propios profesores era algo que nunca habían imaginado.

Vlad King: Las parejas y su contrincante ya fueron decididos por mí. Los elegí dependiendo de varios factores, como estilo de pelea, notas y relación. Los equipos y sus oponentes quedaron de la siguiente manera: el primero, Kendo y Tetsutetsu.

Ambos estudiantes dieron un asentimiento, preparados aunque nerviosos.

Vlad King: Su oponente seré yo.

La sorpresa se apoderó de ambos. La reputación de Vlad King como profesor de combate era bien conocida, y sabían que la tarea no sería fácil.

Yaito, que observaba desde un costado, pensado que si era en relacion a lo que habia mencionado Eso significa que si es como en la historia original, Osen y el sería otro equipo. Su mente se llenó de expectativas mientras esperaba que eso fuera cierto.

Nezu continuó, mirando con atención a los siguientes estudiantes.

Nezu: El próximo equipo es Yamanaka y Karura.

Yaito se sintió sorprendido al mirar a Hatori, quien lo miró de vuelta con una expresión que dejaba ver su tristeza. Sabía que su compañera deseaba hacer lo mejor en el examen, pero la presión de enfrentarse a un profesor era abrumadora.

Nezu: Y su oponente seré yo…..

La revelación dejó a ambos atónitos, y Yaito sintió un nudo en el estómago. Conocía bien la fuerza de Nezu, y aunque su mente le decía que debería quejarse, la idea de enfrentarse a uno de los más brillantes era un desafío que no podía dejar pasar.

Mientras los estudiantes se acomodaban y empezaban a prepararse mentalmente, Yaito se esforzó por mantener la calma. La emoción y la ansiedad del momento mezclaban su sangre, mientras buscaba la manera de concentrarse.

Yaito: Esto es una oportunidad para demostrar lo que hemos aprendido. No puedo fallar.

Vlad King: Recuerden, el objetivo no es solo ganar, sino aprender y mejorar. Quiero ver cómo aplican lo que han estudiado.

Con eso, el examen práctico estaba a punto de comenzar, y el grupo de estudiantes se preparó para lo que sería una experiencia inolvidable y desafiante, no solo por los combates, sino por lo que significaba enfrentarse a sus mentores en una batalla real. Las emociones estaban a flor de piel, y Yaito sabía que cada movimiento contaría.

El examen práctico estaba en pleno desarrollo, y cada uno de los equipos se enfrentaba a sus respectivos profesores con la adrenalina a tope. En el amplio campo abierto, el primer combate tuvo lugar entre Itsuka Kendo y Tetsutetsu, quienes se prepararon para luchar contra Vlad King.

El espacio abierto era ventajoso para Kendo, cuya Quirk, Kendo, se desempeñaba mejor en un entorno sin restricciones. Mientras Vlad King se preparaba para el combate, ambos estudiantes se miraron, asegurándose de que estaban listos para darlo todo.

Vlad King: ¿Listos para comenzar?

Kendo: ¡Sí!

El combate inició, y Vlad King avanzó rápidamente hacia ellos, lanzando ataques rápidos. Kendo demostró su liderazgo, coordinando movimientos con Tetsutetsu, quien se lanzó hacia el frente, usando su Quirk para proteger a su compañera. Kendo, siguiendo el plan, utilizó su Quirk para extender una de sus manos hacia Vlad King, tratando de atraparlo.

Tetsutetsu: ¡Ahora, Kendo!

Kendo tomó la oportunidad y logró distraer a Vlad King lo suficiente para que Tetsutetsu pudiera acercarse. En un momento de distracción, Vlad hizo un movimiento que dejó una apertura, y Kendo lo aprovechó. Con un ágil movimiento, usó su espada para atrapar la pierna de Vlad, mientras Tetsutetsu lo empujaba, logrando así una captura efectiva.

Vlad King: ¡Bien hecho! ¡Han aprobado!

Ambos estudiantes sonrieron aliviados, sintiéndose satisfechos con su actuación.

El siguiente combate enfrentó a Manga Fukidashi y Neito Monoma contra Midnight. Yaito, observando desde un costado, no pudo evitar soltar una risa nerviosa. Sabía que el Quirk de Midnight, que podía inducir a un estado de sueño profundo, era un desafío considerable.

Cuando el combate comenzó, Monoma intentó usar su Quirk para copiar las habilidades de Midnight, pero antes de que pudiera reaccionar, se encontró atrapado por los efectos seductores de su Quirk. En cuestión de segundos, cayó al suelo, durmiendo como un bebé.

Yaito: (Vaya, así que así fue como reprobó el examen…..)- pensó cómicamente, viendo que la situación no era lo que había imaginado.

Sin embargo, Manga no se dio por vencido. Con un rápido movimiento, logró utilizar su Quirk para crear palabras que formaban una especie de escudo visual, protegiéndose de los efectos de Midnight. Se lanzó hacia Monoma y lo sacó de la zona de peligro justo antes de que la heroína pudiera atraparlo. A pesar de que Monoma no había logrado permanecer en pie, Manga demostró su valía y aprobó el examen por su cuenta.

Mientras tanto, en otra parte del campo, Juzo Honenuki y Kinoko Komori se enfrentaban a Aizawa. La estrategia era crucial, ya que sabían que su sensei podría borrar los Quirks si los capturaba.

Kinoko se lanzó al combate, usando su Quirk para esparcir hongos por todo el campo, dificultando la visibilidad. Juzo, aprovechando la confusión, utilizó su Quirk para ablandar el suelo, creando una trampa. Aizawa, al intentar moverse, se encontró atrapado en el terreno inestable, lo que le dificultó mantener el equilibrio.

Kinoko: ¡Ahora!

Juzo se abalanzó sobre Aizawa y, en un movimiento rápido, Kinoko le puso las esposas. Ambos respiraron aliviados cuando Aizawa, aún sorprendido por la táctica, admitió su derrota.

Aizawa: Han aprobado. Buena estrategia.

Finalmente, Kojiro Bondo y Setsuna Tokage se prepararon para su enfrentamiento contra Ectoplasm. En cuanto comenzó el combate, Ectoplasm empezó a clonar su figura, creando un ejército de sí mismo.

Setsuna utilizó su Quirk para moverse con rapidez, distrayendo a los clones y llevándolos a una zona cerrada. Mientras tanto, Kojiro aprovechó la situación. Con su Quirk, liberó una sustancia pegajosa que inmovilizó a todos, incluyendo al Ectoplasm original.

Ectoplasm: ¡Increíble! Han logrado atrapar todos mis clones… ¡y a mí!

Ambos estudiantes se miraron, satisfechos de haber superado el desafío.

A medida que los exámenes prácticos continuaban, Yaito se dio cuenta de que, a pesar de las dificultades, sus compañeros estaban demostrando un gran crecimiento y habilidad. La competencia era intensa, pero la camaradería que mostraban al apoyarse mutuamente los hacía sentir más como héroes que nunca.

El examen continuaba, y la tensión en el aire era palpable. En la siguiente ronda, Yui Kodai y Reiko Yanagi se preparaban para enfrentarse a Present Mic. Desde el principio, las chicas se dieron cuenta de que el Quirk de su oponente era una verdadera molestia; el volumen de su voz podía destruir los objetos que intentaban usar en su contra.

Yui: Reiko, necesito que uses tu Quirk para levantar algo pesado. Tal vez así podamos distraerlo.

Reiko asintió y se concentró, levantando con dificultad una gran roca. Sin embargo, en cuanto Present Mic la vio, soltó un grito estridente que destrozó la roca en mil pedazos. Las chicas se sintieron frustradas, pero Yui, siendo una de las más inteligentes de la clase, tuvo una rápida idea.

Yui: ¡Reiko! Lanza más piezas, y cuando él las destruya, prepárate para el siguiente movimiento.

Reiko obedeció y comenzó a lanzar más objetos. Present Mic se rió y usó su Quirk nuevamente, destruyendo cada uno de ellos. Pero justo cuando se concentró en lo que quedaba, no se dio cuenta de que Yui había escondido un objeto grande detrás de los otros.

Yui: ¡Ahora!

Reiko lanzó la última pieza, que era mucho más grande de lo que Present Mic esperaba. Al destruirla, la pieza lo golpeó y lo inmovilizó contra el suelo, dejándolo aturdido.

Yui: ¡Lo logramos!

Ambas chicas se sonrieron, sintiendo que habían dado un gran paso.

El siguiente equipo, Yoyetsu Awase y Kosei Tsuburaba, se enfrentaron a Power Loader. Desde el principio, sabían que necesitarían una estrategia sólida. Awase usó su Quirk para crear un camino que los llevó a un área con bastante metal.

Kosei: ¡Rápido, aquí!

Power Loader trató de usar su Quirk para atacar, pero Awase utilizó el metal a su alrededor para crear una trampa, inmovilizando a Power Loader en un cúmulo de piezas metálicas.

Power Loader: ¡Increíble! ¡Han aprobado!

Mientras tanto, Jurota Shishida e Ibara Shiozaki se preparaban para su combate contra Cementos. Jurota, conocido por su fuerza bruta, se encargó de distraer al profesor, haciendo todo lo posible para llamar su atención.

Cementos: ¿Qué estás haciendo? ¡No puedes detenerme!

Mientras Cementos se enfocaba en Jurota, Ibara aprovechó la oportunidad. Con sus raíces, logró atrapar a Cementos, inmovilizando su cuerpo en una trampa natural.

Cementos: ¡No puedo moverme! ¡Está bien, han pasado!

En el siguiente combate, Pony Tsunotori y Togaru Kamakiri se enfrentaron a Sniper. La batalla fue intensa, con Togaru usando su agilidad y habilidad en combate para esquivar los disparos de Sniper. Mientras tanto, Pony utilizó sus cuernos como una patineta voladora, lo que le permitió moverse rápidamente y atacar desde ángulos inesperados.

Pony: ¡Vamos, Togaru! ¡Es ahora o nunca!

Con una combinación de movimientos rápidos y tácticas ingeniosas, lograron atrapar a Sniper, quien no pudo hacer nada ante la rápida ofensiva del dúo.

Al observar todas estas peleas, Yaito sonrió, sintiéndose orgulloso de su clase.

Yaito: Vaya, han hecho un excelente trabajo. Se nota el gran potencial que tienen.

Osen, quien estaba a su lado, asintió con una sonrisa.

Osen: Sin duda se han estado esforzando, al igual que nosotros.

Se volvió hacia Yaito con una mirada decidida.

Osen: Ahora es mi turno junto con Yumi.

Yaito: Buena suerte. Estoy seguro de que pasarán.

Osen le devolvió la sonrisa, sintiéndose más segura.

Osen: Te lo agradezco.

Yumi, que estaba lista para entrar al combate, sonrió a Yaito.

Yumi: Nos vemos, Yaito.

Mientras Osen y Yumi se dirigían al campo de batalla, Yaito sintió una mezcla de nervios y emoción. Sabía que sus compañeras darían lo mejor de sí y esperaba ver su creatividad e ingenio en acción. La competencia estaba lejos de terminar, y la Clase 1-B estaba lista para demostrar su valía una vez más.

Osen y Yumi se encontraban atrapadas, sujetas a un póster que las mantenía inmóviles mientras 13, su oponente, usaba su Quirk para atraerlas hacia su agujero negro. A pesar de sus esfuerzos, los ataques que intentaron ejecutar no tuvieron éxito; el agua de Osen simplemente era absorbida, y los proyectiles de cristal de Yumi desaparecían en la oscuridad del agujero.

Yumi: Osen, ¿qué hacemos?- preguntó, alarmada, mientras se aferraba con firmeza al póster, sintiendo la presión del Quirk de 13.

Osen se mordió el labio, su mente trabajaba a toda velocidad, buscando una forma de salir de esa situación.

Osen: Debemos pensar en algo… No podemos seguir atacando de la misma manera, o nos atrapará.

Yumi, sintiendo el pánico, se aferró al póster con más fuerza, intentando pensar con claridad.

Yumi: No sé, Osen. ¡Estamos atrapadas!

Osen se quedó en silencio por un momento, analizando la situación. Sabía que el Quirk de 13 era formidable, pero también se dio cuenta de que había un ángulo que podrían aprovechar. Si 13 atraía todo hacia ella, podría haber una forma de revertir la situación.

Osen: Yumi, ¿confías en mí?

Yumi, sorprendida, la miró con incertidumbre.

Yumi: ¿Qué? ¡Claro que sí, pero...!

Osen la interrumpió, hablando con determinación.

Osen: Suéltate.

Yumi se quedó perpleja. La idea de soltarse parecía peligrosa, pero al mirar a Osen, pudo ver la determinación en sus ojos.

Yumi: ¿Estás segura?

Osen asintió con confianza.

Osen: Sí. Si lo hacemos bien, podemos aprovechar su desactivación momentánea del Quirk. Solo confía en mí.

Tomando una respiración profunda, Yumi decidió confiar en su compañera. Con un movimiento brusco, se soltó del póster y se lanzó hacia 13.

Al ver a Yumi soltarse, 13 desactivó su Quirk, pensando que había logrado asustarlas. Sin embargo, Osen había anticipado este movimiento. En un instante, concentró su poder y creó un torrente de agua, dirigiéndolo hacia Yumi.

Osen: ¡Ahora, Yumi!

Yumi, utilizando su Quirk, cubrió su cuerpo de cristal y saltó sobre el torrente como si fuera una plataforma de impulso. El agua la elevó, dándole el ángulo perfecto para atacar.

Mientras caía, Yumi extendió sus manos, concentrándose en inmovilizar a 13. Con un fuerte grito, lanzó su cristal hacia el profesor, quien no pudo reaccionar a tiempo.

El cristal chocó contra 13, inmovilizando su cuerpo desde arriba.

Yumi: ¡Lo logré!

Pero Osen no se detuvo allí. Usando su Quirk, generó unos látigos de agua que surgieron del suelo, dirigiéndose rápidamente hacia 13. Los látigos envolvieron los brazos de su oponente, impidiendo que pudiera moverlos.

Osen: ¡Ahora es nuestro momento!

Con un movimiento decidido, Yumi se acercó a 13 y sacó unas esposas de su equipo. Las colocó rápidamente alrededor de las muñecas de 13, asegurando su captura.

Yumi: ¡Estamos listas! ¡Hemos ganado!

13, aunque atrapada, no pudo evitar sonreír, admirando el ingenio de sus estudiantes.

13: ¡Impresionante trabajo, chicas! Pasaron el examen práctico con una estrategia brillante.

Ambas chicas se miraron con una mezcla de alivio y emoción. Habían superado una situación difícil y, sobre todo, habían aprendido a confiar la una en la otra.

Osen: Lo hicimos, Yumi. ¡Pasamos!

Yumi: Sí, gracias a ti, Osen. ¡Eres increíble!

Mientras el ambiente se relajaba, Osen y Yumi se sintieron más unidas que nunca, sabiendo que juntas podían superar cualquier desafío que se les presentara. El examen continuaba, pero ese momento ya había dejado una huella en sus corazones, recordándoles la importancia del trabajo en equipo y la confianza mutua.

Mientras Yaito observaba desde la distancia cómo Osen y Yumi celebraban su victoria, una sensación de nerviosismo comenzó a invadirlo. Había sido un examen práctico lleno de desafíos, y se sentía orgulloso de que su compañera hubiera pasado con éxito. Sin embargo, ahora le tocaba a él y a Hatori, y pudo ver la inseguridad en la expresión de su compañera.

Hatori, de pie junto a él, parecía estar perdida en sus pensamientos, con una mueca de preocupación en su rostro.

Yaito: Hatori, ¿estás bien?

Hatori, sacudida de sus pensamientos, giró la cabeza hacia él.

Hatori: Sí, solo… estoy un poco nerviosa. No sé si seré lo suficientemente buena para enfrentar al director Nezu.

Yaito estaba a punto de ofrecerle unas palabras de ánimo cuando de repente, los altavoces del campo de examen interrumpieron.

Altavoces: Atención, estudiantes de la Clase 1-B. Yaito y Hatori, por favor, diríjanse a la zona de examen. Es hora de comenzar su enfrentamiento.

Yaito sintió que su corazón latía más rápido. Era ahora o nunca.

Yaito: Bueno, parece que es nuestra hora. No te preocupes, Hatori. Recuerda que somos un gran equipo. Solo necesitamos mantener la calma y pensar estratégicamente.

A medida que se movían hacia el pasillo que los llevaría al área de examen, Yaito reflexionó sobre su oponente.

Yaito: Además, nos enfrentamos al animal más listo del planeta. El director Nezu es un genio. Si logramos sorprenderlo, podríamos tener una oportunidad.

Hatori sonrió levemente ante sus palabras, sintiendo que la confianza de Yaito comenzaba a calmar su propia ansiedad.

Hatori: Tienes razón. Nezu puede ser inteligente, pero también puede ser impredecible. Necesitamos usar eso a nuestro favor.

Al llegar al área designada, se encontraron con una amplia sala iluminada, donde el director Nezu los esperaba, con una mirada astuta en su rostro.

Nezu: ¡Bienvenidos! Estoy emocionado de ver cómo se desempeñan en este examen. Espero que estén listos, porque tengo algunos trucos bajo la manga.

Yaito y Hatori se miraron, y aunque sentían el peso de la presión, también compartieron una determinación renovada.

Yaito: Vamos a dar lo mejor de nosotros, Hatori. No podemos dejar que los nervios nos detengan.

Hatori asintió, sintiendo que su confianza iba en aumento. Ambos se colocaron en posición, listos para enfrentar a su formidable oponente.

Nezu: ¡Comencemos!

Yaito y Hatori intercambiaron una última mirada decidida antes de lanzarse a la batalla, con la esperanza de demostrar su valía y, sobre todo, de superar sus propias inseguridades. El examen estaba en marcha, y la adrenalina comenzaba a fluir.

Osen y Yumi llegaron a la sala de monitoreo, donde sus compañeros ya estaban reunidos, observando ansiosos las pantallas que mostraban las diferentes batallas del examen práctico. El ambiente estaba cargado de emoción y nerviosismo. Al entrar, Osen notó que el resto de la Clase 1-B miraba con atención las imágenes de sus compañeros.

Tetsutetsu fue el  primero en notar su llegada.

Tetsutetsu: ¡Osen, Yumi! ¡Bienvenidas! ¿Pasaron el examen?

Yumi, con una sonrisa radiante, respondió

Yumi: ¡Sí! Osen hizo un gran trabajo, y logramos inmovilizar a 13!

Kendo aplaudió emocionada.

Osen:  ¿Ya empezaron el examen de Yaito y Hatori?

Osen se acercó a la pantalla, donde una imagen mostraba a Yaito y Hatori preparándose para su combate contra el director Nezu.

Kendo: No, todavía no ha comenzado. Solo están preparándose.

Mientras observaba, Osen sintió un nudo en el estómago. Aunque sabía que Yaito era talentoso y Hatori tenía mucho potencial, no podía evitar preocuparse.

Yumi notó la expresión de Osen y le dio un ligero toque en el hombro.

Yumi: ¿Estás bien? Pareces preocupada.

Osen forzó una sonrisa, tratando de ocultar su ansiedad.

Osen: Solo… espero que tengan cuidado. Nezu es más astuto de lo que parece.

Kendo: Tienes razón. Él siempre tiene un plan. Pero confío en que Yaito e Hatori lo manejarán bien.

Manga, que estaba a un lado, agregó

Manga: Sí, ellos son un buen equipo. Han trabajado juntos antes y saben cómo complementarse.

Justo en ese momento, la pantalla cambió y mostró a Yaito y Hatori enfrentándose a Nezu, que ya había comenzado su estrategia. Osen contuvo el aliento al ver cómo el director se movía ágilmente, utilizando su quirk de manera astuta.

Yumi, al ver la preocupación en el rostro de Osen, trató de mantener el optimismo:

Yumi: Recuerda, Osen. Ellos tienen la ventaja de ser impredecibles también. Tienen que usar eso a su favor.

Osen asintió, intentando calmarse.

Osen: Tienes razón. Solo… no puedo evitar sentirme un poco ansiosa por ellos.

La sala de monitoreo se llenó de murmullos a medida que todos observaban con atención la lucha en la pantalla. Cada movimiento de Yaito y Hatori era analizado, y Osen sintió una mezcla de orgullo y ansiedad mientras observaba a su amigo enfrentar a uno de los héroes más astutos que conocía.

Tetsutetsu se giró hacia Osen y Yumi.

Tetsutetsu: ellos logran superar a Nezu, ¡será un gran hito para nuestra clase!”

Osen sonrió, aunque su corazón seguía latiendo rápido. Sabía que tanto Yaito como Hatori tenían lo que se necesitaba, y todo lo que podía hacer era esperar y creer en sus habilidades. Mientras tanto, el examen continuaba, y cada uno de ellos mantenía los dedos cruzados por sus amigos.

Yaito y Hatori estaban en el campo de prueba, listos para enfrentar a su oponente, el astuto director Nezu. Los altavoces resonaron en todo el área:

Altavoces: Comienza la prueba para Yaito y Hatori. Tienen una hora para superar a su oponente.

Con esa señal, ambos comenzaron a correr por los pasillos, buscando alguna pista de dónde podría estar Nezu. Yaito, siempre analítico, iba pensando en voz alta mientras avanzaban.

Yaito: El director Nezu no es como los demás profesores. No atacará directamente, como lo harían Vlad King o Cementos. Su quirk le da inteligencia, no fuerza física... pero eso lo convierte en uno de los oponentes más difíciles. Puede planear con precisión, anticiparse a nuestros movimientos...

Sin embargo, mientras Yaito hablaba, notó que Hatori permanecía en silencio, algo inusual en ella. Normalmente, aunque reservada, ella aportaba ideas y estrategias. Pero desde el inicio del examen, no había dicho una palabra. Esto inquietó a Yaito, y decidió detenerse, tirando suavemente de su brazo.

Yaito: Espera... Hatori, ¿qué pasa? Desde que volvimos de las pasantías has estado actuando raro. Apenas hablas, y no pareces ser tú misma. ¿Hay algo de lo que quieras hablar?

Hatori se quedó en silencio, sus ojos esquivando la mirada de Yaito. Su cuerpo parecía tenso, como si estuviera cargando con algo que no sabía cómo expresar. Iba a abrir la boca para responder, pero justo en ese instante, Yaito sintió un repentino y peligroso cambio en el ambiente, activando su Haki de Observación. En ese momento, una sombra lo alertó de algo encima de ellos.

Yaito: ¡Cuidado!

Rápidamente, Yaito tomó a Hatori de la cintura y la movió con agilidad, alejándola del lugar donde se encontraban. Justo en ese momento, un montón de tuberías enormes cayó del techo, impactando el suelo con fuerza donde habían estado parados unos segundos antes.

Ambos se quedaron inmóviles por un momento, recuperando el aliento. Yaito miró hacia las tuberías caídas, luego hacia Hatori, que seguía en sus brazos, conmocionada pero ilesa.

Yaito: Nezu no necesita atacarnos directamente. Está usando todo el ambiente a su favor. Tenemos que estar más alerta.

Hatori, con los ojos muy abiertos, respiraba de manera agitada. Sabía que Yaito había estado atento y había reaccionado justo a tiempo para salvarlos a ambos. A pesar de ello, su silencio continuaba, y Yaito no pudo evitar sentir una preocupación creciente por su amiga.

Yaito: Hatori, sé que algo está mal. No puedo ayudarte si no me dices qué te preocupa. Estamos en esto juntos, ¿recuerdas?

Ella finalmente levantó la mirada hacia él, su rostro mostrando una mezcla de miedo y duda. Abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera articular las palabras, el sonido de más maquinarias en movimiento llenó el aire. Nezu seguía actuando desde las sombras, manipulando el campo de batalla a su favor.

Yaito, sin soltar a Hatori, la miró a los ojos, decidido.

Yaito: Sea lo que sea lo que te esté molestando, lo resolveremos. Pero ahora, tenemos que concentrarnos en pasar esta prueba. Nezu no va a darnos un segundo de tregua.

Hatori respiró hondo, asintiendo lentamente. Aunque todavía no hablaba, parecía que algo en ella había cambiado, como si comenzara a enfrentarse a lo que la inquietaba. Ambos sabían que necesitaban estar completamente concentrados si querían superar la prueba.

Yaito: Vamos. Debemos anticiparnos a los próximos movimientos de Nezu.

Con una última mirada hacia las tuberías caídas, Yaito y Hatori volvieron a moverse, sabiendo que cada segundo contaba en este enfrentamiento contra el brillante y peligroso director de la U.A.

El director Nezu, siempre astuto y en control, se encontraba cómodamente sentado sobre una gigantesca bola de demolición mientras sostenía su clásica taza de café. Observaba el campo de pruebas desde las alturas, con una sonrisa de satisfacción en su rostro, sus pequeños ojos brillando con inteligencia.

Nezu: Cada movimiento está calculado. No hay margen para el error. Ellos aún no han comprendido la magnitud de lo que enfrentan.

Con un leve movimiento de su mano, la bola de demolición comenzó a balancearse, derrumbando más estructuras a su alrededor. Los ruidos de metal retorcido y hormigón cayendo llenaban el aire, mientras las explosiones resonaban con fuerza en el área. Pero eso no era suficiente para el director. Con una precisión increíble, Nezu activó un detonador a distancia, causando que una presa eléctrica cercana comenzara a colapsar, generando una serie de explosiones controladas.

Las explosiones resonaron con un estruendo ensordecedor, enviando una oleada de escombros hacia Yaito y Hatori. Los restos de la presa cayeron hacia ellos como si fuera una avalancha incontrolable.

Hatori: ¡Yaito, cuidado! —gritó alarmada, viendo cómo las piezas de concreto y metal caían a gran velocidad.

Yaito, manteniendo la calma bajo presión, activó su quirk. Su cuerpo se estiró con una velocidad increíble mientras lanzaba un fuerte puñetazo hacia los escombros, destruyendo los pedazos más grandes antes de que pudieran golpearlos. El poder de su golpe hizo que los escombros volaran en distintas direcciones, despejando el área frente a ellos.

Yaito: No podemos quedarnos quietos. Nezu lo tiene todo planeado. Tenemos que anticiparnos.

Hatori, todavía impresionada por los reflejos y la precisión de Yaito, asintió, aunque aún estaba luchando con la inquietud en su interior. Sabía que necesitaba concentrarse, pero la presión la estaba afectando.

Nezu, mientras tanto, observaba todo desde su posición elevada, tomando un sorbo de café con tranquilidad. El director parecía estar disfrutando el desafío, sabiendo que cada acción que tomaba estaba perfectamente orquestada.

Nezu: Los jóvenes héroes tienden a subestimar el entorno. Creen que la fuerza bruta es suficiente... pero en la verdadera batalla, la inteligencia y el cálculo siempre prevalecen. Incluso en este caos aparente, cada explosión, cada colapso, tiene su propósito.

De repente, el suelo bajo los pies de Yaito y Hatori comenzó a temblar. Las explosiones de la presa eléctrica habían debilitado las estructuras subterráneas, y el terreno comenzó a ceder. Sin perder el ritmo, Yaito estiró su brazo hacia una columna que aún estaba en pie, envolviéndola para usarla como punto de apoyo.

Yaito: ¡Hatori, sujétate de mí!

Hatori, sin dudarlo, se aferró a Yaito justo cuando el suelo bajo ellos se desplomaba. Usando su elasticidad, Yaito los lanzó hacia un lugar seguro, aterrizando a una distancia considerable de la zona de impacto.

Hatori: Esto es una locura... ¡el director está destruyendo todo a su paso!

Yaito: Sí, pero eso también nos da una oportunidad. Si Nezu está causando tanto caos, significa que no quiere que tengamos un solo segundo para pensar. Necesitamos encontrar su punto débil en este caos que él mismo está creando.

Justo cuando Yaito terminaba de hablar, otra estructura comenzó a colapsar detrás de ellos. El ritmo frenético del examen no mostraba señales de detenerse, y estaba claro que Nezu no les daría ni un momento para respirar.

Nezu: ¿Qué harán ahora? El tiempo está corriendo, jóvenes. Espero ver algo creativo.

Yaito sabía que no podían seguir esquivando las trampas para siempre. Para ganar este examen, tenían que enfrentarse al director de frente y desarmar su estrategia. Pero con Nezu manejando el campo como si fuera su propio tablero de ajedrez, la tarea parecía casi imposible.

Sin embargo, Yaito sonrió para sí mismo.

Yaito: El director Nezu puede ser el más inteligente, pero no es invencible. Vamos a necesitar ser más impredecibles que él.

El director Nezu seguía anticipando cada movimiento de Yaito y Hatori con una precisión casi aterradora. No importaba cuán rápido o impredecibles trataran de ser, Nezu siempre estaba un paso adelante, generando caos controlado a través de explosiones estratégicas y derrumbes calculados. Mientras Yaito se enfocaba en proteger a su compañera, bloqueando escombros y desviando peligros, su frustración comenzaba a crecer.

Por su parte, Hatori no podía evitar sentirse abrumada. Cada vez que Yaito la protegía, sentía que solo estaba siendo una carga. Su expresión de inseguridad era evidente, pero no encontraba la manera de ayudar realmente. Mientras pensaba en ello, no se dio cuenta de que una gran columna se desprendía del techo, cayendo justo hacia ella.

Yaito: ¡Hatori, cuidado! —gritó al verla en peligro, pero estaba demasiado lejos para llegar a tiempo.

Con la columna a punto de aplastar a Hatori, Yaito no tuvo más opción que usar su cuerpo como escudo. Se lanzó hacia ella, abrazándola y usando su quirk Gomu Gomu para absorber el impacto. La columna chocó contra ellos, haciendo que ambos cayeran al suelo con fuerza. A pesar del dolor, Yaito no soltó a Hatori, protegiéndola con su propio cuerpo.

Hatori: ¡Yaito! —exclamó angustiada, viendo cómo él soportaba todo el peso de los escombros por protegerla.

Pero el peligro no terminó ahí. Debido a las explosiones y la destrucción generada por el director Nezu, el suelo bajo sus pies comenzó a agrietarse. Las grietas se expandieron rápidamente, y antes de que pudieran reaccionar, el terreno cedió, provocando que ambos cayeran a un nivel inferior del campo de pruebas.

En la sala de observación, los demás estudiantes que seguían el examen en las pantallas se llenaron de preocupación. Osen y Yumi, quienes habían pasado su propio examen momentos antes, se acercaron ansiosas a los monitores, viendo cómo Yaito y Hatori desaparecían bajo los escombros.

Osen: ¡Yaito...! —susurró con miedo en su voz, sus ojos fijos en la pantalla.

Tetsutetsu: ¡Eso se ve mal! ¡Ese derrumbe fue enorme!

Ibara: Nuestro señor te pido que apoye a mis compañero y que se encuentre bien.

Kendo: No puede ser... ¡¿Están bien?!

El ambiente en la sala de observación se tensó al máximo, y los murmullos de preocupación se extendieron entre los estudiantes. Incluso los profesores presentes intercambiaban miradas serias. A pesar de que sabían que Nezu no pondría la vida de los estudiantes en verdadero peligro, el nivel de destrucción en este examen había superado lo que cualquiera había anticipado.

Mientras tanto, en el campo de batalla, Yaito y Hatori seguían cayendo. El impacto de la caída fue amortiguado en parte por los escombros que habían caído antes, pero aún así, el golpe fue fuerte. Yaito, exhausto y adolorido, trató de levantarse mientras seguía protegiendo a Hatori.

Yaito: ¿Estás bien, Hatori? —preguntó, jadeando por el esfuerzo.

Hatori: Yaito... lo siento... siempre te estoy poniendo en peligro. —dijo, con la voz quebrada y los ojos llenos de tristeza.

Yaito, a pesar del dolor, sonrió ligeramente.

Yaito: No digas eso. Estamos juntos en esto, y sé que tienes lo que se necesita para superar este examen.

Hatori bajó la mirada, sintiéndose aún más culpable. Pero antes de que pudiera responder, escucharon el crujido de más estructuras a su alrededor. Estaban en un área subterránea, y parecía que el colapso no había terminado. Tenían que actuar rápido.

Nezu, desde su posición segura en la bola de demolición, observaba todo con calma.

Nezu: A veces, las mejores lecciones provienen de los momentos más difíciles. ¿Podrán estos jóvenes héroes encontrar una solución antes de que sea demasiado tarde?

Mientras tanto, Yaito sabía que quedarse quietos significaba más peligro. El suelo seguía cediendo, y las estructuras se tambaleaban. Si no encontraban una manera de salir de allí pronto, estarían en graves problemas. Pero había algo en la mirada de Hatori que le preocupaba más que las explosiones o los escombros: su compañera estaba perdiendo la confianza en sí misma.

El tiempo parecía haberse detenido entre Yaito y Hatori, alejados del caos momentáneamente. La destrucción resonaban en la distancia, pero en ese momento, lo único que importaba era la conversación entre los dos amigos.

Hatori había estado callada hasta ahora, pero la presión de la situación finalmente la quebró. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras miraba a Yaito con una mezcla de tristeza y frustración.

Hatori: Siempre he querido ser un héroe, pero... —su voz temblaba mientras continuaba— mi familia siempre se ha dedicado a salvar vidas en la enfermería. Crecí admirándolos, fascinada por su trabajo, pero... mi Quirk, sólo me permite tener estas alas en el cabello y curar mediante un canto. Mientras los demás pelean, yo me siento... inútil.

Yaito escuchaba en silencio, sus ojos suaves y llenos de comprensión. No dijo nada, permitiéndole desahogarse.

Hatori: No importa cuánto me esfuerce, siempre siento que me quedo atrás... —continuó, su voz quebrándose más con cada palabra— Tú fuiste el primer amigo que me aceptó tal como soy, junto con Osen... pero cuando me mude, todo cambió. Esa sensación de apoyo desapareció...

Hatori rompió en llanto, cubriendo su rostro con las manos mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.

Yaito, sin dudarlo, se acercó y la abrazó. Sus brazos envolvieron a Hatori con calidez, atrayéndola hacia su pecho mientras ella lloraba, dejándose caer en la seguridad de su abrazo.

Yaito: Hatori... nunca has sido una carga para mí. —dijo en voz baja, su tono firme pero lleno de ternura— No te sientas menos por tener un Quirk diferente. Curar y salvar vidas... eso es lo que te hace increíble. Es lo que te hace única. Sin personas como tú, héroes como yo no podríamos continuar. Tú eres la razón por la que seguimos luchando.

Las palabras de Yaito calaron hondo en Hatori, quien, aunque seguía llorando, comenzó a sentirse comprendida. Era como si por primera vez alguien viera más allá de sus inseguridades, más allá de su Quirk que siempre había considerado insuficiente.

Yaito: No importa qué tan fuerte o rápido seas. Lo que importa es lo que haces con el poder que tienes, y tú has salvado a muchos con tu canto y tus alas. No te compares con los demás, Hatori. Todos tenemos nuestro propio camino. —dijo con una sonrisa sincera, aferrándola un poco más fuerte.

Hatori, aún llorando, sintió el peso de sus palabras y la calidez de su abrazo. Su rostro enrojeció levemente, no solo por la vergüenza de haber expuesto sus sentimientos, sino también por la proximidad con Yaito. Esa cercanía, ese calor que sentía de su amigo, era más de lo que había esperado. Era reconfortante, y de alguna manera, más íntimo de lo que había imaginado.

Hatori: Yaito... —susurró entre lágrimas, sus manos aferrándose a su camisa, sin querer separarse de esa sensación de seguridad.

Yaito no dijo más, pero no hacía falta. Su abrazo y su presencia eran todo lo que Hatori necesitaba en ese momento. Era la primera vez en mucho tiempo que se sentía vista, comprendida... y aceptada por completo.

Mientras el caos de la batalla continuaba a su alrededor, ese pequeño momento entre ellos fue un oasis de paz, un recordatorio de que ser un héroe no siempre se trataba de pelear, sino también de apoyar a quienes más lo necesitan, tanto en cuerpo como en alma.

Justo cuando Yaito y Hatori estaban envueltos en ese momento de cercanía y comprensión, un ruido ensordecedor rompió la tranquilidad. Los escombros de una estructura cercana, debilitada por la batalla, comenzaron a caer rápidamente hacia ellos. Yaito, siempre alerta, levantó la mirada justo a tiempo.

Con una leve sonrisa en su rostro, sin perder la calma, volteó hacia Hatori.

Yaito: ¿Qué te parece si salimos de aquí de una vez? —dijo con tono despreocupado, aunque el peligro inminente se acercaba.

Hatori, aún con las emociones a flor de piel, sintió algo diferente. Ya no era la misma chica insegura. El abrazo y las palabras de Yaito le habían devuelto la confianza que tanto necesitaba. Asintió con determinación y, por primera vez en mucho tiempo, esbozó una sonrisa segura.

Hatori: Sí, tienes razón. —dijo, levantándose mientras sus alas de cabello se extendían, listas para volar.

En un instante, Yaito y Hatori se movieron con agilidad. Yaito, con su Quirk, evitó los escombros con destreza, mientras Hatori despegó en el aire, volando con una renovada confianza. Los dos se sincronizaron perfectamente, demostrando la conexión que habían reforzado en esos breves momentos.

Desde una posición elevada, el director Nezu observaba la escena con su característico aire de análisis. Los escombros que casi aplastan a los dos jóvenes no habían sido parte de ningún plan, pero ahora lo observaba todo con una sonrisa pensativa.

Nezu: (Oh, parece que algo ha cambiado mientras estaban ahí abajo...) —pensó para sí, observando cómo Yaito caía al suelo de pie, con una seguridad en sus movimientos que indicaba control absoluto. A su lado, Hatori volaba, sus alas de cabello brillando a la luz, con una expresión de confianza que Nezu no había visto antes.

Yaito, tras aterrizar, miró a Hatori y con una sonrisa llena de energía y determinación, levantó su puño.

Yaito: Es hora de demostrar de lo que los futuros héroes somos capaces. —dijo, su voz fuerte y clara.

Hatori aterrizó suavemente a su lado, y aunque su sonrisa era más tímida, estaba llena de una nueva resolución.

Hatori: Sí, tienes razón. —respondió con seguridad.

Los dos se miraron por un segundo, compartiendo la misma determinación, antes de que volvieran su atención al caos que les rodeaba. La batalla aún no había terminado, pero ahora, tanto Yaito como Hatori sabían que podían enfrentarse a lo que viniera. La confianza de ambos, renovada, sería clave para lo que estaba por venir.

El director Nezu, aún observando desde lo alto, sonrió una vez más. Sabía que los estudiantes enfrentaban desafíos cada vez mayores, pero verlos crecer en el proceso le daba la certeza de que estaban en el camino correcto.

Mientras los escombros seguían cayendo a su alrededor y las explosiones resonaban en la distancia, Yaito y Hatori comenzaron a moverse de manera sincronizada, esquivando cada obstáculo con una agilidad impresionante. Cada vez que un pedazo de concreto o una columna destrozada caía cerca de ellos, lo evitaban por milímetros, sin perder el ritmo. El entorno caótico solo hacía que su determinación creciera.

Mientras se movían, Yaito no podía evitar recordar lo que había pasado hacía unos minutos. Las palabras de Hatori, su inseguridad, y la forma en que había recuperado la confianza gracias a su conversación. Verla volar ahora con tanta seguridad lo hacía sonreír internamente.

Yaito: Nezu es increíblemente inteligente... pero no es fuerte. —comentó mientras esquivaba una explosión que acababa de suceder a su izquierda, lanzándose a un lado y aterrizando suavemente sobre sus pies—. Es probable que esté observando desde una posición segura, analizando cada uno de nuestros movimientos.

Hatori, que volaba ligeramente por encima de Yaito, captó la idea de inmediato. El director Nezu, por más brillante que fuera, no tenía la fuerza física de un héroe de combate. Si lograban encontrar su ubicación, tendrían una oportunidad de cambiar las tornas.

Hatori: Entonces, si encontramos dónde se está escondiendo... será game over para él. —respondió con una sonrisa, sintiéndose más segura que nunca.

Ambos compartieron una mirada rápida, comprendiendo que el reto estaba en encontrar a Nezu antes de que él terminara su análisis y pudiera anticiparse a ellos. Aunque el director había montado una trampa complicada, ellos aún tenían el control de sus habilidades. Yaito, con su rapidez y estrategia, y Hatori, con su vuelo y capacidad de curación, formaban un equipo formidable.

Yaito: Exactamente. Solo tenemos que forzarlo a salir. —dijo, esquivando otro pedazo de escombro—. Cualquier cosa que nos esté lanzando ahora, es parte de su plan para analizar cómo reaccionamos.

Mientras continuaban avanzando, esquivando escombros y explosiones, Yaito comenzó a observar con más detalle el área, buscando patrones. Sabía que Nezu debía estar oculto, pero seguramente había un lugar desde el cual estaba controlando todo. Si podían encontrar una irregularidad en el entorno o algo que pareciera fuera de lugar, podrían localizarlo.

Hatori: Si nos mantenemos en movimiento, no podrá predecir todos nuestros pasos. —añadió mientras volaba en círculos, asegurándose de no quedarse estática en un solo punto—. Quizás si probamos a atacar diferentes lugares al azar, podríamos hacer que revele su posición.

Yaito: Me gusta tu idea, Hatori. Hagamos que se sienta incómodo. —respondió mientras su mirada se endurecía, listo para tomar la iniciativa.

Ambos sabían que Nezu, con su mente brillante, sería un oponente difícil de superar. Pero también sabían que si lograban sacar al director de su zona de confort, tendrían una oportunidad de ganar esta prueba.

Mientras esquivaba y volaba entre los escombros, Hatori no podía evitar recordar todo lo que había pasado en su vida. Desde pequeña, siempre había sentido el peso de las expectativas de su familia. Su padre solía decir que, con su talento, podría ser una gran enfermera, siguiendo la tradición familiar de salvar vidas. Pero todo cambió el día en que un héroe la salvó de un accidente. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de su verdadero deseo: convertirse en una heroína que no solo sanara, sino también protegiera.

Sus padres, aunque al principio inseguros, apoyaron su decisión. Sabían que Hatori era especial, que tenía una determinación que iría más allá de cualquier desafío. A lo largo de los años, fue haciendo amigos y encontrando compañeros en la U.A., quienes la respaldaban. Sin embargo, de todos ellos, Yaito había sido el que más destacó. Lo conoció cuando jugaba sola en el parque, apartada de los demás niños por la peculiaridad de su quirk. Pero Yaito fue diferente. No solo la invitó a jugar, sino que también le dijo que su quirk era "sorprendente", y que tener la capacidad de curar y volar con sus alas la hacía especial. Ese fue el momento en que Hatori se sintió verdaderamente vista y protegida por primera vez.

Hatori: Ahora yo debo hacer lo mismo... —murmuró, sintiendo una renovada determinación en su pecho mientras sus plumas comenzaban a desprenderse de su cabello—. Incluso si caigo... me levantaré.

Mientras sus plumas caían lentamente, comenzó a suceder algo extraordinario. Las plumas empezaron a levitar a su alrededor, rodeándola en un brillo suave y etéreo. Hatori, con el corazón latiendo con fuerza, comenzó a cantar. Su voz, clara y resonante, llenó el aire. Era un canto que no solo curaba, sino que también emanaba poder y confianza. Las plumas, en respuesta a su canto, comenzaron a moverse más rápido, girando alrededor de ella y creando un vórtice de energía.

Yaito, que estaba a punto de actuar para detener los escombros que caían, se detuvo al escuchar el canto de Hatori. Alzó la vista y notó cómo las plumas que la rodeaban comenzaron a cortar los escombros en el aire, haciéndolos pedazos antes de que pudieran llegar al suelo. Su quirk, que siempre había considerado más pasivo, estaba ahora en plena acción, defendiendo y protegiendo a ambos.

Yaito: Hatori... —susurró, impresionado por la fuerza que veía en ella.

Las plumas de Hatori cortaban los escombros con precisión, como si estuvieran sincronizadas con su voluntad. Su canto continuaba, llenando el ambiente no solo con una melodía hermosa, sino también con un sentido de esperanza y fuerza.

Hatori: No importa cuán difícil sea el camino... siempre encontraré la manera de levantarme y proteger a los demás. —dijo para sí misma, sintiendo cómo su determinación se fusionaba con su quirk. Las plumas, al oír su resolución, parecían responder aún más fuerte, atacando con más precisión los objetos que amenazaban a su alrededor.

Yaito observaba con una mezcla de asombro y orgullo. Sabía que Hatori tenía algo especial, pero en ese momento, vio a una verdadera heroína en ella. Al ver cómo superaba sus inseguridades y usaba su quirk de una manera tan poderosa, comprendió lo mucho que había crecido.

Yaito: —Hatori... lo estás haciendo increíble. —le gritó, mientras saltaba hacia un área segura, confiando plenamente en ella para manejar los escombros que seguían cayendo—. Sigue así, no te detengas.

Con cada nota de su canto, Hatori sentía que estaba cumpliendo con su destino. Las plumas seguían cortando y protegiendo, mientras ella y Yaito avanzaban juntos.

En la sala de control, los monitores mostraban el campo de entrenamiento y los movimientos de Yaito y Hatori. El personal que supervisaba el examen observaba en silencio, pero la aparición del quirk de Hatori desató una oleada de murmullos entre los encargados.

R.G: ¿Cómo es posible que esté utilizando un quirk de curación de esta manera?

Cementos: Su quirk no solo la sana, parece que también lo está usando ofensivamente. Las plumas... están cortando los escombros como si fueran cuchillas.

El director Nezu observaba atentamente, su rostro sereno, aunque una ligera sonrisa curvaba sus labios.

Nezu: Siempre hay sorpresas en los exámenes. Es lo que los hace tan interesantes.

El examen continuaba, pero en el campo, Yaito y Hatori no bajaban la guardia. Mientras las plumas de Hatori seguían protegiendo el área, Yaito aprovechó el momento para preparar su propio contraataque.

Yaito: (Es hora de terminar con esto) —pensó, su mirada fija en la estructura donde sabía que Nezu podría estar observando.

Con un impulso poderoso, dio un gran salto en el aire, inflando ambos brazos mientras los extendía hacia atrás. Sus músculos se tensaron y su piel adquirió un tono oscuro, cubriéndose con el armamento de haki.

Yaito: ¡Espero que estés listo para la lluvia de meteoros! —gritó, mientras lanzaba una serie de ráfagas consecutivas de puñetazos en distintas direcciones.

Los golpes de Yaito viajaban a una velocidad impresionante, creando ondas de choque que destrozaban todo a su paso. El impacto de cada ráfaga se sentía en el aire, y las explosiones resonaban en todo el campo de entrenamiento. A pesar del caos, Hatori, que había tomado distancia para no salir lastimada, observaba con asombro cómo Yaito controlaba cada golpe, dirigiendo la destrucción de manera estratégica.

Los escombros volaban en todas direcciones, y la bola de demolición, que había sido un obstáculo hasta ahora, se desintegró bajo el impacto de las ráfagas. Los golpes de Yaito creaban cráteres en el suelo, levantando una nube de polvo que cubría el área.

Nezu, que había estado observando desde su escondite, se dio cuenta de que los ataques estaban peligrosamente cerca de su posición. Con una risa nerviosa, decidió que era mejor no arriesgarse más.

Nezu: Vaya, parece que me he confiado demasiado. Estos estudiantes están mejorando rápidamente. —dijo con una sonrisa astuta.

En ese momento, una ráfaga de puñetazos impactó justo en la estructura que Nezu había estado utilizando como refugio. Sin más opciones, el director salió corriendo de su escondite justo cuando la última ráfaga de Yaito destruía la bola de demolición.

Cuando el polvo se asentó, Nezu quedó expuesto, viendo cómo la bola de demolición era reducida a pedazos. Yaito aterrizó de pie en el suelo, con una expresión de satisfacción, mientras Hatori descendía con suavidad a su lado, sus alas de plumas aún brillando con el resplandor de su quirk.

Yaito: ¿Qué te parece, Hatori? Creo que lo hemos hecho bastante bien. —dijo con una sonrisa confiada.

Hatori, ahora con su confianza renovada, le devolvió la sonrisa.

Hatori: Sí, lo hicimos... juntos.

El polvo del campo de entrenamiento aún se disipaba mientras el dúo de estudiantes, Yaito y Hatori, se encontraban frente al director Nezu. Con sus uniformes algo sucios por la batalla simulada, ambos mantenían la mirada firme, expectantes ante el veredicto final.

Nezu, con una sonrisa tranquila en su rostro, los observaba. Su pequeño cuerpo contrastaba con la magnitud de los desafíos que acababan de superar.

Yaito: Entonces... ¿qué sigue, Director? —preguntó, con una mezcla de seriedad y satisfacción en su tono.

Nezu, manteniendo su característica calma, dio un pequeño paso adelante, levantando sus pequeñas manos con un gesto despreocupado.

Nezu: Me rindo. —dijo con una sonrisa astuta—. Han aprobado el examen con creces. Nunca imaginé que llegarían a este resultado tan pronto.

Antes de que Yaito o Hatori pudieran reaccionar del todo, una voz se escuchó a través de los altavoces del campo de entrenamiento:

Altavoces: ¡Atención! Los héroes Yaito y Hatori han aprobado el examen.

El anuncio retumbó por todo el área, y Hatori, que por un momento había estado contenida, no pudo evitar que la emoción la invadiera. Sus ojos brillaron y se volvió hacia Yaito, su compañero.

Hatori: ¡Lo hicimos, Yaito! ¡Aprobamos! —dijo, llena de alegría.

Antes de que Yaito pudiera decir algo más, Hatori se lanzó hacia él, rodeándolo con un abrazo fuerte y sincero. La calidez de su abrazo lo tomó por sorpresa, pero, sin dudarlo, Yaito se dio la vuelta para corresponder el gesto, sonriendo de una manera más relajada que de costumbre.

Yaito: Esto no hubiera sido posible sin ti, Hatori. —dijo mientras la miraba a los ojos con admiración.

Hatori, aún emocionada, se separó lentamente del abrazo, y Yaito levantó su puño hacia ella. Por un breve instante, Hatori lo miró confundida, pero al comprender, una gran sonrisa se dibujó en su rostro. Levantó su propio puño y lo chocó contra el de Yaito.

Hatori: Gracias... de verdad. Ahora sé que no estoy sola. —murmuró, con una nueva confianza radiante en su voz.

Toda la duda, toda la inseguridad que Hatori había sentido a lo largo de su vida, comenzaba a desvanecerse. No solo había superado el examen, sino que también había descubierto que era capaz de enfrentarse a sus miedos, apoyada por sus amigos y compañeros.

Nezu, observando todo el intercambio desde una distancia cercana, sonrió con satisfacción, sus ojos brillando con una mezcla de orgullo y expectación.

Nezu: El futuro de la próxima generación de héroes será, sin duda, algo increíble. Estos jóvenes tienen mucho que mostrar aún... y no puedo esperar para verlo.

Con esas palabras, Nezu se dio la vuelta, dejándolos disfrutar de su victoria mientras reflexionaba sobre lo que acababa de presenciar: una nueva generación de héroes en la que podía depositar su confianza.

Mientras caminaban juntos por los pasillos de la U.A., Yaito y Hatori avanzaban en silencio hacia el lugar donde se encontraban sus compañeros. El aire estaba lleno de una mezcla de alivio y satisfacción después de haber aprobado el difícil examen.

De repente, Hatori rompió el silencio, su voz suave pero llena de emoción.

Hatori: Yaito... gracias. —dijo con un tono que llamó la atención de Yaito, quien levantó una ceja, algo confuso.

Yaito: ¿Gracias? —respondió, rascándose la cabeza—. ¿Por qué me agradeces? Todo lo hiciste tú. Yo no hice mucho.

Pero Hatori negó con la cabeza, sus ojos fijos en él mientras continuaba hablando.

Hatori: No, Yaito. Fue gracias a ti que ahora me siento segura con mi Quirk. Antes me sentía inútil, incapaz de ser una verdadera heroína. Pero al verte... al recordar lo que dijiste... pude darme cuenta de un nuevo método para usar mis plumas, de que no importa lo diferente que sea mi poder. —Su voz temblaba ligeramente, pero estaba llena de sinceridad.

Yaito la miró, parpadeando un par de veces, tratando de procesar lo que decía.

Yaito: No fue por mí, Hatori. —dijo con una leve sonrisa—. Todo lo que lograste fue por tu propio esfuerzo. Solo seguiste adelante y conseguiste llegar a este punto. Lo único que tienes que hacer es mantener esa sonrisa y seguir adelante. —Al decirlo, su sonrisa tranquila iluminó su rostro.

Hatori se sonrojó al escuchar sus palabras, su corazón latiendo un poco más rápido. Yaito siempre tenía esa habilidad para hacerla sentir especial, pero hoy, sus palabras tenían un peso aún mayor.

Antes de llegar a donde estaban sus amigos, Hatori se detuvo repentinamente. Yaito, sin saber qué pasaba, también se detuvo, pero no tuvo tiempo de preguntar porque Hatori lo jaló suavemente hacia ella.

Yaito apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de sentir algo cálido en su mejilla. Hatori lo había besado suavemente, un gesto tímido pero lleno de significado. El impacto lo dejó congelado, sorprendido por completo.

Hatori: Esto... esto es por todas las veces que me has ayudado. —dijo, su rostro completamente rojo—. Eres mi héroe, Yaito.

Yaito, aún procesando lo que acababa de pasar, no pudo evitar sonrojarse un poco también, aunque trataba de mantener su compostura.

Yaito: Yo solo... —intentó responder, pero las palabras no le salían. Al final, simplemente dejó escapar una pequeña sonrisa, sintiendo una calidez en su interior que no había experimentado antes.

Y juntos, continuaron caminando hacia sus amigos, ambos conscientes de que algo entre ellos había cambiado, pero sin necesidad de ponerle palabras.

Así fue como los exámenes finales del primer semestre en la U.A. llegaron a su fin. Un momento de crecimiento no solo como futuros héroes, sino también como compañeros y amigos.

Continuará...............

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