Dos: 二 (èr)
第二章: Dì èr zhāng
Capítulo dos.
«Es necesaria la unión 'Yin-Yang' para cualquier movimiento en el universo. El Yang se transforma cuando alcanza el Yin; el Yin varía cuando capta el Yang, ya que el Yin y el Yang son complementarios. El 'Yin' es la energía femenina; el 'Yang' es la energía masculina. En la Alcoba, el Yin y el Yang alcanzan el equilibrio, nutriéndose mutuamente de energía.»
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El Salón de Los Diez Mil Libros contenía poco más de mil cuarenta manuscritos, trescientas enciclopedias y casi novecientos compendios de todo el Mundo; naturalmente, el olor a papel inundaba el interior del edificio blanco y sus alrededores. Min Yunqi usualmente encontraba paz y tranquilidad en aquel aroma. Aquella mañana, estudiando en uno de los salones laterales de la biblioteca, fue la excepción.
Shen Sulan molía la tinta para él, mientras que en la mesa de al lado, Zheng Haoxi escribía con la tinta que su doncella Bai Shi'en, preparaba también. Había intentado concentrarse en más de una ocasión sin embargo no tuvo éxito. Al final, suspirando, abandonó su pincel sobre el reposa pinceles de cerámica blanca.
Zheng Haoxi, sin abandonar la transcripción de aquel poemario, lo miró de reojo.
— Luces preocupado, hermano menor —dijo Haoxi.
— ¿Es muy obvio? — respondió.
Su amigo hizo un ruidito con la garganta, luego preguntó:
— ¿Acaso es por la lista de tus pretendientes? ¿No te agradan?
— No me atrevo a estar disconforme con la elección de Padre y Madre Imperial —respondió, enderezandose sobre su asiento—. Son buenos prospectos.
— Realmente lo son.
Claro que lo eran. Para empezar estaba el Príncipe Lihuan de las Islas Zhenzhu al Noroeste; después el Príncipe Panshu de la Isla Lanzao al Noreste; luego le seguía Zhong Huanwen, hijo del ministro de la corte Zhong Jiefeng y por último Lao Linxiang, hijo del Príncipe Lao Yuyang "Duque de Woniudi". Sin embargo, encabezando tan formidable lista, se encontraban los Príncipes Xizhen y Taiheng, Príncipes de Primer Rango de Jīn. Todos eran hombres de buena familia cuyas residencias, para su fortuna, no estaban a más de un mes de viaje, bastante cerca realmente.
— El Príncipe Xizhen sin duda es el mejor de todos — dijo Haoxi, al fin dejando el pincel para voltear hacía él, Min Yunqi lo observó a los ojos—. ¿No lo crees?
— Sin dudas lo és—le respondió.
Haoxi sonrió y asintió satisfecho. Sí, Yunqi era consciente que todos y cada uno de sus pretendientes, sobre todo el Príncipe Heredero Xizhen, eran lo mejor de lo mejor. Y le alegraba, por supuesto, sin embargo había estado esperando ver un nombre más en esa lista. Tan solo una fantasía que había estado alimentando por los últimos tres años de su ausencia.
— Cualquier esposo que elija Su Alteza Imperial, lo adorara sin dudas— dijo Shulan, sonriendo.
— Que su Alteza Imperial el Noveno Príncipe se case con un Príncipe Heredero en definitiva es un buen arreglo— agregó Bai Shi'en—. Usted se convertiría en Rey Consorte mientras que mi señor sería el esposo del futuro emperador.
Inmediatamente su hermano mayor y él se miraron, descolocados. Haoxi rápidamente reprendió a su doncella.
— ¿Quién te ha enseñado a hablar tan salvajemente?—le reclamó, evidentemente molesto—. Sí alguien llegará a escuchar tus descuidadas palabras podrían interpretar que estamos maldiciendo al Cuarto Príncipe.
Bai Shi'en, asustada, dejó el bloque de tinta y se apresuró a arrodillarse hasta el suelo.
— Que Mi Señor me perdone —suplicó—. Merezco la muerte.
— Mereces morir definitivamente. Espero aprendas a controlar tu lengua suelta.
Min Yunqi observó en silencio la escena. No podía encontrar culpa en las palabras de la doncella de Haoxi. Desde la muerte de su primer hermano Yǔnzhāng, hijo de la Emperatriz, la batuta de Príncipe Heredero había pasado a su Cuarto Hermano Yǔnyàn, también hijo de la Emperatriz, quien, lamentablemente, hacía meses había caído enfermo por un feroz resfriado. Para esas fechas, entre los diecisiete príncipes vivos, exceptuando a Yunqi por supuesto, solo cinco eran mayores de edad y para nadie era secreto que su Quinto Hermano Yunxuan, prometido de Haoxi, era el más destacado entre todos, el favorito de Padre Imperial y por tanto, el mejor prospecto a Príncipe Heredero. Por eso todos los sirvientes asumían que Yunxuan sería el futuro emperador y Haoxi como su prometido, terminaría siendo, probablemente, el segundo consorte de este.
Un pensamiento natural entre todos los plebeyos, e incluso, entre los Nobles.
Haoxi, aún insatisfecho con su doncella de dote, le ordenó a esta salir a la explanada y arrodillarse bajo Los Seis Soles Progresivos*, hasta que ellos dos terminaran sus estudios. Min Yunqi no dijo nada, después de todo la educación de una doncella siempre era responsabilidad de su señor o señora. Y aunque Shi'en no fuera su sirvienta, estaba de acuerdo que había una importante lección que enseñarle. Shen Sulan solo bajó la cabeza, apenada. Nadie volvió a hablar al respecto.
...
Más tarde, empezada la sexta hora, la hora de la comida, Min Yunqi, en compañía de Zhen Haoxi, caminaron con dirección al Palacio de Peonía Bondadosa, en respuesta a la invitación de su Madre para comer con ella. Ninguno de ellos sospechó, que al cruzar la puerta, se encontrarían con tan agradables visitas. La Señora a la Derecha de Comportamiento Brillante 'Hua' y Min Yunxuan los recibieron con una amplia sonrisa. Min Yunqi caminó directo hasta su hermano, deteniéndose apenas para abrazarse mutuamente.
— Que alegría volver a verte Noveno Hermano —dijo Yunxuan al enderezarse, sacándole apenas unas dos medidas** de altura.
— ¿Tuviste un buen regreso Quinto Hermano? —preguntó, sonriendo.
Yunxuan asintió en silencio y feliz, luego miró detrás de él. Ambos se giraron a Zheng Haoxi, quien elegantemente, le rendía una cordial reverencia, ocultando la sonrisa que con muchos esfuerzos estaba reprimiendo.
— Saludo a su alteza imperial el Quinto Príncipe —dijo Haoxi—, deseándole buena salud.
— También me alegra verte de nuevo Haoxi —dijo su hermano, acercándose para tomar suavemente a Haoxi del brazo —. Este mes lejos realmente me hizo extrañarte.
El joven castaño, vestido de un suave rosa y un verde claro, asintió suavemente, más no dijo nada, claramente lidiando con la molestia y la alegría de reencontrarse con su prometido. Nadie en el salón principal lo señaló, en cambio su Madre con una expresión afable, les invitó a tomar asiento en el comedor. Yunqi la tomó del brazo, viéndola realmente feliz por el retorno de su Quinto hermano.
Min Yunxuan no era hijo biológico de su Madre. Él había nacido del vientre de la Difunta Señora a la Izquierda de Comportamiento Brillante 'Lao', quien, tristemente, había muerto al darlo a luz. Desde entonces su Quinto hermano había sido concedido como hijo adoptivo de su Madre, pues por ese entonces aun no sabia que esperaba a su primer hijo y su Padre Imperial había considerado que merecía criarlo. Zhou Xiyue, su madre, no decepcionó las aspiraciones de Su Majestad Imperial, y amo, cuidó y crió a Yunxuan como a su propia sangre y carne.
— ¿Mis hermanos nos acompañarán? —preguntó Yunxuan cuando los cuatro estuvieron sentados en la mesa.
Su Madre negó suavemente mientras su doncella, Meiru'o, con un doble aplauso, ordenaba que trajeran la comida.
— Hengti y Hengshuo comerán en el Palacio de Jade Puro acompañadas de sus nanas —informó su Madre—, los gemelos Yunxin y Hengxin en cambio están tomando su siesta en la cámara cálida***.
Yunxuan sonrió sutilmente y asintió.
— Es bueno que el Vigesimo Primer Hermano y la Decimo Tercer Hermana duerman, así los niños crecen más rápido.
Todos estuvieron de acuerdo con dicha afirmación. Posteriormente, durante la comida, hablaron un poco sobre el viaje de su Quinto Hermano al Reino de Jin, sobre la comida del continente, su gente y su cultura. También hablaron sobre su Tercera Hermana y primogénita de su Madre, Héngying, quien recién había enviado una carta anunciando su primer embarazo. Zhou Xiyue lucía encantada de finalmente convertirse en abuela.
— Los nietos Imperiales están floreciendo —dijo su Madre—. Espero poder disfrutar de más nietos en el futuro.
— Tenga por seguro que el Noveno hermano y yo pronto le daremos grandiosos nietos; hermosos y sanos.
Tal afirmación le provocó a Yunqi un nudo en su estómago. Intentó disimularlo con una media sonrisa. Miró a Haoxi y con suma seguridad, dedujo que compartían el mismo pensamiento. Todos sabían que ellos, por su condición, a pesar de ser bendecidos, tenían más dificultades para quedar embarazados que una mujer. Aún así parecía que todos esperaban que pudieran traer hijos grandiosos al mundo.
Intentó no pensar mucho en ello y solo se concentró en comer. Más tarde, en compañía de Yunxuan, él y Haoxi decidieron pasear por el Lago Central y después entrenar su Tiro con Arco en el Jardín Este del Gran Palacio, gastando así el resto de las horas diurnas faltantes.
Cuando despacharon a los sirvientes y Haoxi decidió descansar debajo de un árbol, él y su Quinto Hermano se divirtieron entrenando con los cuchillos mariposa (dobles). Un arte que Min Yunqi secretamente dominaba porque le había rogado a Yunxuan que le enseñara cuando aún era más joven. Después de algunos lanzamientos hábilmente acertados, su hermano lo miró sorprendido.
— ¿Me he ido tan solo un mes y ya te has vuelto tan feroz con los cuchillos?
— No me atrevo a descuidar mis entrenamientos aun en tu ausencia —confesó.
Su hermano rió y corrió hacia las dianas para recuperar los cuchillos.
— Eres hábil con el arco, excelente en equitación, excepcional en los estudios y un músico nato —enlistó Yunxuan— ¿Hay algo que mi Noveno Hermano no haga bien?
— Poesía.
— Eres bueno en la poesía.
— Pero no excelente como mi Hermano Mayor —declaró, mirando hacia donde Zheng Haoxi descansaba, estudiando distraídamente una hermosa flor amarilla, ignorandolos.
Min Yunxuan lo observó seriamente en silencio, después de un rato suspiró cabizbajo.
— Yo habría deseado hacerlo mi esposo principal, pero Padre Imperial no lo permitió —musitó Yunxuan con decepción—. Sus antecedentes familiares no se consideran lo suficientemente 'adecuados'. Con suerte podré nombrarlo Príncipe Consorte Secundario
Yunqi asintió, pues él ya lo sabía. Las reglas Imperiales eran muy claras al respecto a todo, el matrimonio no estaba excluido de estas. Ser Príncipe les proporcionaba muchos beneficios, evidentemente, pero la comodidad siempre conllevaba muchas otras responsabilidades. Pertenecer a la realeza no significaba una vida con libertad absoluta, en realidad resultaba el extremo contrario. Constantemente pensar en ello lo abrumaba.
— Pero esas preocupaciones no tienen que ver contigo —llamó Yunxuan, palmeandolo por la espalda, este debió creer que estaba preocupado por su matrimonio cuando no era precisamente ello lo que ocupaba sus pensamientos—. Nunca serías menos que un Primer Esposo. Padre Imperial ya se ha encargado a fondo de ello. Los príncipes Xizhen y Taiheng de Jin son excelentes prospectos. Cualquiera de ellos estará complacido y orgulloso de tenerte como Consorte Principal.
Claramente, ya que cualquier oportunidad de tener un hijo grandioso era bueno para ellos.
— Ahora que hemos hablado sobre los Príncipes de Jin, recuerdo traer noticias del Maestro Nanjun —anunció su Quinto Hermano, provocando que su corazón repentinamente latiera emocionado, Yunqi lo escuchó atentamente—. He escuchado que lo han ascendido a Oficial de Primer Rango, ahora que finalmente ha culminado con éxito su patrullaje por los tres continentes en nombre del Imperio de Shui y el Reino de Jin.
Min Yunqi no podía creer las buenas nuevas que escuchaba.
— ¿Volverá? —preguntó, apenas conteniendo una sonrisa.
— Eso parece —dijo Yunxuan—. Lo que he escuchado es que volverá directamente a Shui para presentar sus respetos a Su Majestad Imperial.
— ¿Cuándo será eso? —inquirió.
Yunxuan lo pensó un segundo antes de encogerse de hombros, no seguro de sus palabras.
— ¿Tal vez un par de días? —supuso este.
¡Un par de días! Que maravillosas primicias. Finalmente Min Yunqi se permitió sonreír ampliamente, su Quinto Hermano lo miró con sospecha. Este pareció querer hacerle una pregunta pero tan pronto como abrió los labios se detuvo. Algo los hizo estremecerse.
El viento corriendo suavemente entre los árboles trajo consigo un lejano murmullo, tan tenue y débil que fue imposible descifrar el mensaje. No obstante, aquel débil rumor fue cobrando fuerza lentamente. Él y su hermano miraron en dirección al Oeste y Zheng Haoxi, ahora atento, se levantó para caminar hacia ellos.
Pronto lo que era un soplo de viento se convirtió en un fuerte lamento colectivo, finalmente, llegó hasta ellos el grito de los eunucos.
— ¡El Cuarto Príncipe ha fallecido!
Los tres jóvenes retuvieron el aliento, sorprendidos, casi paralizados.
Min Yunyan, Cuarto Principe de Shui, heredero legítimo del Emperador, a la edad de veintitrés años, murió el último día del mes de yázī, con los Seis Soles Progresivos guiando su camino al inframundo. Todos los habitantes del Gran Palacio de Hielo, incluido Min Yunqi, se arrodillaron para llorar fuertemente la muerte de su hermano. Pronto la Luna Vítrea se levantaría en el cielo nocturno.
El puesto de Príncipe Heredero ahora estaba libre y la pelea de los hijos por el poder recién anunciaba su llegada.
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*Los Seis Soles Progresivos: Son Seis soles que iluminan la bóveda del cielo, lentamente desfilan uno detrás de otro, el siguiente un poco menos brillante que el anterior.
**Una medida es equivalente al grosor de un dedo.
***Habitación cálida: Habitación con mayor temperatura en un palacio. En este caso se refiere a la habitación que ocupan el príncipe y la princesa en el Palacio de Peonía Bondadosa.
Minmin YoonJi: En la antigua cultura china, los hijos legítimos, hijos biológicos de la esposa oficial, en este caso la Emperatriz, eran quienes podían heredar los bienes y títulos de su padre, los otros hijos eran o actuaban como "una reserva" en caso de que los herederos legítimos faltaran o fallecieran. Los hijos ilegítimos que codiciaban los derechos por nacimiento de los herederos legítimos se consideraban sirvientes desleales del Emperador.
Antes de ser hijos y esposas, ellos eran súbditos y súbditas, y mucho antes de eso sirvientes y sirvientas de su Emperador. Todos por debajo del Emperador debían obedecerlo.
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