CAPÍTULO 53 : LA ÚLTIMA BATALLA
Luminex bajó su arma y todos se abalanzaron al combate. También había empezado una batalla en el aire, en la cual se veían enzarzados el comando del zorro y las naves de Titán, entre otras. Por el aire la batalla era bastante sencilla, ya que contaban con la ayuda de Alexis, Falco y Ray, que eran excelentes pilotos. Pero la batalla en tierra era más complicada si cabe. Reyson, Genis, Khaos, Mikam, Selenya y Blen, que se habían separado en la primera batalla, se habían vuelto a unir para frenar la embestida del ejército enemigo formado principalmente por marionetas y mercenarios. Y lo consiguieron, gracias a los conjuros de hielo de Genis y a las dotes con la espada de Blen. Pero centrémonos ahora en la lucha mas importante dentro de esta batalla. La que mantenían Luminex, Kikitaro e Iquer Zyzyx contra Ragnarog, el asesino oscuro. Luminex, antes de empezar su pelea con Ragnarog ordenó a Kikitaro y a Iquer Zyzyx:
- Dejadme solo, no tenéis posibilidades contra él.
- Sabes que necesito vengarme de él. Esta es la ultima batalla si no, no tendré ninguna posibilidad. -repuso Kikitaro.
- Ya le has oído. Si permito trabajar en equipo es sólo para saborear la sangre de este cabrón. - Indicó el vampiro- Es mi última oportunidad, si la pierdo no tendré ninguna otra. Dejaré a un lado mis costumbres de trabajar solo.
- Como queráis. -dijo Luminex- Pero sin mí no tendréis ninguna posibilidad de herirle. La única arma capaz de combatir contra la espada de oscuridad es la espada de luz.
- Esperaremos nuestro momento para atacar-afirmaron al unísono Iquer y Kikitaro.
No habían ni acabado de decir estas palabras cuando Ragnarog les atacó. Luminex se puso en medio y paró el golpe con su espada de luz, justo a tiempo para que el arquero y el vampiro dieran un salto hacia atrás. Ragnarog esbozó una de sus maléficas sonrisas y asestó un golpe con la espada de oscuridad a Luminex, que lo esquivó agachándose. Ragnarog ya iba a herir a Luminex, cuando una flecha fue directa hacia él. Ragnarog esquivó el ataque y vio que había sido Kikitaro. Iba a decir algo, pero no tuvo tiempo ya que tuvo que parar un ataque de Luminex con la espada. Se mantuvieron unidos por las espadas fuertemente mirándose a la cara, pero la fuerza de Luminex venció y tiró al asesino al suelo con su espada fuertemente aferrada, entonces Luminex fue más rápido que nadie y gritó:
- Estocada de luz.
La espada de luz se iluminó con un fuerte destello. Luminex arremetió una estocada a Ragnarog que la esquivo con un salto con floritura. Pero el asesino no fue lo suficientemente rápido como para parar un puñal, lanzado por Iquer, que se le clavó en el hombro:
- ¡Te falta velocidad! - gritó Iquer con crueldad.
- ¡Y a ti te falta poder! -gritó Ragnarog desapareciendo de la vista del vampiro y apareciendo detrás de él.
El asesino lanzó una cuchillada veloz hacia Iquer que fue parada por un veloz Luminex, que lo apartó con una patada:
- Si quieres que te lo agradezca vas listo- gritó Iquer mientras se apartaba de Ragnarog y de Luminex.
El elegido de la luz no replicó y simplemente le dirigió una mirada a Kikitaro que ya tenía una flecha preparada en su arco. Ragnarog se levantó del suelo y arremetió contra Luminex por la espalda, este paró el golpe con un rápido movimiento de su arma hacia atrás. El líder de la orden se giró dispuesto a arremeter contra Ragnarog, pero este paró muy bien la estocada y volvió a contraatacar, Luminex paró el golpe con una floritura, giró sobre sí mismo y asestó un golpe con la parte baja del filo de la espada. Ragnarog bloqueó el golpe agachándose y gritó:
- ¡No me vencerás!
- Tal vez yo no te venza, pero si dejas un solo flanco libre ellos te matarán sin dudarlo. -respondió el líder de la orden.
Los dos contendientes siguieron arremetiéndose estocadas y parándolas con mucho éxito. Luminex manejaba su espada con más soltura que su contrincante y pudo, con un golpe certero, hacer que inclinara su espada hacia arriba y tuvo tiempo de poner su espada frente a su cara y gritar:
- ¡Destello Deidad!
La espada se iluminó con un brillo azulado cegador y Luminex asestó una estocada a Ragnarog, que no tuvo tiempo de parar el golpe completamente y le hirió en el muslo derecho. La herida de Ragnarog sangraba bastante y gritó:
- ¡Maldito Luminex juro que te mataré!
- Has bajado la guardia-dijo Iquer lanzándole un puñal rápidamente.
Ragnarog se echó a un lado a tiempo de evitar que el arma se le clavara, pero le hizo una herida en el costado derecho. Ragnarog se levantó como un toro enrabiado y poniendo su espada horizontal y cargándola gritó:
- Doble mordisco de Graubard.
La espada emitió un brillo apagado y oscuro y Ragnarog dio dos mandobles. Dos semicircunferencias de energía avanzaron hacia Luminex que saltó y gritó:
- Ahora Kikitaro. ¡Meteorito de luz!
La espada de luz emitió un brillo anaranjado y Luminex cayó con ella produciendo una onda expansiva de luz que paró las dos ondas de energía mientras Kikitaro gritó:
- ¡Flecha de viento!
La flecha de Kikitaro avanzó hacia Ragnarog emitiendo viento. Ragnarog no pudo evitar que la flecha se le clavara en el hombro izquierdo y lo tirara al suelo emitiendo un gran gritó de dolor. Pero no había tiempo para quejarse, ya que Ragnarog se levantó de un salto y avanzó velozmente hacia Kikitaro. El arquero, a pesar de tener activado el Tlydoscopio, no pudo ver los rápidos movimientos del asesino oscuro. Recibió un puñetazo en el estómago y una patada en la cara que lo tiró al suelo. Ragnarog se preparó para asestarle el golpe de gracia, pero Iquer le lanzó un puñal que paró sin esfuerzos con su espada de oscuridad. El vampiro fue a atacarle, pero recibió una estocada en un costado, que a duras penas logró parar con sus garras. Ragnarog sonrió de forma macabra y lanzó un ataque hacia Kikitaro que seguía sin levantarse, debido a la patada en la cara que le había abierto una brecha en la ceja. Pero de repente Luminex se puso en medio gritando:
- ¡Filo repulso!
La espada de Ragnarog chocó con la de Luminex y salió despedida hasta clavarse en un lugar lejano. Entonces Luminex dijo a modo de disculpa:
- Perdonad el hechizo tarda en cargarse.
- Menos mal que pude leer tu mente a tiempo. -bromeó Iquer mientras se levantaba junto con Kikitaro e iban hacia Ragnarog.
- Y ahora no tienes esa maldita espada. -sonrió Kikitaro.
- ¡Cuando os mate disfrutaré convirtiéndoos en mis marionetas! - gritó desesperadamente Ragnarog.
Pero se tuvo que callar porque Luminex le dio una estocada con su espada en el estómago, que le hizo expulsar sangre por la boca. Iquer le cogió la cabeza del asesino oscuro y la estampó contra su rodilla rompiéndole la nariz. Ragnarog emanaba de sus ojos puro odio. Cargó mucha energía en su mano y gritó:
- ¡Bola oscura!
El ataque dio de lleno a Luminex y Iquer que salieron despedidos mientras que Kikitaro apuntaba con su arco tensado y preparado para disparar. Aunque la sangre le tapaba la vista podía ver perfectamente a su enemigo que gritaba:
- Ahora probarás mi técnica definitiva.
Kikitaro sabía perfectamente que técnica iba hacer Ragnarog, ya que lo había leído con su Tlydoscopio. Concentró muchísima energía en su flecha, mientras que Ragnarog hacía lo mismo en su mano. Ragnarog levantó mucho la mano y mientras Kikitaro tensaba aún más su arco. Ambos se lanzaron los dos ataques gritando:
- ¡Almadarien definitivo!
Los dos ataques en vez de chocar se atravesaron. La bola blanca de Ragnarog dio de lleno en Kikitaro que cayó al suelo, mientras que la flecha de arquero atravesó a Ragnarog, que cayó bocarriba al suelo rocoso. Luminex había intentado ponerse en medio de los dos ataques sin éxito. La batalla había concluido, todo el mundo lo celebraba, habían vencido a todos los enemigos. Luminex al ver en el suelo a Kikitaro dijo:
- Llegué demasiado tarde.
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