CAPÍTULO 46 : EL COMANDO DEL AVERNO
- ¿Y de qué trata esa misión? -preguntó expectante Ray.
-De contactar con el comando del averno. -contestó Luminex.
-Carezco de detalles sobre ese comando-afirmó Kikitaro.
-Bien, será mejor que os lo explique todo- dijo el jefe de la orden aclarándose la voz-
El comando del avermo es un comando de la orden. Su función consiste en espiar a los otros sistemas de incógnito y recoger información. Son mercenarios a nuestro servicio, pero muy leales. Son casi como soldados de la orden. Los envié al sistema de las bestias hace una semana. Quería que me informasen de la situación en ese sistema, antes de mandaros a vosotros para pedir ayuda. Pero, por alguna extraña razón, no responden, y creedme, eso es muy raro en ellos, siempre cumplen las órdenes sin rechistar.
- ¿Has considerado la opción de un motín? -preguntó Ray.
-No lo creo, son tipos que me tienen mucho respeto. -contestó Luminex.
-Ya veo. - dijo Kikitaro meditando. -Así que nosotros debemos ir al sistema de las bestias y encontrar a ese comando.
-No sólo encontrarlo. -rectificó Luminex moviendo lateralmente la cabeza. -Si no ayudarles a superar sus problemas. Sí lo hacéis, no dudo que os abrirán un camino hacia el planeta de las bestias.
-Así que si les ayudamos luego podremos pedir ayuda a las bestias sagradas-razonó Ray.
-Efectivamente. -corroboró el líder de la orden. - Los envié porque no sabía a ciencia cierta como era la naturaleza de ese sistema. Si les encontráis y les ayudáis a salir de sus problemas, os premiarán con una valiosa información sobre el sistema.
- ¿Cómo es la nave de ese comando? -preguntó Ray. -Debemos saber todo sobre esa nave para encontrarles.
-Sí, tienes razón-contestó Luminex- Os estoy enviando los planos de su nave llamada Averno. Es una nave pesada de guerra. Es un poco más grande que un buque estelar. Su color es gris oscuro y tiene en el lateral derecho escrito el nombre de la nave. Es la nave más rápida que conozco. Serían una gran baza, si la tuviéramos en nuestro bando, en la guerra. Su tripulación es experta en armas láser y son bastantes diestros en el arte de la guerra y la infiltración. Su líder se llama Nick y su segundo a bordo es Alexis.
-Ya nos han llegado los planos de la nave. -afirmó el piloto.
- ¿Y cómo nos dirigimos al sistema de las bestias? -preguntó Kikitaro.
-Fácil. -dijo Luminex sonriendo- cerca de donde os encontráis hay un agujero de gusano que os servirá de portal. Las gentes del sistema lo llaman la nebulosa oscura, por su color grisáceo apagado. Los Tízac aparecieron por ese portal. Pero eso es otra historia.
- ¿Qué características tiene esa nebulosa oscura? -preguntó Kikitaro.
-Es un portal de conexión entre muchos otros. -contestó el jefe de la orden- Cuando os adentréis en él, veréis muchísimos agujeros. Pues bien, tendréis que meteros por el segundo de la derecha. Sí lo hacéis bien, apareceréis en un sistema con una luz verdosa debido a su estrella.
-Ya estoy poniendo rumbo hacia la nebulosa, Luminex- informó el piloto.
-Bien, no tengo nada más que deciros. -dijo el líder de la orden- si encontráis al comando del Averno, contactad conmigo de inmediato.
-Así se hará. -contestó Kikitaro.
-Bueno, adiós os deseo suerte. -se despidió Luminex y su imagen desapareció del monitor.
-Bien por fin una misión interesante para un piloto. -dijo Ray dando la máxima potencia a la nave.
-Espero que podamos encontrar a ese comando sin problemas y descubrir porque no responden a los mensajes de Luminex.- afirmó el arquero.
-Yo también-corroboró el piloto. -Ahora ves y cuéntales a los demás la misión que nos ha mandado el jefe e id preparando las armas de la nave.
-Descuida-contestó Kikitaro abandonando su asiento en la cabina y dirigiéndose hacia los asientos de pasajeros de la nave.
Kikitaro, nada más llegar al compartimento donde se encontraban sus compañeros, les explicó la misión de Luminex. Todos se mostraron muy sorprendidos, incluso Mikam que exclamó:
- ¡Voy a ver mi planeta natal!
-Es raro que algo te emocione-dijo asombrada Blen.
El lobo no respondió, sino que se quedó tumbado, como de costumbre, en su asiento.
-Venga todos a preparar las armas-ordenó Kikitaro dirigiéndose a los lanzamisiles laterales de la nave.
La nebulosa oscura ya se veía cada vez más cercana. Su color era grisáceo, pero emitía brillos multicolores. De repente Ray anunció:
-Voy a introducirme en ella, prepararos.
Todos estaban muy nerviosos en sus puestos de ataque para cumplir la difícil misión. De repente, Ray se introdujo en la nebulosa y el color oscuro del espacio se volvió multicolor. Todos observaron, asombrados, donde se encontraban. Se podían admirar los grandes tubos nebulosos del portal. Ray estaba muy atento para no saltarse el acceso indicado por Luminex. Fue fácil ya que había más portales a la izquierda arriba y abajo que a la derecha. Pronto pasaron un agujero a la derecha e inmediatamente después se encontraba el segundo. Ray le dio máxima potencia la nave y se internó en el agujero. Nada más meterse en él, éste actuó como un portal que iba incluso más rápido que la velocidad de la luz. El viaje por el agujero duró apenas unos tres segundos. Cuando Kikitaro miró otra vez a su alrededor, ya se encontraban otra vez en el espacio. Ray, nada más salir del portal, activó su mapa en tres dimensiones, para saber exactamente dónde se encontraban. El piloto comprobó que todo había salido bien y que se encontraban en el sistema de las bestias y comunicó por el transmisor:
-Chicos, el viaje por la nebulosa oscura ha sido un éxito.
-Bien y ahora tan solo nos queda buscar al comando del Averno. -afirmó Kikitaro.
-Espero que no nos lleve mucho tiempo-dijo Selenya.
-Esperemos que sus tripulantes estén sanos y salvos y nos puedan ayudar-suplicó Blen.
-Ahí delante se puede ver una especie de nube verde. -informó Ray.
-Pon rumbo hacia allí-ordenó Kikitaro. -Deberíamos investigar esa zona.
-Como quieras, pero no creo que haya nada dentro de ella. -contestó el piloto poniendo rumbo hacia la extraña nube verde.
La nave alcanzó rápidamente la gigantesca nube y se internó en ella. Desgraciadamente, allí no se veía nada interesante. Entonces Ray dijo:
-Aquí no hay nada, excepto este extraño brillo verde. Será mejor que salgamos de aquí.
-Muy bien. -corroboró decepcionado el arquero.
Ray puso la nave para salir de aquella nebulosa por donde habían ido. Pero todos se llevaron una desagradable sorpresa.
- ¿Ray que pasa? ¿La nave no avanza? -preguntó sorprendido Reyson, al ver que no podían atravesar la nube verde.
- ¡La nave no puede atravesar la nube! -exclamó nervioso Ray. - ¡Estamos atrapados!
- ¡Mierda! -maldijo Genis.
- ¿Qué hacemos ahora? -preguntó con nerviosismo Blen mirando a Kikitaro.
- ¡Maldito nubarrón!¡He de salir de aquí! -canturreaba Khaos.
- ¡Tranquilo todo el mundo! -Gritó Kikitaro.-Mirad por la ventanilla, se nos acercan meteoritos.
-Sí, es cierto. Preocupémonos primero de destruirlos y luego de salir de aquí-ordenó Ray.
Los meteoritos cada vez estaban más cerca de la nave. Todos se hacían la misma pregunta. ¿Conseguirían salir de allí?
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