Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 45 : EL PLANETA DE LOS ENANOS


El planeta Litox ya se veía en la lejanía por las ventanillas de la nave Luminor-357. El viaje no había sido muy largo, pero les había dado tiempo para comer un poco. Las naves guías eran responsables, en parte, de la rapidez del viaje ya que se sabían los caminos más cortos para navegar por el sistema. Kikitaro estaba nervioso por ver al pueblo orgulloso de los enanos, que seguramente también les prestarían su ayuda. Mikam dormía tranquilo en el regazo de Blen que le estaba afilando un poco las garras con su pequeño cuchillo. La muchacha miró a Kikitaro y le reprochó:

-Ya podrías cuidar un poco de tu macota, con las garras que llevaba no podría ni haber cortado el agua.

-Tienes razón, pero yo no tenía el material adecuado para afilárselas y si lo hubiera hecho a mi modo lo más seguro es que Mikam me hubiera mordido. -se disculpó el arquero agachando la cabeza.

-Pues te lo tendrías merecido- recriminó la chica.

-Bueno ya basta ¿no? -interrumpió Reyson a los dos niños- Vamos a pedir ayuda al pueblo orgulloso de los enanos y lo mejor que se os ocurre a vosotros es discutir por las uñas de un lobo.

-Perdona Reyson-se disculpó Blen- pero tenía razón.

-Siempre estás peleándote con todo el mundo. -bromeó Genis- Deberías calmarte un poco.

-Si lo que tú digas, mira Litox es muy bonito. -dijo Blen girando la cabeza para ver la vista del enorme planeta rocoso.

- ¡Eh niñata cuidado con mis garras! -aulló el lobo tras recibir un pequeño corte del cuchillo de la distraída niña.

-Uy perdona. -se disculpó Blen.

El lobo la miró de malas maneras, pero se cayó. Khaos entonces empezó a canturrear una de sus canciones:

- ¡Vamos, a un sitio que no está en los mapas, no importa si no hay dinero, sin nubes grises en el cielo ya sabes que hacer!

- ¡Qué haríamos sin el espectáculo viviente de Khaos! -bromeó Selenya ante las risas de los niños.

-Seguramente estar más aburrido que una ostra marciana. -apuntó Ray desde el comunicador. - Bueno, nos han dado permiso para aterrizar, estaos preparados.

-Claro Ray-contestó Kikitaro. - ¿Tienes alguna información del planeta?

-Sí, es un planeta rocoso, abundante en minerales mágicos como el mitrilo, el auronio y el cosmio. Los enanos viven de eso, venden armas a la orden por medio de naves marcianas.

-De modo que no es un sistema tan olvidado. -razonó Mikam, que ya había saltado del regazo de Blen.

-Así es. -contestó el piloto. - Parece ser que gracias a Luminex prosperan cada vez más.

-Cada vez me sorprende más Luminex-afirmó Selenya.

No tuvieron tiempo para más charlas, porque enseguida la nave se inclinó para adentrarse en el planeta de los enanos, Litox. Las naves guía Crotac se despidieron y volvieron hacia su planeta de origen. La nave al fin frenó, con un movimiento brusco, en una superficie de roca lisa y poco resbaladiza. En cuanto lo hizo todos cogieron sus armas y bajaron de la nave. Lo primero que vieron al bajar de la Luminor-357 fue una comitiva de pequeños seres barbudos y con armaduras azuladas de Mitrilo que los recibían. Llevaban hachas de doble filo atadas a la espalda y tenían todo un aspecto duro orgulloso e inquebrantable. Cuando todos nuestros héroes estuvieron en tierra firme, mejor dicho, en roca firme. Un enano con una armadura de Mitrilo, con bordes amarillos se les acercó:

- ¿Sois los mensajeros del gran héroe de la luz? -preguntó el enano, que media pocos centímetros de altura, no llegaba al metro y medio, con voz ronca y severa.

-Así es, somos los mensajeros de Luminex. -Contestó Kikitaro agachando la cabeza para poder mirar a los ojos al pequeño ser.

-Sed bienvenidos pues. -dijo en tono hospitalario y haciendo una reverencia junto con todos los demás enanos.

-Nos elogia su hospitalidad, -afirmó Ray- pero deseamos hablar con el rey.

-Lo tenéis en frente vuestro. - declaró el enano- Yo soy Crox, aquel que luchó junto con Luminex en la guerra de Altaír.

-Majestad quisiéramos hablar con usted, en un lugar más apropiado y a solas si no es mucha molestia. -pidió cortésmente el elfo venusiano.

-Claro, claro-contestó apurado el rey enano- disculpen mis recios modales.

-Tranquilo no nos importa- calmó Kikitaro.

El rey con una señal de su mano hizo que los enanos rodearan a la compañía. Nuestros héroes se mostraron un poco sorprendidos por esta conducta, pero parecía ser una especie de escolta para protegerlos de las bestias salvajes que pudiera haber por allí. El rey los condujo por caminos de lisa piedra hasta una pequeña cabaña echa de cosmio, el mineral mágico que era utilizado contra los ataques de los dragones. El rey mandó romper la formación de escolta de los enanos y se introdujo en la cabaña de piedra con la compañía. Dentro todo era muy bello. Las paredes de cosmio ofrecían reflejos de la luz de los soles preciosos, El rey se sentó en una silla de piedra y preguntó:

- ¿Cuál es el motivo de vuestra visita?

-Verá señor, la orden está preparando una guerra contra el asesino oscuro. -explicó Kikitaro.

-Sí, ya he oído hablar a los Crotac de ese canalla que atenta contra la paz del universo, que tanto esfuerzo le costó a Luminex. -afirmó Crox.

-Pues verá señor, Luminex no ha enviado a pedir ayuda a todos los planetas aliados. Ya tenemos la ayuda de los Crotac. -explicó hábilmente el arquero.

-Ahora también contáis con mi ayuda. -respondió Crox ante la alegría de nuestros héroes.

El rey enano se desenvainó su hacha y la clavó en el suelo:

-Esta hacha hará difícil la victoria de ese asesino oscuro. -afirmó Crox. - Los enanos participarán en esta lucha junto con los Crotac y con los dragones de Dragonix que están bajo nuestro mando.

-Bien, eso es maravilloso. -exclamó Blen.

-Es lo menos que puedo hacer por aquel que salvo a este sistema del olvido. Antes todos nos miraban con desprecio por nuestra altura. Pero Luminex y su gente nos miran de igual a igual, como si fuéramos de la misma raza.

-Sí, Luminex es un tipo que no le da mucha importancia a la raza. -afirmó Mikam.

-Bueno, majestad nuestra misión aquí ha concluido. Recibirá un mensaje con toda la información estratégica- explicó Ray.

-Ya veo, bueno buena suerte en vuestro viaje. -dijo el enano mientras se levantaba con su silla y estrechaba la mano a Kikitaro como podía. –¿Hacia dónde iréis ahora?

-No lo sabemos con certeza majestad, esperamos recibir órdenes de Luminex. -contestó Ray.

-Ya veo. -Diciendo esto Crox dio dos palmadas y unos enanos armados aparecieron.

-Soldados guiad a nuestros aliados a su vehículo. -ordenó el rey a sus soldados.

-Sí, señor-respondieron los guerreros al unísono.

Los enanos condujeron a la compañía rápidamente hacia su nave, Ray abrió las puertas y ordenó a los enanos:

-Cuando os de la señal, activar la plataforma de despegue.

-Por supuesto, señor. -contestó un enano vestido con una túnica amarilla.

Todos subieron a la nave y Ray se puso inmediatamente a los mandos y encendió la nave, pero no sus motores. Al verle toquetear el panel de control Kikitaro preguntó, sentándose a su lado:

- ¿Qué haces?

-Intento comunicarme con Luminex. En Titán con tanta tecnología y interferencias no podía usar el telecomunicador. Pero en este planeta de roca espero que sí. -contestó el piloto.

Ray acabó de marcar teclas del panel de control y el telecomunicador empezó a funcionar. Pronto, en una pequeña pantalla de la cabina, Luminex apareció:

-Enhorabuena veo que habéis conseguido la ayuda de los enanos. -felicitó el guerrero.

-Así es. -contestó Ray.

-Bueno supongo que esperáis órdenes. -razonó Luminex-Tengo una misión para vosotros. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro