CAPÍTULO 43 : EL SISTEMA OLVIDADO
Se encontraban ya todos en la nave Luminor-357. La nave empezaba a acelerar, gracias a Ray que apretaba suavemente el acelerador. Justo delante de ellos se encontraba un gran portal cuadrado, formado por múltiples columnas de Titanio y aluminio. Era un teletransportador de Titán. El guardia de la pista de aterrizaje dio la orden para activar este portal. Unos rayos aparecieron por la superficie de esta inmensa estructura. El interior vacío y hueco de la estructura cambio de ser transparente a ser de un color amarillento:
-Ya puede traspasar el portal. -le dijeron a Ray por el comunicador.
El piloto avanzó más rápidamente hacia el portal, no tardaron mucho en atravesarlo. Kikitaro que al principio veía por la ventana la pista de aterrizaje se sorprendió al ver de repente el inmenso espacio. Tan solo pudo ver una luz en el teletransporte, yeso fue tan solo un segundo. Entonces fue a la cabina de Ray que estaba mirando el mapa estelar y le preguntó:
- ¿Ha salido todo bien?
-Sí, ahora sólo tengo que saber adónde nos dirigimos. Luminex me envió el mapa de este sistema-contesto Ray mientras apretaba un botó en el panel de mando. Apareció, en tres dimensiones, el mapa del sistema Altair. -Es más grande de lo que pensaba. Este sistema tiene dos soles, tenemos suerte de estar lejos de ellos o seríamos ahora mismo puré. Estamos muy cerca del planeta Tricorde. Está poblado por una raza llamada Crotac. Deberíamos ir allí primero. -razonó el piloto.
-Sí, pero dudo que quieran ayudarnos. No les conocemos de nada y este sistema está olvidado. De hecho, nadie lo conoce. -dijo el arquero.
En ese momento entró en la cabina Blen que preguntó:
- ¿No sabéis todavía adonde dirigirnos?
-No estoy seguro. Los Crotac podrían matarnos si nos consideran enemigos suyos. -contestó Kikitaro con voz profunda.
- ¿Creéis que Luminex nos habría enviado aquí si no hubiera alguna esperanza? -volvió a preguntar la muchacha.
-Tiene razón Kikitaro, deberíamos arriesgarnos ya adentrarnos en Tricorde. -afirmó Ray.
-Sí es verdad. Pero hay mucho peligro. Estad alerta. Ray, pon rumbo hacia Tricorde. -ordenó Kikitaro saliendo de la cabina junto con Blen.
Kikitaro se sentó junto con Mikam, Khaos y Genis que comían un poco de pescado. Nada más sentarse Khaos le preguntó:
- ¿Nos vamos a tener que pegar con alguien para conseguir la ayuda?
-Espero que no amigo mío-contestó el arquero.
-Eso es un sí-bromeó el lobo.
-Chicos dejad, de decir tonterías. También pensamos algo parecido con Venus ¿no? -tranquilizó Selenya que había escuchado la conversación.
-Sí tienes razón. Lo mejor será tranquilizarse. Lo que tenga que ser será. -razonó Kikitaro.
- ¡Caramba! ¿Ese planeta naranja es Tricorde? -preguntó Genis mirando por la ventana.
-Sí, así es. No hay lugar a dudas. -explicó Ray por el comunicador de la nave-Creo que Luminex estuvo aquí en alguna ocasión, los datos son muy exactos. Tal vez nos quieran ayudar si Luminex les hizo algún favor.
-Eso espero. Antes me has mencionado la raza de los Crotac. ¿Cómo es esa raza? -preguntó Kikitaro.
-Tengo datos sobre esa cuestión también. -Informó Ray-Son una raza guerrera, serían unos grandes aliados, nunca mejor dicho porque miden tres metros de altura. Su piel es roja y verde como resultado de la adaptación a los dos soles.
- ¿Y no hay ninguna forma de vida en este sistema además de ellos? -preguntó Reyson.
-Sí, en Mefistia habitan unos seres poblados de plumas, son aliados de los Crotac. -explicó el piloto. - En Dragonix habitan Dragones gigantescos y en Litox enanos guerreros.
- ¡Este sistema podría ser un gran aliado! -exclamó Blen.
-Sí, ya tenemos un poderío Militar con los Elfos y la tecnología de Titán. -corroboró Genis.
-Y con esta ayuda seríamos prácticamente invencibles. -añadió Kikitaro.
-Ahí tenéis el motivo por el cual Luminex nos envió aquí. -dijo Ray.
-Ray, se nos acercan naves por la cola-informó el lobo que estaba mirando por la ventana trasera.
-Sí, no creo que sean enemigas-tranquilizó el piloto frenando la nave.
Las naves eran de una estructura muy extraña. Nadie podría decir de qué material estaban hechas exactamente. Tenían una gran cabina, un gran propulsor en forma de Delta encima y dos grandes cañones láser en los laterales. Los pilotos de la nave hablaron a Ray por el comunicador:
-Identifíquense. –ordenó un piloto.
-Sí, ¿quien osa romper la paz que un día garantizo el héroe de la luz?
-Somos mensajeros de la orden de Luminex, no queremos causar ningún problema-informó Ray con su peculiar don de gentes.
-Ya veo, hemos recibido un aviso. -informó un piloto de la nave.
-Los camaradas de Luminex son bien recibidos aquí, síganos por favor. Les conduciremos hasta el palacio Crotac, donde podrán hablar tranquilamente con nuestro rey. -se ofreció el otro piloto.
-Caramba parece que Luminex os hizo un gran favor. -Dijo asombró Kikitaro que veía que los planes seguían saliendo bien.
- ¡Un gran favor! Nos salvó de la oscuridad. -exclamó un piloto de la nave que dirigía ya a la de la orden hacia la superficie del planeta.
- ¿Cómo? -esta vez fue Ray el que preguntó que estaba muy interesado en el asunto.
-Tenemos tiempo de sobra así que os contaré la gran guerra contra los Tízac-informó un piloto de una nave Crotac. –Los Crotac, por orden del Rey iban a devastar a los enanos de Litox, pero nuestro general se negó en el último momento. Fue cuando se supo la verdad, el rey había sido asesinado por el líder de los Tízac, que lanzó un ataque sorpresa contra las tropas Crotac y enana. Nuestro general murió en noble batalla. Todo estaba perdido hasta que en el último momento apareció Luminex derrotando a todo el ejército enemigo. Los Tízac fueron eliminados y desde ese día los Crotac y los enanos somos aliados.
-Ya veo así que tenéis una gran deuda con Luminex. -razonó el arquero.
-Así es. -Afirmó un Crotac. -Y no sólo eso, nos ayudo a desarrollarnos tecnológicamente y adaptarnos a nuestro sistema. Fue muy bueno con nosotros y no pidió nada a cambio.
-Sí el opina que la justicia no necesita recompensas. -dijo Ray.
-No podía estar más acertado. -afirmó el otro Crotac. -Luminex es un gran tipo y los tipos como él siempre serán recordados.
Las naves cortaron la comunicación, ya que estaban entrando en la atmósfera de Tricorde. Pronto traspasaron esta barrera y pudieron ver Tricorde el planeta de los Crotac. En su superficie se asentaban pequeñas ciudades rurales con sus campos de hortalizas gigantescas. El cielo de este planeta era naranja, y pasaban algunas naves ligeras por el. Era un planeta tranquilo para vivir. Pero todos se asombraron al mirar un inmenso edificio que se alzaba a lo lejos. Era una torre de color negro y verde acabada en cuatro salientes puntiagudos.
-Ese es el gran palacio Real. -informó el piloto Crotac.
- ¡Es grandísimo! -exclamó Blen.
-Pronto llegaremos chicos iros preparando. Limpiad vuestras babas del cristal-bromeó el piloto.
La nave ya comenzaba a decelerar, se estaban aproximando a una pista de aterrizaje del palacio. Kikitaro suspiró al comprobar que todo era más fácil de lo que creía. Selenya en cambió se mostraba admirada por la fama de Luminex. De repente, la nave aterrizó en la pista del gran palacio. Ya faltaba poco para conseguir la ayuda de este planeta.
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