CAPÍTULO 35 : UNA ÓRBITA INESPERADA
Kikitaro se despertó y miró, por la ventana de la nave, su bello planeta. Era como una bola amarillenta y verde en la lejanía, era precioso. Pero entonces Selenya le sacó de su ensimismamiento llevándole el desayuno:
-Toma, todavía queda bastante para llegar a Elfina.-Le dijo Selenya, mientras le daba leche rojiza y un bistec de carne de algún extraño monstruo.
-Gracias. Ya veo que los demás duermen, ha sido una intensa noche.
-Y que lo digas. ¿Cómo estás?
-No muy bien, pero ya he podido asimilar los hechos. ¿Por qué tenemos que ir primero a Elfina?
-Tenemos que pedir ayuda a tu tío Kalos e informarle de lo sucedido.
-¿Mi tío? Ah, ya se mi madre me comentó que su hermano se había hecho cargo de Elfina en su reconstrucción y que le pertenecía el trono.
-Así es tu madre le dio el trono a tu tío, ya que creía que gobernaría mejor que ella. Ella quería ser útil a la orden de otra forma, y gobernar un planeta es una dura tarea.
-Ya veo así que pertenezco directamente a la realeza de Elfina.
De repente el piloto anunció:
-Agarraos bien, voy a entrar en un agujero de gusano que nos conducirá al sistema solar.
En ese momento se despertó Reyson, y susurró:
-Estamos cerca del peligro.
Kikitaro lo miró extrañado y se sentó otra vez solo, con Mikam, Selenya mientras tanto fue a despertar a Khaos que roncaba sonoramente. Cuando todos estuvieron despiertos y hubieron desayunado el piloto habló:
-Tardaremos unas doce horas en llegar, así que poneros cómodos.
-Por cierto no te lo hemos preguntando antes ¿Cómo te llamas?-preguntó Reyson.
-Ray a su servicio. –Contestó el piloto.
Al cabo de un rato Blen se acercó a Kikitaro, se sentó a su lado y dijo:
-Tengo que hablar contigo.
-No. Déjame en paz, quiero estar solo.-contestó en un tono un tanto antipático el arquero. Mikam ante estas palabras abrió un ojo.
-Es importante lo que tengo que decirte. Se cosas que tú no sabes sobre el asesino oscuro. Lo más lógico es que quieras saber todo sobre él ¿no?- razonó Blen con una sonrisa.
-Me has convencido. Dime lo que sepas. -rectificó Kikitaro muy interesado.
-Bien, mi maestra descubrió que hace unos cuantos años, un año después de la muerte de André, hubo un robo en el banco de Titán. Nadie supo quien había sido.
-¿Y eso qué tiene que ver con el asesino oscuro?
-Déjame acabar. Al año siguiente hubo otro robo pero esta vez en el banco de Andrómeda, situada justo en el borde del sistema Luminor. A nadie se le ocurrió suponer que estos dos robos estuvieran relacionados. Pero había algo que los unía. En los dos escenarios del banco se encontraron dos trozos de madera.
-¡Qué pertenecían a marionetas!
-¡Exacto! El asesino oscuro estaba consiguiendo dinero para contratar mercenarios y organizarse. Además sabemos que pagó a un archimago una buena cantidad de oro para dos sortilegios. Cada uno de estos pagos después de un robo.
-Uno el que lanzó a Kretos y otro con el que liberó a Iquer Zyzyx.
-Efectivamente. Además en su visita por Titán le lanzó el conjuro a Kretos, el policía que había averiguado quien era el ladrón del banco.
-Todo encaja. Mierda ese asesino oscuro lo tiene todo meticulosamente planeado.
-Y eso es todo ya no sé nada.
-Gracias por la información ahora déjame solo.
-Por supuesto.
Blen se volvió hacia su asiento, Selenya también escuchó lo que ella había dicho y agradeció la información. Al cabo de un rato Mikam habló:
-Tal como pensaba.
-¿El qué pensabas Mikam?-preguntó Kikitaro acariciándole el lomo.
- El asesino oscuro es un demonio.
-¿Cómo lo sabes?
-Por que siempre ataca con marionetas y no se ha mostrado. Además sólo un demonio le puede tener tanto desprecio a Luminex y a los que se han cambiado de bando.
-Tienes razón.
Mikam no dijo nada más y volvió a tumbarse en su asiento. De repente una luz intensa llamó la atención de Khaos que afilaba su espada. Se estaban acercando al sol y ya se veía Mercurio a lo lejos:
-No tardaremos en llegar, estamos ya muy cerca.-Informó Selenya.
-Eso espero esto es un aburrimiento.-suspiró Blen.
-¡Qué bonito es el sol!-exclamó Khaos que era la primera vez que viajaba por el espacio y estaba entusiasmado.
-Míralo mucho y a ver si te quedas ciego.-le ofreció Blen.
- ¿Tu hoy estás amable, no? -le preguntó Genis, que se colocaba ya el equipo para bajar de la nave aunque todavía quedaban unas horas.
Reyson suspiró ante la pequeña discusión de los aprendices.
No pasó nada interesante en las siguientes horas de viaje, que sucedió de forma tranquila, pero cuando ya se acercaban a Venus, Blen le preguntó a Reyson:
-¿Es bonito verdad?
-Sí, es precioso. Si no fuera por sus lluvias de ácido sulfúrico sería aun más bello que Luminor. –contestó el espadachín.
Pero pronto desapareció Venus y apareció por la ventana la Tierra, más azul y más verde que la última vez que la vio Kakarot.
-Esto si que es precioso. La Tierra vuelve a vivir. -dijo Ray con aire melancólico.
-Si, costó lo suyo pero parece que va a mejor, incluso su atmósfera se ha recuperado.-corroboró Selenya.
Pero pronto tuvieron que cambiar de tema ya que Ray gritó alarmado:
-Esto es un error de cálculo. Mierda no podemos avanzar hacia Marte.
-¿Por qué?-preguntó Selenya.
-La Tierra gira al revés.-informó el piloto-lo que quiere decir que en vez de llevarnos a Marte, la orbita de la Tierra nos esta llevando a Venus. Pronto nos atraerá la orbita de Venus y no podré hacer nada.
-¿No se puede hacer nada?-preguntó Reyson alarmado.
-¡No! La nave está en la orbita de Venus y cada vez nos acercamos más y más. Y por si no os habéis fijado vamos del revés.
La nave amarilla se acercaba a la superficie del planeta sin poder girar para aterrizar correctamente. El piloto lo intentaba sin éxito.
-¡Preparaos para el choque, estamos llegando a la atmósfera de Venus!-gritó el piloto.
-¡Activa el escudo su atmósfera tiene ácido sulfúrico!-ordenó Reyson.
La nave entró en la atmósfera de Venus y se vio atraída por su gravedad. Cayó hacia atrás rodeada en llamas, sin que sus ocupantes pudieran hacer nada por evitarlo. Todo el mundo contuvo la respiración, cuando la nave chocó fuertemente contra la superficie de Venus. La nave rodó y rodó estrepitosamente por la superficie hasta pararse. Enseguida todos salieron de la nave. Se podía respirar dificultosamente, aunque Reyson lo hacía con normalidad. Enseguida, el piloto comprobó si la nave estaba en condiciones de volver a emprender el vuelo, pero no era así:
-Mierda tiene el propulsor dañado y el rotor del ala izquierda chamuscado.
-Perfecto, estamos atrapados en esta maldita bola de ácido sulfúrico y no podemos salir de ella.
-Tranquilos todos. Dejadme pensar-ordenó Reyson.
Todos se callaron y observaron al espadachín que estaba pensativo. Por la cabeza de todos pasó la duda de cómo saldrían de ese planeta con la nave averiada.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro