-Pues sí, Bisaver murió-explicó Selenya a un serio Bruno.

Estaban todos en la casa de Bruno en Ruyix, había ido a recogerles después del combate. Mikam, Kikitaro, Genis y Khaos, estaban sentados en un sofá mientras que Selenya, Bruno, Sasa y Reyson en otro. Estaban todos tristes y alicaídos. Reyson se había quedado mudo desde el principio del combate y pensaba en silencio.

-Bueno basta de cháchara-dijo Bruno levantándose-tengo que aplicarte esa pomada Khaos.

Khaos cogió la pomada y siguió a Bruno. Los demás hicieron lo propio.

Bruno le quitó la armadura y la cota de malla y lo tumbó en una cama, después abrió la pomada y la vertió por la piel del guerrero. Después hizo varios sellos y dijo:

-Pomada mágica escucha mi voz y protege a este niño del fuego que tanto usa.

De repente la pomada emitió un extraño brillo, Khaos se durmió de inmediato. Bruno le vendó todo el cuerpo.

-Ya está. Tardará unos cuantos días en acabar el proceso. Nuestro amiguito necesita reposo. Y vosotros también, vosotros-dijo señalando a los niños- podéis quedaros aquí-en cambio vosotros tres, podéis ir a dormir al palacio real estoy, seguro que el rey os acogerá de muy buena gana. -explicó Bruno a Sasa, Reyson y Selenya.

-Está bien, Mikam cuida de ellos en su descanso y que no hagan ninguna estupidez-ordenó Selenya al lobo mientras salía de la casa junto con Sasa y Reyson. Estaban todos cansados del combate. Era de noche. Los niños se disponían a ir a dormir cuando un estruendo inundó el ambiente. Bruno y los niños salieron de la casa rápidamente. Nada más salir el médico preguntó con voz seria:

-¿Qué ha pasado?

-Señor, algo ha explotado en la torre energética. -contestó un ciudadano reparador de naves.

Bruno no pudo ocultar su preocupación y fue directo a la torre energética. El gran pararrayos que proporcionaba electricidad a la ciudad y a todo el planeta Luminor. Los niños y Mikam le siguieron:

-Parece ser que las desgracias nunca vienen solas-maldijo Kikitaro.

-Creo que esto es lo que dijo Pape, el plan. –dijo el lobo.

Llegaron a la gran torre situada al lado del palacio real. Luminex ya estaba allí mirando los desperfectos. La gente, que miraba preocupada la torre, les dejó pasar al ver a Bruno.

El guardián se dirigió hacia Luminex que miraba la gran torre en llamas, tenía los restos de una nave oscura en la cima:

-Hola Luminex, lamento encontrarnos en estas circunstancias.-saludó el guardián con gravedad.

-Hola Bruno, por lo menos nos hemos encontrado. Este es un ataque del Asesino oscuro, sin dudas-explicó el líder de la orden- observa la nave de ahí arriba, ha sido un ataque kamikaze por parte de un robot androide.

-La nave es de André-añadió el lobo-y el androide también, ¿será André el asesino?

-No me hagas reír-contestó Bruno ante la mirada atenta de los niños- André no es tan astuto.

Luminex, mientras los dos rebatían sus opiniones hizo unos cuantos sellos y gritó:

-¡Reparación!

La nave salió despedida de la cima y la torre se reconstruyó con unos destellos azulados.

-Sigues teniendo mucha capacidad-felicitó Bruno.

-Sí, mi cuerpo ya ha vuelto a la normalidad-contestó Luminex

-Ya me gustaría a mí hacer eso-murmuró Genis.

Mientras, todos los aldeanos alababan a Luminex.

-Todos te alaban-dijo la voz de Selenya que estaba detrás de los niños junto con Sasa y Reyson.

De repente Luminex abrió mucho los ojos y gritó:

- ¡Todos a defender las puertas de la ciudad, nos van a atacar, este ataque sin sentido era un engaño!

-¿¡QUÉ!?-gritaron todos al unísono.

Todos los solados de Ruyix, incluyendo a nuestros héroes, fueron a defender la ciudad, habían llegado justo a tiempo. Los guerreros ya estaban colocando tablones en las puertas para bloquearlas, cuando un cuerno sonó a lo lejos. Reyson, que estaba situado en una parte alta de la ciudad, dijo:

-Pape viene cojeando.

Todos los soldados de las puertas desenvainaron las espadas al oír ese nombre. Bruno iba montado en un caballo y estaba situado en primera línea de combate detrás de las puertas. Logian, el capitán de la guardia montada, se puso su casco y cogió su lanza al tiempo que preguntaba al vigía:

-¿Cuántos vienen?

-No más de cincuenta.-contestó este.

-Están locos si pretenden ganar-sonrió Genis que estaba cerca del vigía en una punta de la muralla.

-Creo que tienen alguna baza, mira ahí viene Amer.-señaló Kikitaro que estaba al lado de su amigo.

Fuera de las murallas el ejército de Pape, todos mercenarios, se preparabas para el combate. Pape iba cojeando, muy pálido, tenía un bastón de mimbre en su mano derecha:

-Amer, nada más empiece la batalla vete con tu caballo a avisar al jefe. - Ordenó el hijo de Ragnarog.

-Lo que tú digas, pero este ataque va a ser muy kamikaze, tienen todas las puertas controladas.

Ya habían llegado cerca de la puerta norte en la muralla de la ciudad, se ocultaban con sus escudos para evitar las flechas de los enemigos:

-No vamos a entrar por la puerta.-le corrigió Pape mientras pegaba un puñetazo en la muralla.

En la muralla se abrió una grieta enorme hasta formar una brecha.

-Ahora vete Amer, el plan va a tener éxito.

Amer se fue con su caballo mientras los mercenarios capitaneados por Pape entraban por la brecha.

A todo esto las cornetas sonaban en la ciudad de Ruyix.

-¡Todos a la muralla rota, impedid que entren!-gritaba Bruno cabalgando presto por la multitud de guerreros que iban a impedir esta intrusión.

Luminex estaba en su caballo cerca de la brecha y con un solo golpe de su espada de la luz mató a varios guerreros. Después, vio a Pape caminando a duras penas con su espada y fue hacia él. Pero tuvo que frenar el caballo, dos caballeros con alabardas le habían cortado el paso. Estaba encerrado, pero de repente dos flechas impactaron en la cabeza de los dos enemigos. Luminex miró hacia arriba y vio a Kikitaro con su arco.

-Ya van seis Genis.-gritaba Kikitaro a su compañero.

-¡Avalancha de tierra!-Gritaba Genis matando a unos cuantos guerreros con unas rocas- yo ya llevo nueve.

Luminex no perdió el tiempo y fue socorrer a algunos soldados que estaban en apuros. Poco a poco el ataque era repelido. Pape pronto se vio rodeado de infantes y arqueros y pronto murió. Cuando todo hubo acabado Luminex restauró la muralla y fue hablar con Bruno y nuestros compañeros:

-Me han impresionado con esa maniobra-se disculpó Bruno.

-No pasa nada, Bruno, para eso estábamos Genis y yo.-le consoló Kikitaro.

-Muy bien, que esto os sirva de entrenamiento-Felicitó Selenya, que había sido de los que había luchado contra Pape.

-Esto me huele mal-dijo Mikam.

-General Bruno, Señor Luminex Amer ha escapado-informó Logian con rostro serio.-creo que ha ido a informar al asesino oscuro, no voy a permitirlo voy a por él.-sin más Logian cabalgó presto pasando por las puertas de Ruyix.

-Insensato-murmuró Luminex-todo esto es una maniobra de distracción. El asesino oscuro está planeando algo.