Al día siguiente Kakarot, se despertó y fue a la cocina donde ya se encontraba Ragnarog desayunando. Estaba pensativo, al ver llegar al niño le saludó:

-Hola, Kakarot te he preparado comida terrestre.

-¿Terrestre?- preguntó el niño extrañado ya que no sabía a que se refería.

-Sí, del planeta Tierra.

-¿Y qué planeta es ese?

-El planeta natal de los humanos, Bruno y Luminex nacieron allí.

-A entonces Luminex era humano. ¿Y cómo se llama la comida?

-Huevos fritos con bacón.

El Planeta tierra estaba muy alejado del planeta donde se encontraban en ese momento nuestros héroes, Luminor. Los antiguos humanos conquistaron y conolizaron bastantes planetas, pero ese en concreto lo conquistó Luminex, más bien se lo dieron las gentes del lugar por salvarles de grandes peligros y se convirtió en centro del reinado de la luz.

Al acabar el desayuno, que a Kakarot le pareció poco sabroso, apareció Bruno bajando por las escaleras con un aparato en las manos.

-Ya está todo listo para la revisión- anunció el médico.

-Vale, Kakarot tú también la realizarás.

-Cómo quieras.

Subieron al segundo piso de la casa, había muchas habitaciones con libros y otras con aparatos extraños. Al final llegaron a una habitación llena de luces y aparatos gigantescos.

-Bueno, os haré la revisión, tu primero Ragnarog.- anunció el sanador.

-Vale- dijo él.

Bruno le colocó en una camilla que tenía una especie de foco encima. El médico le puso varios electrodos por el cuerpo y conectó un monitor plano a un enchufe que llevaba incorporado la camilla en su parte inferior.

-Bueno, primero voy a ver tu aura-anunció Bruno.

Con un aparatito que se sacó del bolsillo de su túnica amarilla le fue tocando diversos puntos (cómo la frente o las rodillas) y al acabar en el monitor salio una figura de color amarilla brillante.

-¿Eso es el aura de un demonio?-preguntó el niño extrañado

-No es el aura de...- iba a decir algo pero Ragnarog lo miró de una forma un tanto rara- de un guerrero de la luz. La de un demonio es negra.

Después conectó el foco que avanzó en línea recta, pero esta vez en el monitor no salio ninguna figura brillante sólo el esqueleto de Ragnarog, con unos hilos azules en medio de los huesos.

-Te fluye bastante bien la energía amigo- le comunicó el sanador a su amigo que permaneció callado.

Por último le midió la fuerza de los músculos, que sorprendentemente era muy alta, mayor de lo normal en una persona de su edad.

-Bueno todo bien, ahora tú- ordenó Bruno a Kakarot.

Este se subió en la camilla y Bruno repitió la misma operación que había hecho con Ragnarog. En el monitor el aura salió de color verde, cosa que según Bruno era normal.

-Siempre he dicho que los Doriado tienen el aura muy pura.

Kakarot no era humano, era un Doriado, es decir, una raza derivada de los humanos que se caracterizaban por su fuerza y su visión.

Bruno continúo su revisión. Cuando el foco pasó por encima del niño en el monitor aparecieron los huesos de este, con sus flujos de energía de color azul entre ellos.

-No se si te lo habrán explicado-empezó a hablar el médico- pero esto que tienes en las manos- señaló con el dedo las manos del niño en el monitor- son quistes energéticos. Todos los Junkel los tienen. Los Doriado se caracterizan por tener una fuerza asombrosa, pero en los Junkel aparecen estos quistes, que cortan parcialmente el flujo de energía de las manos. Es por eso que no puedes concentrar energía en tus manos.

-¿Y no se pueden quitar?- preguntó el niño alarmado.

-Si. De hecho todos los Junkel se lo quitan por cirugía, y gracias a eso consiguen grandes cantidades de energía. Pero se ha demostrado que el cuerpo los puede eliminar, pero sólo se de una persona que lo haya conseguido con éxito.

-¿Quién?

-Tu abuelo, ¿nunca te lo dijo? Es mejor que el cuerpo los elimine ya que los quistes son energía, si te los quitan quirúrgicamente no los puedes aprovechar, en cambio si lo haces de forma natural esos quistes se convierten en energía que aumenta el flujo y por consiguiente la fuerza. Pero lo tendrás que hacer tú solo.

-Ok

-Bueno voy a medirte la fuerza.

Lo hizo y la tenía muy bien para un niño de su edad.

-Bueno, te has recuperado de tu lesión-anunció alegre-Entonces ¿cuándo os vais?

-Nos iremos mañana temprano, quiero ir a Toyatown- Respondió Ragnarog.

-Y luego a Firetur.

-Si, bueno he oído que aquí hay un buen río, podríamos ir a pescar.

-¿Pescar a tu manera?

- Tú pesca como quieras.

-Vale, iremos- Bruno se disponía a salir de la habitación pero Ragnarog le detuvo.

-¿Tú no te haces la revisión?- preguntó

-Cómo quieras.

Ragnarog le hizo la revisión a Bruno que tenía un aura naranja, unos huesos de silicio para conducir la electricidad (esto es lo que más extraño a Kakarot) y una fuerza alta pero menor que la de Ragnarog.

-Todo bien, bueno yo me voy a hacer ejercicio- anunció Ragnarog al finalizar.

-Vale, yo me quedo con Kakarot.

Ragnarog se fue y Bruno y Kakarot se quedaron a solas. Salieron de la habitación y mientras bajaban las escaleras Bruno articuló palabra:

-Creo que te tengo que dar armas para pescar.

-¿Armas?

-Sí, ven- Bruno le estaba guiando al sótano.

Llegaron encendieron una luz y Bruno abrió un armario:

-Toma-dijo Bruno mientras le entregaba unos guantes.

Kakarot los cogió eran de cuero rojo y en la parte superior tenían un metal dorado. Eran ligeros y fuertes y le venían muy bien a Kakarot.

-Gracias- agradeció el niño.

-No me las des aún, a ver si lo encuentro...- estaba rebuscando en el fondo del armario al fin sacó un cofre de aspecto mohoso lo abrió y sacó un arco de madera de roble largo y con el símbolo de la luz en él. También había un carcaj de madera también de roble y con el mismo símbolo en él además tenía un tono amarillento. Dentro del carcaj había flechas doradas y puntiagudas:

-Creo que ya estás listo para pescar con estas armas. Los guantes del abuelo de Luminex y el arco de Luminex bendecido en la fuente de luz.