CAPÍTULO 29: ASKAM, EL LOBO BLANCO
Cuando desapareció la luz azul, junto con el humo Kakarot pudo ver un lobo blanco, muy fiero y muy grande, le llegaba a Arcadis por la cintura, y de la boca le sobresalían dos colmillos gigantescos. La bestia tenía dos ojos rojizos azulados, ante el asombro de Kakarot la bestia habló:
-¿Qué deseas, mi ama?-habló con una voz grave y potente.
-Te he dicho mil veces que no me llames ama, soy tu amiga y guarda tus zarpas, él es mi amigo sólo quería presentártelo.
-Hola, soy Kakarot- saludó el niño.
-Yo soy Askam, encantado.- saludó el lobo- si eres amigo de mi amiga eres amigo mío.
-Oye, ahora que lo pienso, si eres descendiente de Luminex ¿eres un ángel?
-No, soy un Doriado.
-Ya veo, eres descendiente de Renegat el sabio del agua.-Razonó el lobo.
-Sí, pero ¿Luminex era un ángel?
-Pues claro yo le conocí y siempre llevaba unas alas amarillas-contestó Arcadis.
-¿Qué otra cosa iba a ser?-bromeó el lobo.
-Pues, Ragnarog me dijo que al principio era un humano.-contestó el niño.
-Bah un simple humano despreciable, eso es imposible.
-Arcadis, es verdad, aunque no te lo creas, era un humano de la tierra.-le comunicó el lobo.
-Los humanos son despreciables, créeme, Luminex es la excepción-declaró Arcadis.
-Pues Adoking es humano.
-Gracias por decírmelo, no hablaré con él.
-Eres una princesa muy ciega.
-Parad-cortó Askam-los humanos son una raza como cualquier otra, Arcadis no quiero oír una palabra más sobre el tema, pídele disculpas a Kakarot.
-¿Me perdonas?- se disculpó la niña, sin mucho arrepentimiento.
-Claro, eres mi amiga, oye Askam ¿tú has vivido mucho verdad?
-Sí, ¿qué quieres?
-Que me cuentes dónde puedo encontrar a mi antepasado.
-¿A Luminex?
-Sí.
-No sé nada.
-¿Y de Renegat? Tal vez él me ayude a encontrarlo
- Sí, tengo entendido que en el bosque de esta ciudad hay un lago que conduce a Acuaninor, allí le encontrarás.
-Gracias, pero no puedo irme sólo, se lo contaré esta noche a Ragnarog.
-Perdón, ¿pero pudo ir contigo?- preguntó la niña.
-Claro, cuanta más gente más fácil
Después de esta charla Kakarot y Arcadis se miraron y empezaron a entrenar, Arcadis no podía seguir el ritmo de Kakarot, que estaba cortando troncos a golpes.
Arcadis se sentó junto a su lobo y este le habló en voz baja:
-¿Entonces sentiste a Luminex?
-Sí, en la nave pero no hables de eso, podría escucharme.
-Creo que haces bien viajando con él, te harás fuerte.
-A parte somos amigos.
-¿Y te gusta verdad?-Preguntó el lobo burlón.
-Nnnooo... no niego que es guapo, pero sólo siento por él amistad a parte es un crío que no sabe nada.
-Tú no eres diferente y te has puesto roja.
-Seré alérgica a las plantas.
-Será eso, princesa.
Al cabo de un rato llegó Mike, que vio al lobo blanco y le saludó amistosamente:
-Hola Askam cuánto tiempo.
-Hola guardián, estamos en el mismo bando otra vez
La niña se quedó sorprendida de que Mike y Askam se conocieran, el niño advirtió la presencia de Mike y fue hacia él sudoroso:
-Queremos ir al bosque de la ciudad.
-Vale, tienes que ver al sabio para que te dé la espada del agua, pero iremos todos, lo siento alteza pero...
-Ella también quiere ir.
-Pues perfecto, venga os he preparado conejo verde a la plancha comed un poco y luego entrenareis un poco más.
Los dos niños asintieron con la cabeza, Arcadis desinvocó a su peludo amigo y comieron un poco, pero sólo ellos tres, los demás estaban con sus obligaciones.
-¿Y Jessica?-preguntó el niño.
-Está fuera tiene que atender su funciones de guardiana, ¿sabes?-Contestó Mike.
Después de comer volvieron a entrenar ante la supervisión de Mike, el niño estaba saltando de árbol en árbol mientras que la niña invocaba y desinvocaba a una mariposa que había cerca de allí. Mientras Mike les miraba atentamente, hasta que el niño, cansado de tanto saltar sentó en el suelo y la niña al lado de él:
-Eres muy fuerte para ser un niño.-Dijo la niña.
-Tengo tu edad.
-Bueno, ya me entiendes.
-Tranquila, no me ofendo casi todos, me tratan igual.
-Pues no deberías, eres el encargado de devolver esa espada a su dueño.
-Eso no me lo habían dicho.
-Bueno, es lo que yo supongo, si recuperas el brillo de la espada sabrás dónde está Luminex.
-A menudo lo siento, como si estuviera cerca de mí dándome fuerzas.
-Yo lo sentía ayer en la nave.
El niño se quedó impresionado con esas palabras, pero no sabía que había pasado con Luminex. Mañana tendría una oportunidad bastante buena de comprobarlo, Mike les llamó para cenar y ellos fueron y cenaron verdura.
Luego se fueron a dormir, pero los niños hablaron en el dormitorio:
-Kakarot, estoy segura que encontrarás a Luminex.
-¿Y si ha muerto?
-Alguien como él no puede morir, te lo aseguro.
Después de esta charla, Arcadis se durmió y pronto le siguió Kakarot, mañana sería otro día.
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