
CAPÍTULO 27: ARCADIS
-¿Quieres que te cuente mis penas?- preguntó la niña, secándose las lágrimas.
-Claro, te tienes que desahogar con alguien, cuéntame tus penas.- le consoló el niño.
-Y a ti que te importan mis penas.
-Mucho, porque yo me sentía así cuando Ragnarog me sacó de mi casa, de mi dulce hogar, pero ahora he comprendido mi destino.
-¿A ti te arrancaron de tu hogar?
-Sí, ¿y a ti?
-No, yo me escapé, como hice con vosotros.
-¿Por qué?
-Pues verás, yo era una princesa elfa, del plantea de Efina, el planeta de los elfos, aliado de la luz.
-No se donde está.
-Es el planeta antes conocido como Marte, creo que se llamaba así.
-Ni idea.
-Pues bueno, yo era una princesa pero en una guerra contra las tropas de André, mis padres murieron, venciendo a André.
-Que suerte yo ni conocí a mis padres.
- No te creas, los míos no me hacían caso tenían muchas tareas.
-Ah, lo siento por la muerte de tus padres, no dudo que te querían.
-¿Sabes que eres muy agradable?
El niño se puso un poco rojo, la niña era guapa y bastante bien proporcionado para su edad, se le había olvidado que los elfos crecían más rápidos y eran casi inmortales.
-Mi mayordomo me enseñó a invocar al lobo blanco, Askam. Pero André quería apoderarse de su magia, hace poco, para romper el sello de Resat, creo que también buscaba la de Oberá, y tuve que huir a escondidas.-Continuó la niña.
-Mi historia es menos emocionante, sólo he luchado, no sé, creo que con 100 monstruos.
-A mí nunca me dejaran combatir, creen que soy una niña que no sabe defenderse, todos lo creen.
-Ragnarog no es de esos.
-Todos lo son, solo he conocido a una persona que dejaba que demostraras cuanto valías.
-¿Quién era?
-Pues Luminex, creo que es porque él también era un niño cuando se convirtió en guerrero.
-¿Conociste a Luminex?
-Si, me dijo que si veía a un demonio, que no le tuviera miedo, y yo veo uno pilotando la nave.
-Tranquila, está de nuestro bando.
-Ya lo suponía.
Al niño Arcadis le caía muy bien era de su edad, aunque aparentaba más. La niña seguía triste y el niño le preguntó:
-¿Por qué estas triste?
-Por que he dejado mi hogar.
-Si bueno yo me sentí así, pero con Ragnarog lo olvidas, ya verás.
-No me fio de él, ni siquiera de ti.
-Tiene gracia, tú tienes que ser muy fuerte para que André quiera tu magia.
-No soy fuerte, soy la única invocadora de mi planeta.
-Y yo soy el único guerrero que lleva la espada de Luminex.
Kakarot desenvainó la espada y se la mostró a Arcadis que se quedó sorprendida.
-Eres un descendiente de Luminex, ¡Caramba!
-¿Ves?, todos reaccionan igual cuando la ven, Oberá abrió mucho los ojos cuando me la vio en la batalla de la ciudad del agua.
-Y yo que creía que eras un criajo, ¡anda!, contigo me he olivado que ya nunca podré volver a mi planeta, por un momento.
-¿Por qué no puedes volver?
-Porque si volviera mi planeta, seria atacado otra vez por André.
-Maldito villano.
-¿Puedo apoyarme en tu hombro?, la pared está muy dura y no he pegado ojo.
-Pero si estabas todo el rato durmiendo.
-No eres muy observador, me hice la dormida para que me dejarais en paz
-Que solitaria que eres.
El niño le ofreció el hombro a Arcadis y esta apoyó su azulada melena en él, al niño no le importaba tener a una niña triste y desconsolada en el hombro, ambos habían descubierto que eran amigos, y a Kakarot le gustó tener una nueva amiga, y a Tordillo también, que relinchaba contento.
La niña dormitaba tranquilamente y Kakarot también se estaba durmiendo, cuando apareció Mike, que sigilosamente se sentó al lado del niño.
-¿Qué tal?, estamos llegando a Plantix-saludó el guardián.
-¿Porqué hemos tardado tanto?
-Porque no queríamos despertar a las bestias del bosque y porque la ciudad está muy escondida.
-¿Tu sabías que Arcadis era princesa?
-Claro, la princesa de Elfina, anteriormente conocido como Marte, es un plantea cercano a la Tierra. Luminex fue uno de los pocos que llegó y descubrió vida allí, los astrónomos terrestres no entendían cómo podían vivir sin agua, es muy fácil la cogían del subsuelo magmático.
El niño entendió las palabras de Mike y otra vez volvía a aparecer el nombre de Luminex que fue un gran tipo.
Mike seguía sentado al lado del niño y cuando la nave giró suavemente y limpiamente a la izquierda, este habló a Kakarot:
-Despierta a Arcadis y prepara Tordillo, no vamos a aterrizar directamente en Plantix, iremos cinco o diez minutos a caballo.
El niño asintió, le dio una pequeña sacudida a Arcadis que despertó bostezando.
-Ya hemos llegado-anunció el niño.
-¿Por qué montas el caballo?
-Porque vamos a ir a caballo. tú montarás conmigo.
-Bueno mejor montar con alguien que me cae simpático.
El niño se sintió halagado con esas palabras, ya estaban aterrizando.
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