
Capitulo 52
-¿Un poco de té, Presidenta?-.
-Muchas gracias, Akeno-.
Hoy era un nuevo día para el Clan Gremory en el Mundo Humano. Fue apenas ayer que comenzó el torneo de jóvenes Demonios, inaugurado por su combate contra Sona Sitri y su clan. Fue un combate muy reñido entre el poder bruto de los miembros de Rías contra la inteligencia y adaptabilidad de los miembros de Sona. Un combate en el que el Clan Gremory resulto vencedor, aunque apenas.
Pero no fue todo derrota para el Clan Sitri; Saji recibió un reconocimiento especial por ser el luchador que dejo la mayor impresión durante la batalla, siendo su mayor logro haber eliminado al Dragón Emperador Rojo, aunque él mismo fue eliminado poco después por el cansancio. Un logro que fue reconocido por todos los espectadores, incluyendo el mismo Odín.
Y aunque perdieron este combate no quería decir que el Clan Sitri estaba fuera del torneo. La primera ronda eran por puntos, por lo que solo pasarían los clanes jóvenes que más puntos obtuvieran, y aunque perdieron, el Clan Sitri logro ganar buenos puntos que se almacenaran para el final.
Sona aun tenía mucho que dar, y después de esta derrota, se prometió a si misma no perder de nuevo. Haría lo que sea por conseguir su sueño, y el resto de su nobleza la apoyaría.
-¿Cómo se sienten todos? ¿Ya se han recuperado de sus heridas?- Pregunto Rías a su nobleza.
Issei, Yuuto, Xenovia y Koneko asintieron. Durante la pelea habían tenido múltiples heridas y cansancio, pero gracias a la atención de los médicos del Inframundo, lograron recuperarse rápidamente y ahora estaban como siempre.
-Ustedes se desempeñaron bien, deben sentirse orgullosos de su logro- dijo Shun. Él estaba en el lugar porque era su turno de pasar tiempo con los Demonios. -Aunque me sorprendió que tu casa fuera tan grande, Issei-.
-La verdad, no era así cuando me fui...- respondió el castaño.
Cuando volvieron del Inframundo, Issei se llevo la gran sorpresa de ver como la humilde casa de sus Padres en la que había vivido toda su vida, había sido remodelada por el hermano de Rías; ahora era una casa de 5 pisos con un amplio jardín y balcón, con un interior lujoso. Cocina, habitaciones, sala de estar, hasta bodega. Todo fue cambiado y redecorado en un estilo elegante y caro, pero que aun guardaba algo del sencillo estilo Japonés.
Claro que una casa de ese tamaño no podría haberse hecho en un espacio reducido, por lo que los empleados de Sirzechs a cargo, pagaron a los vecinos con el dinero suficiente para que desalojaran sus casas sin peros, con el tiempo de sobra de tomar lo que necesitaran y se fueran. Así, pudieron crear la casa sin molestias, porque todo estaba dentro del margen legal de los humanos.
Aparte del suficiente tamaño para albergar sin problemas a muchas personas, también tenía un sótano reforzado por metales y hechizos del Inframundo, con el propósito de usarlo para que los jóvenes pudieran entrenar sin que llamara la atención de las personas de afuera.
Aun con todo esos cambios, la casa seguía estando a nombre de los padre de Issei, y nada de esto se pudo hacer sin su permiso, cosa que obtuvieron en una charla de Sirzechs con ellos cuando les contó que podía remodelar su casa a un precio barato. Al escuchar esa oferta, los padres, sin sospechar y muy confiados en el hermano del interés amoroso de su hijo, aceptaron. Aunque claro, nunca se imaginarían la sorpresa que recibirían cuando volvieran de sus vacaciones arregladas por Azazel.
-Espero que los padres de Issei-san no se enojen por el gran cambio de su casa- dijo Asia, un poco preocupada por las reacciones de las dos personas mayores con las que se encariño.
-Nah. Seguro lo verán felices. Hasta Papa diría que se saco la lotería en todo- dijo Issei con una mano en la mejilla. Aunque le asusto un poco el gran cambio de su casa por no estar acostumbrado a estos lujos, no le molestaba, tampoco que Azazel alejara a sus Padres, pero de una forma que ellos pudieran disfrutar. -Solo me gustaría que me avisaran de este tipo de cosas antes, también es mi casa...- murmuro.
-Si de algo sirve, mi hermano lo hizo con todas las buenas intenciones- dijo Rías como un tipo de consuelo.
-Me sorprende que el Maou se lleve tan bien con los Padres de Issei- comento Shun.
-A mi hermano no le gusta que lo traten con demasiada rectitud o muy formal fuera del trabajo, así que debió encontrar agradable la actitud informal de los Padres de Issei, aun cuando no saben quien es en realidad- dijo Rías. -Aunque no lo culpo, son realmente agradables-.
-Aunque si es una casa grande solo para Issei, Asia y la Presidenta- comento Xenovia, observando alrededor.
-Creo que también lo hizo de esta forma para que él o cualquier otra presencia sobrenatural pudiera venir sin preocuparse de ser vistos, como un punto de reunión aparte del edificio del club-.
-Sirzechs-sama piensa en todo, ¿no?- Exclamo Akeno.
Aunque era temprano y ya habían desayunado, la razón por la que todos se reunieron en la casa de Issei era para algo sencillo y básico que todo estudiante hace... tareas. Les dejaron tareas de vacaciones a todos, y nadie las había hecho por irse al Inframundo y estar enfocados 100% en sus entrenamientos, así que para hacerlo más llevadero, decidieron reunirse para hacer la tarea en conjunto y ayudarse, así se quitarían ese problema de encima rápidamente y podrían concentrarse mejor en el torneo.
Sobre todo porque hoy era Sábado y el Lunes volvían a clases.
-Issei-Senpai, ¿me puede ayudar con este problema?- Pidió Koneko, señalando un problema en su cuaderno.
-Haber...- Issei se movió alrededor de la mesa para estar al lado de Koneko, viendo el problemas. -Tienes que resolverlo así...-.
Otro gran cambio fue la relación entre Issei y Koneko. Desde aquel encuentro con Kuroka y Paradox, ambos se han acercado... mucho. A tal punto, que Koneko comenzaba a sentarse en el regazo de Issei a comer dulces, y él la dejaba al encontrar lindo su actuar.
Era claro que Koneko había ganado un interés romántico en Issei, para los celos de Rías y Asia. Habían bajado la guardia al notar el interés de Akeno y Xenovia en Kiki, y ahora tienen a una rival, y la menos esperada.
Y Koneko lo sabía, por lo que se burlaba de ellas en sacar sus orejas y actuar como un gato en busca de atención con Issei, recibiendo caricias en su cabeza mientras le lanzaba una sutil mirada de burla a ambas.
La gata se volvió engreída y ya se creía superior a su amo. Rías no olvidara nunca esto y se asegurara de hacer pagar a Koneko.
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El fin de semana paso rápido, y las vacaciones terminaron. Así, los Clanes Gremory y Sitri volvieron a sus actividades de jóvenes de secundaria ordinarias.
-Las vacaciones ya terminaron. Quería explotarlas más, pero con el entrenamiento no pude- suspiro Issei, triste por no haber aprovechado sus vacaciones para divertirse.
-¡Oye, Issei!- Dos familiares voces para el castaño se hicieron oír, acompañado de una patada en su trasero.
-¡Ah! ¿Qué están haciendo?-.
Cuando se volteó, vio a sus dos mejores amigos y que con él, conformaban el trio pervertido de Kuoh: Matsuda y Motohama.
-Maldito... ¡no fuiste a la playa con nosotros para buscar chicas como prometiste!- Exclamo molesto Mastuda, el amigo sin pelo de Issei.
-¡¿Te olvidaste de nuestra alianza de caballeros?!- Exclamo Motohama, el de los lentes.
Ambos rodearon a Issei con sus brazos para hacerle una especie de llave de lucha para ahorcarlo con sus brazos como castigo por dejarlos de lado.
-¡Tuve que ir al campamento de verano, no tuve de otra!- Dijo Issei, usando la excusa de campamento que uso para no revelar que fue al Inframundo. -¡Entonces, ¿obtuvieron resultados?!-.
Al hacer esa pregunta, ambos se detuvieron. Issei no vio las expresiones rígidas de sus rostros.
-Jijiji...- llegó riendo Kiryu Aika, una chica de cabello castaño con coletas a los lados, gafas moradas. -Conociéndolos, tuvieron unas vacaciones sin sentido-.
Kiryuu era como un tipo de amiga para el trio pervertido, ya que era la única chica que les hablaba sin golpearlos por espiar, además que ella era una pervertida de closet, y tiene una especie de rivalidad con Motohama sobre leer medidas de personas.
-¡¿Qué dijiste, Kiryuu?!-.
-¡No es de tu incumbencia!-.
Matsuda y Motohama no iban a admitir a nadie, menos de Kiryu, que ella tenía razón.
-Oigan. ¿Escucharon? Viene otra estudiante transferida. Escuche que es una belleza. Además que llega otro profesor del extranjero para reemplazar a Seiya-Sensei- dijo Kiryuu. Eso si llamo la atención de ellos.
-Oye, Issei, ¿algo le paso a Seiya-Sensei?- Pregunto Motohama, ya que para todos, Seiya, con Azazel, eran los profesores encargados del campamento de verano.
-Si me soltaran, podría contarles- dijo Issei, logrando que sus amigos lo liberaran. -Pues tengo una idea sobre la chica, y sobre el nuevo profesor... Seiya-Sensei tuvo que volver a Grecia por asuntos personales y lo viene a reemplazar su medio-hermano. Tiene el permiso del Director-.
-¿Conoces a este nuevo profesor?- Pregunto Kiryuu.
-Pues si, lo conocí ayer...-.
-¡Maldición! Si es tan apuesto como Seiya-Sensei, nuestras posibilidades de conseguir novia se verán muy reducidas este año- exclamo Matsuda.
Matsuda no se imaginaba el alcance de sus palabras...
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-Estaré reemplazando a Seiya por un tiempo, pero espero que nos llevemos bien. Mi nombre es Shun Kido. Un gusto conocerlos-.
Tras presentarse a su clase en la cancha, las chicas estallaron en gritos de felicidad y ovaciones al ver a tan hermoso hombre como su profesor de gimnasia. Es como si un Dios hubiera descendido del cielo y les estuviera sonriendo.
En la clase de Issei, la estudiante transferida resulto ser Irina, quien tras presentarse hizo saber a todos que era amiga de la infancia de Issei, haciendo que todos se sorprendieran, y los hombres vieran con furia y celos al castaño, quien solo pudo encogerse en su asiento.
Tras terminada las primeras clases, el rumor de ambos recién llegados se extendió muy rápido. Demasiado. No pasaron ni diez minutos antes de que Shun pudiera sentir las miradas anhelantes y sonrojos de muchas estudiantes femeninas sobre su persona. Hasta una de las profesoras más jóvenes se le insinuó y le dio, sin pedirlo, su número de teléfono.
Tal vez tuvo que haber seguido el consejo de Seiya y decir que tenía novia en su presentación.
Al ser el primer día, las clases terminaron temprano. Todos los miembros del club se reunieron, donde Irina y Azazel explicaron la presencia de la primera en la Academia.
Con la Brigada del Khaos suelta, y al parecer, el Dios Ares y su ejercito es parte de ella, Michael se preocupo que Demonios, Ángeles Caídos y Caballeros no fueran suficientes, por lo que envío a alguien en representación del Cielo para proteger la escuela.
De paso, Irina revelo sus alas de Ángel, sorprendiendo a todos los presentes, ya que así como casi todos reencarnaron en Demonios, Irina reencarno en un Ángel.
Azazel explico que como Dios ya no esta vivo, ya no pueden nacer más Ángeles, así que le copiaron a los Demonios con el sistema de reencarnación, salvo que en vez de usar piezas de ajedrez, los Ángeles se basan en las cartas de poker. Un Ángel de alto rango es Rey, y tiene una familia de cartas desde As a Reina. Irina reencarno con la carta de As, siendo parte de la nobleza de Michael, como representaba el símbolo que aparecía ahora en el dorso de su mano derecha.
Shun veía con una sonrisa como todos interactuaban entre si, como si fueran jóvenes normales. Puede que Ikki no tuviera una opinión muy alta sobre estos chicos, pero a cada momento, Shun tenía una mejor opinión de estos jóvenes. Ellos seguramente cambiarían sus respectivos mundos en el futuro.
Su mirada se desvío un momento a la ventana del club. Fue por un segundo, por lo que nadie lo noto.
Nadie excepto Azazel.
-Creo que es momento de que me retire- el peliverde se puso de pie. -Daré mi informe al Santuario de inmediato. No creo que pase nada extraordinario hoy-.
Ninguno de aquí prestó objeción y con asentimientos compartidos, Shun se retiro con una sonrisa.
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Afuera del edificio del club, en la rama de un árbol que da una vista completa al interior del club, había un gato negro que veía con sus brillantes ojos el interior. Sus ojos estaban enfocados en Koneko, que estaba sentada en el regazo de Issei.
-Podrías entrar y saludar a tu hermana-.
El gato se levanto sobre sus cuatro patas y encorvo su cuervo en una especie de arco con los pelos levantados y la cola tensa en el aire. Una reacción que hacen todos los gatos cuando se asustan.
El felino miro rápidamente hacía abajo, donde estaba de pie un Shun con las manos en los bolsillos. El peliverde levanto un dedo y señalo un área más apartada del edificio, indicándole que le siguiera hasta allá.
Shun camino tranquilamente a ese lugar mientras era seguido por el gato negro, que avanzaba entre los árboles.
Cuando estuvieron lejos del edificio, Shun hizo un movimiento de mano, creando una barrera invisible de Cosmos que le impediría ser detectados.
-Ya podremos hablar tranquilamente- le dijo al gato. -No te preocupes, no te voy a delatar ni a atacar. Si quisiera, ya lo hubiera hecho-.
El gato salto hacía el suelo, y en el aire brillo por completo, su cuerpo volviéndose más grande y cambiando su figura. Cuando toco el suelo, el brillo se desvaneció, revelando que era Kuroka.
-¿Cómo me detectaste-nya?- Pregunto la Nekomata con curiosidad.
-Te sentí cuando te subiste a la rama del árbol a espiarnos transformada en gato. Entre presencias Demoniacas y Angelicales, tu esencia de Yokai es fácil de notar para cualquier Santo con algo de experiencia- respondió Shun.
-Ustedes, los Santos de Athena, son de temer-nya-.
Shun lo tomo como un halago. -¿Qué haces aquí? Si te descubren, podría ser peligroso para ti. Y puedo sentir que viniste sola-.
¿Fue capaz de sentir que también estaba sola? La habilidad sensorial de los Caballeros de Athena no dejaba de sorprenderla.
Aunque no lo demostraba, Kuroka estaba nerviosa. Hace solo una semana había sido casi golpeada por un Issei que recién despertó el Balance Breaker, siendo salvada por Paradox y la llegada de Arthur y este tipo de armadura que más tarde, averiguaron que era uno de los guardaespaldas de Odín. Si lo que Vali dijo es cierto, entonces ninguno tenía oportunidad ante un Caballero Dorado.
-Pues... si te digo que solo vengo a ver como esta Shirone, ¿me creerías?-.
-Así que por eso, eh... pues si, veo que dices la verdad-.
La pelinegra abrió los ojos de la sorpresa... ¿en serio le creía así de fácil?
Shun noto su sorpresa y procedió a explicarse: -Aparte de poder sentir las energías, los Caballeros también podemos sentir las emociones e intenciones de una persona a través de lo mismo. Para un Caballero con el Séptimo Sentido dominado como yo, es fácil identificar cuando una persona es buena o mala, incluso también el poder identificar cuando alguien miente o no, aunque pocos logran ese nivel, entre los que me incluyo. Con lo que acabas de decir, se que lo dices de verdad-.
No solo pueden moverse a la velocidad de la luz y un Dorado es capaz de darle una paliza a Vali, ¿sino que también pueden identifican las intenciones de una persona y saber discernir mentiras con solo sentir su energía? Estos tipos estaban demasiado rotos. ¿Por qué Paradox se fue de un lugar llena de personas así?
-¿Qué va a pasar ahora-nya? ¿Me tomaras prisionera y me llevaras ante los Demonios?- Pregunto Kuroka, sonando muy casual, pero preparando muchos hechizos y Senjutsu para escapar.
-Depende. ¿Vas a intentar llevarte a Koneko a la fuerza de nuevo?- Por el tono de Shun, sonó a un reproche.
-No. Se que no caerá de nuevo en el truco, menos cuando hay tanta gente a su alrededor- respondió.
-Bien. ¿Puedo preguntarte algo?-.
-Ya lo hiciste-nya-.
-...No me refería a eso-.
Kuroka se río un poco. -¿Qué quieres?-.
-¿Qué opinas de la vida actual de Koneko?-.
Esa.. no era una pregunta que ella esperaba que le hicieran del lado "contrario" al suyo. Por un momento se le paso mentir para seguir con sus papel de la mala, pero al recordar las palabras anteriores del peliverde, sabría que no serviría de nada.
-...No me gusta que este rodeada de Demonios, pero si ellos la tratan bien por ser quien es y no por su poder, y ella es feliz, no me puedo quejar-nya. Tampoco tengo ese derecho- suspiro, cruzando los brazos debajo de su busto. -Pero si me entero que la hicieron sufrir, me llevaré a Shirone y me aseguraré que todos y cada uno sufran-.
Shun sonrió, como si esa hubiera sido la respuesta que esperaba. -Sabía que no eras tan mala como decían. Te preocupas de verdad por tu hermana-.
-¿No sabes lo que he hecho-nya?-.
-¿Lo de volverte loca de poder y matar a tu amo? Si. Pero puedo sentir que tienes perfecto control de tus poderes, y con lo que acabas de decir, me confirmaste que quieres a tu hermana y deseas pasar tiempo con ella-.
Esa respuesta dejo con la boca ligeramente abierta a la Nekomata. Tal vez hablo de más, pero le sorprendía que alguien pudiera leerla fácilmente, sobre todo un desconocido como el peliverde.
-¿Qué esperas conseguir con todo esto? ¿Qué me rinda? ¿Qué te diga la ubicación de Valí y la Brigada del Khaos?- Le cuestiono con más preguntas, intentando encontrar sus verdaderas intenciones de todo este dialogo.
A ella realmente no le importaba la Brigada del Khaos. Solo se unió para mantenerse segura de sus perseguidores, por lo que si estaba en peligro, no le importaba divulgar esa información. Pero nunca traicionaría a Valí y a sus amigos. Ellos le dieron un hogar cuando perdió el suyo. No lo admitiría frente a ellos, pero los consideraba más su familia que amigos.
Shun negó con la cabeza. -Nada de eso. Se que no traicionarías a tus amigos. Lo se, porque yo tampoco traicionaría a los míos. Solo que me he llevado bien con los jóvenes Demonios, y Koneko se volvió muy cercana a Seiya y Shoko, por lo que me gustaría que fuera feliz. Sobre todo, no me gusta ver a dos hermanos que se aman separados-.
Shun hablaba con sabiduría. Puede que recién este conociendo a los jóvenes, pero ya habían demostrado por palabras y acciones lo buenos que eran, no siendo muy diferentes a jóvenes normales. También, había escuchado buenas cosas de ellos por su medio hermano y la pelirroja, quien hizo énfasis en la chica de pelo blanco a la que le agarro cariño. Y con lo último, hacía énfasis a su propia experiencia, de cuando estuvo 5 años separado de su hermano cuando fue a entrenar a la Isla Andrómeda, siendo su única motivación para ganar la armadura el volver a verlo.
Al escuchar esas palabras, y notar que hablaba realmente en serio, Kuroka quedo en shock. Su mente intento encontrar la trampa oculta en las palabras bonitas del Santo de Virgo. Una trampa, una mentirá, lo que sea que le diga que este sujeto solo se aprovecha de su sentimientos por su hermana para que baje la guardia y se aproveche... pero no sintió nada.
El Senjutsu era más que un tipo de energía. Era poder usar la naturaleza misma. Se podía decir que un usuario de Senjutsu y sus variantes, tenía al mismo planeta de su lado. Entre las habilidades que otorga, podía, igual que los Caballeros, distinguir las intenciones de una persona, sabiendo si dice la verdad o no.
Y usando esa habilidad en todo momento, Kuroka pudo identificar que Shun dijo cada palabra de verdad. Él realmente dijo eso para ayudarla, por ella y Koneko.
-Tu...- se quedo sin palabras por la honestidad del hombre. -No se si eres o muy bueno, o demasiado ingenuo-nya-.
Shun se lo tomo de buena manera con una pequeña risa. -Me lo dicen a menudo. Pero hablo en serio. Puede que no conozca todos los detalles, pero si mataste a tu antiguo amo, fue por una razón que no tiene nada que ver con enloquecer de poder. Si se lo explicas a Koneko, ella te escuchara-.
-Yo... no lo se-nya. Ni siquiera creo que me quiera ver luego de que intente llevármela a la fuerza- dijo Kuroka, bajando la mirada en un gesto de inseguridad no propio de ella.
-No lo sabrás si no lo intentas- fue la respuesta de Virgo, antes de deshacer la barrera de Cosmos que había creado. -Pero al final, es tu decisión, no te obligaré a nada, ni te arrestaré por un crimen del que puede que no seas tan culpable como parece. Aunque si vuelves a intentar algo como lo de aquella noche, o atacas como miembro de la Brigada del Khaos, tendré que intervenir-.
-Que miedo- dijo Kuroka, recuperando su buen animo. -Adiós, Caballero-san- Kuroka le dio la espalda a Shun, que no hizo intento de detenerla cuando un Círculo Mágico apareció debajo de sus pies. -Y... pensaré lo que dijiste- fue lo último que dijo, antes de desaparecer.
Shun suspiro interiormente. Reflejaba la relación tensa de Koneko y Kuroka con la que tuvo antes con su hermano cuando volvieron a verse cuando él irrumpió en el Torneo Galáctico y se robo la armadura dorada. En ese entonces, no sabía porque su hermano había cambiado tanto y ahora era su enemigo. Igual que Koneko no sabe de lo que en verdad paso y de las razones del actuar de su hermana. Solo esperaba, que al igual que ellos, las hermanas Nekomata pudieran solucionar sus problemas y reconciliarse.
Aunque Koneko no lo demostraba y lo admitiera, Shun podía notar el leve brillo de tristeza en sus ojos, oculto por una mascara de indiferencia que mostraba a todos. En el fondo, era una hermanita pequeña que quería volver a sentir el abrazo reconfortante de su hermana mayor. Shun conocía bien el sentimiento.
Solo podía desearles lo mejor a ambas.
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(Más tarde)
Issei y Asia habían salido a hacer compras, ya que Rías decidió hacer una fiesta de bienvenida para Shun para cuando volvieran a clases, y como Irina llegó, aprovecharían para hacer la fiesta también para ella.
En el camino de vuelta, Issei se detuvo frente a una tienda donde venden cosas de deportas, lo que le hizo recordar el festival deportivo que se acercaba. Al explicarle que era ese festival y reanudar la caminata, Asia se tropezó por un desnivel en la calle.
Se hubiera caído, si no fuera por las manos que la tomaron del hombro por atrás.
-Disculpe. Muchas gracias- agradeció sinceramente la ex-monja por evitar que le pasara un accidente por su torpeza.
-Nos encontramos de nuevo, Asia Argento-.
-¿Huh?-.
Issei miro fijamente al tipo, notando el aura demoniaca que libera. -Tu eres...-.
-Buenos días, Asia, he venido a verte-.
Era el mismo tipo de cabello verde que Asia había visto en la reunión de Jóvenes Demonios antes de comenzar su entrenamiento.
-¿Acaso no eres uno de los jóvenes Demonios del Inframundo?- Pregunto Issei, reconociéndolo, pero solo por eso.
-¿Se ha olvidado de mi?- Pregunto el Demonio a Asia, ignorando a Issei.
-E-Este...- Asia miro al suelo, avergonzada por si haberlo olvidado.
-¿Qué le estas diciendo a Asia?- Pregunto Issei, comenzando a sentirse molesto de repente.
El joven puso una mano delante suyo, en señal de defensa. -Pero si nos hemos conocido antes. Mucho antes de que ella te conociera a ti-.
-¿Ah? Eso es imposible-.
-Te lo demostraré-.
Fueron a un parque cerca del lugar, y tras dejar la bolsa de compras en una banca, el misterioso demonio se quito la capa que traía y se desabotono la camisa, mostrando su pecho desnudo y con cierto nivel de musculatura. Pero lo que más llamo la atención era la cicatriz en forma de x en el centro del pecho.
-Esa cicatriz...- Asia ahora reconoció donde había visto esa herida, y a quien. -¿Acaso usted es...?-.
-Es cierto- volvió a abotonarse la camisa. -Yo fui el Demonio que fue salvado por tu Sacred Gear. Mi nombre es Diodora Astaroth-.
Asia quedo impactada. Nunca espero volver a ver al Demonio que curo, y que por eso, la expulsaron de la Iglesia, terminando en donde esta ahora.
-Me sorprendió mucho el verte en el Inframundo- dijo Diodora, volviendo a colocarse la capa. -Pero fue difícil hablar durante esa conmoción, ¿no?- Se refería a la pelea de los jóvenes Demonios, en la cual Sairaorg tuvo que intervenir. -Es por eso que he venido a recogerte-.
-¿Recogerme?- Repitió Asia sin entender.
-Nuestro encuentro y reunión, creo que ha sido cosa del destino- Diodora se arrodillo frente a Asia y tomo con delicadeza una de sus manos, sonrojando levemente a la rubia al ver como le besaba el dorso, como una especie de príncipe a una princesa en una novela.
-¡Maldito! ¡¿Qué le estas haciendo a Asia?!- Exclamo Issei, sintiendo que la molestia que comenzó a surgir en él incrementaba con cada palabra y acción de este tipo.
Diodora volvió a ignorar al Peón al estar enfocado en la Alfil. -Quiero que te conviertas en mi esposa. Estoy enamorado de ti-.
-¡¿Qué?!- Issei grito.
-¡¿H-HAAAAA?!- Asia se sonrojo furiosamente. De todas las cosas que pudo haber esperado al volver a clases, una declaración de amor con una propuesta de matrimonio no estaba ni siquiera en la lista.
-Se que es repentino, por lo que no quiero una respuesta de inmediato. Hoy solo vine a saludar- aclaro Diodora, levantándose. -Pero mis sentimientos son sinceros, así que quiero que lo pienses. Esperaré impaciente tu respuesta-.
Y con esas palabras, desapareció en un Círculo Mágico.
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A la noche, mientras se organizaba la fiesta de bienvenida para Shun e Irina, Rías había notado que algo pasaba al ver lo distraído que estaban Issei y Asia desde que volvieron de compras, por lo que cuando todos estuvieron distraidos, ella los llevo a la habitación de Issei, donde les pidió una explicación de lo que paso.
Ambos relataron su encuentro con Diodora y la propuesta que le hizo a Asia. Rías quedo sorprendida de que él apareciera, y más aun, de su actuar.
-Diodora es el próximo en la línea de sucesión de la prestigiosa familia Astaroth, de la cual proviene el Maou Beelzebub. Me sorprende que lo conozcas, Asia- dijo Rías, sorprendida. Se llevo una mano al mentón en un gesto pensativo.
-No recordaba muy bien su rostro. Muchas cosas dolorosas pasaron durante ese tiempo- comento Asia.
Issei tuvo un nudo en la garganta al recordar las razones de la expulsión de Asia, así como lo sucedido con los Ángeles Caídos.
-Estoy segura que estaba emocionado de volver a ver a la chica que lo salvo. Es típico de Diodora, mantener siempre su educación- dijo Rías. -Solo déjalo-.
Aunque se podría ver mal que un Demonio de Clase Baja ignorara una propuesta de amor, y de matrimonio de un heredero de una casa prestigiosa, Rías no era tan cercana a Diodora como si lo eran con Sona, Sairaorg o Seekvaira, pero lo conocía lo suficiente para saber que él solo se emociono y dijo demás por eso. Aun si sus sentimientos son enserio, no puede lanzar una propuesta a la ligera, tanto por su posición social como porque Asia es su sierva, miembro del Clan Gremory.
-Entiendo- dijo Asia, sintiéndose más aliviada.
Gasper golpeo la puerta y tras recibir la señal de pasar, les aviso a todos de que los preparativos, por lo que los tres fueron con los demás a celebrar.
-¿Temes que ella se vaya de tu lado? Patético-.
Issei se detuvo cuando en su mente resonó una voz. Una voz que deseaba no volver a oír, pero que ahora, con su molestia por Diodora Astaroth, volvió a escuchar después de meses.
La voz de quien, en cierto sentido, lo puso en el camino actual. La voz de quien se burlo de él de la manera más retorcida y lunática posible... la voz de ella...
-¿Issei-san?- Llamo Asia al notar que el castaño se quedó atrás. -¿Pasa algo?-.
-Na-Nada...- Issei sacudió la cabeza, intentando despejar la mente. -¡Vamos con los demás! Tengo mucha hambre-.
La sonrisa que dio no llegó a los ojos de Asia, pero ella no hizo comentario alguno y fueron al comedor.
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(Con Amaterasu)
Por una vez, la líder del Panteón Sintoísta estaba haciendo su papeleo, no con fastidio o con un sentimiento de responsabilidad, sino con una sonrisa en el rostro que iluminaba todo su alrededor. Literal y metafóricamente.
Esta semana que ha pasado junto a Seiya ha sido de las mejores en su larga vida.
Desde que lo trajo al Taka no Hama, ha hecho que lo acompañe a todas partes para que conociera bien el lugar, que aprendiera de la cultura de su país, una cultura que nunca tuvo tiempo de aprender. Aunque a veces se preocupo de haberlo arrastrado a diversas partes y fuera demasiado insistente, él, como el caballero que era, le dijo que le molestaba, y ella le creyo al verlo interesado en ciertas cosas, como las mascaras Yokai o la comida Japonesa.
Claro que era una excusa para tener citas con él a solas, aunque él no lo sabía. Era lindo verlo tan inocente y ajeno a sus verdaderas intenciones.
Claro que no solo se han divertido. Ella también ha hecho que lo acompañe a reuniones con Dioses líderes de su Panteón y miembros de las Cinco Familias, usando como excusa de que sea su guardaespaldas, aunque la verdad quiere que él y los demás se acostumbren a su presencia, ya que cuando se casen, Seiya tendrá que asistir a varias de estas reuniones.
Algunos Dioses no vieron con buenos ojos a un mortal dentro de una reunión de Dioses importantes, menos uno que es seguidor de un Dios extranjero, pero Amaterasu los aplaco. Y si alguien aun la contradecía, Susanoo y Tsukuyomi mostraban su apoyo.
Ellos, más Tsunahi, eran los únicos que conocían sus planes para desposarse con el Caballero de Sagitario y lo aprobaban. Le tenían un gran respeto y amistad a Seiya, sobre todo Susanoo, a quien, hace unos instantes, se llevo al castaño para una pelea de exhibición. Que suerte que mejoro las zonas de entrenamiento para que sean más resistentes.
La puerta de su oficina fue golpeada un par de veces, y al dar la indicación de que pase, un Tengu entro y se arrodillo en señal de respeto.
-Amaterasu-sama, Izanagi-sama ha vuelto-.
-Que entre, por favor-.
El Tengu asintió y se retiro. Unos segundos después, una nueva presencia ingreso en su oficina.
-Hola, querida hija-.
Izanagi-no-Mikoto, o Izanagi a secas, es el Dios que creo, junto a Izanami, las islas que ahora conforman Japón, y de ambos nacieron muchos Dioses, entre los que se encontraba la misma Amaterasu y sus hermanos. Izanagi era un hombre adulto que aparentaba estar a mitad de sus cuarenta, de cabello negro peinado hacía atrás, dos pelusas de pelo como bigote bajo la nariz y una barba mediana y bien cuidada. En los pelos de su cabello y barba habían pequeños mechones de cañas que pasaban desapercibidos.
Como vestimenta, usaba un elegante haori, que es el kimono para los hombres, de color café claro con un haori más grande y grueso encima como una capa, de un café más oscuro. Usaba sandalia Japonesas con los clásicos calcetines bajo sus pies. Tenía atado a la cintura una katana enfundada en el costado izquierdo.
Desde la creación del Panteón, Izanagi se ha posicionado como el Dios Líder y el más poderoso de todos los Sintoístas, siendo su único rival su actual ex-esposa, Izanami, que es la gobernante del Yomi, la contraparte Sintoísta del Infierno Griego. Aunque la pareja se separo, pudieron llegar a un mutuo acuerdo para el flujo de la vida y la muerte de su país.
Así se mantuvo, hasta que a mitad del Siglo XVIII, Amaterasu ocupo el lugar de Izagani como la líder del Panteón Sintoísta, y siglos antes, Tsukuyomi había derrotado a su padre en un combate, ganando el título de Dios más poderoso del Panteón. En ambos casos, Izanagi acepto la superioridad de sus hijos y retrocedió para que ellos brillaran y lideraran su creación a su modo.
Aunque la mayoría de veces se replegó a su Santuario, no ha quedado inactivo. Amaterasu le pedía a su Padre consejos para ciertas situaciones que surgían en el Panteón, o a veces le pedía que fuera su representante en reuniones con ciertos Dioses, al ser uno de los Dioses más viejos que quedaban y aun estaba en forma.
-No te esperaba tan pronto, Padre. ¿Has estado bien? ¿Cómo fue tu viaje?- Pregunto Amaterasu a su Padre.
-Sin complicaciones. Fue bueno ver a Dagda- respondió Izanagi, tomando asiento frente a su hija.
Hace una semana, Amaterasu le pidió a su Padre si podría ir al Panteón Celta, un Panteón aliado del Sintoísta, ya que quería hablar de un tema con ellos. Como Izanagi y el líder del Panteón, Dagda, eran buenos amigos, fue la opción correcta.
Aunque ella no esperaba que volviera tan pronto. Normalmente, Izanagi se toma su tiempo para charlar con viejos amigos y ponerse al día tras siglos sin verse, así que era normal que volviera en un par de meses, a menos que ella solicitara su presencia antes o le pusiera un tiempo limite, cosa que no sucedió esta vez.
Dagda era el Rey Dios del Panteón Irlandés, o Céltico, como es más llamado. Es el Dios del Conocimiento y de la Tierra, además de ser un poderoso guerrero y maestro de la magia.
-¿Y como esta?- Pregunto. Para la pelinegra, Dagda era como el tío buena onda que te regala dinero cuando tus padres no ven, así que le tiene cariño.
-Igual que siempre. Se queja mucho del trabajo y ser líder. De hecho, ese viejo finalmente ha decidido retirarse y darle su puesto a Lugh- respondió Izanagi con una mueca divertida.
-¿No había dicho que sería Rey del Panteón Celta hasta la muerte?-.
-Según él, el cargo lo estaba matando lentamente y parece que finalmente llegó a su limite- soltó una risa. -La verdad, duro mucho más de lo que imagine. Parece que perdí la apuesta con Odín-.
Amaterasu soltó una pequeña risa.
-Aunque esa no fue la razón de que volviera temprano- la expresión afable de Izanagi fue reemplazada por una más seria, con el ceño ligeramente fruncido.
Tomando ese gesto en serio, Amaterasu puso una expresión seria, pero amable, atenta a lo que sea que diría su papa. -¿Y cuál fue la razón, Padre?-.
-¿Es cierto que trajiste a un humano al Taka no Hama, y que además, piensas casarte con él?-.
La pregunta directa de Izanagi la sorprendió. No le sorprendía que se enterara que Seiya estuviera aquí, era obvio que la noticia se esparciría, pero no espero que también supiera de su deseo. Además, la mirada que le dio al hacer la pregunta, más el tono, aunque trato de ser serio, podía notar la conocida desaprobación que había escuchado varias veces cuando era más joven.
Rápidamente, quito toda sorpresa de su rostro, tomando una postura más seria y fuerte.
-¿Donde escuchaste eso, Padre?-.
-No importa de donde lo escuche. Lo que importa es que quiero saber si es cierto o no-.
Definitivamente alguien se lo había dicho. Solo Susanoo y Tsukuyomi sabían de sus intenciones y ninguno la traicionaría al contarle a su Padre. Quien fue el que se entero de lo que quería y se atrevió a divulgarla es algo que investigaría después y que castigaría. Aunque tenía una idea de quien fue. Ahora se enfocaría en el problema inmediato.
-¿Y que si fuera así?- Pregunto, sin confirmar o negar nada. -Soy una adulta perfectamente capaz de tomar mis decisiones. Nunca te has opuesto a mis decisiones desde que soy la líder del Panteón-.
-Pero esto es diferente- replico Izanagi. -Dejando de lado que es un mortal con vida limitada, es el servidor de una Diosa ajena del Panteón, y no cualquiera, sino uno de los más fuertes. Él más fuerte, por lo que se, y ella nunca lo entregaría así a un Panteón extranjero, sin importar si somos aliados. Además, ¿te has declarado siquiera a este mortal? No puede haber boda si el novio no esta ni enterado-.
De mala gana, Amaterasu tuvo que aceptar que su Padre tenía razón. Ya tenía planes para confesar sus sentimientos a Seiya, pero tenía que preparar el terreno primero. Pero sobre Athena entregándolo tiene su motivo. A pesar de que ha dicho que casarse con Seiya no hará que el castaño deje sus labores de Santo, Athena podría no creerle, además que definitivamente habrán momentos en que el deber de Seiya como Santo de Athena y como su esposo puedan chocar a veces.
Y para agregar, si sus sospechas sobre el otro tema eran ciertas, puede que Athena sea la que más se oponga a su matrimonio, sin contar a la pelirroja de plata.
-No te preocupes, Padre, ya estoy arreglando ambas cosas, así que no tienes que preocuparte- dijo Amaterasu, cerrando los ojos con una expresión de indiferencia.
Izanagi entrecerró sus ojos. -No dejes que tus sentimientos afecten a los demás, Amaterasu. Eres la líder del Panteón Sintoísta, compórtate como tal-.
-Lo tendré en cuenta, Padre. Ahora le pido que se retire, tengo documentos que firmar como la líder del Panteón-.
Izanagi frunció el ceño ante la forma en que Amaterasu se llamo a si misma, pero no dijo nada mientras se levantaba y retiraba.
Ya sola, Amaterasu materializo un pequeño círculo mágico, mostrando un pequeño holograma de Tsunahi.
-Quiero que me traigas a Bishamonte enseguida a mi oficina-.
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Mei estaba haciendo afuera de la entrada del Templo de Cáncer, haciendo guardia. Como Caballero Dorado, ante los últimos ataques, tenía que estar en guardia en cualquier momento. Como Kiki se había ido, él era la primera defensa de las Doce Casas del Zodiaco, sin contar a los Caballeros de Plata y Bronce que patrullaban afuera del territorio.
Era así, al menos hasta que terminara el entrenamiento de la siguiente Santo de Géminis, que era entrenada por Ikki. No sabe mucho del avance, pero espera que vaya bien. En estos tiempos, un nuevo Caballero Dorado es bien recibido.
Aunque ahora no estaba preocupado por eso.
-"¿Realmente tuviste que meter al interior de un volcán para conseguir tu armadura? Suena muy peligroso"-.
-Lo fue, y por error libere a un monstruo mitológico que casi provoca el fin del mundo, pero considerando que estoy vivo, ese ser sellado y tengo una armadura dorada... creo que lo valió-.
Estaba hablando con Gabriel a través del cubo que le dio para mantenerse en contacto. Ya habían tenido varias conversaciones, en las que Mei conocía más a Gabriel y viceversa.
Gabriel, aunque era una chica pura e inocente, al punto que rayaba lo ingenua, no lo era. Participo en la Gran Guerra, donde vio morir a varios hermanos y su Padre, y aun así se mantuvo firme y fiel a su lado. Tenía un gran corazón, el más amable que él había visto aparte de Shun. También tenía don de líder, ya que era la mano derecha de Miguel, quien se ocupaba de los asuntos del Cielo cuando este no estaba disponible.
El respeto y admiración que Mei sentía por ella aumentaba con cada charla. Él no se imaginaba haciendo todo lo que ella tiene que hacer en el Cielo. Ni siquiera puede pensar en como Athena o Nicole llevan el Santuario, y todo un reino debe ser por mucho más difícil.
-¿Y donde esta Miguel ahora?- Pregunto Mei.
-"Sigue en el Inframundo, pero volverá pronto. Le diré que mandaste saludos"- dijo Gabriel. -"Mi hermano Uriel me ayuda mientras tanto con la administración de los Ángeles, y mi hermano Jofiel con los asuntos de la Iglesia. Son bastante confiables, creo que les agradarías. Sobre todo a Jofiel"-.
¿El Santo de Cáncer, quien es el guardián del Yomotsu, conociendo a Ángeles? Si su maestro escuchara esto, se reiría.
-Pues sería interesante conocerlos, Gabriela-.
-"¿Eh?"- La rubia pestañeo, sorprendida por la forma en que fue llamada. -"Me llamaste... ¿Gabriela?"-.
Mei se quiso morder la lengua por lo que dijo. Ya habiendo hecho el error, decidió hablar en un intento de salvarse. -Pues... tu nombre suena más de hombre que para una mujer, y aunque no cuestionare los nombres que Dios le puso a sus hijos, para mi es más cómodo llamarte en un termino más femenino. Pero si te molesta, puedo evitar hacerlo, en serio-.
-"No, no. No me molesta"- se apresuro a aclarar. -"Es solo que... nadie me había llamado de diferente forma antes. Gabriela..."- probo decir su nombre en una forma más femenina, lo que le hizo sacar una sonrisa. -"Gabriela. Me gusta. ¿Puedes llamarse así de nuevo? Por favor"-.
-Gabriela-.
Decir eso hizo que la sonrisa de la Ángel aumentara, y aun cuando era una proyección holográfica, principalmente de tono azul, creyó ver un pequeño sonrojo en sus mejilla.
-"Aunque solo se le agrega una letra más, es como si fuera otro nombre, y cuando lo dices tu... hace que me guste más"- confeso. -"¿Podrías llamarme de esa forma a partir de ahora?"-.
-He... ¿no sería raro?-.
-"Claro que no. Si te hace sentir bien, puedes llamarme así cuando estamos solos. ¿Por favor?"-.
Cuando ella se lo pide con ese tono tan dulce y unos ojos de cachorro, Mei no encuentra en su alma el negarse. Tampoco ayuda que los latidos de su corazón se hicieran más fuerte desde que ella dijo que le gustaba que la llamara de esa forma.
-Ok... Gabriela-.
-"¡Si!"- La rubia festejo dando un salto, lo que hizo que sus senos se levantaran y rebotaran en la imagen holográfica, haciendo sonrojar a Mei por esa vista.
El peliazul teñido había estado tan concentrado en la conversación que no noto la figura que venía desde el salón Patriarcal y se había detenido a unos metros detrás suyo.
-"¿Mnh?"- Pero Gabriel, o mejor dicho, Gabriela, si noto esa figura, ya que estaba acercándose. -"¿Quién es esa señorita con armadura que se acerca? Se ve molesta"-.
-¿Qué?-.
Mei sintió una Cosmo-energía estallar a su espalda. El nivel de Cosmos era algo alto, superando al nivel de Plata común, rozando el Séptimo Sentido, pero no llegando a ese punto todavía.
Pero lo que puso en alerta a Mei fue que reconoció de quien era ese Cosmos.
Dándose vuelta lentamente, con su cuerpo tenso que sonaba a una maquina que hacía ruido al funcionar -E-Erda...- reconoció a la Saintia de Centauro, que lo miraba con los brazos en jarra, su Cosmos hirviendo como la lava y sus ojos lo miraban como dagas. -Ho-hola...-.
-Mei...- el tono de voz de Erda indicaba que esta a un punto de explotar. -Puedes explicarme, por favor... ¡¿quién es esa mujer rubia de pechos grandes con la que hablas?!-.
A pesar de ser un Caballero Dorado, alguien de rango y poder superior a ella... viendo a Erda así de furiosa... en ese momento, Mei sintió el verdadero terror.
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N/A: Hasta aquí el capitulo. Lamento la tardanza, pero he estado ocupado con diversas cosas.
Diodora ya apareció y mostró su deseo a Asia como en el anime, e Issei esta celoso de eso. Aprovecharé y mostraré un poco lo que será parte del desarrollo de Issei con cierto trauma que tiene y que muestran en la novela y anime, aunque no le dan tanta importancia como debe.
También hizo su aparición Izanagi, el Padre elitista de Amaterasu, a quien le llegó el chisme de su hija. Falta presentar a Izanami para conocer a toda la familia. Seiya la tendrá difícil con su suegro.
También se hicieron ciertos avances con Shun/Kuroka y Mei/Gabriel, a quien él llamara Gabriela. Pero el pobre ahora tendrá una situación difícil. Shoko no será la única con una rival divina.
Lamento si los últimos capitulos no tienen tanta acción, pero creo que trabajar con los personajes es tan, o más importante, que las peleas. Pero no se preocupen, que ya vendrán momentos de acción.
Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.
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