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Capitulo 5

Después de la pequeña riña con las dos enviadas de la Iglesia, los dos Caballeros y los Demonios volvieron adentro del club, donde una molesta Rias los miraba intensamente, exigiendo las respuestas que sabían que les hacía con la mirada.

Seiya se había quitado su armadura y estaba con Kiki en el sofá delante de la pelirroja con su sequito de pie detrás de ella. Seiya tuvo que admitir que se dejo llevar, pudo derrotar a esas dos chicas sin su armadura con la misma facilidad, pero realmente le molesto que esa chica de nombre Xenovia apuntara su espada ante alguien que aparte de ser inofensivo, era un estudiante suyo, además de que también quería causar impresión a todos. Cosa que logro, ya sea para bien o para mal.

-Supongo que empezaremos quienes somos- hablo Seiya. -Nosotros somos del Santuario. Un grupo de guerreros al servicio de la Diosa Griega de la Sabiduría y la Guerra, Athena, conocidos como Caballeros, o Santos también, que tienen el deber de protegerla y defender la paz y el amor del mundo- explico.

-¿Son el ejercito del panteón Griego?- Interrogo Rias.

-No exactamente- dijo Seiya. -Athena tiene el deber de velar y proteger a la Tierra de cualquier mal, eso incluye de los Dioses de su propio panteón, a los que los Caballeros siempre han enfrentado. Así que puedes considerarnos un grupo exclusivo del panteón griego que solo obedece a Athena-.

-Caballeros... nunca escuche de ustedes- menciono Rias sospechosa.

-El Santuario siempre ha sido un lugar reservado para el resto del mundo, son pocas las personas que no habitan los pueblos vecinos del Santuario que nos conocen, solo algunos Dioses de otros panteones nos conocen- respondió Kiki.

-¿Y que hacen dos servidores de una Diosa Griega en este lado del mundo, en territorio del Diablo?-.

-Hace unos años, el Santuario formo una alianza con la líder de los Dioses Sintoístas, Amaterasu y todo su panteón. Hace una semana, ella le pidió al Santuario como aliado enviar a algunas personas a vigilar a Kuoh, ya que estaba preocupada de que las herederas que vivían en esta ciudad no fueran capaces de manejar la gran cantidad de Ángeles Caídos y Demonios renegados que han aparecido últimamente. Aunque este es territorio de Demonios, sigue estando en territorio Sintoísta- explico Seiya.

Rias quiso objetar eso como un insulto, pero pensándolo bien tenía sentido. Aunque no han visto a ningún Ángel Caído desde su incidente con la Iglesia, si han aparecido mas Demonios renegados que antes, y como la facción de los Demonios no tenía ninguna relación oficial con los Dioses Nipones, así que era normal que Amaterasu enviara a alguien.

-Es muy conveniente lo que dices. ¿Tienes alguna prueba para confirmar tus palabras?- Pregunto Rias.

Como respuesta, Seiya y Kiki sacaron un pequeño papel de sus bolsillos traseros que dejaron en la mesa. Rias observo los papeles y vio sorprendida que en los papeles estaba el escudo mágico de los Dioses Sintoístas.

-¿Esto es suficiente prueba?- Pregunto Seiya confiado.

Rias tomo ambos papeles y con una señal silenciosa le pidió a Akeno que se acercara para que le ayudara. Al verlos mejor, ambas mujeres confirmaron que eran auténticos y lo devolvieron a las manos de sus dueños.

-De acuerdo, puede que tengas razón, pero no explica porque nos estaban vigilando en secreto- acuso Rias.

-Esa era una segunda parte de nuestra misión- dijo Kiki. -Nuestra Diosa Athena decidió extender mas las relaciones del Santuario a otras facciones y panteones fuera de los Dioses Griegos y decidió aprovechar el favor que nos estaba pidiendo la Diosa Amaterasu para que estudiáramos a los Demonios, sobre todo a la hermana menor del Satán para saber si los Demonios eran seres con los que podría hacer una alianza o seres que podrían ser una amenaza a la humanidad-.

-El plan original era camuflarnos en el entorno con el que ustedes viven y observaríamos en secreto para verificar lo que Kiki dijo, pero ayer nos dimos cuenta de algo- continúo Seiya. -No sabemos nada de las tres facciones. Solo sabemos que tuvieron una gran guerra entre ellos que los dejo al borde la extinción y que tu...- señalo a Rias. -Eras la hermana del gobernante de tu Inframundo, además que reencarnan humanos en Demonios para que la raza siga existiendo-.

-Así que con el permiso de Athena y la Diosa Amaterasu, decidimos presentarnos ante ustedes para saber mas de su historia, ya que no podemos confiar de lo que aparece en la Biblia, ya que hay muchas que son nuevas para nosotros-.

-Pues tuvieron que haberlo hecho desde el principio- reclamo Rias.

Ella estaba molesta de que dos personas sin su permiso hayan entrado a su territorio, aunque tuvieran el permiso de la Diosa Amaterasu, pero estaba mas molesta por no haberlos detectado antes. Eso era un golpe a su orgullo.

-No los conocemos de nada y las experiencias que tenemos de seres del inframundo no es buena. ¿Qué nos aseguraba que si sabían que estaban siendo vigilados no intentarían algo en contra nuestra o fingirían para no levantar sospechas?- Cuestiono Seiya.

Rias quiso responder, pero no tuvo argumento valido para esa respuesta, ya que tenía sentido. Como dijo Seiya, no saben nada de ellos por lo que su actuar normal podría ser para ellos uno fingido y los humanos tienen etiquetados a los Demonios como seres de oscuridad que solo quieren el caos, así que quisieran conservar su anonimato era justificado.

-Eh... yo tengo una pregunta para usted, Seiya-sensei- hablo Issei con cierta incomodidad.

-¿Si?-.

-¿La razón por la que me hizo pasar todos esos ejercicios tan duros esta semana era para saber si era un Demonio?-.

-El primer día si, pero luego lo hacía para que tu y tus amigos no espiaran a sus compañeras de clase, eso era un comportamiento asqueroso que no iba a permitir-.

Una flecha figurativa golpeo el pecho de Issei, ya que indirectamente Seiya lo llamo asqueroso, aunque estaba acostumbrado a recibir insultos, era la primera vez que recibía uno de un maestro.

-Yo tengo una pregunta- dijo Kiba, que había estado en silencio todo este tiempo. -¿Fuiste tu quien me salvo anoche de Freed?- Le pregunto a Kiki.

-¿De que hablas, Kiba?- Pregunto Issei.

-Anoche me encontré con Freed que tenía una Excalibur, peleamos, pero él casi me mata de no ser por la intervención de un tipo con armadura dorada con cuernos- explico el rubio.

-Si, fui yo. Encontré por pura casualidad su combate al estar cerca aquella vez- respondió Kiki.

-Bueno, aunque sus motivos tienen sentido, si su Diosa quiere formar una alianza con mi hermano, debería venir ella misma a conversar con él- señalo Rias.

-"Deberías tener un poco mas de respeto, mocosa. Cualquiera que venga del Santuario podría hacerte trizas"-.

-¿Ddraig?- Exclamo Issei, al ver un punto verde brillar en la palma de su mano.

Normalmente Ddraig no hablaría con nadie además de él

-¿Tu mano hablo?- Exclamo un sorprendido Seiya.

-"Hola, Caballeros de Athena. Soy el Dragón Emperador Rojo, también conocido como Ddraig. Soy uno de los dos Dragones Celestiales que fue sellado por Dios en Sacred Gear y que actualmente mi poseedor es este idiota"- saludo Ddraig.

-¡Oye!- Exclamo Issei.

-¿Sabes de nosotros?- Pregunto Kiki.

-"Si. En el pasado, uno de mis anteriores portadores conoció y e incluso se caso con un Caballero Dorado, así que el aura que ustedes tienen se me hizo familiar, pero como fue hace mucho me costo un poco reconocerlo"-.

Seiya y Kiki se miraron curiosos. Era raro que un Caballero, sobre todo un Dorado se casara, aun mas en el pasado. No porque estaba prohibido, ya que la ley de la mascara de las amazonas obligaba a que la amazona mate o ame al hombre que las ve sin su mascara; si no que generalmente los Santos se entrenan toda su vida para pelear y mueren en el combate, lo que no les da tiempo de relacionarse o amar a otras personas que no sean sus compañeros de orden. Así que ese relato es bastante curioso.

-¿Dorado? ¿Existen otros tipos de Caballeros?- Pregunto Kiba.

-Esto será una conversación bastante larga, así que porque no mejor hacemos esto- hablo Seiya. -Ustedes nos cuentan a nosotros sobre esa guerra de las tres facciones para tener contexto y decidir si realmente debemos confiar en ustedes y nosotros les contaremos lo básico sobre nuestro Santuario y Athena para que se lo comuniques a tu hermano-.

Personalmente, Seiya no le gustaba esta idea de compartir información del Santuario, por mas básica y común que sea a Demonios, pero Athena, después de convencerla, le indicaron este rumbo de acción para las negociaciones con los Demonios. Tampoco es que fuera el mejor negociador del Santuario, así que no le quedo de otra.

-Dices que ustedes deben confiar en nosotros, pero, ¿qué pasa si nosotros no queremos confiar en ustedes?- Pregunto Rias, poniendo a prueba a estos dos.

No podía dejar que dos extraños que estuvieron escondidos vinieran e impusieras reglas hacía ella y su nobleza, además que no sabía lo que podría significar esto hacía su hermano.

-Deberías tener un poco mas de respeto, Rias-.

Un circulo mágico apareció en el salón Gremory y de él aparecieron el hermano de Rias y actual Lucifer, Sirzechs Lucifer con su maid y esposa, Grayfia.

-¿Onii-sama? ¿Qué haces aquí?- Pregunto Rias sorprendida, levantándose de su asiento.

-La Diosa Amaterasu se puso en contacto conmigo y me explico toda la situación y sobre los caballeros- respondió Sirzechs. -Y quise venir personalmente a conocer a dos de los servidores mas poderosos de la Diosa Athena-.

Claro, no iba a decir que fue una excusa para dejar un momento el papeleo que tenía como Rey Demonio. Eso era una verdadera tortura que mata a uno lentamente.

Seiya y Kiki se pusieron en guardia, podían sentir un gran poder emanar del hombre pelirrojo, esa energía ponía intranquilo a Kiki, que usaba todas sus fuerzas para mantenerse calmado, y a Seiya, la presencia del hombre le recordaba un poco al cosmos de Hades, pero mas débil y menos maligno, aunque puede ser una fachada.

-Perdón si a su hermana le molesta nuestra intromisión, pero no podemos dejar que nuestra Diosa venga a territorio que posiblemente puede ser enemigo-.

A diferencia de su hermana, el Satanás asintió de acuerdo. Entendía que los Demonios nunca fueron bien visto a los ojos humanos y como no sabían nada de ellos es normal que estén alertas.

-Rias, yo me hare cargo de las negociaciones a partir de ahora, tu y tu sequito deben estar cansados-.

-Pero Onii-sama...-.

-Sin discusión, Rias. Esta vez hazme caso-.

Ante el tono exigente y la mirada seria, Rias no tuvo otra mas que aceptar y retirarse molesta, seguido del resto de su clan que la miraban preocupados.

-Primero las exorcistas, después esos dos que se hacen llamar Caballeros y ahora mi hermano me deja fuera de una conversación que compete a mi territorio. ¡No entiendo nada! ¡Es indignante!- Exclamo en su cabeza realmente molesta.

-Que mimada- comento Seiya una vez que todos los jóvenes Demonios se fueron, esa aura que Rias tenía le recordaba a como era Saori en su infancia y poco después de verla al volver de su entrenamiento de Caballero.

Sirzechs suspiro. -Creo que mis padres y yo la hemos mimado mas de lo debido, pero Rias no es una mala persona, solo que no ha vivido las experiencias necesarias para crecer. Después hablare con ella para que no haya problemas en su estadía-.

Los dos Dorados dudaban que realmente no hubiera un problema.

-Supongo que ahora podemos conversar mejor- dijo Kiki. Parecía que el Rey Demonio era un mejor negociador que su hermana.

-Ya sabemos sus motivos para venir, pero tengo una duda. ¿Por que Athena esta interesada en formar una alianza con los Demonios? El Panteón Olímpico nunca se ha relacionado con otros panteones o grupos sobrenaturales-.

-Después de la última Guerra Santa contra Hades, a Athena le pareció que era hora de que el Santuario se abra mas, de establecer relaciones firmes con otros Dioses por si estalla otra Guerra Santa en que debamos participar. Actualmente el Santuario tiene una alianza con los panteones Nórdicos y Sintoístas, Athena escucho de las tres facciones por Lady Amaterasu- hablo Kiki, hizo señas para que Seiya continuara.

-Vinimos a ver si los Demonios eran diferentes a los Espectros de Hades, si no resultaban ser una amenaza para la humanidad, entonces se haría alianza con ustedes. Claro que también la haremos con las otras dos facciones, pero ustedes eran mas fáciles de acceder e identificar su naturaleza-.

Sirzechs no tuvo problemas en entender su punto de vista, él había escuchado del ejercito del Dios Hades que a pesar de ser un número muy poco, eran bastante poderosos pero muy malignos con el deseo de acabar con la Tierra junto a su señor.

-¿Y que es lo que pueden decir con lo que han visto hasta ahora?- Pregunto el pelirrojo interesado.

Ambos Dorados pensaron un momento sus respuestas.

-Preferimos guardarnos nuestra opinión; no hemos interactuado suficiente para decidir si realmente son malvados o no, pero puedo decir que si parecen interesados en la forma de vivir de los humanos- dijo Kiki.

Sirzechs asintió. -De acuerdo. Espero que puedan dar una opinión mas segura la próxima vez que nos veamos. Ahora estoy algo ocupado, pero en unos días puedo enviar a Grayfia para encontrar una forma en que la Diosa Athena y yo podamos hablar de la alianza de mejor manera-.

-¿Esta interesado de verdad en la alianza?- Pregunto Seiya.

-Si. He escuchado historias de la fuerza que poseen los Caballeros de Athena y si son ciertos, preferiría evitar un conflicto con el Santuario y mi gente del que podríamos salir muy perjudicados. Estoy seguro que los lideres de los Ángeles y Ángeles Caídos estarán de acuerdo conmigo-.

Y así, dieron paso a la razón que venían: Sirzechs les conto a los Dorados sobre la Guerra de las tres facciones, la guerra civil en el inframundo entre la facción del antiguo Satán contra la facción anti-Satán, y lo mas importante, les conto sobre las Sacred Gear y las 13 Longinus. Así mismo, ellos les contaron sobre lo básico del Santuario, los rangos de Caballero, los desacuerdos de Athena con el resto de su familia y las últimas Guerras Santas que libraron hace años.

Al terminar, Seiya y Kiki salieron del Club del Ocultismo. La noche ya cubría la ciudad de Kuoh. Las negociaciones salieron mucho mejor de lo que ambos esperaban. Tenían que agradecerle a Amaterasu después, ya que sin la intervención del Rey Demonio, probablemente hubiera comenzado una disputa con la chica Gremory lo que hubiera perjudicado todo.

-Si que fue larga, tuvimos que conversar con ellos mas temprano- exclamo Seiya, estirando sus brazos arriba.

Pero Kiki no le respondió, estaba sumido en sus pensamientos.

-Oye, Kiki- llamo nuevamente a su amigo, quien reacciono esta vez.

-Oh, lo siento, Seiya. Estaba pensando en algo que nos dijo el Rey Demonio-.

-¿Cual?-.

-Es sobre esas Longinus. Si lo que nos dijo es cierto, es probable que sus portadores puedan llegar a tener un nivel que supere a los Caballeros Dorados. ¿No te preocupa?-.

Seiya también había escuchado con gran interés ese asunto. Las Sacred Gears parecen ser artefactos mágicos creados por Dios que son entregados a sus portadores al nacer, pero esas 13 Longinus eran especiales, ya que tenían el poder para asesinar a un Dios, así que eran consideradas las mas peligrosas y que cualquier facción desearía tener en su poder.

-Es cierto que parecen tener un gran poder, pero también nos explico que esas Sacred Gears solo son tan fuertes como lo es la voluntad y fuerza del portador. Issei es poseedor de una y parece que no ha desbloqueado todo su poder y tampoco sabemos nada de las demás, por lo que es mejor no preocuparnos de eso por ahora- respondió Seiya.

-¿Qué pasa si nos encontramos con alguno de esos portadores y tenemos que enfrentarlo?-.

-Lo mejor sería no pelear con ese tipo de gente, pero si no queda de otra, entonces habrá que darles una lección-.

Kiki suspiro ante esa respuesta, para luego sonreír. -Nunca cambias, pero creo que es algo bueno de ti, Seiya-.

-¿Que quieres decir con eso?- Pregunto Seiya confundido.

-Nada-.
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(En la residencia Hyodou)

Rías se encontraba en la habitación de Issei platicando con el castaño, o más bien, esté la escuchaba para que ella se desahogase con lo que pasó hoy. En ese momento apareció un circulo mágico que hizo aparecer a Sirzechs y Grayfia.

-¡Onii-sama. ¿qué significo lo de antes?!- Exclamo Rias.

Sirzechs levanto una mano en señal de que se calmara.

-Primero cálmate, que estuviste en una situación algo peligrosa antes, y sobre lo que paso, fue como te dije. Amaterasu-sama me contacto personalmente para informarme de la presencia de los Caballeros en nombre de Athena. Puede que haya entrado un poco en pánico y me precipite en venir-.

Decir "un poco" es un eufemismo. Casi se le va el corazón cuando escucho la noticia, como Rey Demonio conocía lo importante de las fuerzas de no solo el Cielo y Grigory, sino también sobre el resto de ejércitos de otros panteones. Por supuesto que había escuchado de los Caballeros, sobre todo estos últimos años, ya que se esparció la voz que fue un grupo de los Caballeros de Athena que sello al Dios de los Mares, Poseidón, y que acabo con el Dios Hades, provocando que colapsara el Inframundo que el Dios gobernaba así como los Elíseos, puede que ni ellos sepan de la fama que se han estado ganando en el resto de facciones.

-También es otra cosa que quiero saber. ¿Quiénes son los Caballeros de Athena? Nunca he escuchado de que la Diosa Griega de la Guerra tuviera un ejercito personal- pregunto Rias.

-Ddraig parece conocerlo, pero tampoco ha dicho mucho- comento Issei.

Sirzechs le sorprendió que el Dragón Emperador Rojo conociera a los Caballeros, pero no lo demostró y aunque estaba intrigado, no era momento para eso.

-No es raro que los Demonios jóvenes nunca hayan escuchado de ellos, ya que el Santuario es un lugar que siempre fue cerrado al mundo sobrenatural, ellos no intervienen a menos que la Tierra y los humanos estén en peligro-.

-Se dice que el poder de los Caballeros es tan grande que sus puños pueden desgarrar el cielo y sus piernas pueden estremecer la tierra, todo gracias a una energía que solo ellos controlan llamada cosmos- dijo Grayfia.

-Cosmos...- susurro Rias impresionada.

-Como ya te debieron decir, vinieron en nombre de su Diosa Athena y a favor de la Diosa Amaterasu para vigilar que no pase nada en Kuoh y así comprobar que los Demonios no somos seres malignos como creen- dijo Sirzechs.

-¿Cómo haremos eso último?-.

-Solo sean ustedes mismos y traten de no buscarse problemas. Hablando de problema, Rias. Grayfia me comento que vinieron dos enviadas de la Iglesia a hablar contigo. ¿Hay algo que deba saber para ayudarte?-.

-Pues...-.

Rias estaba dudosa de contarle a su hermano sobre las Excaliburs robadas. Pensó un momento en decirle, pero luego lo descarto. Ese era tema de la Iglesia y ella estaba de acuerdo en no entrometerse, aunque ese lunático de Freed estaba involucrado con lo que dijo Yuuto en la tarde junto a los Ángeles Caídos, considerando lo fácil que fue enfrentarlos la última vez cuando salvaron a Asia, si tuvieran que trabajar con los miembros de la Iglesia, ellos deberían ser suficientes para encargarse.

-No, solo vinieron a pedirnos que no nos metamos en su camino, pero no creo que sea algo para molestarte-.

-De acuerdo, confiare en tu palabra- asintió Sirzechs, para cambiar su mirada a Issei. -Por cierto, Issei-kun, ¿podrías pedirle a tus padres que Grayfia y yo nos quedemos esta noche en tu casa?-.

-¿Eh?- Eso tomo por sorpresa al castaño.

-Es que creo que ya es muy tarde para volver al Inframundo y quisiera pasar mas tiempo contigo...- pero antes que pudiera seguir hablando, la mano de su esposa se puso en su hombro.

-Sirzechs-sama, recuerde que usted aun tiene papeleo que pendiente que entregar mañana, así que debemos volver de inmediato al Inframundo para que lo termine-.

-Ah... vamos, Grayfia. ¿No puedes tenerme algo de piedad por el amor que sientes por mi?-.

-Usted tiene responsabilidades que no puede evadir solo por su deseo- para los otros tres en la habitación se escucho como un rotundo "No".

-Ser Rey Demonio si que es difícil- pensó Issei.

Luego de que la pareja se fuera de la habitación, Issei decidió hacer una pregunta que ya lo tenía molestando desde que se fueron.

-Presidenta, ¿qué hará con respecto a Yuuto? Creo que debería hablarle-.

La pelirroja se sentó en la cama de su enamorado, viéndolo al momento que hizo la pregunta.

-Yuuto vendrá a conversar conmigo cuando este listo, si yo me acerco a hablarle sería peor para él. Esto es algo que tiene que afrontarlo solo para que pueda superarlo- respondió Rias, aunque su respuesta no dejo satisfecho a Issei.

Él quería ayudar a Kiba de alguna manera, no sentía bien en dejar que se consumiera por su propio odio. En ese momento, se le ocurrió una idea.

Sacudió la cabeza en negación. -No, no. No puedo hacerlo yo solo, necesito ayuda-.

Rias solo miro a su peón con ligera confusión, era extraño verlo tan pensativo.
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(Al día siguiente)

Seiya estaba teniendo su clase con un curso de tercer grado de manera normal, como si lo de ayer no lo inmutara. Ya había enfrentado demasiados enemigos y estado cerca de la muerte innumerables veces como para que tener de cerca al Rey Demonio, alguien que en estatus se podría igualar a Hades, y seguir normal al día siguiente.

-Me pregunto como estarán las cosas en el Santuario...- se pregunto de repente. No recordaba la última vez que paso varios días fuera del Santuario. -Espero que mi hermana este bien-.

Luego de que despertara de la maldición de Hades, finalmente pudo reencontrarse con su hermana como siempre deseo y pudieron ponerse al día. Aun con sus nuevos deberes como Santo Dorado, trataron de recuperar todo el tiempo perdido, eso lo motivo para hacer que Seika se instalara en la Casa de Sagitario como su hermana y las doncellas la trataban bien.

Alcanzo a despedirse de ella antes de irse al visitarla en el puesto de flores en Rodorio, como fue el dueño quien encontró a Seika cuando vino a Grecia a buscarlo, todo el tiempo que estuvo desaparecida trabajo en ese puesto, aun tras recuperar su memoria siguió trabajo en ese lugar como manera de agradecer al dueño que ya era un hombre mayor por cuidarla tanto tiempo, además de que no quería quedarse sin hacer nada mientras él estaba en misiones.

Por el rabillo del ojo vio que en otra clase igual a la suya pero con los de primer grado, la chica de nombre Koneko miraba hacía el pasillo que conectaba el edifico de la academia con la cancha de gimnasia. Por curiosidad siguió sus ojos, encontrando a Issei conversando con el que reconoció como Saji de algo que no alcanzaba a escuchar y detrás de ellos estaba Asia, los otros dos pervertidos amigos del castaño y una chica castaña de lentes que parecía disfrutar molestando a estos dos.

Debía ser su sexto sentido que desarrollo de tantas experiencias, pero tenía el presentimiento de que algo iban a hacer. Les tendría un ojo encima por precaución.
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(En el Santuario)

La luz del sol pasaba por los cristales de las ventanas del recinto patriarcal, dándole claridad a aquella construcción milenaria y tan características de la cultura griega, las altas columnas a los lados se encontraban casi brillando por la luz solar que las tocaba mientras que el pasillo principal con una larga alfombra roja que terminaba a los pies del asiento que era ocupado exclusivamente por Athena y el Patriarca.

Sentado en dicho asiento se encontraba un hombre que vestía los ropajes del Sumo Pontífice y tenía puesto el casco dorado del Patriarca que cubría por completo su cabeza, dejando expuesto su rostro.

Era un hombre de rasgos elegantes y que parecía seguir en los veinte, tenía una mirada castaña y tranquila y unos mechones de su cabello castaño caían en frente que intentaba apartar pero que rebeldemente no dejaban de caer.

El hombre con las ropas del Patriarca leía un archivo en mano, y estaba tan distraído que no se dio cuenta de que Athena entro al recinto.

-¿Todo bien, Nicole?-.

El mencionado se sobresalto de la sorpresa al no haberla sentido. -Lamento no haberla saludado antes, Athena-.

-No te preocupes, como Patriarca no tienes que brindarme respeto todo el tiempo, eres mi igual en estos casos- respondió Saori.

-Me alaga que usted diga que soy su igual, mi señora, pero eso es una exageración-.

Saori solo se rió.

Nicole, anteriormente conocido como el Caballero de Plata de Altar, había sido uno de los Santos de Plata en contra de Saga en su reinado, aunque a diferencia de otros Plateados como Marín de Águila o Mayura de Pavo Real que habían ayudado activamente y consideradas traidoras por Saga, él había ayudado indirectamente al ejercer su posición especial como Santo de Altar al evitar que los aprendices que todavía no eran contaminados por la maldad que el Santuario rebosaba en ese entonces fueran corrompidos, así como dar la orden que cualquier Caballero o soldado interfiriera en la ya legendaria batalla de las Doce Casas, aunque de poco sirvió esa orden pero por suerte el Mü y el resto de Santos de Bronce estaban presentes.

Luego de que Saga murió y se libro la batalla contra Eris y Ares en que las Saintias con apoyo de los Santos Dorados terminaron victoriosos, él fue el reemplazo del Patriarca, ya que la Armadura de Altar la ocupa quien sea considerado digno para suceder al Patriarca si este fallece.

Aunque él solo se enfoco en mantener el orden en el Santuario, la fuerza superior era el Viejo Maestro de Rozan, Dokho, que había dado la orden de que los Caballeros Dorados se mantuvieran en sus templos porque la Guerra Santa contra Hades comenzaría en cualquier momento.

Pero cuando los Gigantes renacieron junto a Tifón e intentaron reiniciar la Gigantomaquia, tomo cartas en el asunto, actuando en ese instante como un verdadero Patriarca, y con su liderazgo y sobre todo la ayuda de Mei y los Santos de Bronce se evito la resurrección del mayor enemigo del Olimpo.

En la Guerra contra Hades él también ayudo a eliminar a los Santos de Bronce y Plata revividos de anteriores Guerras Santas, por lo que no pudo hacer nada cuando Saga y los demás entraron a las Doce Casas, y después del suicidio de Athena para enfrentar a Hades en el Inframundo se quedo en estado de espera como la mayoría del Santuario.

Cuando esa guerra acabo, Athena, al ver como organizo y controlo el Santuario desde que ella tomo el poder, decidió nombrarlo oficialmente su nuevo Patriarca, ya que ella sola le sería difícil reconstruir el Santuario y porque se lo había ganado.

Nicole se había convertido en el primer Santo de Plata en la historia del Santuario en volverse Patriarca. Desde siempre el Patriarca era un Santo Dorado sobreviviente de la anterior Guerra Santa y este escogía entre los nuevos Dorados a su sucesor, así que su nombramiento fue otro de los grandes eventos de su generación que paso al registro de la historia del Santuario. Además que también motivo al resto de aspirantes y los pocos Santos de Plata que quedaban, ya que junto a los cinco Santos de Bronce volviéndose Dorados demostraban que sin importar el rango, cualquiera del Santuario puede volverse un Dorado o un Patriarca si tiene la voluntad necesaria.

-Estoy analizando la información que Seiya y Kiki nos enviaron sobre la guerra de las facciones y esas armas llamadas Sacred Gear, además de que parece que el Rey Demonio quiere una reunión con usted, mi señora- dijo Nicole.

Athena asintió. -Sería lo correcto, pero quiero esperar un poco mas al informe de Seiya y Kiki sobre si los Demonios son confiables o no para ir en persona a negociar con él-.

-Cuando ese momento llegue, debería ir con usted y que un Santo Dorado nos acompañe. Pienso que Cáncer o Libra serían los mas adecuados- dijo Nicole.

-En ese caso que las Saintias nos acompañen, que otro Santo Dorado salga del Santuario es demasiado arriesgado, además de que Kiki y Seiya nos esperarían en la ciudad-.

Nicole no vio razón para objetar. -En ese caso, que las Saintias de Águila, Cristal y Ballena sean las que nos acompañen. Sabrán comportarse y tienen el nivel y habilidades necesarios para sacarla en el peor de los casos-.

Saori asintió, aunque no creía que Shoko en realidad fuera de las que se comportasen en una reunión, a pesar de los años seguía siendo tan impetuosa como cuando la conocío, pero como su amiga merecía darle la oportunidad.

Se alejo de Nicole y avanzo hacía uno de los ventanales grandes del salón patriarcal para observar el panorama, pero al estar cerca su panorama de pronto se torno oscuro y de tonalidades grises hasta que su vista se nublo.

-¡Athena!- Nicole se puso de pie abruptamente y se tiro hacía adelante, evitando que ella cayera al suelo. -¿Qué le sucede?- Sintió el cosmos de su Diosa actuar con irregularidad y bajar lentamente. -¡Resista, Athena! ¡Athena!-.

Athena sentía que se desvanecía, sintió nauseas y la voz de Nicole se oía distante hasta que ya no la escucho, en cambio, empezó a oír distintas voces que reconocía de algún lado y a medida que recuperaba la conciencia con su cosmos sentía que algo la jalase, las voces empezaron a oírse con mayor claridad y de repente la pesadez que la había hecho colapsar se esfumo como si nunca hubiera estado.

Cuando abrió los ojos, no vio al Patriarca ni el techo del recinto en el que estaba, se encontraba de pie en frente de una mesa blanca como marfil adornada con oro y que tenía doce sillas tallada sobra la mas fina madera que existiera en la Tierra, impregnada de las gemas mas preciosa que hubiera visto y cada silla tenía escrito en la madera un signo diferente.

-Toma asiento, por favor, Athena-.

Y sentado en la mayoría de asientos se encuentras los Dioses Olímpicos, fulminándola con la mirada.
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N/A: Listo, ¿qué les pareció el capitulo?

Si tengo que decir la parte mas difícil del capitulo, fue la conversación de Rias con Seiya y Kiki. Por la actitud orgullosa de Rias, sería difícil para ella ignorar que estaban siendo vigilados y entraron sin su permiso, personajes con tanto orgullo son del tipo que me dificulta escribir.

Sirzechs, como Rey Demonio ha tenido que escuchar al menos del Santuario, y considerando que al final de la batalla de Hades el Inframundo y Elíseos fueron destruidos por consecuencia de su muerte, era obvio que eso se escucharía en el mundo sobrenatural, y como eso fue alrededor de nueve años antes de la actualidad, Sirzechs debió de enterarse si o si.

Para quienes no sepan quien es Nicole, es un personaje que aparece en la novela de Saint Seiya llamada Gigantomaquia, que ocurre después de la saga de Poseidón y antes de la de Hades. Si buscan en Youtube, en el canal llamado Indie Arts Kenel tiene una lista de reproducción que narra esa novela y es muy buena, se las recomiendo totalmente.

¿Qué le pasara a Athena y porque fue invocada al Olimpo? Eso será algo que se sabrá en el siguiente capitulo, así como también se tocara el que piensan los Dioses estos 9 años después de las Guerras Santas.

Sin nada mas que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO. 

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