Capitulo 18
-¿Es aquí?- Pregunto Issei.
Después de clases, todo el Club del Ocultismo estaba de pie delante de una gran puerta que tenía líneas de "no pasar" que usan los policías, además de que las manijas de la puerta estaban atadas con cadenas y un gran candado.
Aunque eso solo era de apariencia, todos podían sentir que la puerta tenía un poderoso sello mágico, que aunque algunos no entendían bien que tan poderoso era, de seguro no sería fácil de romper.
La razón de reunirse era porque anoche, cuando los padres y hermano de Rias y los padres de Issei fueron a la casa de este último, donde pasaron cosas que no tienen nada que ver al punto, Sirzechs le ordeno a su hermana liberar a su otro "Alfil" (Bishop) que tenía antes de la llegada de Issei, Asia y Xenovia, para sorpresa de estos.
-¿Dentro hay otro Alfil?- Pregunto Asia sorprendida.
-El sello esta activo solo hasta la medianoche, luego de eso, quien esta al interior tiene permitido pasear por el edificio. Sin embargo, se niega a usar ese privilegio- explico Rias, mirando la puerta con algo de miedo.
-Así que, ¿básicamente es un hikikomori?- Dijo Issei. Hikikomori era el termino en Japón para las personas que decidieron apartarse de la vida social.
-Sin embargo, es quien más gana dinero de todos nosotros- agrego Akeno.
-¡¿En serio?!-.
-Forma un tipo especial de contratos a través de Internet- dijo Kiba.
-Pero para tener sus poderes sellados... me pregunto que tipo de habilidad tendrá- dijo Xenovia curiosa.
-¿No hubiera sido mejor esperar a Seiya-Sensei y a Kiki-san si es tan peligroso?- Pregunto Issei.
-Ellos tienen su deber con su Diosa, y este es un problema del Club de Ocultismo, así que es algo que nosotros tenemos que ver- respondió Rias. En asuntos relacionado a su siervos, no podía depender de personas externas.
Respiro un poco para calmarse y darse valor. No le tenía miedo a Gasper, sabía que él no era alguien que la lastimaría, lo que tenía miedo era de sus poderes que no podía controlar y habían demostrado ser peligroso para los que le rodeaban, por eso su hermano lo sello; pero si él decía que podía remover el sello, significaba que confiaba en la capacidad de liderazgo y la experiencia que había estado ganando tras estos últimos eventos.
Rias extendió su brazo derecho hacía adelante y apareció un sello mágico de color carmesí, para después desvanecerse.
-Removió el sello- observo Koneko.
Con el sello removido, las líneas policiales y el candado en las manijas se desvanecieron, ya que eran una forma física del sello.
Al ingresar al interior de la habitación, lo primero que notaron era que estaba todo oscuro, que si no fueran porque todos tenían cierta capacidad de ver en la oscuridad sería un problema.
-¡NO!- Se escucho el grito de una persona que resonó en todo el edificio.
-¿Q-Qué demonios?- Exclamo Issei ante semejante grito.
Por la luz que daba tener la puerta abierta, pudieron notar un ataúd en el suelo delante de ellos. El ataúd parecía tener diseños de líneas haciendo una cruz que tenía dibujos de flores.
-Buenas tardes. Me alegra que estés bien- saludo Rias.
-¡¿Por que están aquí?!- Pregunto con pánico la misma persona que dio el grito al entrar, y que parecía que estaba dentro del ataúd.
-El sello ha sido removido- Akeno se hinco delante del ataúd y empezó a remover la tapa. -Ahora ven con nosotros...-.
-¡No quiero! ¡Me quiero quedar aquí! ¡El mundo exterior es aterrador!-.
Al quitar la tapa, todos vieron a una persona de cabello rubio pálido y estaba corto hasta encima de los hombros, sus ojos eran entre violeta y rosa... ¿era chico o chica? Por personas como la que tienen delante es que juegos como Pokémon hacen esa pregunta. Aunque por su apariencia bonita y que usaba el uniforme femenino de la escuela, se podía pensar que era una chica en primera instancia.
-¡Wow, una chica!- Y eso fue lo que Issei creyó de inmediato. -¡Y es rubia, igual que Asia! ¿Eso significa que las dos Alfiles son rubias?-.
Yuuto se rio por las palabras de Issei, a lo que este lo miro mal. El rubio no se rio por burla, sino que de diversión, ya que su amigo no era el primero que pensaba que Gasper era mujer. De no haberlo conocido antes, él también hubiera pensado lo mismo en un inicio.
-Él es un chico- aclaro Rias.
-¿Huh? ¿Presidenta, que dijiste?- Parecía que necesitaba un momento para procesarlo.
-Puede parecer una chica, pero en realidad es un chico-.
-¡¿Qué?!- Exclamaron Issei y Asia sorprendidos por ese hecho. ¿Cómo era posible que un hombre pudiera ser tan bonito al punto de parecer una chica?
-A él le gusta travestirse- comento Akeno con diversión por las reacciones.
Rias se arrodillo detrás del joven y lo abrazo por detrás. -Su nombre es Gasper Vladi. Es un miembro de mi familia, y mi otro Alfil. Es un estudiante de primer año en la Academia Kuoh, que solía ser mitad Vampiro, mitad Humano antes de convertirse en un Demonio-.
-¿V-Vampiro?- Repitió Asia impresionada. Ella claro que había escuchado de los Vampiros en la Iglesia en la que estaba antes de ser tildada como bruja.
-¿Este chico?- Issei no podía creer que este niño travestí era un vampiro, aunque si se guiaba por las películas y libros de Vampiros, tenía más sentido porque era tan lindo.
Issei sentía que más dolores de cabeza y decepciones le vendrían por parte de este chico.
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(En el Inframundo)
Los tres Jueces del Inframundo que quedaban estaban arrodillados delante del trono de su señor, que era ocupado actualmente por su señora Perséfone, quien no estaba para nada contenta en estos instantes al haber perdido a Aiacos.
El recuento de los Espectros que había podido resucitar estaba cayendo de nuevo. Había podido traer de vuelta a 28 Espectros, y de esos quedaban actualmente 19. Solo habían perdido 9 de 28, pero con la poca cantidad que eran, cualquier perdida era importante.
-¡Espera, Cruserrey!-.
-¡No me detengas, Shalba!-.
Voces ruidosas rompieron el tenso silencio del lugar. Los tres Jueces se levantaron y vieron llegar a un sujeto de piel pálida, cabello negro largo atado a una cola de caballo alta y expresiones algo filosas. Vestía ropas nobles. Detrás de él caminaba Shalba, lo que quería decir que era alguien de la Facción de los Viejos Maou.
-¿Quién se atreve a interrumpir una reunión del ejercito de Espectros?- Pregunto Perséfone con voz autoritaria, hoy no estaba tonterías.
El de pelo negro aparto la mano de Shalba que sujetaba su brazo con brusquedad. -Yo soy Cruserrey Asmodeus, quien posee la sangre de Asmodeus y líder de la Facción de Verdaderos Maou de la Brigada del Khaos- se presento el Demonio. -Y vine a expresar mis quejas por su falta de ayuda-.
-¿Cómo dices?- Pregunto Triptolemos.
-¡Reina del Inframundo! A pesar de que la Facción de Verdaderos Maou te ha prestado apoyo de nuestras filas, tu no has devuelto el favor. Se que Shalba te ayudo a resucitar 28 de los 108 soldados del ejercito del Rey del Inframundo, Hades, así que tienes 80 Sapuris sin usar. Exijo que las des como compensación de toda la ayuda que te estamos brindando-.
Shalba intento detener a su compañero y que podría decirse, amigo de la infancia, ya que aunque esas armaduras serían un gran recurso para ellos, exigirle algo así a un Dios era suicidio... y que de repente la atmosfera del lugar se volviera pesada, que hasta él tembló de miedo fue la prueba.
-¿Oh~? Miren, aquí hay un chistosito-.
-¿Te atreves a interrumpir este lugar con exigencias? ¡Aprende tu lugar, escoria!-.
-¡Un sucio Demonio no tiene derecho a exigir usar las vestiduras del gran ejercito del señor Hades!-.
Minos, Triptolemos y Radamantys no estaban nada felices con la exigencia que estaba haciendo Cruserrey. Ese tipo no era nadie para exigir algo, menos cuando no tenía la fuerza para respaldar sus exigencias y que los Demonios que ellos les dieron eran más inútiles que los esqueletos del Inframundo. Si los tres no acaban con los Demonios que tienen delante, es porque su señora no se les ha ordenado todavía.
El descendiente de Asmodeus dio un paso atrás, sintiéndose intimidado por la fiereza que ellos emanaban hacía él; pero su orgullo, o estupidez, le impedían inclinar la cabeza ante alguien.
-Lamento decirte que es imposible que ustedes puedan usar las Sapuris- la voz tranquila e imponente de Perséfone se hizo resonar. Ella era tranquila y apacible comparado con su marido, pero sabía como imponerse.
Esa respuesta hizo reaccionar levemente a Cruserrey, el miedo se volvió furia ante su negativa. -¡¿Acaso los Olímpicos no conocen la vergüenza?! ¡Después de la ayuda que le brindamos, lo menos que pueden hacer es...!-.
No pudo terminar de hablar, ya que sintió que los huesos de todo su cuerpo eran tensados por algo. Se sintió levantado por algo y sintió que su cuerpo empezaba a contornearse contra su voluntad, sus brazos y piernas se movían y estiraban de formas que amenazan romper sus huesos.
-¿Qué es... esto? ¡Agh!- Exclamo de dolor al sentir como uno de sus dedos de su mano derecha era bajado hasta romperse.
-Ustedes se creen demasiado, pero solo son títeres muy manipulables- Minos estaba usando su Marioneta Cósmica para sujetar y retorcer el cuerpo del Asmodeus. Sonrió con sadismo al romper otro de sus dedos y escucharlo gritar.
-¡Detente, Juez de Grifo! ¡Si asesinas a uno de los líderes de la Facción de Verdaderos Maou, será romper la alianza que el Inframundo tiene con nosotros! ¿Realmente quieres comenzar una guerra que no pueden ganar?- Shalba intento salvar a su amigo con ese argumento, creyendo que funcionaria.
Pero Triptolemos se río un poco de manera divertida. -¿Quién comenzara una guerra que no puede ganar? Calidad siempre es mejor que cantidad-.
Perséfone miraba aburrida todo. Si no fuera porque esos Demonios la ayudaron, se desharía de ellos en este momento. Como dice Triptolemos, solo uno de sus Jueces del Inframundo bastaría para derrotar a todo esa Facción de Demonios, pero si lo hace, su posición en el recién surgido grupo, la Brigada del Khaos se podría ver mal, y considerando quien es su líder, preferiría no tenerlos de enemigos.
Ophis es uno de los dos Dioses Dragón que existen en el mundo, y aunque no le interesa la Tierra, es la líder de un ejercito terrorista. Solo puede pensar que tiene algo que ver con Gran Rojo. Lo cual, era preocupante si se pensaba, ya que si los dos Dioses Dragones pelean, el daño que podría sufrir la tierra sería grave. Ni siquiera el mismo Zeus se acerca a cualquiera de esos dos, ya que sabe que su poder no se le compara.
-Minos, ya bájalo-.
El Espectro de Grifo suspiro decepcionado. Justo cuando se estaba divirtiendo; pero mejor obedecía, por el tono de voz, su señora no tenía mucha paciencia en estos momentos. Deshizo su Marioneta Cósmica, dejando bajar a ese inútil Demonio.
-¡¿Cómo te atreves a lastimar al descendiente de Asmodeus?!- Cruserrey se puso de pie, a punto de hacer un círculo mágico para matar a Minos.
-Shalba, dile a tu amigo que se detenga... o yo lo haré-.
Cruserrey alzo la mirada para replicarle a la Diosa que no se entrometiera... pero cuando la vio a los ojos, todo el valor y la furia que había reunido se fueron al ver los ojos fríos de la Diosa. Por un momento juro ver un universo entero en su mirada que estaba lleno de oscuridad.
Atragantando sus palabras, retrocedió y bajo la mirada. No por nada los Olímpicos eran el segundo Panteón de Dioses más poderoso de todos.
-Lamento haberme sobrepasado...-.
-Acepto tus disculpas- respondió Perséfone. Era obvio que esa disculpa era falsa. -Y a tu solicitud, no me dejaste terminar. No puedo prestarles las Sapuris, porque serían inútiles para ustedes, hasta un estorbo-.
Eso llamo la atención de Shalba. -¿A que se refiere?-.
-Las Sapuris solo pueden ser usadas por las personas que tienen dentro de sus cuerpos el alma de alguno de los 108 Espectros. Dependiendo del alma recibirá su correspondiente Sapuris, ya que la armadura reacciona ante el alma. Las 80 Sapuris que están libres no aceptarían a nadie más que al que tenga en su interior el alma del Espectro correspondiente-.
-¿Y no hay alguna manera para que usted haga algo para arreglar eso?-.
-El sello de Athena en las almas de los Espectros es demasiado fuerte para mi, por eso solo pude liberar 28 almas con tu ayuda, Shalba... tal vez si Hades estuviera en plenitud, podría...- recordar la condición en la que estaba el hombre que ama hizo que su semblante fuera triste.
Aunque ese comentario atrajo la atención del resto de Jueces.
-¿A que se refiere con eso, mi señora?- Pregunto Radamantys.
-Hades tiene el poder y autoridad para colocar el alma de un Espectro en cualquier cuerpo, incluso en uno aparte del que ya fue elegido, así mantenía a su ejercito completo. Uso esa estrategia durante las primeras Guerras Santas contra mi hermana Athena, pero cuando ella creo esa torre donde se sellan las almas de su ejercito, Hades ya no era capaz de liberar las almas de sus soldados caídos y moverlas a otros cuerpos-.
-Pero Triptolemos ha conservado su alma desde que se unió- señalo Minos.
-Eso fue porque yo ya había muerto y mi alma se unió al comer la granada del Inframundo. Mi cuerpo es el que tenía en vida, pero recreado a partir del cosmos y voluntad del señor Hades- respondió Triptolemos.
Esa nueva información era interesante, y aunque con eso uno podría llegar a pensar que vestir las armaduras del Inframundo ya no era una opción, un plan se comenzó a formar en la mente de Shalba.
-¿Por que no simplemente destruir esa torre?-.
Perséfone miro molesta al Demonio. -¿Crees que mi marido es tan estúpido como para no haberlo intentado? La torre tiene varios sellos a su alrededor que están imbuidos con el cosmos de Athena que protegen el área, la misma estructura tiene el cosmos de Athena. Si un Espectro se acerca, su alma será sellada de inmediato-.
-Un Espectro si... pero no un Demonio-.
Perséfone abrió los ojos sorprendida, pero luego sonrió ante esas palabras, ya entendiendo a donde iba Shalba con esto.
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(En Kuoh)
-¡Waaaa! ¡Odio el Ajo!-.
-No tienes que ser mañoso con la comida, Gasper-.
Issei, Xenovia y Asia veían con una gota de sudor como Koneko hacía correr a Gasper, sujetando un Ajo en mano y persiguiéndolo. Como Gasper es mitad Vampiro, odia el Ajo.
Rias les explico a ellos el problema de Gasper: autoconfianza. La Sacred Gear de Gasper era la "Visión Prohibida de Balor", Balor era un Dios malvado de la mitología Celta que fue derrotado por el actual Rey de los Dioses Celta y Dios Solar: Lugh. El poder de la Sacred Gear consiste en detener el tiempo a todo lo que su usuario ve.
El problema es que Gasper era demasiado tímido y con tan poca confianza que afectaba el poder de la Sacred Gear, haciendo que sea inestable y peligroso. Por eso Sirzechs lo sello.
Pero ahora que Gasper era libre, lo importante era hacer que él pudiera controlar el poder de su Sacred Gear para que no fuera peligrosa para las personas alrededor, y para él mismo.
Por eso le dejo ese encargo a Issei para entrenarlo, ya que ella y Akeno tenían que ayudar a Sirzechs para la cumbre de las Facciones. Sobre todo porque también estará presente una Diosa. Sirzechs también pidió ver a Kiba, ya que quería detalles sobre la Espada Sagrada-Demoniaca que ahora posee.
-Es la primera vez que veo a Koneko-chan molestar a alguien de esa forma...- susurro Issei, no sabiendo que más decir. Gasper la tenía difícil ahora, ya que primero fue perseguido por Xenovia con su Durandal y ahora esto.
-¿Qué están haciendo?-.
Los tres Demonios reencarnados vieron a su derecha, viendo llegar a Kiki, acompañado de un hombre peliazul que Issei y Asia no conocían.
-¿Estos son los Demonios de los que me hablaste?- Mei miro a Issei y Asia un momento, para luego mirar a Koneko que no se había detenido de perseguir a Gasper. -Tenías razón, no son nada como esperaba-.
-¿Y tu eres...?- Pregunto Issei.
-¡Cierto! Soy Mei, Santo Dorado de Cáncer, un gusto conocerlos-.
Todos los Demonios abrieron los ojos con sorpresa al escuchar que esa persona era un Santo Dorado como Seiya y Kiki. Incluso Koneko detuvo de perseguir a Gasper al escuchar eso, dándole la oportunidad al chico de tomar aire.
-¿E-El Santo de Cáncer?- Repitió sorprendido Issei.
-El único de todos los Santos de Oro que puede ir y volver libremente de la entrada del inframundo...- Asia se oculto detrás de Issei. Por lo que Kiki les conto, los de signo Cáncer eran lo más malvados de los Doce.
Mei noto la reacción de la rubia y levanto una ceja por eso. -¿Qué les contaste de mi, Kiki?-.
-Les hable un poco de tu signo, tal vez se me escapo uno que otro comentario malo- el lemuriano se encogió de hombros.
Mei miro ofendido a Kiki, pero no podía hacer nada para reclamar. Era cierto que de los Doce Templos, el de Cáncer es menos visto como justo por los sanguinarios y crueles que fueron sus Santos.
el peliazul teñido suspiro. -Es cierto que los de Cáncer somos conocidos por ser los menos "santos" de entre los Doce Dorados. Pero al menos les aseguro que yo soy más normal y calmado que mis predecesores-.
-Es cierto, Mei-san es una buena persona- aseguro Xenovia. Ella había hablado poco con el Santo de Cáncer, pero lo suficiente para asegurar que no era malo.
Los jóvenes se vieron entre si, pero asintieron. Si era un camarada de Kiki y Xenovia lo aseguraba, entonces podían confiar en él, de todos modos parecía un buen sujeto.
-¡Ya no puedo más!- Grito Gasper, atrayendo la atención de todos nuevamente. Cayo desplomado al suelo.
-Vuelvo a preguntar, ¿qué están haciendo?- Pregunto Kiki.
-El es Gasper, es el otro Alfil de la Presidenta y me pidió entrenarlo, ya que no puede controlar el poder de su Sacred Gear y puede ser peligroso- explico Issei.
-Ya entiendo-.
-Hola, Hyodou. ¿Qué haces aquí?- Y ahora llegó Saji, saludando al Peón de Gremory.
-Hola, Saji. Solo estamos ayudando a Gasper, el segundo Alfil de la Presidenta con su Sacred Gear- resumió rápidamente Issei. -¿Y tu?-.
Saji señalo detrás suyo por donde vino, todos vieron equipo de jardinería. -Ocupando del jardín, orden de la Presidenta- miro a Gasper. -¿Entonces ese es el segundo Alfil de los Gremory? Es muy linda-.
-No sabía que te gustaban los chicos- se burlo un poco Mei.
-¿Qué quieres decir?- Pregunto Saji confundido.
-Odio decírtelo, Saji, pero Gasper es un chico- revelo Issei, usando un tono que demostraba que seguía enojado por esa revelación.
-¡¿Qué?! ¡Tienes que estar bromeando!- Grito Saji, luciendo tan sorprendido como Issei cuando se entero.
-Me sorprende que te dieras cuenta de inmediato- señalo Xenovia.
-No es el primer hombre bonito que conozco- Mei recordó la primera vez que vio a Afrodita de Piscis cuando era un aprendiz. Por su nombre y su apariencia muy bonita lo confundió como una mujer, ganando la molestia de este y la risa burlona de su maestro.
Pero poco después su humor se volvió un poco pesado cuando noto otra presencia al interior de los árboles. No solo él, Kiki también lo noto.
-¿No vas a salir? Es de mala educación espiar-.
-¿Que quiere decir?- Pregunto Asia confundida. El peliazul teñido señalo a los árboles.
Todos miraron a donde señalaron, viendo a alguien caminar lentamente hacía ellos. Ninguno de los presentes lo reconocía, pero Kiki reconoció que era un Ángel Caído al tener la misma aura que Kokabiel, solo que mucho menos malvada pero más poderosa, señalando que este tipo era más fuerte que el Ángel Caído contra el que lucho.
Fue Issei quien lo reconoció. -¡¿Azazel?!-.
-¡¿Dijiste Azazel, el líder de los Ángeles Caídos?!- Grito Saji con pánico, invocando su Sacred Gear, Issei hizo lo mismo.
Asia se escondió detrás de Issei, Xenovia saco a Durandal, Koneko adopto una pose de combate mientras Gasper se ocultaba detrás de un árbol. Los dos Caballeros Dorados no hicieron nada.
-Hola, Dragón Emperador Rojo. ¿Qué pasa con esa hostilidad? Incluso si todos ustedes me atacan juntos, no tienen oportunidad de ganar. Incluso Demonios de bajo nivel son capaces de ver eso, ¿verdad?- Dijo Azazel, divirtiéndose por las reacciones tan a la defensiva de estos chicos.
-¿Entonces te pareceríamos mejores oponentes?- Pregunto Mei. Cuando Azazel lo vio a él y a Kiki su expresión relajada fue cambiada a una más nerviosa.
-Así que las energías que sentí no era mi imaginación... de verdad Athena esta en Kuoh, y además con un tercer Dorado en la ciudad- comento sorprendido y nervioso por esa confirmación.
Aries y Cáncer no se vieron sorprendidos al ver que sabía que su Diosa estaba aquí.
-Relájense. Si hubiera querido pelear, lo hubiera hecho antes- dijo Kiki a los Demonios, pero su lógica no permitió que ellos bajaran la guardia.
-Solo estoy dando un paseo mientras veo los alrededores- aseguro Azazel. A pesar de ser el Ángel Caído más fuerte y ser quien entreno a Vali, sabía que no tenía ni una oportunidad contra un Caballero Dorado. Eso lo aprendió a la mala. -Solo estoy por aquí para ver si puedo encontrarme con el chico de la espada Sagrada-Demoniaca. Quería echar un vistazo a su Sacred Gear- explico sus razones.
Los dos Dorados pudieron notar que decía la verdad. Incluso Kiki uso su telequinesis cuando hablo por si mentía, pero no era así.
-Kiba no esta aquí, fue con la Presidenta a ver el lugar de la reunión- respondió Issei, aun con la guardia alta.
-¿Y por que a alguien de tu calibre le interesaría la espada de un Demonio?- Pregunto Mei, no por sospechar algo, sino por mera y verdadera curiosidad.
-Soy un fanático de las Sacred Gear, así que saber que hay un chico cuya Sacred Gear tiene los poderes Sagrados y Demoniacos juntos era algo muy tentador por ver- explico Azazel. -Aunque es una lástima que no este. Hey, Vampiro- había notado a Gasper desde el momento que llegó.
El cuerpo de Gasper tembló al ser llamado por ese sujeto que no conocía.
-Visión Prohibida de Balor. Esa Sacred Gear es peligrosa en manos de un portador que no tenga la capacidad de usarlo, y veo que ese es su caso. Hay varias formar para ayudarlo a controlar ese poder- miro a Saji. -Ese debe ser el guante del Dragón Negro, Absorption Line, ¿cierto?-.
Saji se sorprendió que el Líder de los Caídos reconociera su Sacred Gear, pero le llamo la atención la forma en como lo llamo.
-Si están entrenando, puedes tratar de conectarlo sobre el Vampiro para absorber su energía excedente y activar su poder. De esa manera, no enloquecerá-.
Issei y Saji se sorprendieron por esa información que no solo podría ayudar a Gasper, sino que también parecía decir que el Sacred Gear de Saji era más de lo que aparentaba.
-¿Absorber su energía excedente? ¿Puede hacer eso?- Pregunto Saji.
-¿No lo sabías? Ese guante tiene el poder de Vitra, el Dragón de la Prisión o el Rey Dragón del Mal, uno de los Cinco Reyes Dragón. Básicamente puede absorber o negar todo lo que toca. También es capaz de conectarse a otras entidades por corto tiempo- revelo Azazel.
Saji miro su guante sorprendido. No sabía que su Sacred Gear estuviera vinculada a un dragón como lo esta el de Hyodou, menos que tuviera ese tipo de habilidad.
-Ya veo... por eso sentía la energía de un ser vivo dentro de ese guante. Tiene el poder de un dragón- comento Kiki.
-¿Ya lo sabías?- Pregunto Saji.
-Sabía que no era un guante normal, tenía un aura similar a la del guante de Issei, pero más débil, y no se mucho de las Sacred Gear, así que no estaba seguro-.
-Bueno, ese guante solo tiene una parte del alma de Vitra, el resto del alma esta esparcido en más Sacred Gear. Además que los Reyes Dragones están solo por detrás de los Dragones Celestiales, que es el que tiene Issei- explico Azazel.
-¿Otra cosa que pueda ayudar?- Pregunto Mei a Azazel.
-Una manera mucho más rápida sería la de beber la sangre del Dragón Emperador Rojo-.
Gasper jadeo ante esa idea... a él no le gusta beber sangre. No quiere eso.
-¿Quieres decir, beber mi sangre?- Pregunto Issei.
-Él es un Vampiro, así que beber algo de sangre es muy obvio-.
-¿Vampiro?- Repitieron Kiki y Mei al unísono. Ahora caían en cuenta sobre eso.
Azazel los miro sorprendido. -¿Qué, no lo sabían? Uno pensaría que ya se encontraron al menos a un Vampiro antes-.
-Yo ni sabia que en verdad existían- dijo Kiki.
-Mi maestro me comento una vez de haber acabado con uno en el pasado, pero nunca he visto uno en persona- dijo Mei.
-Bueno, les dejo el resto a ustedes- Azazel se dio la vuelta. -Nos vemos-.
-¡Espera!- Grito Issei.
Azazel se detuvo.
-¿Por que te acercaste a mi sin revelar quien eras en realidad?- Issei había tenido esa duda desde que Azazel se revelo ante él.
-Por que...- giro la cabeza, su mirada era un poco aburrida y rara. -Es mi pasatiempo-.
¿Qué clase de pasatiempo es ese?
-Cierto. Oye- llamo a Mei. -¿Cuál es tu signo?-.
Mei no sabía porque le pregunto eso, pero igual respondió. -Cáncer-.
Azazel suspiro. Eso era bueno, no quería conocer a quien era el Caballero Dorado de Leo en esta época. Aun le tiene cierto temor a ese signo tras su último encuentro hace siglos con el Caballero de Leo de esa época.
Mientras se retiraba, los demás solo lo vieron irse, no sabiendo que pensar exactamente de él. A pesar de ser un Caído, acaba de ayudarlos con su problema con Gasper.
-Así que ese es el líder de los Ángeles Caídos. Es algo difícil de entender- comento Xenovia.
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Dentro del edificio de Gimnasia, Issei estaba de pie frente a Gasper con una pelota de Voleibol en mano. En el pie derecho del Vampiro estaba envuelto la punta de la cuerda del Sacred Gear de Saji.
El entrenamiento era sencillo: Issei le lanzaría pelotas a Gasper que tenía que detener con su Sacred Gear, pero sin congelarlos a todos en el proceso. Era un proceso más pacifico que el de Xenovia persiguiéndolo con una espada.
Kiki y Mei seguían con ellos ya que estaban interesando en saber más de las Sacred Gear. Además que parecía interesante y no tenían nada mejor que hacer.
-Esto me hace recordar mi entrenamiento con mi maestro Mü- comento Kiki.
-¿Entrenaste de esta misma forma?- Pregunto Xenovia.
-Era para mejorar la velocidad de reacción de mis poderes telepáticos. Solo que en vez de lanzarme pelotas, me lanzaba rocas a gran velocidad-.
-...¿Qué clase de entrenamiento tienen ustedes, los Santos?-.
-Del tipo que no quieres saber- respondió Mei. Aun le daban escalofrío recordar ciertos momentos de su entrenamiento con Máscara de la Muerte.
Issei miro a Saji. -Lamento hacerte hacer esto-.
-No te preocupes. Yo también quiero mejorar mi nueva habilidad, así que piénsalo como un intercambio de favores- respondió Saji.
Issei asintió y tomo una pelota. -¡Aquí va, Gasper!-.
Lanzo la pelota, Gasper reacciono solo. Congelando todo el tiempo y desapareciendo de la vista, aunque la línea de absorción unida a él indicaba que intento correr hacía la salida, pero se tropezó.
Los dos Dorados se vieron sorprendidos de ser también afectados por la Sacred Gear. Tal vez sea porque no tienen elevado sus cosmos o no traen puestas su armadura... esa Sacred Gear si que era poderosa.
-Se supone que debía detener el balón. Es inútil si nos detiene al mismo tiempo- dijo Issei, rascándose la cabeza.
-Estaba intentando escapar otra vez- Koneko traía de vuelta a Gasper, arrastrándolo.
-Lo siento-.
-Ese chico tiene serios problemas de autoestima- suspiro Mei.
-Lograr entrenarlo será una molestia- comento Xenovia.
-Su poder no esta ayudando- señalo Asia.
-Oye Kiki, ¿no puedes usar el Muro de Cristal para repeler los efectos de su Sacred Gear?- Pregunto Mei.
El castaño negó con la cabeza. -El Muro de Cristal sirve para repeler ataques, la habilidad de Gasper es algo que esta más allá de la defensa de mi técnica-.
Mei suspiro. -Solo espero que este niño supere su miedo pronto-.
-Oye, no empeores más- regaño Issei. No quería más problemas para enseñarle a Gasper.
El Caballero de la Cuarta Casa se burlo. -Supongo que es momento de que haga la pregunta. ¿Cómo podría empeorar más?-.
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Más tarde)
-Gasper, sal por favor. Lamento haberte forzado a salir- suplico Rias, viendo la puerta cerrada de la habitación de Gasper. Como respuesta recibió lloriqueos de parte de Gasper.
El entrenamiento fue mal. Gasper ya no quiso seguir y volvió a su habitación, encerrándose en ella. Sin saber que más hacer, Issei llamo a Rias, quien vino corriendo tan pronto escucho lo que paso.
-Tenías que decirlo, ¿no?- Acuso Kiki con la mirada. Mei miro a otro lado, avergonzado.
-Lo lamento, Presidenta. No quería interrumpir su reunión, pero...-.
-Esta bien. Se que ustedes intentaron todo lo posible para ayudarlo- interrumpió Rias a Issei.
-¡El mundo exterior es aterrador!- Fue el grito de Gasper mientras seguía llorando a dentro.
-Bueno, terminamos teniendo el efecto contrario- Issei solo podía mirar al suelo con vergüenza.
-Esto es más que solo ser malo socializando, ¿verdad?- Rias se giro ante la pregunta de Mei. Los dos fueron presentados rápidamente por la situación de Gasper. -Le tiene miedo al exterior, como si tuviera un trauma-.
-Si, tienes razón- respondió con tristeza, antes de proceder a contarles. -Su padre es un famoso Vampiro de la nobleza, pero su madre es humana. Los Vampiros valoran más las líneas de sangre que nosotros, los Demonios. Así que Gasper fue discriminado incluso por los miembros de su familia. Vino al mundo humano, solo para ser tratado como un monstruo. Para colmo, tiene la habilidad de detener el tiempo, y no puede controlarlo. Él era temido... no, era odiado por la gente. Poder detener el tiempo y hacer lo que quieras sin que nadie se de cuenta... nadie quiere estar cerca de alguien así-.
-Que horrible...- comento Kiki. -¿Y su padre nunca hizo nada?-.
-No, porque él mismo le temía a la habilidad de Gasper. No creo que lo odiara, pero el miedo que tenía, más el desprestigió que podría haber tenido en la nobleza por tener un hijo con una humana lo impidieron hacer algo-.
-Gasper es como Asia, ¿verdad?- Menciono Issei, encontrando paralelismo de la historia de Gasper con la de Asia antes de conocerla.
-Por supuesto, sabemos que Gasper nunca haría algo como por lo que era temido pero...-.
-La gente, humanos o no, tiene la tendencia de temer y odiar lo que no puede entender o es superior a ellos- Rias asintió a las palabras de Mei.
Gasper lloro más fuerte. Él no quería esta habilidad, la gente se detiene cuando lo usa. Ya ha tenido suficiente de miradas suspendidas de las personas y de sus amigos, ya ha tenido suficiente de ser siempre tratado mal solo por ser mitad Vampiro.
Rias apretó su mano y bajo la cabeza ante los llantos de Gasper. -Soy un fracaso como Rey, ¿no es así?-
Se supone que ella tenía que resolver los problemas de su nobleza, ayudarlos en cualquier cosa que los atormentara, pero era incapaz de eso. No solo no podía ayudar a Gasper, también no podía ayudar a Koneko con el complejo de sus poderes o a Akeno y su relación con su padre. Ni siquiera pudo ayudar a Kiba con el dolor y rencor que tenía como sobreviviente del proyecto Espada Sagrada.
-Tal vez lo seas, pero oye, no hay Rey perfecto- Mei paso por delante de Rias e Issei.
-¿Mei?- Kiki levanto una ceja ante el actuar de su compañero de orden.
Mei miro a Rias. -¿Podrías dejarme ayudar a tu siervo?-.
-¿Por que quieres hacer eso?- Pregunto Rias suavemente, sorprendida por la petición.
-Considéralo egoísmo... no soporto ver a alguien sufriendo así- Mei fijo su mirada a la puerta.
-Presidenta, ¿por que no intenta volver a la reunión? Te prometo que haré todo lo posible para ayudar a Gasper. Esta vez no fallare- declaro Issei con determinación.
Rias miro a Issei por un segundo. Por mucho que quisiera quedarse a ayudar a su Alfil, solo se le permitió salir unos momentos de la reunión y tenía que volver. No tenía de otra que depositar su fe en ellos.
-De acuerdo. Se los dejare a ustedes tres- Rias asintió con la cabeza, antes de irse a regañadientes por un circulo mágico.
Cuando estuvieron solo los tres frente a la puerta, Issei pregunto si Gasper podía escucharlo, no recibió respuesta.
-Creo que el pobre chico esta traumatizado- murmuro Kiki con simpatía.
-Gasper, se que estas asustado; pero tenemos que ayudarte a controlar tu Sacred Gear- dijo Issei suavemente, tratando de razonar con el medio Vampiro. -Te prometo que esta vez no te lastimaremos ni asustaremos...-.
-¡N-No!- Grito Gasper de repente, interrumpiendo a Issei. -¡No quiero este poder, solo hace que la gente me odie! ¡D-Desearía que desapareciera! ¡Lo odio!-.
Mei suspiro. Era normal que odiara al poder que tantos problemas y dolores le causo. Miro a Issei y Kiki. -¿Podrían dejarnos solo unos momentos?-.
-¿Eh? ¿Por que?- Pregunto Issei.
-Por favor, creo poder ayudarlo, pero necesito que estemos solos-.
Issei iba a replicar, pero Kiki le puso una mano en el hombro. -Entiendo que quieras ayudarlo, pero deja que Mei se encargue en esta ocasión-.
Issei contuvo la lengua y no tuvo de otra opción que aceptar a regañadientes. Una vez que Mei confirmo con la vista y sintiendo que el cosmos de Kiki estaba lo suficientemente lejos para no escucharlo, empezó a hablar.
-Gasper, no me conoces, pero me llamo Mei. Soy conocido de Rias- no fue exactamente cierto, pero funcionaba.
-¿C-Conocido de la Presidenta?-.
-Debes tenerle miedo a tu poder, ¿verdad? ¿Lo odias? ¿Te molesta no ser tratado de igual manera que los niños de tu especie? ¿Te has preguntado porque tu recibes un trato diferente al resto?-.
Hubo unos segundos de silencio antes de que Gasper respondiera. -Si-.
-Déjame decirte, no eres el único- confeso el adulto de cabello azul teñido, sorprendiéndolo. -Lo que te voy a contar es mi mayor secreto que no se lo he dicho a nadie, salvo una persona, y tu serás la segunda persona que le diga, así que tienes que guardar el secreto, ¿vale?-.
Hubo otro momento de silencio hasta que Gasper volvió a responder con un tímido "si".
-Yo en cierto sentido era como tu. Mi padre era el líder de una poderosa fundación de Asia y yo era su legitimo heredero, pero aparte de mi, tuvo muchos otros hijos que a diferencia mía, no fueron reconocidos por él. Los reunió a todos y los mantuvo casi como prisioneros para que más adelante, los enviara a varias partes del mundo para volverse Caballeros que protegerían a Athena, sin importarle cuantos regresaran con vida o todo lo que sufrirían por eso. Yo, al ver el trato que les estaba dando al resto de mis hermanos, no pude soportarlo y contra los deseos de mi padre, hice que también me tratara de la misma forma que ellos, renunciando a mi herencia-.
Lo que Mei le estaba contando a Gasper era la historia de su niñez, de como veía afuera de su habitación de lujo, como Seiya y el resto de sus medios hermanos llegaban a sufrir por el trato tan indiferente e inhumano de Mitsumasa Kido. No podía aceptar que él tuviera un trato mejor que ellos solo porque él si era reconocido como su hijo, cuando todos lo eran.
La única persona que sabe de esto (aparte de Saori que lo sabía porque Tatsumi se lo conto) es Erda, que es la única que le ha dicho esto. Ni siquiera Seiya y los demás lo saben. Por eso le pidió a Kiki e Issei dejarlos solos.
-¿P-Por que hiciste eso? ¿No te gustaba la vida que tenías?- Pregunto Gasper, por su voz estaba más interesado en la historia.
Mei apoyo su espalda en una de las puertas de la habitación. -No fue por eso. Solo que yo no toleraba como eran tratados mis medios hermanos a diferencia de mi, cuando todos teníamos la sangre de nuestro padre. Por eso yo me volví uno más de todos esos niños, porque aunque significaba perder la fortuna que por reconocimiento sería mía, podría estar con mis hermanos... hasta el día de hoy no me arrepiento de esa decisión-.
Gasper no dijo nada ante eso, pero era obvio para Mei que estaba prestando atención.
-Luego fui enviado como el resto de mis hermanos a entrenar. Mi maestro era un sujeto que tenía un sentido de la justicia extremista, pero no era mal hombre en el fondo. Él me dijo algo que nunca olvidare: "si tanto te molesta lo que hizo ese hombre o tu propia situación, en vez de estar llorando, gana poder y haz lo que quieras con tu justicia"- recito. -Ahora puedo entender lo que dijo. No sirve de nada lamentarse, si quiero que algo cambie, debo ser fuerte para lograrlo. Puedo usar el poder que tengo para proteger la paz y la felicidad del mundo, para que ningún padre envié a sus hijos a entrenar hasta la muerte-.
La puerta de la izquierda se abrió, Gasper salió un poco y vio a Mei. -¿N-No tienes miedo?-.
-Claro que tengo miedo. Mi poder no es fácil de manejar y el destino que tengo es uno lleno de dificultades, pero no estoy en esto solo, porque tengo a Athena y a mis hermanos conmigo- Mei se arrodillo para estar a la misma altura que Gasper. -Escucha, Gasper. Se que tienes miedo de tu poder y que desearías no tenerlo, pero de todo lo malo siempre hay algo bueno. Con tu poder podrás ayudar mucho a tus amigos, que se preocupan mucho por ti. No será fácil, pero si te esfuerza en controlarlo, podrás lograrlo-.
Gasper agacho la cabeza, pensando la historia y las palabras de Mei... él no pidió esta Sacred Gear, si pudiera se desharía de él, ya que le a causado problemas a los que lo rodean... pero aun con todo, la Presidenta Rias lo acogió en su nobleza y ahora quiere ayudarlo. Incluso hay personas dispuestas a querer ayudarlo con su poder, algo que nunca tuvo con los Vampiros.
-Yo... tengo miedo, mucho miedo... pero... lo intentare, Mei-san- declaro Gasper con temor, pero con determinación en sus ojos.
-Esa es la actitud... aunque tal vez tengamos que hacer algo con tu elección de ropa-.
-¡No! ¡Estás ropas me gustan! ¡Son lindas!-.
Mei suspiro, este chico será difícil de tratar.
-Mei- escucho a Kiki hablarle telepáticamente.
-Kiki, justo a tiempo. Ya hice que Gasper saliera de la habitación- le notifico.
-Eso es bueno, pero te hablo para que sepas que Issei recibió una llamada de Akeno, necesita ir a un Santuario, y por alguna razón, también me pidió ir-.
Eso si era extraño.
-De acuerdo, yo me quedo con Gasper, volveré con Athena y Seiya antes de que anochezca-.
-De acuerdo, e Issei te da las gracias por ayudar a Gasper-.
-Fue un gusto-.
.........................................
(Poco después)
Issei y Kiki estaban de pie frente a una escalera de piedra que conducía a un Santuario Sintoísta. Mirando por encima de la entrada, Issei miraba a Akeno en sus ropas de sacerdotisa. El Peón dudaba en entrar ya que no sabía si era seguro.
-¿Vamos?- Pregunto Kiki, subiendo los primeros escalones.
-No se si es seguro... soy un Demonio y este... ya sabes, es un Santuario- dijo Issei, explicando su vacilación.
-Es un Santuario Sintoísta, no estoy seguro que afecte de la misma manera a un Demonio que una Iglesia. Además que este es un Santuario neutral por ser parte de la ciudad- explico Kiki.
Aun con duda, Issei dio un paso hacía adelante. Cuando lo hizo, levanto la cabeza, esperando algún castigo divino... pero nada paso. Miro a su alrededor confundido y noto que seguía intacto... tal vez lo que decía Kiki era cierto.
Antes que pudieran comenzar a subir, vieron a Akeno bajar las escaleras a su encuentro. -Me alegro que pudieran venir los dos en tan poco tiempo- miro a Issei. -Lamento haberte llamado cuando estas ocupado con Gasper-.
-No es nada. De hecho, ahora Mei-san quien se encarga de Gasper- menciono Issei.
-¿Mei?- Akeno levanto una ceja al no reconocer el nombre.
-Es el Caballero Dorado de Cáncer, vino con Athena como escolta, junto a dos Saintias- explico Kiki quien era Mei.
-¿Saintias?- Ahora fue Issei quien pregunto.
-Luego les explico-.
Aunque Akeno estaba interesada, tenía otros asuntos que investigar en estos momentos. Con una seña, hizo que la siguieran hasta el Santuario.
Cuando entraron al Santuario, Akeno los guio hasta una especie de sala de estar.
-Issei, puedes sentarte aquí. Kiki, ¿tendrías la amabilidad de esperar en la habitación de al lado?- Pidió Akeno con amabilidad, mirando al castaño.
A Kiki le resulto muy sospechoso esa petición, pero no dijo nada y paso por una puerta corrediza de estilo oriental, entrando a otra sala igual a la anterior. Se sentó de piernas cruzadas en la alfombra que obviamente era para los invitados.
-Por favor espera aquí un momento- dijo Akeno, deslizando la puerta hasta cerrarla.
El Santo de Aries permaneció sentado en donde estaba, preguntándose porque Akeno los llamo a ambos, pero los dejo en habitaciones separadas... su pregunta sería respondida cuando un nuevo tipo de energía llegó al interior del Santuario.
Kiki abrió los ojos por la energía, era poderosa, pero además de eso, era muy pura y sagrada, parecida a la de Athena, pero diferente y mucho más débil. La energía, aunque llenaba el Santuario, se concentraba en la habitación donde estaba Issei.
Entrecerrando los ojos con sospecha, Kiki elevo su cosmos para generar algo en su mano; en sus días de niño travieso, antes de la Guerra contra Hades, se le ocurrió que si, el Muro de Cristal era como vidrio, y el vidrio refleja la imagen de las personas, ¿su técnica podría hacer lo mismo? Practico su Muro de Cristal, que en ese entonces era capaz de crear, pero no con la dureza que necesitaba, y obtuvo un resultado.
Creo en su mano un cristal con forma cuadrada del tamaño de la mitad de su mano. Obviamente no servía como técnica, pero con ese cristal que estaba hecho de su cosmos, combinado con sus poderes psíquicos, sería capaz de ver lo que pasaba en la habitación donde estaba Issei.
Deslizo el cristal por debajo de la puerta corrediza y cerrando los ojos, fue capaz de ver lo que pasaba: Issei estaba hablando con un hombre apuesto de cabello rubio largo y con una aureola en su cabeza. El hombre se presento como Michael, el líder de la Facción de los Ángeles. Esa presentación sorprendió tanto a Issei como a Kiki, pero el lemuriano siguió observando.
Michael hablo con Issei, diciéndole sobre ser el Dragón Emperador Rojo y lo que supone ese papel. El Ángel parecía que no sabía que él estaba allí, o simplemente no le importaba.
Kiki no bajo la guardia, en especial cuando el Ángel hizo aparecer una espada... y se la dio a Issei.
Según Michael y Ddraig, la espada se llamaba Ascalon, la espada que uso el Santo George en vida y que se la daba... Kiki estaba más allá de la sorpresa. Si era cierto las historias, Ascalon era una de las pocas espadas mata-dragones que existen, así que era un arma poderosa que la Iglesia podía usar. ¿Por que el líder de los Ángeles, y por lo tanto de la Iglesia, se la daría a Issei, quien más encima es un Demonio?
-Algo no cuadra. Es muy sospechoso- Kiki veía que Michael no era malo, la energía sagrada que transmitía lo demostraba, pero era innegablemente sospechoso. Sin duda le informaría de esto a Athena.
Issei, como el ingenuo e inexperto en temas sobrenaturales que era, acepto sin muchas preguntas y vinculo la espada con el Boosted Gear. Después de unas palabras más, Michael se retiro, e Issei recibió una llamada telefónica que lo hizo entrar en pánico por alguna razón e inmediatamente se despidió de Akeno y se fue corriendo de la habitación. Al ver que Akeno se acercaba a la suya, desvaneció el cristal, asegurándose de no dejar rastros de cosmos para no dejar evidencia de que espío.
-Siento haberte hecho esperar- se disculpo Akeno mientras abría la puerta corrediza.
-No te preocupes por eso-.
Akeno debió ser elegida como la que organizaría esta reunión, ya que sin duda que uno de los líderes de las tres Facciones se reúna con un joven Demonio, que era el Emperador Dragón Rojo, sería algo que atraería la atención, así que probablemente no tiene nada que ver sobre lo que iban a discutir. Tal vez la Diosa Amaterasu sepa, ya que aunque sea Santuario neutral, el líder de una de las tres Facciones no puede aparecer así sin el permiso de ella, o uno de sus hermanos.
Sin embargo, era tema para otro momento. Ahora era invitado.
-Me alegra que no te hayas aburrido- Akeno trajo una bandeja con un poco de té. Sirvió té en dos tazas tradicionales japonesas para ella y Kiki. Kiki tomo un sorbo de té antes de preguntar.
-¿Ya me vas a decir porque me has traído?-.
Cuando dijo eso, la postura de Akeno se puso rígida, estaba tensa, aunque intento ocultarlo. Permaneció en silencio unos segundos antes de hablar.
-Dime... ¿qué piensas de los Ángeles Caídos?-.
Kiki arqueo una ceja ante la extraña pregunta. -Solo conozco a Kokabiel, y no dio una buena impresión como sabrás. Y aunque he escuchado de lo que han hecho los Ángeles Caídos en esta ciudad, no voy a juzgar a todos por las acciones de unos pocos. Si lo hiciera, no me haría diferente a los Dioses que combato-.
La Reina Gremory bajo la cabeza. -Ya veo...-.
-¿Esto tiene que ver de que seas mitad Ángel Caído?-.
Cuando dijo eso, los ojos de Akeno se abrieron conmocionados de la sorpresa y levanto la cabeza, viéndolo fijamente.
-El primer día que Seiya y yo llegamos a la ciudad, la recorrimos entera para inspeccionarla. En el camino, encontramos varios rastros de energía que ninguno reconoció. Cuando llegué a la Academia, aparte de la energía Demoniaca, también sentí otro tipo de energía coexistir con la de Demonio y era la misma que la de los rastros de energía. Tras enfrentarme a Kokabiel, confirme que esa energía era la energía que usa y dejan los Ángeles Caídos. De como supe que eras mitad Caída, fue simplemente unir todo lo que dije recién y unirlos-.
Tras la detallada explicación de Kiki, Akeno quedo impresionada con esa deducción. Ya había notado que la capacidad de sentir la energía de los Santos era superior a la que todos ellos eran capaces de sentir, pero no pensó que usaría eso para averiguar tan fácil su mayor secreto.
-Ya veo... de seguro te debo parecer repulsiva...-.
-Claro que no, que seas mitad Caída no me importa en lo absoluto-.
Eso sorprendió aun más a Akeno. -¿Tu... en serio no...?-.
Kiki dio otro sorbo de té antes de dejar la taza en la bandeja. -Yo soy del Tíbet, Seiya es de Japón, de hecho, salvo por mi, el resto de la Orden Dorada es de Japón. Y en la generación anterior a nosotros, había más gente de afuera que proveniente de Grecia. Pero aun así, todos le servimos a una Diosa Griega. El racismo no existe en el Santuario, allí solo importa cuanto te esfuerces, tu fuerza de voluntad, la fuerza de tu cosmos y el deseo de uno de hacer la justicia. De vez en cuando hay algunos choques culturales de aprendices o soldados, pero se supera rápidamente-.
Cuando Kiki la vio a los ojos, Akeno se sintió de repente vulnerable; pero no era mala sensación. Todo lo contrario, a pesar de sentirse vulnerable ante esa mirada... le hacía sentir cálida.
-Me dejo de importar que seas un Demonio, y no me importa que también seas mitad Ángel Caído. Lo que hace valer a uno como individuo, son sus acciones, no su raza. Y tus acciones han hecho que pueda confiar en ti, casi como confió en mis compañeros-.
Akeno intento buscar una chispa de mentira en sus ojos, de verdad que lo intento... pero no encontró ninguna. Él de verdad creía todo lo que dijo... todo eso de ella. Dejo de verla hace tiempo como un Demonio que tal vez deba eliminar y ahora la ve como una persona... eso la hizo muy feliz.
-¿Q-Quieres un poco más de té?- Pregunto Akeno, intentando que Kiki no se diera cuenta del sonrojo que estaba creciendo.
-Por supuesto. Tu té es el mejor que he probado- acepto Kiki.
-Gracias. Eso significa que tendré que preparar de vez. Solo espero satisfacer a uno de los poderosos Caballeros Dorados- dijo, antes de servir un poco más de té en la taza de Kiki.
Kiki tomo su té. Sabía que lo que paso entre Issei y Michael debía ser informado, pero fue para después... ahora disfrutaría de esta paz que ha llegado a apreciar en Kuoh.
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(Al anochecer)
El Clan Gremory y el Clan Sitri estaban caminando por los pasillos de la escuela, todos estaban nerviosos, ya que fueron invitados a la reunión por haber tenido participación en el asunto de Kokabiel.
Aunque no todo el Clan Gremory estaba presente. Gasper se quedo en una sala del Club ya que al enterarse de la reunión lo puso de nervios, más de lo normal y esta vez era entendible. Koneko se quedo con él para hacerle compañía.
Las herederas se detuvieron frente a la puerta que los llevaría a la sala donde sería la reunión. Los nervios estaban al máximo, pero como futuras herederas de sus familias, debían mantener la compostura. Este era un momento histórico para las Tres Facciones y ellos tenían el honor de estar presentes para verlo.
-¿Lista, Rias?- Le pregunto Sona.
-Hagámoslo-.
Las dos abrieron las puertas al mismo tiempo, y entraron a la sala... donde estaban los líderes de las Facciones.
Los tres estaban sentados en asientos iguales alrededor de una mesa redonda. Sirzechs había traído a Grayfia a su lado. Al parecer él no va a ningún lado sin ella.
Por el lado de los Caídos, Azazel estaba sentado de brazos cruzados con una mujer de cabello negro y un cuerpo voluptuoso y de gran belleza que ninguno de los jovenes reconoció, pero si estaba con Azazel, debía ser una líder de Grigory. Issei tuvo que recordarse que este era un evento importante para no ver de manera pervertida a la mujer. La seriedad de esa mujer contrastaba con la sonrisa en el rostro del líder de los Caídos. Atrás de ellos, apoyado en la pared, estaba Vali, que los veía a todos en silencio.
Y para acabar, esta Miguel, que sonreía de manera pacifica. Atrás de él estaba Irina, que al ver a Xenovia, la miro con furia y aparto la mirada... eso le dolió a la usuaria de Durandal.
-Lamentamos el retraso- dijo Rias en modo de disculpa.
-No te preocupes, no eres la última en llegar- le resto importancia Sirzechs.
Ahora que lo decía, en la mesa, había una silla más que estaba vacía. Los Demonios tampoco veían por ningún lado a Seiya o Kiki.
-¿Donde está Kiki-san y Seiya-Sensei?- Pregunto Issei.
Antes que alguien pudiera responder, una luz cayo del cielo, atravesando el techo del edificio pero sin hacerle daño. La luz cegó un momento a los Demonios más jóvenes, y cuando pudieron abrir de nuevo los ojos, los vieron...
Saori en su papel de Athena estaba de pie, su sola aura expulsaba poder. Encima de su vestido blanco, usaba la armadura que se creo a partir de los Hanzashi Dorados y que vistió cuando se enfrento junto a Shoko contra Eris. La armadura protegía casi toda la zona superior de su cuerpo, acoplándose a su figura, tenía un collar de oro alrededor de su cuello y en el cabello un propio Hanzashi. Sujetaba con fuerza a Nike en su mano derecha.
A sus costados estaban Shoko y Mii, Shoko a su derecha y Mii a su izquierda. La armadura de Ballena de Mii cubría su pecho y abdomen hasta la cintura, acoplándose a su figura de mujer. Usaba una tiara en su cabeza que en el centro estaba el diseño de la cabeza de la bañena, en su brazo derecho traía un escudo de tamaño medio de forma triangular. Tenía protección hasta la mitad de los muslos en las piernas y un faldón blanco como falda y que evidenciaba su estatus como Saintia.
Detrás de las tres mujeres, Seiya, Kiki y Mei, vistiendo sus armaduras doradas, estaban de pie firmes y en fila uno al lado del otro. Su semblantes eran serios, sin rastro de emociones e imperturbables. Ahora estaban dentro de su deber de Santos que harán lo que sea o acabaran con quien sea necesario por proteger a Athena.
-Me disculpo por el retraso, no tengo excusa- dijo Athena, caminando hasta su asiento correspondiente y sentándose. Shoko y Mii se pusieron un poco detrás del asiento de Athena en los mismos lados, y los Dorados no se movieron de su lugar al llegar. -Ya podemos comenzar esta reunión-.
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N/A: Exactamente 9000k, vaya logro.
Para los que no leyeron mi último capitulo de Fate: Travesía del Guardián, les aviso que estuve tres semanas sin internet, por lo que no pude escribir nada por todo ese tiempo. Por eso no actualice, lamento mi retraso, pero como compensación, les traje un capitulo largo.
Se vieron varias cosas. Mei conociendo a los Demonios, sobre todo a Gasper, con quien hizo rápidamente amistad. También parece que Perséfone y Shalba están planeando algo.
También aproveche para instalar, en lo que a mi parecer, funciona más o menos de como las Sapuris eligen a sus soldados. Lo de que Hades puede cambiar un alma de un Espectro a otro lo saque un poco de TLC. Espero que no les haya molestado.
Y ya el siguiente capitulo será la charla de paz entre las Facciones y Athena. Las cosas se pusieron tensas.
Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis fics por favor. CHAO.
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