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Capitulo 15

Delante de los dos castaños y Xenovia, estaba de pie Vali, el actual Emperador Dragón Blanco y quien sería el rival de Issei. Issei empezó a sudar de los nervios. No podía sentirlo, pero este tipo tiene un aura muy fuerte que hasta él, que no es bueno en ese tipo de cosas, se da cuenta. Mientras tanto, Kiki observa al joven tranquilamente; el aura que tiene es de un dragón similar a la de Issei, cosa esperable por su Sacred Gear y también la de un humano obviamente... pero también siente energía demoniaca, una muy fuerte que superaba a la de todo el Clan Gremory juntos; pero esa aura no era la que predominaba, sino que estaba en balance con las auras de dragón y humana. ¿Acaso él era...?

En un movimiento que Issei y Xenovia no pudieron percibir pero Kiki si, el peliplateado se puso delante de Issei, apuntando un dedo a su pecho, justo encima de su corazón.

-Estas muy vulnerable. Si yo quisiera, podría hacerte un agujero en el corazón ahora mismo- menciono Vali con calma y superioridad.

-¡Maldito!- Issei aparto la mano de Vali y retrocedió. -¡Boosted...!-.

Pero se detuvo cuando sin que él lo notara, Xenovia y Kiba quien apareció de la nada, se movieron a los costados de Vali, cruzando las puntas de sus espadas debajo del cuello del peliplateado. Pero este ni se inmuto, lo cual significaba que ya se esperaba esto.

-Espero que no estés planeando hacerle daño a alguien miembro de mi nobleza, Emperador Dragón Blanco-.

-¡Presidenta!- Exclamo Issei al ver llegar a Rias junto con todos los demás.

El Emperador Blanco sonrió. -No es mi intención. Mi objetivo de hoy fue ver a mi supuesto "rival"- sus ojos se posaron en Kiki. -Aunque con él y el otro sujeto de las alas ya no lo necesito- sus ojos ganaron un brillo de emoción, era un brillo por querer desafiar a alguien realmente poderoso.

-¿Sabes de nosotros?- Pregunto Kiki en un tono calmado y serio.

-Albión me hablo de los Caballeros de Athena, la epitome de la fuerza humana y de su fuerza infinita, el "cosmos". Estoy ansioso de saber que tan fuerte es esa "fuerza infinita" de la que se creía rumores-.

Kiki pudo saber los pensamientos del chico, era un adicto de las batallas que quería probar su fuerza contra él y Seiya.

-Lamento decepcionarte; pero los Caballeros de Athena usan su fuerza por el bien de ella y de las personas del mundo, nunca por un propósito personal... y menos por el capricho de un chico y su mascota dragón- lo último lo dijo con un tono de burla, igual a cuando decía algo burlón cuando era niño.

Vali fulmino al Ariano con la mirada. No le importa mucho las personas, pero si le importa Albión. -¿Me tienes miedo?-.

-Por favor- Kiki se cruzo de brazos. -Cuando era niño ya había visto a seres más fuertes que tu. Puede que seas fuerte en los estándares de las facciones, pero para los estándares del Santuario, apenas si eres rival para un Caballero de Bronce-.

Puede que haya madurado con el entrenamiento y el tiempo, pero aun quedaba un poco del niño burlón y travieso que disfrutaba hacer travesuras en él. Sabía que no era correcto burlarse de un enemigo que, aunque puede ser más débil que él ahora, tiene el potencial de matar Dioses... pero quería disfrutar un poco de esto. Él chico había venido todo soberbió hasta aquí y le ayudaría que pudiera bajarle de las nubes.

-¿Oh? Entonces espero que no te moleste que pruebe que no son más que palabras- Vali parecía ya no importarle que estaban a las afueras de la Academia donde la gente podría verlos, estaba concentrado en querer ya pelear contra Kiki.

-[Cálmate, Vali]- la voz de Albión resonó en su cabeza. -[No es ni el momento ni el lugar para una pelea, menos si esta es una pelea perdida]-.

-¿Dices que puedo perder contra él?-.

-[No puedes, perderás seguramente]- Albión no tuvo pelos en la lengua al decir eso.

Albión sabía lo fuerte que era Vali, es probablemente el portador más poderoso que haya tenido o tendrá, pero aun así, no puede equipararse a un Caballero, menos a uno que es de rango Dorado. Tal vez si usa el Juggernut Drive pueda lograrlo, pero el coste de mana que requiere esa forma es demasiado que al final lo pondría en desventaja.

Aun cuando tenía deseos de luchar, Vali decidió escuchar a su dragón, ya que era muy raro verlo tan cauteloso ante alguien, sobre todo si este es solo un humano.

-Supongo que me iré, lo dejaremos para otra ocasión- su declaración sorprendió a todo el grupo, excepto a Kiki. Sus habilidades psíquicas no se limitaban a solo mover cosas con la mente o teletransportarse, también podía, en cierta medida, leer la mente de otros, y así pudo escuchar la conversación que Vali tuvo con su dragón. -Pero antes... los tres líderes de las Facciones se reunirán para hablar sobre lo de Kokabiel. Vendré con Azazel-.

Los dos Caballeros de Gremory bajaron sus espadas ante la confirmación de que Vali se iría, ninguno lo diría en voz alta, pero había estado nerviosos por si este decidía atacarlos, y no solo ellos, todos los Demonios habían estado preocupados.

-Hyodou Issei- al mencionar el nombre del castaño, activo las alertas de Rias y su sequito, mientras que el mencionado miro a Vali. -Tú y yo estamos destinados a pelear, así que será mejor que te hagas más fuerte. De lo contrario, la lucha no durará mucho-.

Con eso dicho, les dio la espalda a todos y camino un par de pasos antes de que un circulo mágico blanco apareciera debajo suyo y se fuera.

-Ese tipo es muy confiado... pero tiene justificación. A diferencia de Issei, él se toma en serio el puesto de Dragón Emperador Blanco- señalo Kiki objetivamente.

Issei apretó sus manos, no tenía forma de ser superior a ese tipo ahora... sintió que alguien tomo su mano y miro que fue Rias, pero no solo eso.

-La mano de la Presidenta esta sudando...- eso le hizo ver que ella estaba igual o más tensa que él.

Desde que Seiya y Kiki llegaron a la Academia, él ha podido notar algo que antes no pudo... y es que pese a ser un Demonio, era muy débil.
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(Con Seiya)

Seiya estaba en un templo budista de la ciudad conversando con nada más ni nada menos que con la Diosa Amaterasu, que solicito verlo para conversar. Así que le pidió a Sona, como Presidenta del Consejo Estudiantil, informar de su falta de clases, tanto hoy como mañana, que sería el día de clases abiertas. Ella no tuvo problemas en hacerlo.

Ambos estaban al interior del templo en una sala privada para no ser interrumpidos, cada uno le habían servido una taza de té. La razón de esta reunión era para que informarle a la Diosa Sintoísta sobre la actividad en Kuoh y la supervisión de los Demonios a cargo de la ciudad. Había llamado temprano a Seiya porque sabía de su papel fingido como tutor en la academia, además de sus responsabilidades con Athena, así que este era el mayor tiempo libre que podía tener con el castaño.

-En resumen: ambas herederas se enfocan más en sus propias actividades que en patrullar la ciudad. Claro, han destruido algunos Demonios Callejeros, pero solo cuando estos ya habían asesinado a cierto número de personas. Son unas niñas mimadas-.

A Seiya le agrada Sona, Rias no tanto, pero al menos la soporta. El problema es que ninguna hace bien su trabajo como supervisoras de la ciudad. Están más preocupadas por su vida aquí en Kuoh que apenas se toman el tiempo de patrullar, más de una vez, él, en sus patrullajes nocturnos, se topo con varios Demonios Callejeros que tenían intenciones de lastimar a las personas y los acabo con sus propias manos. Se podrían defender con el asunto de Kokabiel y que no había tiempo de eso y era entendible, pero todo lo que dijo Seiya fue de la primera semana que llegó a Kuoh, antes de que todo ese asunto pasara.

Amaterasu suspiro decepcionada. Había tenido sus dudas sobre prestarles ese territorio a los Demonios, pero porque las supervisoras serían dos herederas con sus sirvientes, además de que Kuoh era una ciudad tranquila y perfecta para esconderse acepto, pero ahora que la ciudad parecía volverse el centro de cosas importantes, estaba empezando a dudar sobre si seguir dejando que usen ese territorio.

-Gracias por tomarte la molestia de decirme todo eso, Seiya- sonrió Amaterasu, bebiendo un poco de té.

-Es mi trabajo. Pero no entiendo porque querías que te lo dijera personalmente y no por un informe como es costumbre- dijo Seiya.

-Bueno... quería escucharlo de tu propia boca, además que también aprovecho para relajarme un rato de mis deberes- respondió Amaterasu.

Y claro, también para pasar un tiempo a solas con el hombre que le gusta sin nadie más de por medio; pero no era necesario decirlo.

-Si que debe ser difícil ser una Diosa, sobre todo si eres la líder de un Panteón- Seiya había visto varias veces como Saori llegaba a verse cansada tras un día de trabajo en el Santuario, así que imagina que Amaterasu pasa por algo similar.

-¡Ni te imaginas!- La Diosa del Sol hizo una reacción un poquito exagerada. -¡Si mi padre tan solo arreglara las cosas con mi madre y dejara de esconderse de ella, tendría la vida un poco más fácil! Es un dolor de cabeza a veces-.

Una gota de sudor cayo por la frente de Seiya. Si él creía que su familia ya era complicada, una familia de Dioses lo es aun más.

-¿Y kiki?- Tratando de cambiar el tema, Amaterasu pregunto por Aries. Sabía que había venido con Seiya, aunque solo lo vio una vez hace unos años cuando él era todavía un niño.

-En la Academia Kuoh, se lleva bastante bien con los Demonios-.

-¿Y tu? ¿Cómo te acostumbras en la ciudad?-.

-Dejando de lado las cosas sobrenaturales, la ciudad es tranquila y sus habitantes amables; la heredera Gremory no me agrada, es toda una niña mimada que cada vez que le gusta algo lo quiere, pero al menos se que no es mala persona, así que la tolero. Y sobre la otra... aunque también es mimada, no lo es tanto como la pelirroja y sabe comprender mejor la realidad de las cosas. Se puede decir que estoy bien en la ciudad-.

Amaterasu sonrió, algo que le gustaba de Seiya es que siempre era honesto con lo que sentía.

Ahora que lo del trabajo estaba listo, era hora de actuar. Se cruzo de brazos para levantar su gran busto, intento hablar. -Oye, ya que ambos estamos libres por un rato, ¿que te parece...?-.

¡RING! ¡RING! ¡RING!

Pero fue interrumpida por el teléfono de Seiya que empezó a sonar.

-Disculpa...- Seiya tomo su celular y respondió la llamada. -¿Si? ¿Shoko, que pasa...? ¿De verdad? Ya veo...-.

Seiya estaba inmerso escuchando lo que Shoko le hablaba que no se dio cuenta que Amaterasu tenía un tic en el ojo al escuchar el nombre de esa mujer.

-Esa enana pelirroja... siempre molestando cuando intento algo- ¿Athena se daría cuenta si le falta una de sus Saintias?

Al final, Seiya tuvo que retirarse temprano, haciendo que los planes de Amaterasu para hoy se fueran al traste.

Ella jura que hará pagar a esa pelirroja.
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(En el Santuario)

Athena, sentada en su trono de piedra, vio que las puertas de la sala se abrieron y entro su hermano Heracles. Ella se levanto y lo recibió con una sonrisa.

-Me da gusto verte Athena, y esta vez sin una situación de tensión entre la familia-.

-Apenas han pasado unos días, hermano- sonrió Saori. -¿A que se debe tu visita el día de hoy?-.

-¿No puedo visitar a mi hermana favorita cuando quiera? Aunque eso me gustaría decir pero... necesito que me hagas un favor- Heracles miro hacía la puerta. -Puedes acercarte-.

Otra figura más pequeña que Heracles entro a la sala: era un joven de cabello castaño y lleva un tipo de vieja armadura griega pero más renovada y con unos brazaletes en brazos.

Saori miro curiosa al chico, quien sonrió con claro nerviosismo ante la presencia de la Diosa. -¿Quién es él?-.

-Este chico es Perseo, como su nombre lo dice, lleva el alma y fuerza del Héroe Perseo, el asesino de Medusa en su interior. Y además de eso, también logro despertar su cosmos-.

Saori abrió los ojos ante esa revelación. Claro que conocía al Héroe Perseo, fue uno de los héroes que ella ayudo cuando aun estaba en su cuerpo divino y si mira fijamente al chico, si tiene cierto parecido con el Héroe Mitológico. Pero lo que más le sorprende es que el chico, no solo tiene el alma de ese héroe, sino que también despertó el cosmos.

-¿Es en serio?-.

-S-Si...- el chico no sabía bien como hablar con la mujer frente a él. Estaba hablando con una Diosa, y no cualquier Diosa, sino la misma Athena.

Perseo extendió la mano y concentrándose, se pudo ver un pequeño universo en la palma... lo que decía Heracles era verdad.

Heracles se puso detrás del joven y coloco sus manos encima de sus hombros. -Me gustaría que entrenara en tu Santuario, un potencial como el de este joven no se puede desperdiciar, además de hacerlo por respeto al espíritu del grandioso Héroe que tiene dentro-.

-Eso es decisión de él- Athena miro a Perseo. -¿Te gustaría entrenar para volverte un Caballero?-.

-Yo...- Perseo estaba meditando con cuidado sus palabras, lo siguiente que iba a decir sería crucial para su vida. Pero tras recordar su discusión con el líder del anterior grupo, no dudo en lo siguiente. -Si me gustaría serlo, quiero ser un verdadero héroe, como lo fue el verdadero Perseo ya que... no soporto las injusticias que les hacen pasar a otros solo por poder... quiero hacerles ver que sus métodos no son correctos-.

Por sus palabras, Athena pudo ver que había algo más detrás de Perseo, pero sus palabras e intenciones no eran malvados, así que lo dejo pasar y con una cálida sonrisa, le dio la bienvenida al Santuario.

-Una de las doncellas te llevará a inscribirte a los entrenamientos, se te dejara en una cabaña con otros aprendices. El entrenamiento no será fácil, Perseo, te advierto-.

-No se preocupe señorita Athena, estoy acostumbrado a sudar- dijo el chico, sintiéndose un poco más confiado de hablar.

-Una última cosa, ¿que signo eres, Perseo? Es normal preguntar eso aquí-.

-Soy Escorpio-.

Una doncella del recinto apareció y llevo a Perseo afuera de la Sala Patriarcal para mostrarle donde se le asignara los entrenamientos de los aprendices. Cuando estuvieron solos, Athena y Heracles se vieron.

-¿Dónde lo encontraste? Es demasiada coincidencia que hayas traído a alguien que además de tener ya despierto su cosmos, tenga el espíritu de un héroe- pregunto Saori.

-Fue cuando busque información sobre la Facción de los Héroes...- respondió Heracles.

-¿La Facción de los Héroes?- Era la primera vez que ella escuchaba de ellos.

-Son más un gran grupo de personas que una facción en si. Se tratan de jóvenes que son descendientes o como Perseo, tienen el espíritu o Sacred Gear de algún Héroe. De hecho, un descendiente mío es parte de ese grupo, aunque este no sabe que es descendiente mío y piensa que su fuerza es porque tiene mi espíritu. Algo sin sentido, a mi parecer-.

-¿Por que los investigabas?- Saori se sentó en su trono.

-Una vieja amiga mía del Panteón Nórdico me dijo que la ciudad de Asgard fue atacada por un grupo que se hacía llamar de esa manera, aunque no hubo muchos problemas ya que fueron repelidos por los Dioses Guerreros que tienen en la actualidad, pero lo que le preocupo fue que su líder, un sujeto con una lanza sagrada, pudo dañar un Ropaje Divino con facilidad-.

Saori abrió sorprendida los ojos al oír eso. Las armaduras de los Dioses Guerreros, los Ropajes Divinos, aunque no son tan fuertes como las armaduras Doradas, siguen siendo de un material muy resistente que no son fáciles de romper. Si una lanza fue capaz de hacerlo con facilidad era porque no era cualquier arma.

-Así que guiado por mi curiosidad, investigue un poco sobre ellos y por casualidad encontré un lugar donde se quedan. Fui a ver solo para ver, o mínimo conocer el rostro de algunos de los miembros, al llegar, vi a Perseo discutiendo con quien creo que era el líder, ya que sostenía una lanza en mano. Cuando vi que ese sujeto lo apunto con el arma, use mi cosmos desde la distancia para lanzar una ráfaga de aire que los distrajo y me lleve a Perseo, todo sin que nadie me viera-.

La información que le dijo Heracles era... interesante, al no tener otra palabra con la que decirlo. Pero no le agrado escuchar que quien era el líder estuvo a punto de matar a Perseo, un líder no debe de herir y menos asesinar a los suyos.

-Gracias por contarme esto. No te preocupes por el entrenamiento de Perseo, estoy segura que aprenderá mucho. Y sobre lo que me dijiste sobre la Facción de los Héroes... lo tendré en cuenta hermano-.
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(Más tarde)

-¿Athena vendrá mañana?- Exclamo sorprendido Kiki.

Seiya asintió, Shoko lo había llamado en su reunión con Amaterasu porque ella fue la encargada de decirle a él y a Kiki que Athena iría a Kuoh, se fue más temprano porque tenía que ordenar todo, ya que mientas la reunión de las Facciones dure, ella se quedara en esta casa. Suerte que esta casa tenía varias habitaciones.

El lugar no era un chiquero, pero tampoco era un hotel 5 estrellas. Ordenar no es su fuerte, pero lo logro.

-Llegará mañana por la tarde, así que debemos ir a recibirla a un templo que hay en la ciudad, ya que es ahí donde llegará-.

-¿Su Diosa vendrá a la reunión de los líderes de las facciones?- Exclamo nerviosa Xenovia. Ella se vio a si misma, ¿estaría bien que siguiera quedándose en el mismo lugar que una Diosa?

Kiki leyó sus pensamientos, literalmente. -No te preocupes, Athena ya sabe que vives con nosotros y a ella no le molestará tu presencia-.

-¿Le dijiste a tu Diosa de mi?-.

-Por supuesto, ¿no debí?-.

Xenovia ahora estaba más nerviosa. Había tratado con altos cargos de la Iglesia, pero nunca con alguien tan importante como la Diosa protectora de la Tierra.

-Por cierto, mañana son las clases abiertas, ¿cierto?- Pregunto Seiya, cambiando el tema.

-Si, deberías saberlo, eres un maestro- respondió Kiki.

-Quería asegurarme-.
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(Al día siguiente)

En la mañana, todos los estudiantes de la Academia estaban en sus respectivos salones preparados para el día que para muchos sería una tortura, no solo porque sus padres verían su desempeño escolar, sino que también algunos momentos quedarían grabados para la posteridad por una cámara o videograbadora.

-¿Esto es una nueva clase de tortura?- Se pregunto Rias con las manos en la frente, intentando tapar su cara de la vergüenza.

¿La razón de tanta vergüenza? Es porque su hermano Sirzechs, y su padre, que era un hombre adulto de cabello rojo igual que el de ellos y era casi igual a Sirzechs en rostro, la estaban grabando con una cámara que el Maou sostenía. Mientras Rias se moría de la vergüenza, su padre y hermano sonreían con felicidad.

Kiki río de manera nerviosa. Solo vio al padre de Rias entrar a la sala y nada más, aunque pudo sentir que lo vio cuando pensó que no lo noto. De seguro sabe quien es él. Vio alrededor de su salón que varios estudiantes estaban igual que Rias.

-Ara ara~. Parece que la Presidenta esta pasando un mal momento- y claro, Akeno disfrutaba de la vergüenza que estaba pasando su mejor amiga.

-Si... pero se nota que la quieren mucho- sonrió Kiki, no de manera burlona, sino de manera sincera.

Él nunca conoció a sus padres, lo único que sabe relacionado a ellos es que fue dejado al frente de Jamir. Lo más cercano que ha tenido a un padre ha sido su maestro Mü. No era raro que bebés recién nacidos fueran dejados en las cercanías del Santuario, pero si lo era que lo dejaran al frente de Jamir. Su maestro, a pesar que busco, no encontró a nadie que podría ser algún progenitor suyo.

Eso a él no le importo, en su mente, Mü de Aries es su padre y Seiya, Shiryu y los demás son como sus hermanos mayores y Shoryu y Ryuho sus hermanos menores.

Vio hacía atrás, a la fila de padres que observaban a sus hijos y estaban a la espera de la llegada del profe. Vio a Seiya con una cámara y hablando con Sirzechs, a un padre que tomaba fotos de... un segundo. ¡¿Seiya con una cámara y hablando con Sirzechs?!

Recuperando la línea de mirada, efectivamente, estaba Seiya al lado del Maou, conversando tranquilamente y en su mano tenía una cámara que apuntaba a él... no puede ser.

-¡¿Qué estas haciendo aquí?!- Le pregunto por telepatía.

-¿No es obvio? Vengo a las clases abiertas como tu tutor. Hasta traje cámara y todo- fue la respuesta telepática de Seiya.

-Pero... ¡¿no tienes clases el día de hoy?! Además que no es necesario- Kiki empezaba a comprender poco a poco lo que estaba sintiendo la pelirroja.

-Pedí permiso del Consejo Estudiantil para no hacer clases hoy. Además que Shiryu y los demás en el Santuario no me perdonarían nunca si pierdo este momento de tu juventud, Kiki. Somos una familia, ¿lo olvidas?-.

Esto era el karma por haberse burlado un segundo de la situación de Rias. El maldito karma.

A los pocos minutos llegó el profesor del aula y dio inicio el día de la visita de los padres...

-Me sorprende verlo aquí, no creí que también hiciera estas cosas- dijo Sirzechs al lado de Seiya.

-Kiki es como el consentido de la Orden Dorada. Todos lo vemos como un hermano menor y sería impensable que me perdiera este momento, ¿usted me entiende cierto?- Dijo Seiya con una sonrisa de chesir.

-Absolutamente-.

Por primera vez el Diablo Carmesí y el Pegaso Dorado coincidían en algo.

(...)

Después de las clases, Kiki, Rias y Akeno se juntaron con Issei y Asia. Los dos primeros se veían agotados por la vergüenza que tienen que soportar, y el día solo esta comenzando.

Hablaron un rato, en donde los padres de Issei grabaron más a Asia que a su propio hijo, según palabras de castaño, sus padres siempre quisieron una hija y Asia cumplía ese rol dentro de su casa. Además que hicieron esculturas, en donde Issei hizo una escultura de arcilla de Rias de cuerpo completo.

En eso, se escucharon el grito de varios hombres que corrían a la velocidad que sus piernas le permitían al gimnasio... decían algo de una Chica Mágica...

-¿Qué esta pasando?- Pregunto Kiki intrigado.

-Vayamos a ver...- Rias y los demás fueron al gimnasio... aunque ella se daba una idea.

Al llegar al gimnasio, se vio una escena rara como mínimo. En la zona donde se hacen los discursos, había una chica de baja estatura de cabello negro con coletas y de gran busto vestía un traje rosado de lo que solo podría decirse era una Mahou Shoujou o mejor dicho, una Chica Mágica. Los chicos le tomaban fotos, y ella hasta hacía poses.

-Eso es... un cosplay de un personaje de la Chica Mágica, ¡Milky Spiral Seven Alternative!- Exclamo Issei, reconociendo de que iba disfrazado esa chica.

-Pareces bien informado, Issei-san- observo Asia.

-Un cliente habitual me hizo que lo acompañara a ver todos los episodios del anime- declaro Issei con orgullo, a su mente le vino la imagen de ese grandote que usa el mismo cosplay que aquella chica.

-¿Un cliente habitual?-.

-En el orfanato de Miho pasan ese mismo anime- dijo Kiki para sus adentros.

-¡Bien, se acabo el show! ¡Todos fuera!- Llegó Saji a escena, intentando poner orden.

-¡No te metas!-.

-¡Esto es una tiranía del Consejo Estudiantil!-.

-¿Cual es el problema en tomar fotos?-.

Al parecer los hombres son criaturas de pensamiento simple que siempre siguen sus instintos...

-¿Qué esta pasando aquí?- Seiya llegó a escena y cruzado de brazos le lanzo una mirada fiera al grupo de jóvenes. -Fuera-.

Todos los varones se congelaron de temor, no solo por la mirada, sino que la mayoría hacía clases de gimnasia con Seiya y sabían por primera mano lo duro que eran los castigos de este en clases. De hecho, desde que Seiya llegó como profesor, las actividades pervertidas de la Academia han bajado bastante.

Como si fueran una manada de perros y Seiya fuera el Alfa, todos los chicos hicieron caso y se retiraron del Gimnasio.

-Gracias por la ayuda, Seiya-Sensei- agradeció Saji suspirando. -¿Eres pariente de algún estudiante? No puedes venir a la Academia vestida así- le dijo a la pelinegra.

La chica sonrió y cuando iba a ser un acto de Chica Mágica, la puerta principal del Gimnasio se abrió, llegado Sona.

-¡Saji! ¿Qué esta pasando aquí?- Sona había venido porque recibió un informe de que un grupo de estudiantes estaban haciendo escandalo en el gimnasio, pero al llegar, ya todos se estaban retirando.

-Presidenta, vera...-.

-¡Sona-chan, te encontré!- Exclamo la chica de coletas.

Por primera vez, todos, excepto Rias y Akeno, vieron a Sona hacer una expresión que rompió su rostro siempre serio y calmado.

-¿Es una conocida tuya, Sona?- Pregunto Seiya.

-¡Sona-chan!- la chica bajo del escenario y corrió hasta llegar al frente de Sona. -¿Qué sucede, Sona-chan? Tu rostro esta rojo. Por fin puedes volver a ver a tu hermana mayor, deberías verte un poco más feliz-.

-¿Hermana mayor?- Corearon Aries y Sagitario.

-Ella es Serafall Leviathan- presento Rias a la chica de coletas para quienes no la conocían.

-¿Uno de los Cuatro Reyes Demonio es hermana mayor de Sona?- Exclamo sorprendido Kiki.

-Los Cuatro Reyes Demonio son escogidos por los Demonios, ¿verdad? Por eso a pesar de ser hermanas, Sona tiene el apellido Sitri-.

-Si. Cuando Serafall se volvió Maou, Sona fue la siguiente heredera de la familia Sitri, ya que los 4 Maou deben ser siempre imparciales- explico Rias al argumento de Seiya.

-Se que realmente estas muy contenta de verme, ¿verdad?- Serafall seguía hablando con Sona, quien hacía todo lo posible para no perder la calma.

Viendo el predicamento de su amiga, Rias decidió intervenir en su ayuda. -Ha pasado tiempo, Serafall-sama-.

-¡Oh, Rias-chan! ¡Ha pasado un tiempo! ¿Estas bien?- Saludo Serafall.

Rias asintió. -Si, gracias a su esfuerzo. ¿Esta aquí para observar las clases abiertas?-.

-¡Si! ¡So-tan es cruel, no me dijo nada de esto! Estaba tan lastimada que estuve a punto de lanzar un ataque contra el Cielo-.

Nadie pudo discernir si eso lo decía como broma o era en serio.

Los ojos de la Maou vieron detrás de Rias, enfocándose un momento en Issei y luego en Seiya y Kiki.

-Rias-chan, ¿él es el rumoreado portador de Ddraig?- Señalo con el dedo a Issei. -¿Y ellos los Caballeros de Athena que Sirzechs-chan me hablo?- Señalo a los Dorados.

Los mencionados se acercaron a la Maou.

-Mucho gusto, soy Hyodou Issei, Peón de Rias Gremory- se presento Issei con formalidad, estaba hablando ante una Maou.

Seiya y Kiki fueron un poco menos formales.

-Soy Seiya, Santo Dorado de Sagitario-.

-Yo soy Kiki, Santo Dorado de Aries-.

-Encantada de conocerlos. Soy Serafall Leviathan, un Rey Demonio... pero pueden llamarme, ¡Levia~tan! ¿De acuerdo?-.

-...-.

-...-.

-Si...- el único que dijo una respuesta fue Issei.

Rias sonrió de una manera complicada por la cara que hacían Kiki y Seiya. No los podía culpar, Serafall siempre da esa primera impresión.

-Muestra un poco de moderación, Onee-sama. Aunque seas mi hermana, no puedo aprobar tu vestimenta ni tu modo de actuar- regaño Sona, ya perdiendo la poca paciencia que le quedaba.

-¡No digas eso, Sona-chan! ¡Me pondrás triste!-.

-Saji...- hablo Kiki.

-¿Si?-.

-La razón por la que Sona no llamo a su hermana cuando Kokabiel ataco no fue porque estuvieran en malos términos, ¿verdad?-.

-Es todo lo contrario- quien dijo eso fue Akeno. -Serafall-sama adora demasiado a su querida hermanita. Quien sabe que habría pasado si ella la hubiera llamado-.

-Cierto, podría haber accedido a iniciar una guerra diciendo que su querida hermana había sido mancillada por un Ángel Caído- apoyo Saji, viendo como su Presidenta perdía poco a poco su calma.

-Felicidades, Kiki. Evitaste que una hermana sobreprotectora iniciara una guerra- declaro Seiya.

-No se si enorgullecerme de eso...-.

-¡Ya no aguanto más!- Sona llegó al limite, quería a su hermana y todo, pero no podía soportar la vergüenza que ella le hacía pasar cuando se ponía así. Con lágrimas, empezó a correr hacía la salida del gimnasio.

-¡Espera, Sona-chan!- Serafall empezó a perseguirla.

-¡Aléjate de mi!-.

-Creo que debería volver con la Presidenta- dijo Saji, si lo que había escuchado de Tsubaki era cierto, la Presidenta sin duda necesitaría de toda la ayuda posible con su hermana aquí.

-¡Buena suerte!- Le deseo Issei, viendo a su amigo yendo a alcanzar a su Ama, que corría como alma que lo persigue la muerte.

-Saji-san también la tiene difícil- comento Asia.

-No puedo creer que existan Demonios así, más aun, que uno de ellos sea uno de los 4 Maou- Seiya fue sincero con su comentario. No insultaba a Serafall, pero ella no fue lo que espero al conocer a un Rey Demonio.

-Me duele decirlo, pero todos los Reyes Demonios son así cuando están relajados- dijo Rias. Todos los Reyes Demonio tenían personalidades muy alegres en privado... tal vez demasiado.

-...Creo que mejor me adelanto a esperar a Athena, buena suerte, Kiki-.

-Espera, ¡¿me vas a dejar aquí?!- Antes que Kiki pudiera seguir reclamando, Seiya ya se fue corriendo a la velocidad de la luz. -Con amigos así quien quiere enemigos-.
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(A las afueras de Rodorio)

Rodorio era un pueblo donde las personas viven humildemente, también es el pueblo más cercano al Santuario, así que es normal para los habitantes ver a Santos o aspirantes a Santos pasar por la ciudad.

A las afueras del pueblo, grupo de 4 Espectros, liderados por Aiacos de Garuda veía arriba de un montículo de roca el pueblo. Habían recibido información de que Athena estaría fuera del Santuario unos días, así que era el mejor momento para atacar.

-Señor Aiacos- hablo Raimi de Gusano con su voz chillona. -¿Qué haremos ahora? ¿Atacamos directamente el Santuario?-.

-¿Para que ir a la madriguera si puedes hacer que las ratas salgan por su cuenta?- Contesto Aiacos con una sonrisa. -Vayan y destruyan el pueblo, asesinen a todos cuantos puedan para que los gritos lleguen hasta la última casa y el humo se vea desde el cielo-.

-El señor Aiacos tiene razón, esos estúpidos Santos vendrán como moscas a la luz cuando ataquemos a sus queridas personas- río Zeros de Rana, sobándose las manos en cuclillas.

-Aun no entiendo como la señora Perséfone te envió con nosotros- repuso un Espectro que medía 2 metros de alto. Ese Espectro era Gregor, la Estrella Celeste del Abandono. Un Espectro que Shiryu y Hyoga derrotaron juntos en el Inframundo, ya que su Sapuris era tan dura como el mismo diamante.

-Ya dejen de hablar y avances, destruyan todo- ordeno Aiacos.

Él iba a ser el primero en avanzar pero algo lo detuvo... su nariz capto el olor de una dulce fragancia.

Vio que un pétalo rojo paso a un lado de su cara. -¿Un pétalo?-.

Escucho un grito asqueroso y al ver adelante, vio a Zeros morir escupiendo sangre, pero no fue por un ataque, sino por...

-¿En que momento apareció este campo de rosas?-.

Un campo de rosas rojas estaba delante de Aiacos y los demás Espectros. El Juez de Garuda identifico que no eran rosas normales, ya que Zeros murió al solo pisar las rosas. En eso recuerda que existe un Caballero que usa rosas.

-Hay una fina línea entre la valentía y la estupidez, y a menos que se den vuelta y regresen por donde vinieron, la habrán cruzado, y al final solo les espera la muerte- todos escucharon la advertencia de una fuerte y firme voz femenina.

Todos vieron a la izquierda, donde arriba de una columna destruida estaba sentada un Caballero. Por la armadura era un Caballero de Oro, y además una mujer por la figura curvilínea, pero solo podían saberlo por eso y la voz, ya que una mascara de plata impedía ver su rostro. El casco de la armadura cubría toda la cabeza, aunque se podía ver que era un cabello largo y esponjoso de un color rojo casi naranja.

-Tu eres...- Raimi dio un paso atrás.

-Pero si deciden no dar la vuelta, entonces al menos les diré quien soy para que sepan el nombre de quien los derroto- declaro tajantemente la mujer. -Soy la mujer Caballero que rige el consejo y la atracción: ¡Marín de Piscis!-.
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N/A: Hasta aquí el capitulo.

Y si... el Octavo Santo Dorado que hay en la actualidad es Marín, la antigua maestra de Seiya. ¿Los sorprendí? Me lo estuve guardando para un momento oportuno.

El que trajo Heracles es Perseo, un miembro de la Facción de los Héroes que aparece en el volumen 23 del manga de DxD, quise traerlo porque... me gusto, así de simple, además que así Saori se entera sobre la Facción de los Héroes.

Y sobre lo que dije antes, sobre que Saori estará con Seiya... tras un comentario y una conversación con un amigo escritor, decidí que con ella se dejaría en espera, así que no es seguro que serán pareja. Por ahora, las únicas seguras de estar con Seiya serían Shoko, Amaterasu y Penemue.

Y hablando de esta última, ya empezaré a darles a ambos un acercamiento.

Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.

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