Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3

Cuando Martinette se despertó tenía un fuerte dolor de cabeza, los oídos le zumbaban y todo se veía borroso, por lo que se vio obligada a cerrar los ojos. Qué había pasado? Lo último que recordaba era el oscuro bosque, un gran oso, gran dolor en el costado y un destello verde. Nada mas.

Abrió con pesadez los ojos y aunque todo se veía algo borroso, miró a su alrededor. No sabía donde estaba o que rayos estaba haciendo en ese lugar. Se encontraba en una pequeña cama, cubierta por una cobija azul.Era una pequeña habitación con paredes, piso y techo de piedra, por lo que dedujo que se encontraba en una cueva.

Había una pequeña fogata aunque no estuviera prendida, y también había una única ventana por la cual entraban unos débiles rayos de sol. A juzgar por la apariencia de los mismos, eran como las cuatro de la tarde.

En las paredes habían unas bonitas marcas como de mandalas que adornaban estas. Marinette pensó que se debieron de haber tardado siglos en hacerlas, pues aparte de que eran figuras muy elaboradas, la piedra se veía muy dura. También noto que en una de las paredes, había una colección de bonitas dagas, en la cual había por lo menos 100. Al final de la cueva, había un túnel, el cual, concluyó que llevaba a la salida.

De repente, recordó una escena que le helo la sangre: su padre. Donde estaba? Estaría bien? trató de levantarse con un rápido movimiento, pero un dolor lacerante en su abdomen, la atravesó, causando que regresara a su posición original.

Levantó un poco la cobija y noto, que casi todo su abdomen, estaba vendado, y debajo de las vendas, había unas cuantas manchas de sangre. Llegó a la conclusión de que alguien, le había salvado del oso, le había llevado a su casa y la había curado. Marinette  pensó que ya después, agradecería a quien fuera que la había salvado. Sin embargo, había muchas cosas que no entendía. Nadie tenía una casa así en el pueblo. Si Félix y Tommy no la habían podido salvar, quien fue entonces?

Una voz chillona la sacó de sus pensamientos

- Yo que tu, no me movería. Se te puede abrir la herida y no creo que eso sea lo que quieres.

Marinette miro a su alrededor, pero no vio a nadie. A nadie, excepto a un tierno gatito negro, el cual estaba sentado junto a una de las patas de la cama, mirándola con expectación. Juraría que hace un segundo no estaba ahí.

- Oh. Hola gatito, acaso tu no viste quién fue el que habló hace un segundo?

El minino no contesto, pero se acerco a donde estaba Marinette y en cuanto esta menos se lo esperaba, este saltó a la cama y se acurrucó junto a ella. Marinette se sintió sorprendida al inicio, pero después, se relajó y comenzó a acariciar al gatito. se quedaron así unos minutos, hasta que por la entrada del túnel, una voz retumbó por toda la habitación,

- Plagg, ya llegué! Traje comida, vienes a darme una mano?

Marinette se sorprendió un poco  cuando oyó la voz, y supuso que era el dueño de la casa.  Pero le sorprendió aún más cuando el pequeño gato abrió la boca y contestó.- Finalmente! Pensé que te tardarías ahí afuera, no se, siglos!!

El pequeño gasto salto de la cama y se dispuso a salir. Marinette estaba de piedra, pero consiguió voz suficiente para susurrarle al pequeño gato- H-Hablas?

El gato, el cual supuso que se llamaba Plagg, se volteó y mirándola con sus brillantes ojos verdes contesto- Si, hablo, y cómo puedo hablar, déjame darte un consejo. - Plagg era bastante distinto cuando abría la boca que cuando se mantenía callado- Si yo fuera tú, me acostaría, cerraría los ojos y me haría dormida.

- Que? por qué? No entiendo.

- Créeme, no te gustaría que mi amo te vea despierta.

- Por qué? Quién es tu amo? Si me ayudó, no creo que me lastime.

- no lo hará, al menos eso espero. Pero sabrás de lo que hablo cuando lo veas.

Dicho esto, Plagg se retiró al túnel y Marinette trató de oír su conversación.

-por qué tardaste tanto, gato sarnoso?

- No me tardé más de lo que tú tardaste, rubio mal teñido. Y además, a ti no te interesa en nada en que ocupó mi tiempo.

- Eres mi gato. Se supone que te debería de controlar todo el tiempo. Pero bueno. Cazé unos cuantos pájaros pero estoy teniendo un poco de problemas para cargarlos, así que dame una mano.

-Tú y tu ridícula alergia a las plumas.

- Para empezar, no tienes derecho a burlarte de mí. En segunda, no es culpa mía. En tercera, cállate.

- Como quieras.

-Bueno, eso no importa. Ya se despertó la chica?

Marinette oyó un silencio antes de que Plagg volviera a hablar.- No

En eso, Marinette vio que Plagg entraba en la habitación, con unas cuantas aves en la boca. Plagg le hizo una pequeña seña a Marinette con la cabeza y esta, aún sin entender muy bien por qué, inclinó la cabeza y entrecerró los ojos. Sin embargo, con los ojos un poco abiertos pudo ver una silueta masculina que entraba a la casa. Al inicio no pudo distinguir muy bien sus facciones pues la entrada a la cueva era oscura, pero en cuanto entro al cuarto, sintió que se le helaba la sangre.

El que entraba por el túnel era un joven alto, de cabello rubio, vestido con un traje negro de cuero. Usaba una capa que llegaba al piso y unas largas botas. En su cinturón tenía ceñida una daga, al igual que un bastón plateado en su espalda baja. En su cabeza había dos orejas negras que se asemejaban a las de un gato y un oscuro antifaz que cubría sus brillantes ojos verdes, cuyas rasgadas pupilas le daban un aspecto un poco demoniaco. No había duda, se encontraba frente al mismísimo Chat Noir.

Marinette sentía que se le desbocaba el corazón. Vaya que entendía ahora porque el gato le había dicho que se hiciera la dormida.  Oh dios. Si no se controlaba la iban a descubrir. Tenía que calmarse. Tenía que controlarse. Dios.

Sin embargo, el chico parecía absorto en sus asuntos. Se sentó en el pequeño banco que había en la habitación y tras prender la fogata, se puso a limpiar las aves. Marinette notó que muy frecuentemente, Chat Noir estornudaba sin control. Quién hubiera dicho que el monstruo de el bosque tuviera alergias a las plumas.

- No recuerdo la última vez que comiste pájaros.

-Yo tampoco lo recuerdo. Me encantan, pero desplumarlos es una verdadera tortura.

-Entonces para que los cazaste si tanto te chocan?

- Pues, la chica tendrá hambre cuando despierte. No la podemos dejar morir de hambre

A pesar de todo, Marinette pensó que quizás Chat Noir no era tan malo. Por lo que oía, era totalmente distinto a lo que ella había imaginado. Claro quizás solo era porque estaba hablando con su gato. No podía ni imaginar lo que le haría a ella.

En un punto, Marinette se sintió observada y casi podía ver su mirada correr por su cuerpo, sin saber si su mirada era lujuriosa, o solamente la miraba. Sintió el miedo recorrer sus venas, pero hizo todo lo posible por  evitar que se notara.

- No es bonita?

Marinette pensó que había oído mal. Como rayos estaba diciendo Chat Noir eso? Que lo dijera era malo?

- mmm, pues, no es mi estilo. Claro que ahora ya sabemos para qué la secuestraste.

- Si, si, como quieras. Pero solo para que sepas, no la secuestré

- Entonces como lo llamarías a llevar a una chica a tu casa en contra de su voluntad? Sin contar que le tuviste que quitar el vertido para poder curarla.

Marinette se avergonzó terriblemente cuando el gato mencionó  aquello, pero se contuvo y trató de seguir escuchando.

- pues, no sé como quieras verlo, pero no la secuestre.

- bueno, pero si la trajiste acá para ya sabes, calentarte un poco no?

-PLAGG!!!

Marinette trató de dejar de escuchar lo que decían. Plagg tenía razón. Seguramente Chat Noir la había traído a su guarida para eso. No había destino para ella distinto de aquel. Marinette dejó escapar un suspiro, pero solo par darse cuenta de su error.

- Un momento

- Que pasa?

- Plagg, habías dicho que la chica seguía dormida, cierto?

- si, por?

Marinette pudo escuchar que Chat Noir se levantaba del banco y caminaba en dirección de la cama.

-Espera un segundo, qué rayos estás haciendo??!! Que no que no la ibas a lastimar??!!

Marinette sintió el miedo recorrer sus venas, pero más aún cuando sintió las garras del felino recorrer su mejilla. Su otra mano se encontraba en su muñeca y Marinette podía jurar que sentía su aliento en su cara. Sentía que su corazón se le iba a desbocar y hasta llego a pensar que se desmayaría del miedo. Sin embargo, Chat Noir se separó rápidamente de ella.

-Plagg, voy a salir un rato. Si la chica despierta y tiene hambre, dile que puede comer.

-Tú no vas a comer nada?

- No tengo hambre, vendré al rato

-mmm, Está bien.

Marinette suspiró aliviada, pero se volvió a tensar cuando sintió su cálido aliento en su oreja, acompañado de un susurro.

-No te pido nada, tan solo te pido que no me temas. No tienes por qué hacerlo.

Ella se preguntó qué significaba eso, pero cuando abro los ojos, él ya no estaba.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro