Capítulo 25
Chat Noir miro sus manos. Estaban cubiertas de aquel líquido viscoso tan familiar. Rojo casi cobrizo. Un olor metálico inundó todo el lugar. Él sabía lo que significaba. Él sabía todo lo que traía aquel escarlata que en ese momento cubría la espalda de la chica. El dolor. La agonía que se sentía cuando el metal atravesaba tu cuerpo, o el ardor que se extendía hasta tus pies cuando el hierro de los cuchillos te mordía, tirándote al suelo y rompiendo en añicos.
- My Lady?
Pero esta vez era distinto. Esta vez no era la piel lo que se rompía, sino el corazón. La flecha no se clavaba en su espalda, sino en su alma. No era él quien estaba ahora herido de muerte, era ella.
- Marinette???
La chica aún estaba abrazada a él, pero no se movía. No surgía ningún sonido de ella.
- Princesa???
El aliento caliente de la chica aún chocaba contra su cuello helado, reconfortando lo un poco, pero ningún sonido salía de los dulces labios que hace unos pocos segundos, lo habían llevado hasta el cielo; recuerdo hiriente del infierno al que estaba siendo arrastrado, y del demonio, que nunca dejaría de ser.
Quizás de eso se tratan todo, incluso cuando aún no fuera demasiado tarde, sólo era una prueba de la vida y de la realidad de que lo que fuera que existiera entre ellos, no podía ser más, pues aún los contrarios se atraían, la oscuridad inevitablemente consumirá a la luz.
Un movimiento brusco hacia su derecha le desconcertó, haciéndolo voltear la cabeza rápidamente con la intención de ver que era lo que lo había provocado.
Un joven rubio corría a toda velocidad, tratando de ganar la mayor distancia posible, con el fin de evitar ser visto por el chico ojiverde, con un arco en manos, y con un extraño frasco, hundiéndose entre la oscuridad.
Pero corría en vano, pues Chat Noir ya lo había visto, y más aún, lo había reconocido. Sabía quién era aquel rubio obstinado del que tanto le había hablado su princesa azabache y sabía lo que él quería. Todo estaba claro ante sus ojos ahora, el tiro había errado por qué Marinette lo había empujado. La razón de que la hermosa chica estuviera ahora entre sus brazos era todo culpa del rubio que trataba ahora de huir. Todo era su culpa. Pero sin embargo, él sabía que no tenía escapatoria.
Suavemente recostó a la chica sobre el piso, tratando de que no lastimarla. Aquel demonio rubio se habia llevado lo que mas queria en el mundo. En iba a pagar por ello.
Desenvaino su cuchillo. Jamás había querido hacer algo semejante, pero esta vez, no tendría ningún inconveniente en llenarse las manos de la sangre de ese desgraciado. Absolutamente ninguno.
Ese maldito desgraciado se habia llevado lo único que realmente se habia preocupado por el. Había destrozado un diamante de incalculable valor, y no sería algo perdonable.
Pero sin embargo, algo lo hizo detenerse en su lugar.
-C-chat?
Le habrían parecido sonidos de la boca de un ángel, de no ser por todo lo que estaba pasando. El escarlata en sus ropas no opacaba el brillo de sus ojos, ni el de su sonrisa.
- No te vayas chat.
Este la miró con ojos bien abiertos. No se iría, jamás se iría de su lado. ¿Como podría él jamás irse de su lado? ¿Cómo podría jamás abandonarla, ya que la había encontrado?
- No me voy mi Lady. Jamás me voy.
No importaba ahorita nada. Buscaría al culpable desgraciado en algún otro momento. Ahora no importaba eso. Ni importaba nada den lo que pasará al rededor. Sólo importabanla chica frente a ella. Y nada más.
- ¿ Por qué Marinette? ¿ Por que?
Esta sólo lo mira con una sonrisa dolorosa. Como responder a aquello? Lagrimas plateadas surcaban su rostro.
-¿ Por qué hiciste eso? ¿ Por qué me empujaste? ¿ Por que trataste de protegerme sabieno q no me haria daño? Y aunque si me hubieran lastimado, por que lo hiciste?!
Esta sólo le miraba.
-Sabías que estar conmigo sólo te iba a lastimar incluso pero no te importó. Porque lo hiciste?
- Por que te quiero.
Chat Noir se quedo de piedra. Quizás después de todo si era su culpa. Siempre había sido su culpa. La razón por la que ella estuviera ahora así, era por el. Hace tanto tiempo el había sido lastimado y por primera vez en la vida, la única persona que lo había querido, la iba a perder.
El chico junto sus labios a los de ella, las lágrimas surcaban su rostro, mientras sentía como poco a poco, su calor se iba apagando, y su fuerza iba disminuyendo, hasta que finalmente, sus respiraciones terminaron.
- Yo también te quiero, my Lady.
Se abrazó llorando a su cuerpo frío ahora, empapándose con su sangre. Se había prometido a sí mismo que no permitiría que nada le pasaría jamás, mientras que él estuviera junto a él, y había fallado. Ella se había sacrificado por el porque lo quería, porque sentía algo por el. Por qué había logrado amar a un monstruo, y ahora, el precio era su vida.
- Créeme que te quiero.
La oscuridad lo consumía, pero no importaba ahora. Ya nada importaba. Solo importaba que finalmente había encontrado alguien que lo amara, pero esta vez, era demasiado tarde.
Hola chicas
Ya se, ya se, me desaparecí un muy buen rato, pero no se preocupen, no morí. Hoy toco capítulo Sad, pero no se preocupen, puede que las cosas mejoren. No pierdan la esperanza. Si les gusto, voten y comenten y nos vemos en el siguiente capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro