Capitulo 14
Félix miro con sus ojos bien abiertos a aquel ser que se encontraba frente a él. Lo había visto aquel día en el que había comenzado todo este embrollo, pero aun así, ahora podía ver completamente a quien le miraba con ojos de rabia. Medía un poco menos que el, pero le miraba con aire amenazante, por lo que su altura no le servía de mucho.
Vestía completamente de negro, con un traje como de cuero. Llevaba una capa larga con una capucha, y también botas, guantes y un cinturón del mismo material. En el cinturón llevaba un par de dagas afiladas y de sus manos, salían como pequeños cuchillos de cada uno de sus dedos. Su ropa estaba toda manchada de sangre, al igual que sus manos.
Su ropa le tapaba parte de la cara, pero claramente podía ver que tenía su cabello rubio, lo contrario de como el imaginaba, y que tenía la piel clara. Sin embargo, no había nada en su rostro que le diera tantos escalofríos como sus brillantes ojos verdes, los cuales parecían que flameaban, al igual que la macabra sonrisa que se formaba en su cara.
Félix soltó a Marinette y se quedó paralizado. El ser que tenía en frente no se parecía en nada al que todos en el pueblo se imaginaban, pero desde donde lo veía, era todavía peor. Pues aunque no tuviera alas demoniacas o que su pelo no fuera el más espeluznante, no había nada que fuera más tétrico que aquella sonrisa o aquel aire amenazador.
Chat Noir comenzó a avanzar lentamente en dirección al fondo del callejón. Félix dio pasos nervioso hacia atrás, hasta que su espalda topó con la pared. Marinette lloraba en el piso, recargada contra la pared. Por dentro, el chico deseaba que la chica dejara de llorar con la esperanza de que el ser se fuera.
-Ya cállate.
Félix le susurró con intención de sonar molesto, pero no podía ocultar el miedo en su voz. Chat Noir sonrió aún más al oír el miedo en la voz del muchacho. Finalmente al encontrarse a escasos centímetros de el, con un rápido movimiento le tomó del cuello, presionándolo contra la pared. Félix sentía que casi no podía respirar.
De repente, la sonrisa macabra de Chat Noir se transformó en un semblante serio y comenzó a hablar.
-Normalmente, clavaría mi daga en tu cuerpo y disfrutaría verte desangrar durante varias horas, escuchando tus súplicas. Sin embargo, hoy me siento amable, así que esto es lo que haremos. Tú te vas a parar, te irás de aquí, y no le dirás a nadie acerca de esto, entendido?
-S-si. E-está bien.
Chat Noir soltó a Félix, el cual con un poco de torpeza, se paró y recogiendo s saco, se dirigió al final del callejón. Sin embargo, antes de salir, volvió la mirada hacia Chat Noir quien lo miraba con aquellos ojos demoniacos.
-Y ella?
-Ella, es mía.
Con esto, a Feliz le quedó claro cuál era la intención del oscuro ser que se encontraba frente a él, y la razón por la cual el había entrado al callejón a encontrarse con el. La miro una última vez y se retiró corriendo. No quería dejar que otro la tomara antes de el, pero sin embargo, la vida de Marinette no tenía tanto valor para el. Corrió por la calle y desapareció en una vuelta.
Marinette estaba en el suelo todavía llorando y temblando viendo al que se encontraba frente a ella. Este la miraba con sus ojos verdes. Marinette para este punto conocía a Chat Noir y sabía que no le haría daño, pero la manera en la que había dicho que ella era suya, le había dado escalofríos.
Chat Noir avanzó hacia ella y se inclinó para quedar a su nivel. Marinette sollozaba y solo cerró sus ojos. Sin embargo, sólo sintió una suave caricia en sus manos, como pareciendo decirle que todo iría bien. Cuando abrió sus ojos, vio a Chat que la miraba dulcemente y le sonreía con sinceridad.
Ante esto, Marinette solo pudo abalanzarse hacia él y abrazarlo. Este correspondió su abrazo, mientras acariciaba su pelo. Marinette seguía sollozando, pero nada logró calmarla más que las dulces palabras de Chat - No te preocupes princesa, no dejaré que te pase nada. Puedes contar conmigo -.
Hola chicas
Espero que les haya gustado el capítulo. Perdón por no actualizar la semana pasada, pero bueno, ya estoy aquí. Nos vemos el siguiente capítulo.
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