Confrontación
En el capítulo anterior, nuestros héroes se vieron envueltos en varios sucesos que les marcarán durante los próximos días. Por un lado, la situación con los engranajes no parece mejorar, al final del capítulo pudimos ver como Uxie recibía nuevamente visita en el Lago Velado, pero esta vez no era un invitado agradable precisamente... En Kalos sigue llegando ayuda para la policía, en este caso un tal "Takuto", un hombre muy peculiar y fuerte que parece estar dispuesto a ayudar con la investigación. Por otro lado, los equipos recibieron la noticia de que la tercera prueba dará comienzo en dos días, pero nuestra querida Serena parece que tendrá problemas para concentrarse en el desafío, y es que su madre ha llegado dispuesta a sacarla de ahí cuanto antes... ¿Qué hará la pelimiel?
CAPÍTULO 15- CONFRONTACIÓN
Narra Ash:
Abrí los ojos lentamente sintiendo una sensación de alivio total, hoy no era un día en el que amanecía somnoliento, en medio de un lindo sueño, ni sobre todo con ganas de destrozar la alarma. Era un día en el que abría los ojos y sentía la paz de no haber madrugado.
No habían reuniones tempranas con el equipo ni entrenamientos intensos desde el amanecer. Me estiré con energías renovadas recordando la sesión de ayer por la tarde. El equipo entero estuvimos practicando estrategias conjuntas con nuestras nuevas alas hasta que la noche adornó Kalos. Los esfuerzos aún resonaban en mis músculos, pero mis energías estaban completamente renovadas.
Sin embargo, esa satisfacción matutina no duró mucho...
Me froté los ojos y miré la hora en la pantalla de mi habitación. No era temprano y si es cierto que no tenía que madrugar pero...
-¡NO PUEDE SER!-
Grité mientras corría hacia el baño, recordando un detalle del día de hoy. Había quedado con Serena y Aria en el hospital dentro de quince minutos. Sí, quince minutos...
Tirarme agua helada a la cara no fue suficiente para reprocharme por dormir de más. Todo por no dejar la condenada alarma, ¿¡No hay ni un día que pueda tener un despertar tranquilo!?
Asearme, vestirme con mi uniforme y salir disparado de la habitación fue cuestión de pocos minutos. Mientras avanzaba por los pasillos trataba de recordar las indicaciones que Serena me había dado ayer, pero antes de llegar a la salida del centro, un sonido familiar me detuvo.
Me giré instintivamente y vi a dos figuras en lo que parecía ser una charla un poquito intensa.
-¿Esa no es...?- La reconocí al instante, era la mamá de Serena, hablando con el supervisor Ciprés. Su postura era tensa y podía ver la impaciencia en su pie derecho.
-¿De verdad cree que esto es lo mejor para ella?- Ella recriminaba con un tono de frustración.
-Grace, entiendo su preocupación, pero Serena ya es mayor de edad. Ella tomó esa decisión y no puedo interferir en su voluntad, por mucho que usted me lo pida...- Ciprés mantenía la calma negando con la cabeza, ante la creciente angustia de la mujer, la cuál bajaba la mirada muy impotente.
Observé la escena algo preocupado. El tono era suficiente para comprender que su mamá no tenía intenciones de rendirse para sacarla de aquí. No parece una situación nada fácil...
Cuando salí del edificio y comencé a caminar, cierta sensación que adoraba no pude sentirla, y es que los rayos de sol no llegaron. Miré al cielo, encontrándome con un manto gris de nubes. El aire era muy fresco, indicando lo cerca que estaba el invierno, pero carecían de esa calidez mañanera habitual.
¿Habrá pasado algo? No pude evitar fruncir el ceño mientras caminaba. Quizás era solo el clima, pero sentía que había algo más, que algo había ocurrido... Una sensación inexplicable de malestar se instaló en mi pecho...
Sacudí mi cabeza, tratando de enfocarme. El hospital no estaba lejos, y si quería llegar a tiempo debo acelerar el paso. Mientras avanzaba recordando las indicaciones, mis pensamientos se fueron hacia Serena y su madre, pensando en una posible solución a su conflicto...
Si es cierto que es una situación personal y familiar, pero realmente quiero ayudarla, necesito ayudarla. Mi compañera pelimiel ha mejorado mucho en sus entrenamientos los últimos días, incluso aprendiendo un nuevo movimiento. Aunque su madre diga lo contrario, se está esforzando mucho por volver a ser la que era, sobre todo con el tercer desafío del proyecto tan cerca.
Mañana será un día crucial para ella, durante el entrenamiento de ayer dejamos claro que ella será una de las integrantes contra el robot ofensivo, gracias a su agilidad inigualable probablemente será la clave de la batalla. Necesito que esté en plenas condiciones y de todo de sí, pero para ello deberá liberarse de esas cadenas emocionales con su mamá.
-¿Eres Ash?-
Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando escuché mi nombre.
Bajé la mirada para encontrarme con un niño de cabello desordenado, que me miraba sonriendo algo nervioso. El pequeño sostenía un teléfono mientras me preguntaba tímido y emocionado.
-¿Eres tú? ¿El del Equipo C?-
Asentí lentamente, algo que amplió su sonrisa. El niño se giró hacia una mujer que parecía ser su madre, buscando una aprobación antes de continuar.
-¿¡Podemos sacarnos una foto!? ¡Vi tu batalla contra Alain por las redes! ¡Eres mi favorito del proyecto!-
Parpadeé sorprendido, una petición que me desarmó por completo, sobre todo porque la batalla fue una paliza. Me tomó un poco asimilar la situación antes de dedicarle una sonrisa.
-¡Claro!- Tomé su teléfono con la cámara puesta, y posé junto a él, sonriendo alegremente. Cuando le devolví la foto, el niño dio un pequeño salto de emoción antes de volver con su madre.
¿Cómo algo tan simple podía hacerle así de feliz? Observé la escena con una sonrisa antes de seguir mi camino satisfecho, solo con ver su felicidad valió la pena.
¿Había vivido esto antes? Había algo familiar en mi ser que no lograba identificar. Con ese pensamiento flotando en mi mente, apuré el paso hacia el hospital.
Narra Serena:
-Tienes que entenderla, Serena. Ella fue la que más sufrió cuando todo ocurrió. Es normal que tenga esa sobreprotección contigo aún, tuvo que sentirse muy culpable...-
Aria me hablaba con un tono conciliador, pero mis manos se tensaron levemente mientras esperábamos a Diantha para la visita.
-Lo sé...- Respondí intentando mantener la postura- Sé que lo vivió de cerca... Pero, ¿Por qué no puede confiar en mi ahora? Las cosas son muy distintas-
-Dale tiempo. Cuando todo se calme, estoy segura de que hablarán de nuevo y se entenderán mejor- Aria me dedicó su linda sonrisa, transmitiéndome ánimos.
Suspiré levemente, sintiendo el peso sobre mi, la verdad es que no tenía respuestas claras. Había decidido desayunar esta mañana con Aria porque necesitaba desahogarme con alguien que entendiera bien la relación con mi madre, alguien que hubiera estado ahí cuando caí...
Aria sabía bien lo que mi madre había vivido, como la había destrozado verme perderme en mi dolor. Sin embargo, no sé si es por las emociones intensas o por las discusiones que hemos tenido en los últimos meses, pero no sé como convencerla... Solo quiero que me deje de ver cómo una niña y que confíe en mí...
Antes de que pudiera profundizar más en mis pensamientos, Aria levantó la vista y sonrió.
-¡Pero si son mis luchadoras favoritas!-
Mi corazón se sobresaltó al escuchar la voz de Diantha acercándose a nosotras, avanzando con la misma gracia que siempre había admirado. La campeona nos recibió con un cálido abrazo.
-¡Nos alegra verla, Diantha!- Dijo Aria alegremente.
-¿Cómo van sus entrenamientos?- Pregunté emocionada.
-Bastante duros, pero bien. Poco a poco voy recuperando mi forma...- Eso hizo que mis ojos brillasen, no había nada más que deseara que verla combatir de nuevo pronto- He estado siguiendo las pruebas. Serena, me alegra mucho ver que te has quedado de forma definitiva, no esperaba menos de la Raikiri-
-Gra...Gracias...- Murmuré algo sonrojada por la confianza, recibirla de ella aún me da algo de vergüenza a pesar de la confianza entre nosotras. Diantha se rio suavemente al ver mi reacción.
-Espero grandes cosas de ti mañana, estaré en primera fila para animarlas-
Un escalofrío me recorrió la espalda, ¿Diantha iba a estar presente en la tercera prueba? Sentí una gran presión pero al mismo tiempo, una cierta chispa de determinación...
-¡Lo daremos todo contra esos robots!- Aria respondió con seguridad. Yo tarde un poco en responder pero finalmente asentí determinada. No voy a demostrarle que estoy de vuelta solo a mí madre, sino a Diantha y a todo Kalos.
-A todo esto, ¿No tendría que estar aquí también tu compañero, Serena?-
-Ash... Es raro que no haya llegado...-
Miré hacia la puerta, donde justamente alguien venía corriendo algo apresurado.
-¡Lo siento, llego justo a tiempo!-
Ash apareció corriendo y respirando algo agitado. Al llegar se rascó la nariz algo nervioso, mirando a Diantha de reojo.
-¿Qué te ocurrió, Ash?- Pregunté extrañada.
-Cadi me quedo dormido. Además, tardaron un buen rato en dejarme pasar aquí...- Ash añadió con una mirada acusadora hacia el mostrador. No pude evitar sonreír levemente, la puntualidad no era una de sus virtudes- Lo siento mucho, señorita Diantha... Y gracias por dejarme venir-
Ash se disculpó educadamente con la campeona, la cual soltó una leve risita y le quitó importancia.
-No te preocupes, lo importante es que ya estamos todos. Si Serena te ha dejado venir a esta visita tan importante es porque confía en ti, y creo mucho en su juicio para ello- Diantha arrancó otro leve sonrojo en mi.
-¿Sobre qué trata la visita? Imagino que sobre el incidente de hace tres años, ¿No?-
-Así es querida Aria, vamos a visitar a alguien muy importante, seguidme...-
Diantha nos indicó que tomáramos el ascensor junto a ella, para ascender hasta una de las plantas más altas del hospital. Una vez allí, la campeona se dirigió hacia mostrador, donde se dejó unos cuantos minutos hablando con la recepcionista y firmando unos cuantos papeles.
De mientras observé la sala, dejándome algo fría, no había casi nada salvo unos pocos miembros de seguridad. No recuerdo haber estado nunca aquí...
-¿Pudiste descansar anoche, Serena?-
-Sí, Ash. A pesar del duro entrenamiento con las alas...- Murmuré sonriendo nerviosamente, Ash se rio levemente recordando las intensas sesiones de ayer.
-Las alas realmente serán un gran añadido para la prueba, ¿Ya saben a qué robot se enfrentarán?- Aria preguntó curiosa.
-Tanto Serena como yo nos enfrentaremos al robot ofensivo, ¡Y estoy seguro de que Serena será la clave de ese combate!-
Esa seguridad que Ash depositaba en mi no era algo nuevo, pero siempre me reconfortaba. Normalmente cuando ponían expectativas sobre mí solía tensarme y amargarme, pero con Ash es distinto, él me motiva como nadie. Bajé la mirada sonrojada, algo que Aria notó perfectamente, ella ya era consciente de mis sentimientos por él.
-El robot ofensivo es el que más respeto da sin duda... ¡Haréis un gran dúo!- Ambos le sonreímos a Aria, agradecidos por su apoyo.
Tras unos minutos, la campeona volvió a nosotros y nos indicó que podíamos seguirla por los pasillos.
-Disculpa Diantha, pero... ¿Por qué tanto papeleo? Pensé que podrías entrar a cualquier parte-
-Esta planta es diferente, Aria. Es el lugar más confidencial de todo el hospital. Aquí tratamos temas... Sensibles. Solo quienes tienen permisos especiales como yo, pueden entrar-
-¿Y a quien visitaremos aquí?- Ash preguntó extrañado.
-¿Recordáis a Tobías?- Diantha preguntó sonriendo con un toque de misterio.
-Tobías, el invencible... el campeón juvenil de Sinnoh... Tenía entendido que tras la explosión su estado era totalmente confidencial...- Susurré con sentido, ahora entendía el por qué estábamos en esta planta.
-¿Acaso no se recuperó del todo de sus heridas?- Aria preguntó confundida.
-Se recuperó físicamente, sí. Pero lo que lo retiene aquí es otra cosa...- La campeona dejó escapar un suspiro, dejándonos aún más confundidos.
Llegamos al final del pasillo, donde una enfermera parecía estar esperando nuestra llegada.
-Señorita Diantha, todo está listo. Por favor, acompáñenme...-
Avanzaron hacia una puerta reforzada que la enfermera desbloqueó con su huella dactilar. Yo observé el panel y la estructura metálica mientras divagaba, ¿Qué clase de persona estaba aquí dentro?
-En esta planta nos encargamos de darles una vida digna a los pacientes que padecen cualquier tipo de enfermedad mental-
La enfermera comentó mientras las puertas se abrían. Los tres nos miramos hasta que nos dimos cuenta...
-Espera... No me digas que...- Aria susurró sorprendida.
Las puertas se abrieron con un susurro metálico, dando paso a una sala que a pesar de su luminosidad, se veía algo vacía y solitaria. Una simple mesa y un sofá algo desgastado, acompañando el sonido de la televisión de fondo. Pero lo que llamó nuestra atención era una figura sentada frente a la ventana...
-¿Ese es... Tobías?- Susurré incrédula.
No podía reconocer al hombre que estaba mirando, en mi mente Tobías, el antiguo campeón juvenil de Sinnoh, era un símbolo de poder. Un tipo serio, elegante, y con una mirada y fuerza que podía intimidar a cualquiera, alguien que sin duda amenazaba a Cynthia por su título. Pero esa figura ahora parecía un cascarón vacío...
Si cabello azul estaba despeinado, descolorido y casi sin vida, su rostro marcado por cicatrices mal curadas y su cuerpo delgado y frágil, apenas se sostenía en la silla.
-Tobías, tienes visita. La campeona Diantha ha venido-
La enfermera informó rompiendo el silencio, mientras Diantha se acercaba con cautela.
-Tobías, ¿Cómo te encuentras hoy?-
El peliazul no reaccionó al principio, sus ojos siguieron fijos en la ventana, como si el mundo exterior no existiera. Finalmente, grito la cabeza con una lentitud inusual, revelando un rostro casi sin emoción alguna.
-Ya sabía que vendrías...- Susurró con una voz ronca y apenas audible- Lo vi en mis sueños...-
Aria frunció el ceño mientras Ash y yo nos miramos confundidos, ¿Sus sueños? Diantha, sin embargo, respondió con una sonrisa comprensiva, como si estuviera acostumbrada a esto.
-¿Te están cuidando bien?- Diantha preguntó inclinándose hacia él.
-Insisten en cuidarme...- Tobías asintió levemente- Les digo que no hace falta, pero aquí... No me dejan solo-
-Es porque lo necesitas, Tobías. Y ellos también lo saben- Diantha suspiró levemente.
-Disculpe, ¿Se puede saber cuál es su caso? ¿Es algo relacionado con el incidente?- Aria le pregunto a la enfermera.
-Se estaba recuperando bien de sus heridas, pero pasó de la noche a la mañana, es un caso excepcional. En principio pensamos que era una secuela o algún tipo de esquizofrenia debido a las heridas físicas de la explosión, pero esa teoría fue descartada finalmente. Luego investigamos si su habilidad especial había tenido algún efecto secundario-
-¿Cuál era su habilidad especial?- Ash preguntó intrigado. Diantha aclaró su duda rápidamente.
-Tobías tenía la capacidad de invadir la mente de sus oponentes durante los combates. Sembraba dudas y temor, debilitándolos psicológicamente. Una habilidad muy característica de su tipo siniestro, era un luchador realmente temible en combate-
Ash se quedó muy sorprendido con la explicación, sobre todo por el respeto con el que hablaba la campeona, mientras yo hacía memorias de los combates que observé de Tobías. Realmente era una habilidad excepcional, sus rivales contaban que el miedo a perder se iba haciendo más grande conforme el combate avanzaba, era hasta cierto punto... Aterrorizante...
-Sin embargo, no creemos que su estado actual tenga que ver con eso. Todo cambió cuando empezó a mostrarnos una cosa...- La enfermera se acercó al peliazul- Tobías, ¿Podrías mostrarnos el ultimo dibujo que has hecho?-
-Está ahí...- Tobías señaló la mesa cercana.
Los cuatro nos acercamos con cautela, sobre la mesa había un papel, y en él una figura muy extraña y majestuosa, estaba dibujada con un detalle que parecía inquietante. Un ser imponente, con una especie de diamante en el pecho y líneas que sugerían un poder ancestral.
-¿Algunos de ustedes sabe quién es?- Diantha observó el dibujo antes de mirarnos.
Aria y yo nos quedamos en silencio, procesando con muchas dudas, teníamos una leve idea. Pero Ash murmuró enseguida con esa idea muy clara.
-Es Dialga, el guardián del tiempo...-
Ash reconoció la misma figura que había visto en el cuadro con los engranajes. El ser mitológico que cuentan las leyendas que controla el tiempo...
Narra Ash:
-Así es, ese es Dialga...- Diantha afirmó en tono serio, para volver a girarse hacia el peliazul- Tobías, ¿Podrías explicarnos este dibujo de Dialga?-
Al escuchar su nombre, el hombre pareció estremecerse. Sus manos temblaron ligeramente y por un momento pensé que no respondería, hasta que susurró con una voz algo angustiada.
-Es... Es la sombra que aparece mis sueños...-
Mi cuerpo se tensó al oír eso, ¿Cómo que una sombra? Había algo en su tono que me dejó helado.
-¿Qué te muestra esa sombra?- Diantha preguntó con suavidad arrodillándose ante él.
Tobías apartó la mirada hacia el suelo, respirando de forma errática...
-Oscuridad... soledad... destrucción...- Su voz se quebró al pronunciar cada palabra.
-¿Puedes explicarte mejor? ¿Qué nos intentas decir?- Diantha insistió una vez más.
El ex-campeón juvenil cerró los ojos y negó con la cabeza. Su respiración se volvió aún más irregular.
-No puedo, no quiero recordar... Esa cosa es horrible...- Hubo un momento de silencio, hasta que levantó la mirada llena de pánico y angustia- La torre... ¡La torre se cae! Y ese ser... Me atormenta...-
Nos quedamos inmóviles, procesando esas palabras. ¿La torre? ¿A qué se refiere? Miré a Serena y Aria, pero sus expresiones reflejaban mi misma confusión.
-Es mejor que lo dejemos descansar, Diantha- La enfermera avisó que no insistiera más, Diantha al ver su estado se alejó lentamente.
-Como pueden ver, su estado se debe a esos sueños horribles que describe- Diantha susurró preocupada.
-Debe ser terrible para su familia verlo así...- Aria murmuró con tristeza.
Serena asintió, mirando a Tobías con una expresión melancólica, asimilando que no quedaba nada del luchador que había visto.
-¿Creen que puede tener algo que ver con los engranajes del tiempo? Quiero decir, Dialga y los engranajes están conectados, ¿No?- Conecté piezas en mi cabeza pensando en lo que había dicho.
-Esos sueños comenzaron mucho antes de que empezaran los robos de los engranajes. Por mucho que sea coincidencia, no lo creo...-
La respuesta de la enfermera no me tranquilizó, entonces... ¿Cuál era la causa?
¿Qué pueden ser esos sueños que ve? Oscuridad y destrucción... ¿Acaso Tobías ve algo que el resto no puede ver? Lo miré con pena, sintiendo un leve pinzamiento de empatía, yo también estaba en un caso parecido...
-Quiero avisarles de algo...- Diantha nos habló seriamente- Todo lo que han visto y escuchado aquí es completamente confidencial. La familia de Tobías no quiere que se sepa nada de su estado, confío en ustedes para que no revelen nada-
Serena, Aria y yo asentimos al unísono. Ya habíamos guardado el secreto de Uxie, este no sería diferente.
-Diantha, ¿Tú qué crees que significan esos sueños?- Serena preguntó intrigada.
-No estoy segura, pero sin duda es inquietante...- Respondió seriamente- Dialga es el Pokémon temporal, y la región ahora mismo está sumida precisamente en un "caos temporal"... Es un misterio que no me gusta nada...- Sus palabras solo añadieron más peso a la preocupación que teníamos todos. Tras eso, se volvió hacia Tobías una última vez- De todas formas, no les he traído por esa información, sino por otra en concreto... Tobías, ¿Recuerdas tu batalla contra Alain antes de la explosión?-
El hombre tardó unos segundos en reaccionar, como si sus pensamientos estuvieran atrapados en otra parte, pero finalmente asintió.
-Sí... Fue una de las batallas más difíciles que tuve en años...-
-¿Esperabas algo así? ¿Tanta igualdad?- Diantha insistió.
-No... Me esperaba una victoria fácil...- Murmuró Tobías- Pero Alain ese día estuvo increíblemente fuerte y rápido...-
Diantha parecía satisfecha con su respuesta. Agradeció a Tobías y se giró hacia la enfermera, para indicarle que habíamos acabado.
Nos indicó que la siguiéramos hasta la salida, pensativos por esas últimas palabras.
Recordaba perfectamente como Diantha nos insinuó que esa pelea fue inusualmente pareja... Y escucharlo del mismo Tobías no hacía sino agravar las dudas sobre Alain...
-Supongo que ya saben cuál era el verdadero propósito de esta visita- Cuando nos sentamos en los asientos del hall de esa misma planta, Diantha, al frente nuestro, nos habló seriamente.
-Querías que escucháramos del propio Tobías que la batalla con Alain no fue como las demás- Serena respondió intrigada, para luego sumirse en sus pensamientos- Lo recuerdo perfectamente, fue increíble como Alain logró aguantar tanto y estar a su nivel... Tobías venía con una racha invencible...-
-¿Qué tan fuerte era Tobías?- Pregunté, intentando imaginarme a alguien más fuerte que Alain, yo mismo ya había probado su fuerza actual.
-Más de que lo piensas- Respondió Aria seriamente cruzada de brazos- Nadie se esperaba que Alain le plantara cara como lo hizo-
-Realmente tengo mis sospechas sobre lo que pudo haber pasado...- Diantha se levantó y miró por la ventana juntando sus manos entrelazadas por la espalda, con una mirada firme y segura de sus palabras- Confío en ustedes, pero lo que voy a decir ahora es muy delicado. Y es que creo que Lysson tuvo algo que ver en esa batalla-
-¿El presidente...?- Serena preguntó sorprendida.
-La relación de ellos siempre ha sido cercana, más de lo que creen. No puedo demostrar nada todavía, pero estoy seguro que él influyó en la batalla de alguna manera...-
-Es verdad que se ven muy unidos...- Susurré recordando la presentación de Alain en el proyecto- Cuando Alain llegó, se saludaron como si fueran amigos de toda la vida...-
-¿Pero por qué Lysson haría algo así? Quiero decir, aquella batalla era totalmente amistosa- Preguntó Serena frunciendo el ceño.
-No estoy segura, necesito investigar más...- Admitió Diantha suspirando levemente- Mientras tanto, ¿Ustedes han notado algo extraño en Alain?- Ante eso, Aria se inclinó hacia detrás pensativa.
-Bueno, como compañera de equipo puedo decir que ha sido servicial, pero mantiene las distancias. Apenas habla con nosotros fuera de las estrategias de grupo. Es muy reservado-
-Ya veo...- Diantha susurró atenta.
-Ahora que lo pienso...- De pronto, algo vino a mi mente- Después de nuestra batalla, Alain vino a verme a la enfermería, y lo escuché hablando por teléfono. Parecía nervioso, como si esperara noticias de algo-
-¿Noticias?- Serena preguntó confundida.
-Sí, pero no escuché bien lo que decía-
Diantha se quedó pensativa, mirando por la ventana sumida en sus pensamientos.
-Es un dato interesante... ¿Y en Lysson habéis notado algo?-
-Lysson siempre ha sido... Digamos que algo selectivo con sus palabras...- Esta vez respondió Serena- Cada vez que habla, parece estar pensando en algo más grande. Siempre insiste en que nosotros, los del proyecto, somos una especie de elegidos-
Diantha asintió despacio, como si confirmara algo en sus pensamientos. Se quedó procesando durante unos segundos, hasta que se giró hacia nosotros sonriendo con calma y firmeza.
-Gracias por la información. Quiero que sigan atentos a cualquier cosa extraña, especialmente en las pruebas en las que Lysson esté presente-
Los tres asentimos decididos y algo extrañados, sobre todo yo me quedé algo inquieto, evidentemente parecía que Diantha sabía más de lo que decía, y si no nos lo decía era por algo...
-Estaré por aquí un rato más, tengo unos asuntos que atender- La campeona se dispuso a marcharse, no sin antes dedicarnos una última sonrisa de agradecimiento- ¡Mañana les estaré animando durante la prueba! ¡Nos vemos!-
Con eso, Diantha se marchó a paso firme hacia el ascensor. Aria no tardó mucho más en levantarse también.
-Yo también me voy. Tengo modelaje dentro de una hora, ¡Seguro que los conjuntos de hoy te encantarían, Serena!- Eso arrancó una sonrisa en la pelimiel.
-¡Ya me los enseñarás después!- Dijo Serena con entusiasmo.
-¿Ustedes qué harán?- Aria preguntó curiosa.
-Yo me quedaré por aquí también, tengo unas pruebas pendientes sobre mi amnesia...- Dije algo avergonzado rascándome la nariz. Serena enseguida puso una mano en mi hombro.
-¡Te acompaño!- Serena exclamó alegremente. Le agradecí con una sonrisa genuina, no iba a ser un buen rato para mí sin duda, pero su compañía siempre me calmaba.
Aria se rio levemente, antes de dirigirse hacia el ascensor
-¡Suerte, Ash! Y espero que te pongan la inyección del amor...-
-¿¡ARIA!?- Serena gritó con el rostro encendido como un tomate mientras perdíamos a Aria de vista.
-¿Qué quiso decir con eso?- Pregunté confundido.
-¡Nada! ¡No es nada!- Respondió rápidamente, empujándome hacia el ascensor muy nerviosa.
No entendí nada, pero tampoco quise insistir ante la incomodidad de mi amiga. Había mucho que pensar en lo que acabamos de escuchar, aquel incidente de hace tres años parece que fue más complejo de lo que parecía en un principio...
Tras un rato, el medico cerró la carpeta y dejó escapar un suspiro antes de mirarme.
-Lo lamento Ash, hemos realizado todas las pruebas posibles, pero tu caso sigue siendo un enigma. Necesitaremos más tiempo para estudiar los resultados-
Bajé la mirada decepcionado, a pesar de que me lo esperaba, escucharlo de boca del doctor no ayudaba.
-Entiendo... Gracias por intentarlo...-
-Te avisaremos si encontramos algo-
Asentí despacio, intentando que la decepción no se notara demasiado, hasta que salí de la consulta.
Serena caminaba junto a mí en silencio. Pude sentir si mirada fija en mi, pero no dije nada. Mis pensamientos estaban atrapados en un remolino sin respuesta, si el hospital más avanzado de Kalos no podía ayudarme, ¿Qué esperanza podía tener?
Intenté calmarme pero la frustración pesaba más. Las pruebas en Ciudad Novarte habían sido básicas, pero aquí me habían revisado hasta el más mínimo detalle. ¿Cómo es posible que no haya nada?
-Ash, no puedes rendirte. Los doctores harán todo lo posible, solo tienes que tener paciencia- Serena me habló con voz suave.
-No creo que puedan hacer nada...- Solté un suspiro amargo y negué con la cabeza- Lo tengo asumido, igual que Tobías-
-¿Qué quieres decir?- Dijo extrañada.
-Cuando hablamos con Tobías, no pude evitar sentirme identificado con él. No hay respuestas para su estado, igual que con el mío. Él está atrapado en algo que nadie entiende, igual que yo...-
-Pero Ash, no es el mismo caso...- Susurró con tristeza.
-Lo sé, pero no puedo evitar sentirlo. Hasta su familia lo ha tenido que dejar de lado aquí, prácticamente como si no tuviera familia, tal y como yo ahora...- Mi voz se quebró ligeramente al final, apretando mis puños.
En ese momento llegamos al hall principal del hospital, y me detuve de lleno. Mirando hacia el suelo tras esas últimas palabras, llenas de una frustración acumulada que me quemaba por dentro.
-Si tan solo tuviera una pista... Si esas visiones o ese poder acuático fueran algo más que simples misterios...-
Sentí una mano cálida tocando la mía, agarrándola con fuerza. Levanté la cabeza y me encontré con dos hermosos ojos azules que reflejaban esperanza y ánimos.
-Te equivocas en algo, Ash. A diferencia de Tobías, tú no estás perdido. Puede que no tengas a tu familia ahora, pero aquí estás formando una nueva-
Sus palabras me sorprendieron, Serena siempre tenía esa capacidad de hacerme reaccionar en mis momentos de bajón por mi amnesia, siempre sabía que decir para aliviar mi carga, aunque no se lo propusiera.
En ese momento apretó su agarre ligeramente más, y me miró con mucha intensidad. En sus mejillas se empezó a formar un ligero sonrojo.
-Juntos, seguiremos creando recuerdos. Ya sea en el proyecto o en cualquier otro lugar, tienes amigos que te apoyan, que te quieren, que te am...an...-
Ella tartamudeó un poco con eso último, pero el resto lo entendí perfectamente, haciendo que le dedique una pequeña sonrisa, todo el peso de mis emociones se esfumaban con el simple tacto de su mano.
Sonreí aún más al procesar sus palabras... Tenía razón, ahora tengo como una nueva familia, y sobre todo la tengo... A ella...
Narra Serena:
Mis nervios aumentaron al límite al darme cuenta de lo ultimo que había dicho, pero fue inevitable, verlo sonreír después de estar tan abatido me llenaba de alegría. Cuando nuestros ojos se encontraron, dejé que mi corazón latiendo con fuerza hablara por mi... ¿Tan fuertes eran mis sentimientos por Ash? Ahora mismo los sentía deseando salir de forma incontrolable.
Bajé la mirada respirando para tomar fuerzas. Pero en entonces me di cuenta de que seguía sujetándolo de la mano.
-¡Lo siento...! No me di cuenta...- Le sonreí nerviosa mientras me separaba, con mi rostro encendido como una antorcha.
Ash se rascó la nariz, un gesto que notaba que lo hacía cuando se ponía nervioso. Pero eso no evitó que me dedicara otra sonrisa sincera.
-Gracias, Serena. De verdad...-
Nos quedamos mirándonos por un momento, sintiendo que el mundo se detenía alrededor. Pero esa burbuja se rompió enseguida con una voz que nos llamó desde la entrada.
-¡Ash! ¡Serena!-
Nos giramos para ver a Clemont y Bonnie corriendo hacia nosotros con algo de urgencia.
-¡Clemont!- Ash fue el primero en reaccionar, exclamando alegremente por ver al inventor. Yo en cambio, me agaché para recibir con un pequeño abrazo a Bonnie, la cual me devolvió el gesto con su típica sonrisa radiante.
-Korrina me dijo que podía encontrarlos aquí... Me alegra tanto verlos...- Clemont todavía trataba de recuperar el aliento, mirándonos con un evidente alivio.
-¿Qué te ocurrió ayer? Estuviste desaparecido todo el día después de esa llamada telefónica- Ash preguntó confundido.
-Sí, nos tenías preocupados, Clemont...-
En ese momento, el inventor bajó la mirada hacia Bonnie, la niña agarró mi chaqueta con una mirada triste.
-Es por mi Bolaluminosa... Necesitamos ayuda...- Dijo mirándome a mí y luego a Ash.
-La Bolaluminosa...- Ash susurró intentando recordar- ¡Ah! Aquel objeto que la malvada del Team Flare les intentó engañar diciendo que lo había encontrado, ¿Todavía no lo tienen?- Clemont negó con la cabeza con un suspiro pesado ante la pregunta de Ash.
-No habíamos encontrado ni rastro... Hasta que ayer recibimos esto en casa...-
El rubio llevó su mano al bolsillo, sacando una pequeña nota y extendiéndola hacia mi. La tomé y Ash se inclinó para leerla conmigo.
-Veamos...- Comencé a leer- "Querido inventor de pacotilla. La Bolaluminosa de tu hermana la tengo yo mismo, la he tenido siempre... ¡Intenta arrebatármela si puedes! ¡Te estaré esperando en lo más profundo de los valles de Pueblo Joule! Si no te atreves a venir solo, ve a llorarle al idiota del líder de tu equipo..."-
Al acabar de leer, levanté la mirada con una expresión molesta.
-¡Esto es una nota de chantaje! ¿¡Quién pudo haber escrito algo tan cruel!?-
-¡Vosotros ni se os ocurra ir! ¡Es claramente una trampa!- Ash expresó seriamente.
Clemont bajó la cabeza con tristeza, mientras que Bonnie se aferraba a mí de nuevo, con su voz cargada de emoción.
-¡Pero la Bolaluminosa es muy importante para mí! ¡Llevo demasiado tiempo sin tenerla!-
Su hermano se inclinó para alejarla de mi y poner un brazo sobre sus hombros, tratando de calmarla. Yo no pude evitar mirarla con evidente pena, sabía lo importante que era ese objeto para ella. Sin la Bolaluminosa, Bonnie tenía que luchar constantemente por controlar sus poderes, algo que requería una disciplina que para su edad, no era recomendable.
-Sé que es peligroso... Y puede que sea otra trampa, como la de Melia... Ayer estuve pensando toda la tarde si debía ir solo. Pero me informé y parece que los valles de Pueblo Joule son peligrosos en esta época y casi nada concurridos. No sé que hacer...-
-Más motivo para no ir solo, Clemont...- Ash avisó cauteloso, algo a lo que yo asentí.
El inventor apretó los puños frustrado, era evidente que estaba luchando contra sus propios impulsos.
-Sé que la carta te menciona a ti también, Ash... Puede que también sea peligroso para ti, no quiero ponerte en este aprieto... Yo quiero ir solo, pero... Yo... No puedo... No sé qué me puedo encontrar...-
Cerró los ojos con fuerza, incapaz de continuar. Lo miré con tristeza, sabiendo lo frustrante que tiene que ser. Él solo quiere ayudar a su hermanita, pero el que sea que haya escrito eso le ha puesto es una gran encrucijada... Tiene que pedir ayuda sí o sí...
Antes de que pudiera continuar, Ash puso una mano firme sobre su hombro, dedicándole su sonrisa de confianza.
-Clemont, no eres un cobarde por pedir ayuda, aunque lo diga esa nota. Te acompañaré, ¡Recuperaremos esa Bolaluminosa, no te preocupes!-
Clemont levantó la mirada sorprendido, y poco a poco una leve sonrisa de dibujó en su rostro. Yo miré a Ash con ternura, conmovida por el gesto, sabía que Clemont no tenía que haber dudado, Ash siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos, sea cuál sea el peligro.
-Está bien, Ash...-
-¡Gracias, Ash! ¡Gracias, gracias!- Bonnie emocionada abrazó a Ash con fuerza- ¡Yo también iré!- La pequeña exclamó decidida.
-¡Bonnie, puede ser peligroso!- Clemont se cruzó de brazos con una mirada de desaprobación.
-¡No voy a esconderme! ¡Pienso recuperarla cueste lo que cueste!- Bonnie respondió con las manos en la cintura y una mirada desafiante.
Observé a la pequeña con admiración y nostalgia, había algo en su valentía que me recordaba a a mí misma cuando era pequeña. Una sonrisa de orgullo se dibujó en mi rostro.
-Creo que no podrás detenerla, Clemont...- Ash sonrió nerviosamente.
-Supongo...- Dijo Clemont suspirando- No creo que pueda encerrarla en ningún lado...-
Solté una leve risita ante la situación, justo antes de que dijera que también iría a ayudar. No me fiaba nada de esto y cuantos más fuéramos mucho mejor.
Sin embargo, antes de que pudiera hablar, mi mirada se desvío hacia el ascensor, donde vi a alguien muy familiar salir hablando con Diantha...
Fruncí el ceño, claramente molesta, sabía perfectamente de que podía tratar esa conversación.
-Disculpadme un momento. Ahora vuelvo...-
Me disculpé con compañeros para dirigirme hacia Diantha y esa persona, sé que Aria me dijo que tuviera calma pero ya me había cansado, no iba a permitir que hiciera nada de lo que estuviera pensando.
-¡Mamá!-
Alcé la voz, obligándola a girarse hacia mi. Al verme su rostro fue de sorpresa, pero enseguida adoptó esa expresión seria y confiada que conocía. Esa mirada que me hacía sentir como una niña pequeña ante una figura inamovible.
-Oh, Serena, cariño, no pienses mal- Diantha exclamó con tono apaciguador- Tu madre solo estaba haciéndome unas preguntas-
No le aparté la mirada, firme y decidida, aunque mi postura tensa delataba algo de nervios, algo que ella notaba perfectamente, lo ultimo que quería era montar una discusión de las nuestras en el hospital.
-¿De verdad, mamá?- Pregunté intentando mantener la calma- ¿Vas a llegar tan lejos?-
Le había dejado claro mi decisión, pero ella no parecía haber cambiado de postura, incluso viniendo a hablar con Diantha.
-Por supuesto. Ya te dije que volver a estar aquí es una locura que no pienso permitir- Ella se plantó manos en cintura, mirándome con una expresión de desaprobación que conocía bien- De todas formas, solo me estaba informando con la campeona de tus compañías. En especial de ese chico llamado Ash...-
Mis ojos se abrieron de golpe, incapaz de procesar lo que escuchaba.
-No sé que ideas te habrá metido en la cabeza ese chico...- Concluyó mi madre, mirándome con severidad- Pero no puede ser nada bueno...-
El silencio se apoderó de mi por unos segundos, mientras intentaba asimilar esas palabras. Sentí un calor subir desde mi pecho hasta mi cabeza, mi corazón empezó a latir con fuerza, pero no de miedo ni nervios, sino de pura rabia.
-Grace... No es eso lo que quería decir...- Intervino Diantha algo nerviosa- Las compañías de Serena no podrían ser mejo...-
-¡SE ACABÓ!-
Interrumpí a la campeona con mi voz resonando por toda la sala, y atrayendo algunas miradas curiosas.
Mi madre me miró sorprendida, pero no por el grito ni la intensidad, sino por mi expresión. Algo en mi había cambiado y ella lo notó, haciendo desaparecer su seguridad y confianza, dejándola aturdida.
Por primera vez en mucho tiempo, creo que pudo ver el fuego en mi mirada, un fuego inquebrantable...
-Puedes intentar sacarme de aquí, hablar con quien quieras, convencerte de que esto no es lo correcto... Pero dudar de Ash, eso...- Mi voz no temblaba, ya no había ni una pizca de nervios- ¡Eso no lo voy a permitir!-
Mi madre permaneció en silencio, con su mirada fija en mi. En sus pupilas podía ver que era la primera vez que me veía así.
En ese instante, recordé las palabras de Ash el día anterior...
"Es normal que tu mamá se preocupe por ti, Serena. Pero al final, eres tú quien tiene que demostrarle que puede confiar en ti y luchar por lo que quieres. Y sé que puedes hacerlo"
Coloqué una mano sobre mi pecho, sintiendo como mi pulso comenzaba a calmarse. Una vez más, Ash me había inspirado con sus palabras. Cerré los ojos por un instante y asentí para mí misma. Lo tenía decidido, no había vuelta atrás.
-Te propongo algo, mamá. Mañana, en la tercera prueba, si pierdo contra el robot, dejaré el proyecto...-
-Serena...- Ella abrió los ojos con incredulidad.
-Pero si derroto al robot yo misma... Me dejaras quedarme y aceptarás mi decisión-
Diantha me miró con sorpresa, pero noté cierta pizca de orgullo en su mirada, más cuando me sonrió de lleno.
Mi madre bajó la mirada por un momento, noté perfectamente como ella no quería llegar a esto, estaba un poco arrepentida.
Pero al ver mi determinación, se vio incapaz a negarse. Para finalmente asentir levemente, aceptando mi "reto".
Con eso, me di media vuelta satisfecha, consciente de que estaba todo dicho. Sentía un peso enorme sobre mis hombros, pero al mismo tiempo, una chispa de confianza ardía dentro de mí, no tenía dudas, unas dudas que hace años si habría tenido ante cualquier presión como esta.
Había puesto mis sueños en juego, era muy consciente de ello. Si pierdo mañana, se acabará todo... No sabía que me iba a encontrar con esos robots, pero de algo estaba segura...
No voy a rendirme hasta el final, si está es la única forma de hacer que ella confíe en mí, lo voy a lograr, cueste lo que cueste.
Le voy a demostrar que la Serena que podía con todo está de vuelta...
-¿Eh...?-
Susurré extrañada al darme cuenta de un detalle, cuando volví al lugar, noté que estaba vacío, ¿Dónde estaban Ash, Clemont y Bonnie?
Miré a mí alrededor intentando localizarles entre la multitud, pero no había ni rastro de ellos. Un pequeño nudo de formó en mi pecho, ¿Habrían ido ya a buscar la Bolaluminosa? Imagino que Ash no quería molestarme al verme hablando con mi madre...
Intenté recordar donde estaba exactamente Pueblo Joule. Solo sabía que estaba cerca de esos valles rocosos, pero jamás había estado allí.
Solté un suspiro, no me quedaba otro remedio que volver al centro y usar mi tiempo para entrenar con Korrina y los demás. Salí del hospital enseguida, activando mi pulsera voladora para llegar rápido. Las alas de energía se desplegaron en mi espalda con un destello eléctrico.
Sobrevolar la ciudad era algo que adoraba, una sensación única de libertad. No pude evitar pensar en lo útil que pueden ser las alas mañana contra ese robot, debo perfeccionar mi vuelo lo máximo posible hoy...
Al divisar el centro, descendí rápidamente, plegando las alas con precisión. La entrada estaba tan animada como era costumbre por las mañanas, y mucho más antes de una prueba, llena de trabajadores por doquier.
Al entrar al hall divisé un rostro que llamó mi atención en particular. Era aquel hombre enigmático de nombre Takuto, charlando animadamente con Ciprés, que parecía muy emocionado.
-¡Vaya, Takuto! ¡Es fascinante!- Ciprés exclamaba gesticulando con energía y libreta en mano.
-Buenas tardes, señores...- Saludé educadamente al pasar por su lado.
-¡Serena! ¡Qué gusto verte! ¿Cómo van esos entrenamientos para la prueba de mañana?- Ciprés me hizo detenerme hablándome con su entusiasmo habitual.
-¡Bastante bien, todo el equipo está dando lo mejor de si!- Respondí sonriendo confiada.
-Me suena tu cara...- En ese momento Takuto se dirigió hacia mi- ¿Estás en el equipo de ese chico llamado Ash, verdad?-
Crucé miradas con él, sintiéndome algo intimidada, era un tipo muy peculiar. Su tono era amable pero su único ojo visible reflejaba una curiosidad bastante notoria, o eso parecía.
-Así es. Mi nombre es Serena, un placer conocerte- Le dediqué una leve sonrisa, una que fue devuelta al instante.
-Estábamos hablando de las piedras poder y sus aplicaciones. Takuto conoce detalles que ni siquiera yo había considerado, ¡Y eso que llevo años estudiándolas! Conoce cada secreto de todos los tipos elementales, ¡Todo!- Miré a Ciprés con una gotita azul en mi cabeza, el científico siempre hablaba con esa intensidad cuando se trataba de piedras poder. Pero no pude evitar sentirme impresionada, ¿De verdad sabía tanto?
-Vamos, Ciprés. No será para tanto...- Takuto sonrió con humildad, riéndose apenado.
-Por cierto, Serena...- Ciprés me hizo una última pregunta- ¿Dónde está Ash? No lo he visto hoy y es raro no veros juntos-
-Ah...- Me sonroje levemente y sonreí apenada por eso ultimo- Fue con Clemont y Bonnie a buscar algo importante a los valles cercanos de Pueblo Joule-
-¡Un momento!- La reacción de Takuto me hizo saltar ligeramente- ¿¡Has dicho Pueblo Joule!? ¿¡A los valles rocosos!?-
-Eh... Si...- Susurré confundida y algo asustada, su tono parecía algo alarmado. Hasta se levantó de su asiento y todo- ¿Ocurre algo...?-
-No puede ser... En esta época del año, esos valles están en plena estación de...- Se interrumpió bruscamente, llevándose las manos a la cabeza- ¡No! ¡Qué calamidad! ¡Ash y los demás corren un grave peligro! ¡Tengo que ir de inmediato!-
Antes de que pudiera procesar lo que había dicho, Takuto salió disparado, activando sus alas con un destello negro. Mi corazón se aceleró enseguida.
-¡Oye! ¡Espera...!- Grité mientras lo seguía apresurada hacia la salida, activando mis alas también en el proceso.
No tardamos en dejar atrás el centro, mientras volaba a toda velocidad intentando seguirlo. Mi mente era un torbellino de preocupaciones, ¿Qué estaba pasando en esos valles? ¿Por qué Takuto se alertó tanto? Lo único que sabía es que tenía que llegar cuanto antes...
Narra Ash:
Miré al cielo, con una sensación extraña, sintiendo como el aire frío me golpeaba en el rostro, estábamos volando a mucha altura y ya podía avistar los valles rocosos, unas montañas rodeadas de columnas que sobresalían de las alturas más allá de las nubes. Según el mapa de Clemont estábamos a punto de llegar.
Sin embargo, la sensación era debido al oscuro cielo que se cernía sobre nosotros. Hoy era un día nublado en todo Kalos, pero en esta zona las nubes eran muy negras, como si algo las estuviera manipulando desde dentro. Además, podía observar algunos relámpagos a lo lejos, iluminando las montañas.
-¡Ya casi llegamos! ¡Vamos, hermano, más rápido! ¡Ash nos lleva ventaja!- Gritó Bonnie unos metros más atrás.
-¡No sería tan lento si no tuviera que llevarte a cuestas! ¡Además... Es la primera vez que vuelo!- Clemont algo nervioso replicó entre jadeos.
No pude evitar reír suavemente, sin duda es bueno que solo hayamos volado en línea recta, no creo que Clemont pudiera hacer muchas maniobras.
Sin embargo, volví a mirar al cielo preocupado, conforme avanzábamos podía ver los relámpagos más cerca. No me hacía ninguna gracia meternos en una tormenta con Bonnie. Y lo peor es que no había localizado ni un alma por las montañas, no parecía un lugar nada concurrido.
No tardamos en adentrarnos en las columnas gigantescas, buscando si la bola estaba en lo alto de alguna. Mientras tanto, no pude evitar preguntarme quién nos podría haber enviado aquí...
¿Habrá sido Kalm? Era el único que conocía que podía ingeniar una jugarreta como esta, y que parecía tener motivos para ello, sobre todo después de la humillación en el Bosque Niebla...
Sin embargo, deshice esa idea enseguida, sobre todo al sentir los relámpagos muy cerca nuestra. Era demasiado rebuscado incluso para él...
-¡Eh! ¡Mirad, allí está!- El grito de Bonnie me sacó de mis pensamientos, la pequeña estaba señalando algo encima de una columna. Los tres descendimos enseguida y pude ver una bola de energía que brillaba con intensidad. Bonnie corrió hacia ella, levantándola con ambas manos, mientras unas lágrimas de felicidad descendían por su rostro- ¡Por fin! ¡Por fin la encontré!-
La pequeña se giró para abrazar a su hermano con fuerza, el cuál la rodeó con sus brazos. Noté también como Clemont soltó una pequeña lágrima, se nota que ambos han estado esperando este momento, me alegré mucho por ellos.
Pero, sabía que esto no podía ser tan fácil... Los rayos se iban intensificando en las lejanías, y las nubes parecían estar en un movimiento algo errático.
-Chicos, vámonos cuanto antes..- Avisé muy seriamente, Clemont asintió nerviosamente y comenzó a ajustarse las alas para despegar de nuevo. Íbamos a alzar el vuelo, pero justo ocurrió algo inesperado...
Un rayo cayó a pocos metros de nosotros, haciendo temblar toda la columna y obligándonos a retroceder. Bonnie soltó un grito mientras abrazaba a su hermano y yo me ponía en guardia delante.
-¿¡Qué está pasando!?- Exclamé algo nervioso con rabia.
Grité a las nubes, las cuáles se habían convertido en un torbellino oscuro y amenazante, los rayos se acumularon alrededor nuestro, como si estuviéramos en el ojo de una tormenta. Estaba dispuesto a enfrentar lo que sea, pero no contaba con escuchar un sonido aterrador...
-¡ZZAAAPPPPDDDOOOSSSS!-.
Nuestros corazones saltaron al unísono al ver una figura imponente emerger de las nubes, con su silueta iluminada por los destellos de los rayos...
El plumaje amarillo brillaba con una intensidad casi cegadora. Está vez no era una ilusión creada por otro Pokémon como Uxie, está vez era una bestia en carne y hueso, y parece que no tenía buenas intenciones...
Continuará...
Ash y Serena no habían tenido muchos días tranquilos desde que se unieron al proyecto, y el día previo a la tercera prueba, aunque lo parecía, tampoco les ha dejado ni un respiro. Además de conocer el estado confidencial del luchador Tobías y descubrir más detalles del incidente de hace 3 años, nuestra pelimiel ha tenido que lidiar con los problemas con su madre, la cual ha amenazado mucho su presencia en el proyecto. Mientras que Ash sigue sin respuestas sobre su amnesia, su frustración es evidente, aunque cuente con el apoyo de sus amigos...
Por otro lado, parece que Ash y los hermanos rubios están en problemas... Sea quién sea que les haya traído aquí, parece que sabía bien que el Pokémon legendario Zapdos estaría rondando por la zona... ¿Podrán escapar de esta bestia eléctrica? ¿Llegarán Takuto y Serena a tiempo?
Lo sabremos en el próximo capítulo...
Título Prox. Cap: CAPÍTULO 16- MISTERIOS AL DESCUBIERTO
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